Eran casi las cuatro de la tarde Cameron parecía no parar su sermón por no llegar a tiempo, y todo por andar de buena samaritana, según la pelirroja Noa era demasiado buena —Nini en serio no se porque eres tan ingenua, Alejandra se fue a su trabajo y tú perdiste un ensayo, se que eres buena en lo que haces amiga, pero tú sabes cómo es Fabio, sabes que la vieja Dalia es una mal agradecida...
—Cameron tengo algo que contarte —la propuesta de trabajo de esas personas le venía caída del cielo, lo que no iba a contarle a su amiga era que estuvo en la casa del guapo rubio que fue la noche anterior al club, ese secreto lo guardaría para ella—. Camí resulta que esas personas me ofrecieron el empleo a mi.—¡¿Qué?! —exclamó la pelirroja de voluptuoso cuerpo levantándose de la silla donde minutos atrás estaba maquillándose—. ¿Y tú qué respondiste mujer? —inquitió Cameron impaciente.Cameron le miró seria ya sabía que otro largo sermón se avecinaba, sentir el escrutinio de su esmeralda mirada la ponía nerviosa. Tomó una larga bocanada de aire dispuesta a contar a Cameron lo que pensaba hacer antes de tomar una decisión definitiva sobre ser la niñera de esa pequeña —no, me parecía injusto con Alejandra, ella también...Cameron miró a su amiga con la boca hecha una gran o.—¡No me jodas Noa, al carajo Alejandra! —dijo Cameron exaltada—, sabes este mundo es así los peces grandes se comen a los pequeños amiga, si Alejandra estuviera en tu lugar lo habría aceptado sin detenerse a preguntar si a ti te parecía.Meditó en las palabras de Cameron, aunque fueran rudas sus afirmaciones todas eran ciertas y ella mejor que nadie lo sabía.———La ira era el único sentimiento que tenía en este momento, estaba cansada de luchar sola y de que tantas personas le cerraran la puerta en la nariz como si nada —doctor por favor, es mi madre, ella tiene mucho tiempo esperando está cirugía.—Noa eso lo entiendo, pero tu madre estuvo de acuerdo en esto, esa niña también necesita la cirugía. No puedo hacer más además el seguro no cubre...—¡Maldita sea, ya lo se! —gritó ella tan fuerte que su garganta ardía en cólera, no entendía como aquel hombre podría ser tan indiferente—, no es un animal es mi madre ya le dije que yo pagaré el restante, mi madre depende de esa cirugía...Una enfermera corrió apresurada interrumpiendo, se alejó un momento de ella él se veía tenso en sus gestos, un minuto después el médico regresó con la enfermera a su lado.—Noa —dijo con voz gutural ajustó el puente de sus anteojos con nerviosismo—, Señorita Perez su madre acaba de morir.Él seguía hablando pero su voz era ajena y lejana para Noa, solo los miraba mover los labios sin escuchar nada de lo que hablaban. Su madre ya no estaba entre viva, se había quedado sola, aún recordaba sus palabras (Vamos hacía una nueva vida hija, no dejamos un país, empezamos una nueva vida). No imaginó salir de su país les traería tantos problemas.————Entiendo tu punto Cameron es válido también, entiendo que Alejandra quizás no habría hecho lo mismo de ser diferente la situación y ser ella quien estuviera en mi lugar; aún así hablaré con Lexi, bueno te dejo tengo que calentar está noche será muy importante.Sin agregar más se fue a hacer sus calentamientos, está noche sería muy importante.•••Tenía rato centrado en el ordenador, su vista ya estaba cansada se quitó los anteojos, para luego apoyar su espalda y tomar un descanso, el nuevo horario aún le afectaba un poco y no terminaba de adaptarse.El silencio en su oficina acabó, pues Francisco su alborotado primo destruyó el relajante ambiente callado de su apacible oficina.—¡Hallo Cousin! —saludó un entusiasmado castaño de traje gris claro, debajo camisa y corbata negra sentandose desparramado frente a su primo.—Hallo —respondió Alexander frunciendo el entrecejo, no era que no quisiera a su primo, al contrario era una de las pocas personas a las que sin miedo podía decir que era su amigo de verdad.—Tu entusiasmo no se escucha en ningún lado —comentó Frans con ironía—, pero no te preocupes Alex ya está noche se te quitará esa cara larga de caballo. —Habló con picardía en su voz el recién llegado Frans.—¿Ya te comunicaste con los japoneses? —preguntó Alexander omitiendo el entusiasmo de su primo.—A ello venía precisamente, Alex no te preocupes ya todo está planeado —dijo el castaño con una sonrisa ladina, descansando sus codos en el escritorio de su primo que lo miraba incrédulo—, está noche veremos a nuestros próximos socios en el club Caleidoscopio. —Dijo Frans subiendo ambos pulgares en señal de que todo estaría bien.Abrió los ojos a su máximo al escuchar lo que Fransisco dijo, pensó que su primo no podría estar hablando en serio. —¿Por qué esa cara? —inquirió el castaño confundido al ver el rostro de desconcierto del rubio frente a él.—No puedes estar hablando enserio ¿Verdad? —cuestionó Alexander frotando sus sienes, tratando de calmar la naciente Jaqueca que comenzaba a cobrar más fuerza a cada momento.Francisco cambió su sonrisa por un ceño fruncido no pensó que Alexander lo tomaría tan mal.—Solo quería llevar a los asiáticos a un lugar diferente ¿Eso que tiene de malo? —dijo Fransisco encogiéndose de hombros —¡Llevas a quienes posiblemente sean nuestro negocio más grande en mucho tiempo a ver bailarinas exóticas! —dijo Alexander perdiendo la paciencia.—Pues yo no veo nada de malo en darle a los japoneses un poco de lo que en su país no tienen —se defendió Frans tratando de quitar importancia a la histeria de Alexander—, no veo porque haces un escándalo por esto, tú seguramente llevarías a los asiáticos a un restaurant lujoso sin chiste todo insípido.—Y para ti lo más entretenido es enviar a nuestros posibles socios a un club de strippers. —Replicó Alexander molesto con las tonterías de Frans.Francisco rodó los ojos con fastidio, su primo a pesar de ser joven era un amargado, se levantó del asiento frente al escritorio.—No son strippers...—¡Lo que sea! —exclamó el rubio perdiendo la paciencia con el castaño frente a él.—Pues no te hagas, si Azul pone a los japoneses, como tú quedaste de imbécil cuando la viste anoche, ya tenemos el trato en el bolsillo. —Dijo Frans guiñando un ojo fastidiando a su primo el amargado.En cuanto el castaño vio la cara de pocos amigos de Alexander decidió que ya era hora de irse de su oficina.Solo nuevamente meditó en las palabras de Fransisco, Azul era el nombre de la bailarina de aquella noche. No lo podía negar aquella mujer había llamado su atención, su piel canela clara era perfecta, sus negros ojos destacaban bajo ese antifaz decorado y su figura era escultural parecía irreal.—Azul. —Musitó acordandose de aquel peculiar nombre, se preguntó si aquel era su nombre verdadero, ¿O sería parte del show?Volvió a su escritorio debía trabajar y no pensar en tonterías, aquella mujer tenía su encanto, pero él no se fijaría en una stripper, ni siquiera para cosa de una noche. Solo esperaba que el plan de Frans saliera bien de lo contrario él pagará las consecuencias por las decisiones de su primo.Veía su imagen detrás de ella, el espejo le mostraba su imagen, aún traía su uniforme blanco de enfermera. —Pensé que hablaríamos cuando estuviera en casa, Lexi este no es lugar para tí. —Dijo sin quitar la vista del espejo daba color a sus labios para terminar de maquillarse su presentación estaba a punto de comenzar. —Es importante Nini —respondió la enfermera acercándose al tocador tocando con suavidad su hombro derecho—, este tampoco es lugar para tí. —Repitió ella refutando lo dicho por su amiga un momento atrás. Ya estaba lista no era que le encantara trabajar en este lugar, tampoco tenía muchas opciones comenzo en el club Caleidoscopio para ayudar a su fallecida madre. De eso ya han pasado algunos años, simplemente no se había ido porque económicamente la situación actual no era la mejor y además debia enviar dinero a sus abuelos en Colombia —bueno ya que estás aquí dime lo que decidiste —se levantó del tocador parandose frente a Alejandra—. Habla Lexi no tengo mucho tiemp
Era él de nuevo, podría reconocer esos ojos azules se dió la vuelta para subir al tubo y continuar con la rutina; algo era diferente al realizar una pirueta el rubio ya no estaba ahí. El hombre que vió en la mañana y miraba a su hija con calidez y ternura no era ese que estaba mirándole fijamente sin quitarle los ojos de encima con ganas de más y a la misma vez conteniendose, era atractivo y ella no podía dejar de mirarlo sabía que la miraba con deseo pero él se negaba y Noa lo intuía y le parecía gracioso también. Solo esperaba que él no lograse descubrirla. —Debemos bajar —susurró Violet a las dos chicas en su oído —, es orden del jefe. —Dijo mirando la expresión de su amiga de antifaz azul. Su corazón latía acelerado, ese sujeto no podía reconocerla, tenia un antifaz aún así no se fiaba, hacer esto no era de sus cosas favoritas, pero no tenía de otra. «de acuerdo terminas esto rápido y nada a pasado Noa no permitas que vea mucho, además está oscuro». Violet y Rose le fulminaba
Había llegado nuevamente a esa mansión, está vez fue recibida por una empleada de servicio la cual le pidió que esperara a la señorita Kate la asistente personal del señor Von Parker. Pasaba alrededor del lugar apreciando cada detalle de esa estancia, todo era de lujo parecía estar dentro de un sueño altas paredes blancas, decoración clásica pero sobria y amplias ventanas que le daban mucha luz al sitio. Un carraspido llamó mucho su atención se dió la vuelta apenada, no quería parecer metiche, pero la curiosidad le había ganado y sobremanera. —Buenos días señorita —la rubia mantenía la vista en su ipad internamente esperaba que la mujer aceptará de una vez el trabajo—. Asumo que si está aquí es porque aceptó el empleo ¿No es así? —empero Kate esperando una respuesta afirmativa de parte de la morena recién llegada. Asintió ante la pregunta de la asistente —hablé con mi amiga y ella está de acuerdo en que acepte el trabajo de niñera. Kate esbozó una sonrisa casi imperceptible, ya e
Había pasado la tarde con la señora Betany, según hace poco había llegado desde Alemania el señor Von Parker le pidió que viniera y siguiera siendo su ama de llaves. Ella le explicó detalladamente todo lo que le faltó a la señorita Kate decirle sobre la pequeña Luna y las peculiaridades de la condición de la niña. —¿De dónde eres Noa? —preguntó la doméstica más joven. —Yo soy de Harlem Lilly ¿Y tú?—Harlem eso queda muy lejos —respondió Lilly asombrada—, Trenton vine aquí para estudiar artes escénicas, pero terminé aquí porque mi sueño de ser actriz no se pagará solo. —Dijo la alegre mucama de ojos azules y cortos rizos castaños miel. —Bueno Noa son las tres de la tarde, Luna ya debe estar por llegar y ya lo sabes linda no desesperes, si algo ocurre solo llámame. —Recordaba Betany quien se ofreció para orientar a la niñera. —Si Betany. Terminó la taza de café gracias a Betany pudo saber más de la pequeña que cuidaria. Salió a esperar a la niña, mientras esperaba apreciaba los
El despertador sonaba Noa tanteaba buscando el infernal aparato para callarlo, logró apagarlo para volver a envolverse en las cálidas cobijas cinco minutos después la morena recordó que debía levantarse, apresurada dió una patada para quitarse las cobijas de encima entró al baño para alistarse, se lavó los dientes para luego darse una ducha rápida. —¡Carajo! —exclamó molesta—, Noa justo en tu primer día, cómo vas a quedarte dormida...Guardó silencio alguien tocaba la puerta, terminó de abotonar su camisa para acto seguido abrir la puerta. —Buenos días —saludó Noa—, Lilly ya se que desperté tarde ya voy si, solo dame...—No te preocupes —dijo la doméstica con una sonrisa esperando que Noa se calmara, la morena no dejaba de hablar así que la chica decidió tomar la palabra—, no te preocupes no es tarde Noa solo vine a darte un recado de parte del señor Von Parker. Al escuchar aquello Noa guardó silencio esperando el recado de parte de Lilly —bueno está bien. —El señor Alexander me pi
Miraba a la pequeña Luna tomando lección de violín de la tarde la niña tenía mucho talento era relajante escucharle para ser tan pequeña lo hacía muy bien. —Perfecto señorita Von Parker —felicitó la maestra de marcado acento francés—, toma un descanso de cinco minutos y retomamos donde quedamos pequeña. La niña asintió ante la orden de su maestra, la pequeña dejó el refinado instrumento con delicadeza en el pedestal para luego acercarse a su niñera dando tiernos brinquitos moviendo sus largas coletas castañas —Noa —llamó con su dulce vocecita—. ¿Me viste? Ya casi me sale por completo. —Si, claro que te vi —responde notablemente emocionada—, lo haces muy bien te felicito. —Abuelito vendrá, quiero tocar para él. —Perfecto de seguro a tu abuelo le gustará, ahora ve con tu maestra —dijo la morena al ver que la maestra hacía señas a la pequeña, la niña regresó a sus lecciones y Noa volvió su nubla de pensamientos «tenia un par de días sin saber de Cameron, las ganas de hablar con mi am
Tenía que hablar con Noa pero no por teléfono, debía ser en persona, aunque había un inconveniente Cameron no tenía ni la menor idea de la dirección de su nuevo trabajo, apenas y sabía que era en Hudson Valley. —Carajo ¿Qué haré? —se cuestionó la pelirroja impaciente por una respuesta, podía hablar con Noa pero seguramente ella no le diría nada lamentó haber discutido con su amiga de esa manera —, tengo una idea. Se levantó como resorte de la cama, salió del departamento tocó repetidas veces la puerta hasta que está fuera abierta. —¿Qué se te perdió por aquí? —habló una mujer mayor con semblante serio. —Hola señora ¿Está Lexi? Necesito preguntarle algo. —¿Y qué tendría que hablar mi Alejandra con una mujer como tú? —cuestionó la mayor recostando su cuerpo en el marco de la puerta. Cameron respiró profundo, quería decirle un par de cosas a esa anciana, pero este no era momento para dejarse llevar por sus impulsos —¿Está su nieta, o no está? —dijo fastidiada la pelirroja—, es impor
—¿Pero quién trajo esto? —cuestionó Noa destapando el vestido de su funda. Caminó con el vestido hasta un espejo de cuerpo completo junto al armario, se miró con el puesto por encima de la ropa, la prenda era sencilla pero preciosa de color azul marino a sus rodilla—, y tengo los zapatos perfectos —dijo animada la morena estuvo toda la mañana pensando en que usar esa noche, incluso llegó a creer que tendría que pedir permiso y salir por algo para usar esa noche y no desentonar. Dejó el vestido y los zapatos a un lado el celular volvió a sonar, Noa al encender la pantalla frunció el ceño era Cristal quien de una manera poco cortes le reprochó el que no le pagaron completo el vip del fin de semana pasado. —Noa ¿Estás? —Si Lilly, pasa. —Dijo haciendo su celular a un lado ignorando el montón de textos que no pararon de llegar. La nombrada entró cerrando la puerta trás ella —¿Te gustó el vestido? —preguntaba la castaña a la expectativa de la respuesta de la morena—, está precioso y pe