Veía su imagen detrás de ella, el espejo le mostraba su imagen, aún traía su uniforme blanco de enfermera.
—Pensé que hablaríamos cuando estuviera en casa, Lexi este no es lugar para tí. —Dijo sin quitar la vista del espejo daba color a sus labios para terminar de maquillarse su presentación estaba a punto de comenzar.—Es importante Nini —respondió la enfermera acercándose al tocador tocando con suavidad su hombro derecho—, este tampoco es lugar para tí. —Repitió ella refutando lo dicho por su amiga un momento atrás.Ya estaba lista no era que le encantara trabajar en este lugar, tampoco tenía muchas opciones comenzo en el club Caleidoscopio para ayudar a su fallecida madre. De eso ya han pasado algunos años, simplemente no se había ido porque económicamente la situación actual no era la mejor y además debia enviar dinero a sus abuelos en Colombia —bueno ya que estás aquí dime lo que decidiste —se levantó del tocador parandose frente a Alejandra—. Habla Lexi no tengo mucho tiempo y mi show está por comenzar ¿Ya tomaste una decisión? —sabia cual sería la respuesta Alejandra no era tonta, ella era una persona como pocas dulce, amable y bondadosa pero ella no rechazaría una oportunidad así.—Yo sé que ese trabajo sería de mucha ayuda para tí y...—Alejandra no quiero apresurarte en esta decisión, ya mi turno está por llegar, ve a casa mañana hablaremos mejor, además no quiero que tomes decisiones apresuradas...—Solo dime algo Noa —dijo la enfermera deteniendo a Noa de la muñeca, pues está comenzó a caminar a la salida del camerino—. ¿Quieres dejar de ser Azul?, ¿quieres dejar atrás este lugar? —arguyó la enfermera casi segura de la respuesta de su amiga.—Eso quiere decir...—Escucha tú lo ganaste, toma esto como una oportunidad de dejar el Caleidoscopio, sé que no quieres seguir con esto puedo verlo en tus ojos Nini. —Dijo Alejandra dibujando una sonrisa sincera en sus labios.—Pero tú y los cuidados de tu abuela, Delia te necesita...—No te preocupes y, si es un trabajo de planta no me servirá de mucho, tú lo acabas de decir linda mi abuela me necesita —refutó Alejandra sin dejar de reír—, ya vendrán otras oportunidades además cosas buenas pasan al que sabe esperar. —Dijo la enfermera sin soltar su agarre de Noa.—Gracias —no sabía que decir más que agradecer a Lexi por entenderle y no enojarse con ella; aunque Cameron estuviera enojada por querer hablar con Alejandra de esto—, de verdad gracias Lexi yo...—No digas nada ahora ve, o se hará tarde yo no quiero que tengas problemas por mi causa.—Si.Salió como lo hacía cada noche, esperaba obtener buenas propinas ya que está sería su última noche en Caleidoscopio, a partir de mañana dejaría de ser Azul la bailarina de este club.•••No estaba de acuerdo en la idea de traer a sus posibles socios a ese lugar, pero ya los japoneses habían recibido la invitación de Frans. De no ser así él habría tratado de arreglar las cosas a tiempo pero lamentablemente era tarde y ya estaban en la entrada del recinto —Frans si esto no sale bien perderemos mucho. —Advirtió Alexander con cara de fastidio.—Pues si sigues con tu mala vibra es muy posible que nuestro business con los asiáticos no salgan bien —replicó Frans acomodando su saco—, además ya estamos aquí cambia tu modo de alemán amargado, y activa tu modo de Neoyorquino divertido.—Por ahora prefiero entrar y rogar porque todo salga bien.—Así será primo querido —dijo el pícaro castaño guiñando un ojo al hosco alemán—, contraté el salón vip y allí solo está lo mejor, de lo mejor entremos ya Daisuke y Takeru deben estar adentro esperando.Al entrar al lugar la música retumbaba en sus oídos no estaba acostumbrado a tanto escándalo; solo esperaba que los japoneses no se sintieran igual que él de incómodo, luces de colores en medio de una pista de baile que estaba repleta de personas.—Sigueme Alexander. —Pidió Frans subiendo las escaleras.—¿A dónde vamos? —cuestionó el rubio con desconfianza mirando ceñudo a su libertino e irresponsable familiar.Frans retrocedió dos escalones miró a su primo con fastidio, pero luego recordó que apenas tenía unos cuantos días en el país —te dije que iríamos al área vip y eso está en el segundo piso. —Dijo Francisco resaltando lo obvio.Llegaron al salón el lugar se hallaba menos aglomerado que en el primer piso.—Buenas noches caballeros.—¡Fabio amigo! —saludó Frans efusivo al hombre que acababa de recibirlos.—Francisco —respondió un hombre alto y atractivo, su cabello negro peinado hacia atrás y su vestimenta constaba de un traje de dos piezas en color gris y camisa blanca sin corbata—, ya tus invitados llegaron.—Perfecto Fabio sabía que en tus manos todo estaría en orden, te presento a mi primo Alexander Von Parker, el nuevo director ejecutivo de la compañía.—Un gusto mi nombre es Fabrizio Barzini, dueño de este club.El hombre de traje gris estiró su mano para ofrecersela a Alexander, el rubio aceptó el gesto estrechando la mano del hombre frente a él —Igualmente —respondió Alexander con su habitual seriedad—, en efecto el lugar es agradable. —Comentó Alexander lo primero que vino a su mente.—No solo agradable, es uno de los mejores ya tengo ocho sucursales y próximamente abriré un Caleidoscopio en mi adorada Sicilia. —Presumió el siciliano orgulloso de su creciente imperio.—Y dime algo Fabio ¿Con qué belleza deleitaras a nuestros invitados? —Cuestionó Fransisco entrando nuevamente a la convención.—Solo lo mejor, de lo mejor, amigo mío ya sabes que para mis mejores clientes siempre reservo lo mejor. Nuestras anfitrionas está noche serán Rose, Violet y por último Azul nuestra estrella. —Dijo Fabio con una sonrisa de superioridad.—Bueno Frans, ya debemos ir no quiero hacer esperar más a los japoneses. La puntualidad es importante para ellos. —Si tienes razón en eso —dijo Francisco de acuerdo con su primo—, Fabio llévame con los asiáticos.—Claro —Fabrizio hizo seña a uno de los empleados, en cuanto el mesero se acercó a su jefe él le pidió que llevara al par de ejecutivos al salón donde estaban los señores Shinomoto.—Si señor —respondió el mesero a su jefe—, caballeros síganme por favor. —Pidió el muchacho.Alexander y Francisco siguieron al muchacho, este los llevó a una especie de cubículo al abrir la puerta se encontraron con dos hombres, uno era joven y el otro se veía mayor las canas en lo que un día fue una negra cabellera lo delataban las platinadas hebras de cabello. —Aquí es señores —dijo el empleado—, si necesitan algo con solo tocar el boton de la mesa vendré.El muchacho se retiró Alexander y Francisco se adentraron al área vip.—Buenas noches señores Shinomoto. —Saludó Alexander.Ambos hombres se pusieron de pie para luego hacer una reverencia a sus posibles socios.—Buenas noches joven Alexander. —Respondió Daisuke de manera neutral.Ante aquella voz Alexander miró a Francisco con el ceño fruncido, Daisuke Shinomoto parecía ser un hombre serio, no parecía ser un hombre que frecuentara este tipo de lugares.—Joven Von Parker tu abuelo y yo hemos tenido una cordial relación y una que otra colaboración; está vez tuve mis reservas en cuanto me dijeron que tú serías el nuevo director ejecutivo solo miré tu juventud, pero tu abuelo me dijo que podría confiar en ti muchacho.Las palabras de Daisuke calaban fuerte en Alexander, él no sabía cómo tomarlas, si como halago, o reproche por llevarlo a un lugar así —señor Shinomoto de mi parte está en hacer crecer ambas compañías...—Hablemos luego de negocios —dijo Takeru que no había pronunciado antes palabra—, miren las luces las bailarinas están por salir.Los hombres posaron sus miradas en el escenario frente a ellos. La música comenzó a sonar llenando el ambiente de una atmósfera de sensualidad.La primera en salir fue Violet, una mujer de voluptuosa figura y larga cabellera Pelirroja, su atuendo era del color de su nombre, la astuta Pelirroja movia lado, a lado sus caderas haciendo a los asiáticos abrir los ojos más de lo normal. La segunda en salir fué Rose, de todas Rose era la más delgada pero aún así ágil como todas, hacía unas piruetas en el tubo que dejaban a los presentes sin aliento ambas mujeres fueron al medio del escenario, una nube de humo salió para luego salir la tercera de las bailarinas, de las tres era la de piel morena y larga cabellera negra que se movía al compás de su danza.Las bailarinas comenzaron a subir en los tubos de acero en la tarima, de las tres mujeres era Azul quien más destacaba. La atrevida morena atrajo nuevamente la atención de Alexander, él se negaba a ver tal espectaculo pero era importante, las caderas de azul lo atraían como una polilla a la luz. Aquella mujer de piel dorada le hacía tener pensamientos que hace mucho no pasaban por su cabeza, Azul provocaba bajos deseos en él, aunque Alexander se negara a aceptarlo.Era él de nuevo, podría reconocer esos ojos azules se dió la vuelta para subir al tubo y continuar con la rutina; algo era diferente al realizar una pirueta el rubio ya no estaba ahí. El hombre que vió en la mañana y miraba a su hija con calidez y ternura no era ese que estaba mirándole fijamente sin quitarle los ojos de encima con ganas de más y a la misma vez conteniendose, era atractivo y ella no podía dejar de mirarlo sabía que la miraba con deseo pero él se negaba y Noa lo intuía y le parecía gracioso también. Solo esperaba que él no lograse descubrirla. —Debemos bajar —susurró Violet a las dos chicas en su oído —, es orden del jefe. —Dijo mirando la expresión de su amiga de antifaz azul. Su corazón latía acelerado, ese sujeto no podía reconocerla, tenia un antifaz aún así no se fiaba, hacer esto no era de sus cosas favoritas, pero no tenía de otra. «de acuerdo terminas esto rápido y nada a pasado Noa no permitas que vea mucho, además está oscuro». Violet y Rose le fulminaba
Había llegado nuevamente a esa mansión, está vez fue recibida por una empleada de servicio la cual le pidió que esperara a la señorita Kate la asistente personal del señor Von Parker. Pasaba alrededor del lugar apreciando cada detalle de esa estancia, todo era de lujo parecía estar dentro de un sueño altas paredes blancas, decoración clásica pero sobria y amplias ventanas que le daban mucha luz al sitio. Un carraspido llamó mucho su atención se dió la vuelta apenada, no quería parecer metiche, pero la curiosidad le había ganado y sobremanera. —Buenos días señorita —la rubia mantenía la vista en su ipad internamente esperaba que la mujer aceptará de una vez el trabajo—. Asumo que si está aquí es porque aceptó el empleo ¿No es así? —empero Kate esperando una respuesta afirmativa de parte de la morena recién llegada. Asintió ante la pregunta de la asistente —hablé con mi amiga y ella está de acuerdo en que acepte el trabajo de niñera. Kate esbozó una sonrisa casi imperceptible, ya e
Había pasado la tarde con la señora Betany, según hace poco había llegado desde Alemania el señor Von Parker le pidió que viniera y siguiera siendo su ama de llaves. Ella le explicó detalladamente todo lo que le faltó a la señorita Kate decirle sobre la pequeña Luna y las peculiaridades de la condición de la niña. —¿De dónde eres Noa? —preguntó la doméstica más joven. —Yo soy de Harlem Lilly ¿Y tú?—Harlem eso queda muy lejos —respondió Lilly asombrada—, Trenton vine aquí para estudiar artes escénicas, pero terminé aquí porque mi sueño de ser actriz no se pagará solo. —Dijo la alegre mucama de ojos azules y cortos rizos castaños miel. —Bueno Noa son las tres de la tarde, Luna ya debe estar por llegar y ya lo sabes linda no desesperes, si algo ocurre solo llámame. —Recordaba Betany quien se ofreció para orientar a la niñera. —Si Betany. Terminó la taza de café gracias a Betany pudo saber más de la pequeña que cuidaria. Salió a esperar a la niña, mientras esperaba apreciaba los
El despertador sonaba Noa tanteaba buscando el infernal aparato para callarlo, logró apagarlo para volver a envolverse en las cálidas cobijas cinco minutos después la morena recordó que debía levantarse, apresurada dió una patada para quitarse las cobijas de encima entró al baño para alistarse, se lavó los dientes para luego darse una ducha rápida. —¡Carajo! —exclamó molesta—, Noa justo en tu primer día, cómo vas a quedarte dormida...Guardó silencio alguien tocaba la puerta, terminó de abotonar su camisa para acto seguido abrir la puerta. —Buenos días —saludó Noa—, Lilly ya se que desperté tarde ya voy si, solo dame...—No te preocupes —dijo la doméstica con una sonrisa esperando que Noa se calmara, la morena no dejaba de hablar así que la chica decidió tomar la palabra—, no te preocupes no es tarde Noa solo vine a darte un recado de parte del señor Von Parker. Al escuchar aquello Noa guardó silencio esperando el recado de parte de Lilly —bueno está bien. —El señor Alexander me pi
Miraba a la pequeña Luna tomando lección de violín de la tarde la niña tenía mucho talento era relajante escucharle para ser tan pequeña lo hacía muy bien. —Perfecto señorita Von Parker —felicitó la maestra de marcado acento francés—, toma un descanso de cinco minutos y retomamos donde quedamos pequeña. La niña asintió ante la orden de su maestra, la pequeña dejó el refinado instrumento con delicadeza en el pedestal para luego acercarse a su niñera dando tiernos brinquitos moviendo sus largas coletas castañas —Noa —llamó con su dulce vocecita—. ¿Me viste? Ya casi me sale por completo. —Si, claro que te vi —responde notablemente emocionada—, lo haces muy bien te felicito. —Abuelito vendrá, quiero tocar para él. —Perfecto de seguro a tu abuelo le gustará, ahora ve con tu maestra —dijo la morena al ver que la maestra hacía señas a la pequeña, la niña regresó a sus lecciones y Noa volvió su nubla de pensamientos «tenia un par de días sin saber de Cameron, las ganas de hablar con mi am
Tenía que hablar con Noa pero no por teléfono, debía ser en persona, aunque había un inconveniente Cameron no tenía ni la menor idea de la dirección de su nuevo trabajo, apenas y sabía que era en Hudson Valley. —Carajo ¿Qué haré? —se cuestionó la pelirroja impaciente por una respuesta, podía hablar con Noa pero seguramente ella no le diría nada lamentó haber discutido con su amiga de esa manera —, tengo una idea. Se levantó como resorte de la cama, salió del departamento tocó repetidas veces la puerta hasta que está fuera abierta. —¿Qué se te perdió por aquí? —habló una mujer mayor con semblante serio. —Hola señora ¿Está Lexi? Necesito preguntarle algo. —¿Y qué tendría que hablar mi Alejandra con una mujer como tú? —cuestionó la mayor recostando su cuerpo en el marco de la puerta. Cameron respiró profundo, quería decirle un par de cosas a esa anciana, pero este no era momento para dejarse llevar por sus impulsos —¿Está su nieta, o no está? —dijo fastidiada la pelirroja—, es impor
—¿Pero quién trajo esto? —cuestionó Noa destapando el vestido de su funda. Caminó con el vestido hasta un espejo de cuerpo completo junto al armario, se miró con el puesto por encima de la ropa, la prenda era sencilla pero preciosa de color azul marino a sus rodilla—, y tengo los zapatos perfectos —dijo animada la morena estuvo toda la mañana pensando en que usar esa noche, incluso llegó a creer que tendría que pedir permiso y salir por algo para usar esa noche y no desentonar. Dejó el vestido y los zapatos a un lado el celular volvió a sonar, Noa al encender la pantalla frunció el ceño era Cristal quien de una manera poco cortes le reprochó el que no le pagaron completo el vip del fin de semana pasado. —Noa ¿Estás? —Si Lilly, pasa. —Dijo haciendo su celular a un lado ignorando el montón de textos que no pararon de llegar. La nombrada entró cerrando la puerta trás ella —¿Te gustó el vestido? —preguntaba la castaña a la expectativa de la respuesta de la morena—, está precioso y pe
Tenía algo de nervios al entrar ahí, el pensamiento que recorrió su mente era si la descubrían ¿Qué iba a hacer en caso de ser descubierta? Su trabajo de niñera sería debut y final «Noa esto está cada vez más complicado, lo mejor es renunciar ahora», sus pensamientos se vieron interrumpidos por el llamado de una infantil vocecita. —Mi papá y yo te estábamos buscando. La voz de Luna volvió a Noa a la realidad —lo siento pequeña, necesitaba salir un momento pero dime ¿Necesitas algo Lunita? —preguntaba en tono amable. —¿También te molestan los ruidos fuertes como a mi? —preguntó la inocente niña—, con audífonos ya no escuchas nada, te voy a regalar unos Noa. —Gracias Luna —dijo inclinandose un poco a la altura de la niña—, vamos adentro hace frío aquí afuera nena y te puedes resfriar. —Acompañaba a la niña adentro, está al ver a su padre se acercó a él. —Papi encontré a Noa, dijo que tampoco le gustan los ruidos fuertes —explicó la niña con interés a su progenitor—, ve adentro y s