Dos horas y media después ya por fin había llegado a Hudson Valley, el lugar era hermoso y con bastante naturaleza —esto definitivamente no es Harlem —sacó el celular para tomar unas fotos, al encender la pantalla vió un montón de mensajes de su amiga en su mayoría quejas por no ir al ensayo—, mejor no respondes y guarda el celular, ve a la dirección entregas la hoja de vida y directo al club. —dijo ordenando sus ideas de lo que haría ese largo y tedioso dia.
«Cameron era algo amargada, bueno digo algo por no decir mucho», además la relación con la vecina no era la mejor, pues era entendible la abuela de Alejandra era insufrible. Sin darse cuenta llegó a la dirección que Alejandra le había dado.Al ver semejante casa tragó grueso, la quijada casi llega al piso, ni en sus más locos sueños esperó ver una casa de estás todo era de película, aquello era una mansión de película. Luego de tocar el interphone y decir a que venía una elegante rubia le recibió, caminaba por los amplios pasillos de aquella magnífica casota siguiendo a la muchacha, todo era hermoso pero ya tenía prisa, debía irse ya lo antes posible.Llegó a lo que según ella era una oficina cuando estaba por entregar la hoja de vida de su amiga, el celular de la muchacha comenzó a timbrar, ella respondió para acto seguido salir y dejar sola a Noa. Miró el reloj en su muñeca, ya debía irse, de lo contrario llegaría tarde al club y Cameron comenzará con su típico te lo dije en modo histérica activada.—Hola —dijo una pequeña de largas coletas castañas y llamativos ojos azules entrando a la oficina—. ¿Te gusta la música? —cuestionó la niña en posición para tocar el violín.La vio con tanta seguridad, luego comenzó a tocar una hermosa melodía que le llevó a tantos recuerdos con su madre, de niña quería tocar algún instrumento, la música era su pasión junto al baile, pero lastimosamente debio seguir otro camino. La melodía finalizó y la niña hizo una reverencia como si estuviera presentándose en una filarmónica.—Eres muy buena. —Felicitó a la talentosa criatura dando unas palmadas de felicitación.—Gracias —Respondió la niña—, práctico desde hace un año.La pequeña dejó el violín y el arco en una mesa de centro, caminó hasta un estante intentaba alcanzar un libro pero no lograba dar con el objetivo que estaba un poco alto para ella.Dejó la carpeta en el escritorio a su lado —yo te ayudo —tomo el librillo que al fijarse bien más que un libro, era un álbum de fotos. Un hombre entró dirigiéndose al escritorio, tomó con premura unas carpetas.—¡Papá! —saludó la niña a su padre. —Hola preciosa —Alexander se percató de la presencia de la muchacha, se acercó extrañado pues no la había visto antes—, ¿Usted quién es? —empero él en tono serio.—Yo soy...—Señor Von Parker no sabía que estaba aquí —habló Kate nerviosa nada estaba saliendo bien esa mañana—, ya iba a llevarle esos documentos señor de verdad yo...—Kate ¿Quien es la muchacha? —empero Alexander omitiendo las disculpas de su asistente. La nombrada miró a la mujer a lado de Luna, había olvidado por un momento que era una de las aspirantes a niñera —es una de las chicas que entrevistaré para ser la niñera de Lunita. —Responfió la asistente esperando que su jefe no de enojara.—¿Tú serás mi niñera? —preguntaba Luna con un dejo de emoción en su voz.Esto no estaba saliendo como ella esperaba que fuera —no espere yo no...—Si, papá yo quiero que ella sea mi niñera. —Dijo la niña acercándose a su padre.—No disculpen yo solo vine a traer la hoja de vida de una amiga. —Debía explicar este enredoso asunto antes de que se saliera de control.Alexander miró a su pequeña se inclinó a la altura de la niña castaña, aún así la chiquilla se mostró inconforme, le pareció extraño que Luna se mostrase así con una persona ajena a ella. Por lo general su hija no era muy apegada a nadie —Lunita ya escuchaste a la señorita, ella solo vino a dejar la hoja de una amiga. —Trató de explicar a su hija paciente la situación pues ya sabía lo que que venía a continuación.—Pero ella me agrada —replicó la niña haciendo una mohina de enfado—, anda papá yo quiero que sea ella.Alexander entregó a Kate las carpetas para luego alzar a Luna en sus brazos, la niña comenzó a llorar —Luna hija escúchame. —Pidió el ejecutivo acariciando los castaños cabellos de la niña.—No quiero. —Renegó Luna con su rostro hundido en el hueco entre el cuello y el hombro de su padre—, Luna no llores si.Aquella nena le conmovió, era en extremo sensible algo que no había visto antes en un niño de su edad.—Señorita consideraría el trabajo al menos. —Propuso Alexander a la muchacha, él no había visto esa reacción antes en su pequeña con ninguna niñera.—Yo vine aquí a dejar la hoja de vida de mi amiga, me parecería deshonesto tomar su posible empleo...—No lo tomes así —intervino Kate apretando las carpetas a su pecho—, mira explica a tu amiga, Lunita quiere que seas tú su niñera y de verdad se te pagaría bien, eso sí debes quedarte aquí es un trabajo de planta.Recordó que debía buscar pronto a donde irse este trabajo no se veía nada mal, pero por otro lado estaba Lexi, ella confiaba en ella.—¿Y bien niña? —cuestiinó Kate esperando que su respuesta fuese afirmativa, ella quería rápido una niñera apenas tenía dos días lidiando con la hija de su jefe y ya no soportaba las excentricidades de la pequeña; su trabajo era ser la asistente ejecutiva del ceo, no ser la niñera de una chiquilla malcriada quisquillosa.—Hablaré primero con mi amiga y depende de lo que ella me diga tomaré una decisión.—Bueno espero tomes una decisión pronto, ten en cuanto que hay poco tiempo, llama a este número. —Dijo Kate entregando una tarjeta.—Esta bien.Se despedió de la rubia llamada Kate y la pequeña Luna, salió apresurada de aquella mancion pues había perdido mucho tiempo.Alexander bajó a Luna de sus brazos la niña se veía triste, no le gustaba verla así era un poco agobiante lidiar con la condición de su pequeña hija y todo empeoró cuando su esposa murió él quedó al cuidado de su hija solo y había muchas veces donde terminaba frustrado.—¿Se quedará? —empero la niña con ojitos suplicantes.Tomó las manos de la niña mirándola con ternura —esperemos que si princesa, ahora ve a jugar, si tengo trabajo —cuando Luna salió de la oficina de su padre este volvió a su serio semblante de siempre—, Luna muy rara vez le agrada la compañía de alguien ajeno a su entorno, si esa mujer acepta el trabajo investigue bien a quién contrata Kate de lo encargo mucho. —Dijo serio el rubio saliendo por dónde minutos atrás salió su hija.Kate suspiró cansada tomando una bocanada de aire, estaba cansada de la hija de su jefe se arrepentía de haber sido ascendida se puesto —maldita sea —masculló furiosa la rubia no tenía paciencia para los niños—, solo espero que esto de ser la chica comprensiva con el jefe valga la pena. —Dicho ésto salió trás Alexander dando zancadas haciendo sonar sus altos tacones de aguja.Eran casi las cuatro de la tarde Cameron parecía no parar su sermón por no llegar a tiempo, y todo por andar de buena samaritana, según la pelirroja Noa era demasiado buena —Nini en serio no se porque eres tan ingenua, Alejandra se fue a su trabajo y tú perdiste un ensayo, se que eres buena en lo que haces amiga, pero tú sabes cómo es Fabio, sabes que la vieja Dalia es una mal agradecida...—Cameron tengo algo que contarte —la propuesta de trabajo de esas personas le venía caída del cielo, lo que no iba a contarle a su amiga era que estuvo en la casa del guapo rubio que fue la noche anterior al club, ese secreto lo guardaría para ella—. Camí resulta que esas personas me ofrecieron el empleo a mi. —¡¿Qué?! —exclamó la pelirroja de voluptuoso cuerpo levantándose de la silla donde minutos atrás estaba maquillándose—. ¿Y tú qué respondiste mujer? —inquitió Cameron impaciente. Cameron le miró seria ya sabía que otro largo sermón se avecinaba, sentir el escrutinio de su esmeralda mirada la
Veía su imagen detrás de ella, el espejo le mostraba su imagen, aún traía su uniforme blanco de enfermera. —Pensé que hablaríamos cuando estuviera en casa, Lexi este no es lugar para tí. —Dijo sin quitar la vista del espejo daba color a sus labios para terminar de maquillarse su presentación estaba a punto de comenzar. —Es importante Nini —respondió la enfermera acercándose al tocador tocando con suavidad su hombro derecho—, este tampoco es lugar para tí. —Repitió ella refutando lo dicho por su amiga un momento atrás. Ya estaba lista no era que le encantara trabajar en este lugar, tampoco tenía muchas opciones comenzo en el club Caleidoscopio para ayudar a su fallecida madre. De eso ya han pasado algunos años, simplemente no se había ido porque económicamente la situación actual no era la mejor y además debia enviar dinero a sus abuelos en Colombia —bueno ya que estás aquí dime lo que decidiste —se levantó del tocador parandose frente a Alejandra—. Habla Lexi no tengo mucho tiemp
Era él de nuevo, podría reconocer esos ojos azules se dió la vuelta para subir al tubo y continuar con la rutina; algo era diferente al realizar una pirueta el rubio ya no estaba ahí. El hombre que vió en la mañana y miraba a su hija con calidez y ternura no era ese que estaba mirándole fijamente sin quitarle los ojos de encima con ganas de más y a la misma vez conteniendose, era atractivo y ella no podía dejar de mirarlo sabía que la miraba con deseo pero él se negaba y Noa lo intuía y le parecía gracioso también. Solo esperaba que él no lograse descubrirla. —Debemos bajar —susurró Violet a las dos chicas en su oído —, es orden del jefe. —Dijo mirando la expresión de su amiga de antifaz azul. Su corazón latía acelerado, ese sujeto no podía reconocerla, tenia un antifaz aún así no se fiaba, hacer esto no era de sus cosas favoritas, pero no tenía de otra. «de acuerdo terminas esto rápido y nada a pasado Noa no permitas que vea mucho, además está oscuro». Violet y Rose le fulminaba
Había llegado nuevamente a esa mansión, está vez fue recibida por una empleada de servicio la cual le pidió que esperara a la señorita Kate la asistente personal del señor Von Parker. Pasaba alrededor del lugar apreciando cada detalle de esa estancia, todo era de lujo parecía estar dentro de un sueño altas paredes blancas, decoración clásica pero sobria y amplias ventanas que le daban mucha luz al sitio. Un carraspido llamó mucho su atención se dió la vuelta apenada, no quería parecer metiche, pero la curiosidad le había ganado y sobremanera. —Buenos días señorita —la rubia mantenía la vista en su ipad internamente esperaba que la mujer aceptará de una vez el trabajo—. Asumo que si está aquí es porque aceptó el empleo ¿No es así? —empero Kate esperando una respuesta afirmativa de parte de la morena recién llegada. Asintió ante la pregunta de la asistente —hablé con mi amiga y ella está de acuerdo en que acepte el trabajo de niñera. Kate esbozó una sonrisa casi imperceptible, ya e
Había pasado la tarde con la señora Betany, según hace poco había llegado desde Alemania el señor Von Parker le pidió que viniera y siguiera siendo su ama de llaves. Ella le explicó detalladamente todo lo que le faltó a la señorita Kate decirle sobre la pequeña Luna y las peculiaridades de la condición de la niña. —¿De dónde eres Noa? —preguntó la doméstica más joven. —Yo soy de Harlem Lilly ¿Y tú?—Harlem eso queda muy lejos —respondió Lilly asombrada—, Trenton vine aquí para estudiar artes escénicas, pero terminé aquí porque mi sueño de ser actriz no se pagará solo. —Dijo la alegre mucama de ojos azules y cortos rizos castaños miel. —Bueno Noa son las tres de la tarde, Luna ya debe estar por llegar y ya lo sabes linda no desesperes, si algo ocurre solo llámame. —Recordaba Betany quien se ofreció para orientar a la niñera. —Si Betany. Terminó la taza de café gracias a Betany pudo saber más de la pequeña que cuidaria. Salió a esperar a la niña, mientras esperaba apreciaba los
El despertador sonaba Noa tanteaba buscando el infernal aparato para callarlo, logró apagarlo para volver a envolverse en las cálidas cobijas cinco minutos después la morena recordó que debía levantarse, apresurada dió una patada para quitarse las cobijas de encima entró al baño para alistarse, se lavó los dientes para luego darse una ducha rápida. —¡Carajo! —exclamó molesta—, Noa justo en tu primer día, cómo vas a quedarte dormida...Guardó silencio alguien tocaba la puerta, terminó de abotonar su camisa para acto seguido abrir la puerta. —Buenos días —saludó Noa—, Lilly ya se que desperté tarde ya voy si, solo dame...—No te preocupes —dijo la doméstica con una sonrisa esperando que Noa se calmara, la morena no dejaba de hablar así que la chica decidió tomar la palabra—, no te preocupes no es tarde Noa solo vine a darte un recado de parte del señor Von Parker. Al escuchar aquello Noa guardó silencio esperando el recado de parte de Lilly —bueno está bien. —El señor Alexander me pi
Miraba a la pequeña Luna tomando lección de violín de la tarde la niña tenía mucho talento era relajante escucharle para ser tan pequeña lo hacía muy bien. —Perfecto señorita Von Parker —felicitó la maestra de marcado acento francés—, toma un descanso de cinco minutos y retomamos donde quedamos pequeña. La niña asintió ante la orden de su maestra, la pequeña dejó el refinado instrumento con delicadeza en el pedestal para luego acercarse a su niñera dando tiernos brinquitos moviendo sus largas coletas castañas —Noa —llamó con su dulce vocecita—. ¿Me viste? Ya casi me sale por completo. —Si, claro que te vi —responde notablemente emocionada—, lo haces muy bien te felicito. —Abuelito vendrá, quiero tocar para él. —Perfecto de seguro a tu abuelo le gustará, ahora ve con tu maestra —dijo la morena al ver que la maestra hacía señas a la pequeña, la niña regresó a sus lecciones y Noa volvió su nubla de pensamientos «tenia un par de días sin saber de Cameron, las ganas de hablar con mi am
Tenía que hablar con Noa pero no por teléfono, debía ser en persona, aunque había un inconveniente Cameron no tenía ni la menor idea de la dirección de su nuevo trabajo, apenas y sabía que era en Hudson Valley. —Carajo ¿Qué haré? —se cuestionó la pelirroja impaciente por una respuesta, podía hablar con Noa pero seguramente ella no le diría nada lamentó haber discutido con su amiga de esa manera —, tengo una idea. Se levantó como resorte de la cama, salió del departamento tocó repetidas veces la puerta hasta que está fuera abierta. —¿Qué se te perdió por aquí? —habló una mujer mayor con semblante serio. —Hola señora ¿Está Lexi? Necesito preguntarle algo. —¿Y qué tendría que hablar mi Alejandra con una mujer como tú? —cuestionó la mayor recostando su cuerpo en el marco de la puerta. Cameron respiró profundo, quería decirle un par de cosas a esa anciana, pero este no era momento para dejarse llevar por sus impulsos —¿Está su nieta, o no está? —dijo fastidiada la pelirroja—, es impor