Había pasado la tarde con la señora Betany, según hace poco había llegado desde Alemania el señor Von Parker le pidió que viniera y siguiera siendo su ama de llaves. Ella le explicó detalladamente todo lo que le faltó a la señorita Kate decirle sobre la pequeña Luna y las peculiaridades de la condición de la niña. —¿De dónde eres Noa? —preguntó la doméstica más joven. —Yo soy de Harlem Lilly ¿Y tú?—Harlem eso queda muy lejos —respondió Lilly asombrada—, Trenton vine aquí para estudiar artes escénicas, pero terminé aquí porque mi sueño de ser actriz no se pagará solo. —Dijo la alegre mucama de ojos azules y cortos rizos castaños miel. —Bueno Noa son las tres de la tarde, Luna ya debe estar por llegar y ya lo sabes linda no desesperes, si algo ocurre solo llámame. —Recordaba Betany quien se ofreció para orientar a la niñera. —Si Betany. Terminó la taza de café gracias a Betany pudo saber más de la pequeña que cuidaria. Salió a esperar a la niña, mientras esperaba apreciaba los
El despertador sonaba Noa tanteaba buscando el infernal aparato para callarlo, logró apagarlo para volver a envolverse en las cálidas cobijas cinco minutos después la morena recordó que debía levantarse, apresurada dió una patada para quitarse las cobijas de encima entró al baño para alistarse, se lavó los dientes para luego darse una ducha rápida. —¡Carajo! —exclamó molesta—, Noa justo en tu primer día, cómo vas a quedarte dormida...Guardó silencio alguien tocaba la puerta, terminó de abotonar su camisa para acto seguido abrir la puerta. —Buenos días —saludó Noa—, Lilly ya se que desperté tarde ya voy si, solo dame...—No te preocupes —dijo la doméstica con una sonrisa esperando que Noa se calmara, la morena no dejaba de hablar así que la chica decidió tomar la palabra—, no te preocupes no es tarde Noa solo vine a darte un recado de parte del señor Von Parker. Al escuchar aquello Noa guardó silencio esperando el recado de parte de Lilly —bueno está bien. —El señor Alexander me pi
Miraba a la pequeña Luna tomando lección de violín de la tarde la niña tenía mucho talento era relajante escucharle para ser tan pequeña lo hacía muy bien. —Perfecto señorita Von Parker —felicitó la maestra de marcado acento francés—, toma un descanso de cinco minutos y retomamos donde quedamos pequeña. La niña asintió ante la orden de su maestra, la pequeña dejó el refinado instrumento con delicadeza en el pedestal para luego acercarse a su niñera dando tiernos brinquitos moviendo sus largas coletas castañas —Noa —llamó con su dulce vocecita—. ¿Me viste? Ya casi me sale por completo. —Si, claro que te vi —responde notablemente emocionada—, lo haces muy bien te felicito. —Abuelito vendrá, quiero tocar para él. —Perfecto de seguro a tu abuelo le gustará, ahora ve con tu maestra —dijo la morena al ver que la maestra hacía señas a la pequeña, la niña regresó a sus lecciones y Noa volvió su nubla de pensamientos «tenia un par de días sin saber de Cameron, las ganas de hablar con mi am
Tenía que hablar con Noa pero no por teléfono, debía ser en persona, aunque había un inconveniente Cameron no tenía ni la menor idea de la dirección de su nuevo trabajo, apenas y sabía que era en Hudson Valley. —Carajo ¿Qué haré? —se cuestionó la pelirroja impaciente por una respuesta, podía hablar con Noa pero seguramente ella no le diría nada lamentó haber discutido con su amiga de esa manera —, tengo una idea. Se levantó como resorte de la cama, salió del departamento tocó repetidas veces la puerta hasta que está fuera abierta. —¿Qué se te perdió por aquí? —habló una mujer mayor con semblante serio. —Hola señora ¿Está Lexi? Necesito preguntarle algo. —¿Y qué tendría que hablar mi Alejandra con una mujer como tú? —cuestionó la mayor recostando su cuerpo en el marco de la puerta. Cameron respiró profundo, quería decirle un par de cosas a esa anciana, pero este no era momento para dejarse llevar por sus impulsos —¿Está su nieta, o no está? —dijo fastidiada la pelirroja—, es impor
—¿Pero quién trajo esto? —cuestionó Noa destapando el vestido de su funda. Caminó con el vestido hasta un espejo de cuerpo completo junto al armario, se miró con el puesto por encima de la ropa, la prenda era sencilla pero preciosa de color azul marino a sus rodilla—, y tengo los zapatos perfectos —dijo animada la morena estuvo toda la mañana pensando en que usar esa noche, incluso llegó a creer que tendría que pedir permiso y salir por algo para usar esa noche y no desentonar. Dejó el vestido y los zapatos a un lado el celular volvió a sonar, Noa al encender la pantalla frunció el ceño era Cristal quien de una manera poco cortes le reprochó el que no le pagaron completo el vip del fin de semana pasado. —Noa ¿Estás? —Si Lilly, pasa. —Dijo haciendo su celular a un lado ignorando el montón de textos que no pararon de llegar. La nombrada entró cerrando la puerta trás ella —¿Te gustó el vestido? —preguntaba la castaña a la expectativa de la respuesta de la morena—, está precioso y pe
Tenía algo de nervios al entrar ahí, el pensamiento que recorrió su mente era si la descubrían ¿Qué iba a hacer en caso de ser descubierta? Su trabajo de niñera sería debut y final «Noa esto está cada vez más complicado, lo mejor es renunciar ahora», sus pensamientos se vieron interrumpidos por el llamado de una infantil vocecita. —Mi papá y yo te estábamos buscando. La voz de Luna volvió a Noa a la realidad —lo siento pequeña, necesitaba salir un momento pero dime ¿Necesitas algo Lunita? —preguntaba en tono amable. —¿También te molestan los ruidos fuertes como a mi? —preguntó la inocente niña—, con audífonos ya no escuchas nada, te voy a regalar unos Noa. —Gracias Luna —dijo inclinandose un poco a la altura de la niña—, vamos adentro hace frío aquí afuera nena y te puedes resfriar. —Acompañaba a la niña adentro, está al ver a su padre se acercó a él. —Papi encontré a Noa, dijo que tampoco le gustan los ruidos fuertes —explicó la niña con interés a su progenitor—, ve adentro y s
—Niña estúpida, yo soy tu dueño, me debes esta vida y parte de la otra y, ¿Crees que con un sueldo mediocre vas a saldar tu deuda.Tembló de ira ante lo dicho por ese hombre, ya no estaba tras su escritorio. Ahora la sostenía con fuerza del cuello, abrió sus ojos y la expresión de aquel hombre la aterrorizó, si no le soltaba rápido ella creía iba a morir. —Sueltame —dijo con voz gutural apenas audible, comenzó a clavar las uñas en las manos de Fabrizio pero este no mostró ni un apice en querer detenerse. Repentinamente la soltó, Noa se sostuvo el cuello con ambas manos, respiraba y tosia con desespero su pecho subió y bajó urgido del preciado oxígeno —¡Estas loco! —exclamó ella aún jadeando sus pulmones reclamaban el preciado oxigeno. —No te vuelvas a querer pasar de lista Noa, o la próxima no tendré compasión contigo pequeña zorra, ¿pensaste que te desharias de mi? —dijo él irrisorio caminando a su escritorio para tomar un puro de una caja de madera—, déjame explicarte unas cosas A
Noa estaba entre la espada y la pared ante aquella petición, petición que la haría perder mucho debia hacer algo antes de que fuese demasiado tarde para ella —lo que me pides no es posible cariño. —Dijo Noa con voz juguetona tomando al hombre de la barbilla. —¿Y porqué no? —refutó Takeru siguiendo el juego de la bailarina. —Porque es parte del show darling —susurró acercendose al oído de Takeru. —Tú no pareces ser el tipo de chicas que sigue las reglas Azul. —Habló Takeru esbozando una sonrisa ladina. —Pues las apariencias engañan guapo, no soy lo que crees, yo en el fondo soy una buena chica. —Rió Noa cómplice al coqueteo de Takeru. La intención de la morena era hacer tiempo hasta que la hora pasará y su turno finalice.—A mi no me parece que seas una buena chica, al contrario. —Lamentó decepcionarte, has venido de tan lejos y... Los labios de la morena fueron silenciados por Takeru en un beso desprevenido que Noa no vió venir, intentó soltarse del agarre de Takeru pero este le