Inicio / Hombre lobo / La Esclava Del Rey Alfa: Madre De Sus Hijos / Capítulo 5: Creo que puedes estar embarazada.
Capítulo 5: Creo que puedes estar embarazada.

Dos días después fue que Aitana consiguió despertar, sintiendo su cuerpo completamente débil y adolorido por todas partes, sin atreverse a tocar su espalda, pero sabiendo que quedaría con horribles marcas y quería volver a llorar, pero ya no podía, sabía bien que de nada le serviría hacerlo, solo podía soportar el dolor, porque esta vez no había ningún héroe para ella, porque de hecho quien la rescató en el pasado había sido el mismo que ahora la hacía sufrir sin ninguna piedad.

«Dominic cuando pensé que ya no había ninguna luz, tú me la mostraste al salvarme, pero ahora me estás hundiendo en la completa oscuridad, una mucho más dolorosas, tal vez habría sido mejor que no me salvarás ese día y así no me habría enamorado de ti, así no estaría sufriendo todo esto, al mismo tiempo que el dolor de saber que el amor que no me diste a mí se lo darás a otra e incluso quieres darle mi propio hijo a ella.» Pensó Aitana intentando levantarse de la cama con dificultad, sudando frío por el esfuerzo y el dolor que avasallaba su cuerpo.

Pero al sentir la luz del lugar volver a encenderse al mismo tiempo que él rudo de unos pasos acercándose se congeló en su lugar, con miedo de que fuese esa malvada mujer que disfruta haciéndole daño.

— Hola Aitana, que bueno que te encuentras despierta. — Dijo la doctora con amabilidad, acercándose a ella acompañada de un guardia.

— ¿Quién… quien es usted? — Tartamudeo Aitana observándola sin moverse.

— Yo soy quién ha estado tratando tus heridas. — Explicó la doctora Dinora, mientras el guardia abría la celda para que ella entrara. — Voy a necesitar que vuelvas a acostarte para atender tus heridas.

— ¿Por qué me está ayudando? — Cuestionó Aitana arrugando las cejas, desconcertada.

— Beta Liam me lo pidió, por favor acuéstate, debemos hacer esto rápido. — La instó Dinora y Aitana obedeció.

Dinora rápidamente atendió con cuidado las heridas de su espalda y volvió a vendarla, la ayudó a colocarse un vestido que Liam había traído, pero una vez que terminó, le susurró en el oído a Aitana: — Creo que puedes estar embarazada, aún no he querido cerciorarme porque no se si quieras que esto lo sepan los demás y si yo hago la prueba y sale positiva no podré ocultarle algo así al Alfa porque sería traición, pero si tú quieres que…

— No, no lo estoy, no necesito ninguna prueba. — Aseguró Aitana de inmediato ansiosa.

Esperaba no estar embarazada, porque no quería tener que luchar porque no le quitarán a otro de sus hijos y además si ella estaba embarazada el bebé en su vientre seguramente correría peligro, porque por lo que se había dado cuenta Julia estaba llena de maldad y Dominic la amaba tanto que estaba completamente ciego, por lo que a él no le importaría que sucediera con ella ni con el bebé, solo podía confiar en si misma para mantener a sus hijos a salvo.

Por eso no podía permitir ni siquiera que pudiera sospecharse de su embarazo.

— Está bien, entiendo. — Suspiró Dinora mirando el miedo en sus ojos y sintiendo lastima por ella. — Vendré otro día a revisar tus heridas, pero ya que estas despierta te dejaré vendas y medicamentos por si no puedo regresar pronto que te ayude alguien más.

— Ok, gracias doctora.

En medio de la noche, Dominic daba vueltas sin parar pensando en las palabras que Aitana le había dicho hace unos días antes de que se la llevarán al calabozo y estás se habían grabado en su mente y le estaban causando insomnio, además de que ya no podía seguir ignorando la insistencia de Xander para que fuera a ver a ver a Aitana y la sacará de ese lugar, por lo que molesto se levantó de la cama, entendiendo que no podría dormir hoy tampoco si no hacia algo, así que salió de su habitación en busca de los calabozos.

— Mi Alfa. — Saludó el Guardia que custodiaba la entrada de los calabozos recomponiéndose porque estaba quedándose dormido cuando escuchó los pasos, pero al ver al Rey aquí lo despertó.

— Ven a abrir la celda de Aitana. — Exigió Dominic y el guardia asintió levantándose de inmediato de su silla para seguir a su jefe al interior de los calabozos.

Aitana estaba durmiendo profundamente cuando el guardia abrió la puerta y Dominic le hizo un gesto para que se retirará antes de entrar a la celda de ella.

— Esclava despierta. — Espetó Dominic y Aitana abrió los ojos aturdida, pero en el momento en que se dio que era él, se levantó de la cama con rapidez, antes fe quejarse por el movimiento brusco y Dominic arrugó las cejas. — ¿Qué tienes?

Al escuchar esa pregunta Aitana quiso gritarle que como se atrevía a preguntarle eso cuando ella estaba sintiendo demasiado dolor por su culpa y no solo el que le había mandado a causar él en su cuerpo, sino que también el que sin ayuda de nadie más le había causado en su corazón, pero se contuvo, no quería tener más problemas, solo quería salir de este horrible lugar lleno de humedad y oscuro, que la aterrorizaba.

— No es nada mi Alfa. — Respondió ella bajando la mirada, tratando de contener la tormenta que había en su interior, porque quería reclamarle tantas cosas a él, pero simplemente no podía, porque ella no era nada y él lo era todo.

Por eso debía seguir soportando, ya que enfrentarse a él solo le haría más daño.

— Estás mintiendo, dime de una vez que te sucede. — Exigió Dominic y Aitana respiró hondo antes de mirarlo a los ojos, preguntándose, ¿Si él estaba fingiendo no saber lo que le había mandado a hacer o simplemente quería escuchar de ella misma cuánto le dolía?

¿Acaso él no se conformaba con que la lastimaran si no que ahora quería regocijarse al verla sufrir?

«¿En qué momento él se volvió tan cruel y por qué me odia tanto?» Pensó Aitana sintiendo un enorme vacío en su corazón, no podía entender como podía seguir amando a este hombre que no le había dado ningún gesto de cariño estos años que llevaba a su lado y como si no fuera suficiente con eso disfrutara lastimándola.

— Me duele mucho la espalda, aún siento las heridas en carne viva. — Admitió Aitana rindiéndose, si él quería escuchar sobre cuánto le dolía ella lo complacería para no tener más inconvenientes, pero la reacción de Dominic no fue lo que esperaba, en lugar de verlo sonreír o simplemente asentir, vio que sus ojos se abrían de par en par sorprendidos.

— ¿Qué? ¿De que heridas hablas? — Preguntó Dominic frunciendo el ceño desconcertado.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo