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Capítulo 2: No eres más que una simple esclava.

— Dominic, ¿Estoy rompiendo su relación? ¿Realmente me estoy interponiendo entre ustedes? Porque si esto es así, me iré, prefiero tener que sufrir nuevamente, pero yo no quiero… — Musitó Julia apresuradamente con voz lastimera mientras sus ojos se cristalizaban y Dominic al voltear hacia ella y verla a punto de llorar por culpa de Aitana se enfureció más.

— No, ella está hablando tonterías, no significa nada para mí y no hay tal relación, tú eres la única que puede ocupar el puesto de mi Luna, solo tú eres digna. — Aseguró él antes de mirar hacia Aitana nuevamente, que no pudo evitar que una lágrima traicionera cayera por su rostro luego de escuchar que ella no era nada para él. — ¿Tú cómo te atreves a hablarle así a tu Alfa y a tu Luna? Cuando aquí no eres más que una simple esclava y nunca serás más que eso, debes tener claro que tú nunca podrías compararte con Julia y que ella no esta rompiendo ningún tipo de relación, porque tú solo has sido mi puta y ella siempre ha estado en mi corazón.

«¿Cómo puedes hablarle así a nuestra compañera? Arrepiéntete de inmediato y pídele perdón por hacerla llorar.» Exigió el lobo de Dominic, Xander, enloquecido por tomar el control de su cuerpo al ver a Aitana sufrir, pero Dominic lo reprimió.

«Ella no es apta para ser nuestra compañera, ni siquiera tiene una loba, no será una buena Luna para la manada, además sabes bien de quién es hija, Julia será mi compañera a los ojos de todo el mundo.» Le recordó Dominic tratando calmar la furia de su lobo.

Julia tuvo que ocultar su sonrisa de satisfacción, pero en su mirada podía verse que estaba disfrutando de que Dominic humillara así a Aitana por defenderla a ella.

— ¿Tu puta? — Cuestionó Aitana con voz rota mientras más lágrimas caían por su rostro, queriendo creer que había escuchado mal, que este hombre a quién tanto amaba no la había llamada de esa manera, pero al mismo tiempo sintiéndose tan repugnante, porque sabía que era cierto, que él la veía como a una puta que solo usó para su satisfacción, sin importarle si ella le entregaba su cuerpo porque realmente lo amaba.

Y ahora se daba cuenta que había sido una completa idiota, porque todos estos años a su lado no solo no habían servido para que él la amara, sino que él no siquiera tenía ningún respeto por ella.

«Dominic estás loco, la Diosa Luna no se equivoca y es mejor que le digas que no y te retractes de tus palabras ya mismo, yo no pienso aceptar a Julia como compañera. » Se quejó Xander furioso, pero no podía hacer nada ya que Dominic le estaba imposibilitando tomar el control.

Y a pesar de las palabras de su lobo, Dominic lo ignoró y miró a Aitana con desdén antes de responder.

— Si, sal de mi vista de inmediato si no quieres ser castigada por tu atrevimiento. — Ordenó Dominic y ella destrozada, asintió totalmente derrotada.

Quería reclamar, gritar, quejarse de que nada de esto era justo, pero su vida nunca había sido justa y aún si se quejara no funcionaría, porque él era el Alfa de la manada y ella no era nada, sin embargo al darse la vuelta para retirarse, sintió como las náuseas la invadían y sin poder controlarse tuvo que vomitar frente a todos.

— Que asco, ¿Qué estás haciendo? — La regañó una de las criadas a la cual le cayó un poco de vómito en los pies y Aitana que intentaba recomponerse no había podido decir nada, cuando Dominic volvió a hablar.

— Limpien el desastre y saquen a esta mujer que solo pretende molestar de aquí. — Dijo Dominic mirándola un poco asqueado, sin ni siquiera preocuparse por su bienestar, ignorando las quejas de su lobo que si estaba preocupado por ella y en ese instante dos de los guardias se acercaron a Aitana, la tomaron de los brazos y sin ningún cuidado la arrastraron fuera del lugar, mientras ella se sentía completamente ridícula y herida.

Los guardias la tiraron al piso lejos del salón principal y ya Aitana tenía el rostro completamente húmedo por las lágrimas, se sentía débil debido a las náuseas y que la empujarán al suelo sin cuidado había llenado su cuerpo de dolor, pero no era nada comparado a como sentía su corazón.

El hombre que había amado durante tantos años la había humillado después de romper su corazón en mil pedazos sin ninguna piedad y por más que quería parar de llorar no podía, porque el dolor en su pecho era demasiado desgarrador.

— Mira que tonta, se creía que podría ocupar el lugar de la verdadera luna, pero que bueno que Alfa Dominic la puso en su lugar. — Escuchó la voz llena de burla de una de las criadas junto con algunos pasos y rápidamente limpió sus lágrimas, conteniendo sus sollozos abruptamente e intentó levantarse del suelo sin querer que la vieran así.

— Si, es claro que alguien como ella que es mitad humana y por eso ni siquiera tiene su loba no puede comprarse con la Verdadera Luna Julia que realmente es poderosa.

Sin ánimos de escuchar nada más que pudiera agravar su dolor, Aitana sin voltearse a mirar a las mujeres siguió caminando para dirigirse hacia la habitación que ocupaba y una vez que lavó su rostro y cuerpo fue en busca de su hijo, solo quería verlo un momento porque solo él podría darle un poco de calidez a su corazón herido.

Sin embargo, antes de que entrar a la habitación del niño, lo vio salir de la mano con su niñera.

— Hola cariño. — Dijo Aitana sonriéndole y el pequeño también le sonrió e iba a soltarse de la niñera para ir a abrazar a su madre, pero la niñera lo agarró con más fuerza y Aitana la miró frunciendo el ceño. — ¿Qué haces? Suéltalo, quiero pasar algo de tiempo con él y lo voy a cuidar.

— No, él Alfa pidió que lo llevara a verlo ya mismo y tú no tienes permitido estar cerca de él. — Replicó María, cargando al pequeño para alejarse, pero Aitana se apresuró y la tomó del brazo impidiéndoselo.

— Es mi hijo, no puedes impedirme estar con él, así que dámelo. — Masculló Aitana, no entendía porque Dominic de repente quería estar con el niño cuando se suponía que estaba con esa mujer, pero aún cuando él podía tratarla peor que a un animal ya que él era el Alfa de la manada, no tenía ningún derecho a negarle estar con su hijo.

— ¿Estás buscando que el Alfa te mandé al calabozo para que te azoten? — Cuestionó la niñera mirándola con molestia.

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