La Cita Cincuenta y Siete.
Capitulo 1.
A pasos apresurados me monte al vehículo que esperaba fuera de la entrada del hotel y antes de que lo perdiera de vista, aquel chico elegante al igual que narcisista salió rápidamente y se limitó a ver como me iba sin siquiera despedirme.
Suspire agotada a medida que nos alejábamos de aquel lugar.
Mire hacia mi derecha y tome la pequeña agenda que se encontraba sobre el asiento. Lo abrí mientras tomaba un bolígrafo y taché el nombre de la cita número cincuenta y seis del año.
Mark Saimon, a pesar de ser un joven con mucha educación, elegancia y con un amplio vocabulario le seguía faltando humildad, discreción y madurez; el comienzo de la cita había sido agradable, pero transcurriendo el tiempo la conversación comenzó a hacerse en torno hacia la empresa, dinero y estatus de la empresa de su padre. Que en menos de un año el heredaría.
Exhausta de escuchar y caer en la misma conversación, hasta con las anteriores citas, sentí el gran impulso de salir de ese lugar de inmediato. Y por ello me encuentro aquí.
El vehículo se detuvo y preste atención a que había llegado a mi "hogar". Dubitativamente tomé mis cosas y cerré mis ojos disfrutando de estos últimos momentos antes de entrar al caos.
-Deséeme suerte, Señor Kim.- Murmure antes de bajarme y recibiendo como respuesta un leve asentimiento.
Me pareció muy extraño que al entrar a casa no se escucharon los pasos rápidos de Alice para comenzar con su pesado interrogatorio. Relaje mis hombros y me quite los zapatos de considerable altura.
Avance por el salón encaminándome hasta las escaleras para ir hacia mi habitación. Antes de poder entrar fui interceptada por la presencia de una, o mejor dicho, dos personas.
- Haz llegado más tarde de lo que sueles durar.- Me observó de pies a cabeza- ¿Cómo te ha ido? ¿Es tan amable como dicen? ¿Que hay de la empresa de su padre? ¿El será el próximo...
-Hola, Alice. Me encuentro bastante cansada- La detuve antes de que pudiera seguir preguntando insistentemente- Gracias por preguntar.
-Entonces espero que este cansancio no haya generado inconvenientes con tu cita- ya acostumbradas con sus contestaciones sin una mínima pizca de decencia, seguí mis pasos hacia mi habitación para colocarme más cómoda.-¿Quedaron en verse otra vez?
-Le dije que le llamaría, tal vez- me encogí de hombros y comencé a buscar mis típicas ropas holgadas y frescas, perfectas para estar entre casa.
-Lo rechazaste- su voz de drama hizo presencia y como digno de un melodrama se acostó en un sofá de mi habitación.- Siempre le dices lo mismo a cada chico con el que saliste. - Con un suspiro lentamente se reincorporó en el sofá a la misma vez que tomaba su gran panza.- Ambos vamos a tener que seguir viéndote todos los días..
-A mi tampoco me agrada verte la cara todos los días- rodeo los ojos- pero lo trato de soportar.
Observe como desaparecía y sin pensarlo más me dirigí hacia el cuarto de baño.
Deje correr el agua caliente y varios pensamientos me invadieron; tal vez debería darle una oportunidad a Mark, después de todo no la había pasado tan mal como en otras ocasiones.Sin embargo ¿Mark sería esa persona con la que quisiera despertar cada mañana? ¿Sería en quien podría confiar? ¿Saimon podría cumplir con lo que tanto anhelaba sentir?
Absolutamente, no tenía ninguna certeza de ello.
Una vez que termine, salí al exterior de la casa y comencé a caminar por el sendero hacia mi pequeño estudio. Como todas las veces, percibí el relajante aroma de las flores que con gran esfuerzo y dedicación habíamos plantado junto a mi madre.
Por cada rincón de este espacio siempre tenía recuerdos presentes de mi madre. Recuerdos que amargamente tenía que olvidar.
Camine unos par de pasos más y me encontré con mi estudio que últimamente no frecuentaba.
Había miles de dibujos sobre las paredes y miles de lápices y pinturas ordenadas por colores sobre un escritorio. Todo estaba limpio gracias a Rose, prácticamente la encargada de la casa.
Tome un block de hojas de dibujos, un lápiz y me senté. Deje qué mis pensamientos fluyan y que el lápiz comience a dibujar.
Luego de varios minutos, termine el dibujo remarcando alguna que otra cosa. Me quedé sorprendida y a la misma vez confundida al verlo.Era una pareja tomados de una mano frente a una casa y el sol estaba por esconderme.
Arranque la hoja del block y lo guarde en unos de los cajones que había en mi escritorio.Solté un suspiro y deje caer mi cabeza sobre la superficie de la madera.Vi la hora y ya era más de las tres de la mañana, el tiempo había pasado rapidísimo y tan sólo me quedaría unos minutos más para luego retirarme a mi habitación.
Sin embargo, el cansancio comenzó a caer y mis ojos se fueron cerrando lentamente.
La Cita Cincuenta y Siete.Capítulo2.Por los grandes ventanales que había en el estudio, el sol se filtraba e iluminaba toda la habitación.Desperté y mi espalda dolía ya que no era una postura en la que la gente normal dormía.Salí de allí y me abracé a misma debido que se encontraba un poco fresco afuera, claro se estaba acercando el invierno.Me dirigí a mi habitación, donde me cambié por ropa deportiva para salir a correr al parque que se encontraba por la zona. Coloqué mis audífonos y salí trotando. Mucha gente de aqu&
La Cita Cincuenta y Siete.Capitulo 3.Me saqué los audífonos y comencé a estirarme antes de entrar a mi hogar. Durante esta semana, por las mañanas, no hubo ningún rastro del misterioso Evs. Ross. Sin embargo, no había dejado de pensar en el, en ningún momento.Moví mi cabeza suavemente hacia los costados para despejar mi mente.Camine hasta el comedor, en donde predominaba el estilo clásico; muebles de maderas que mantenían su color original, empapelado de tonos grisáceos, casi sombríos, y una gran lampara colgante notoriamente antigua. Recordé las corridas de pequeña, los enojos de adolescente y hasta
La Cita Cincuenta y Siete.Capítulo 4.Comencé a girar, enredándome con las suaves sábanas de mi cama.Observé la hora y todavía no me dignaba a levantarme debido a que tenía un leve dolor de cabeza. Al parecer los tragos del día anterior no me habían asentado muy bien.Me di una leve mirada en el espejo del cuarto del baño para luego bajar aún con mi ropa de dormir.Al entrar al comedor, musite un "Buenos días" y me senté en el lugar de siempre. Sentí la sensación de que era observada pesadamente y no dude en levantar mi mirada, encontrándome con la total mirada de desaprobación
La Cita Cincuenta y SieteCapítulo 5.Me observe en el espejo de mi habitación por última vez, asegurándome que todo estaba en orden pero mis manos sudaban de puro nerviosismo. Sin embargo, no llegaba a comprender el "por qué" de lo que sentía, no era como si fuera a una cita por primera vez.Suspire victoriosa en el momento que ya me encontraba esperando al Señor Kim. Había logrado que Alice no me viera ni comenzará con sus preguntas de chismosa.El señor Kim comenzó a conducir hasta el hotel Seoul Royal; Evans anteriormente se había ofrecido a recogerme, pero yo me negué. No podía arriesgarme a que mi p
La Cita Cincuenta y SieteCapítulo 6.Salí a correr muy temprano para despejar mi mente ya que la noche anterior había sido muy intensa. Me había dejado llevar por mis emociones de ese momento y por aquellos ojos marrones que me cautivaron, termine aceptando casarme con el hijo de unos de los "enemigos" de mi padre.Finalmente podría irme de casa, pero dejaría mi estudió, el jardín y todos los recuerdos que una vez había tenido con mi madre.Me detuve y me senté en una de las bancas del parque. Tomé mi teléfono y luego de un intenso debate, le envie un mensaje a Evans.
La Cita Cincuenta y Siete. Capitulo 7. Permanecí inmóvil aun sosteniendo el picaporte de la puerta mientras observaba como en sus manos estaba uno de mis dibujos, lo observaba atentamente y en sus ojos apareció un brillo inusual. -Estos dibujos... ¿Son tuyos? - pregunto y esparció sobre el escritorio la variedad de bocetos. -No son específicamente míos- mordí mi labio al darme cuenta a que me había referido al protagonista principal. - Pero si te refieres a quien los hizo... Si fui yo. Asintió seriamente para luego una sonrisa aparecer en su rostro. En estos momentos me sentía como si estuviera por darle un examen oral al peor profesor del secun
La Cita Cincuenta y Siete. Capitulo 8. Me senté sobre la cama mientras observaba todas las prendas que estaban frente mí. A pesar de tener miles de vestidos, faldas, suéter, camisetas, etc.; no había nada que me llamara la atención. Por décima vez suspiré y sentí que golpearon mi puerta, me levanté y fui hasta ella para encontrarme con la ama de llaves y en sus manos había un cubre de color negro. -Señorita Rachael.- la voz de la Señora Sun se notaba bastante agitada, posiblemente por subir las escaleras hacia aquí.- Me dieron esto para usted. -Oh, gracias. - lo tome y observe el cubre en busca de alguna tarjeta o algo parecido.- ¿Quién se lo entrego?
La Cita Cincuenta y Siete Capitulo 9. Llegue a casa y me concentre en hacer el menos ruido posible, empuje la puerta suavemente cerrándola para luego dejar los zapatos en la entrada. Observe la sala y estaba totalmente a oscuras, tome mi celular y active la linterna, comencé a cruzar por la sala para dirigirme hacia mi habitación, pero mis lentos y silencios pasos fueron detenidos por la gruesa y pastosa voz de mi padre. Me gire alumbrándolo con la linterna, encontrándomelo apoyada sobre una de las columnas de la casa con un vaso de vidrio en su mano, y me sorprendió ver que aún seguía despierto siendo que mañana debía ir a su sagrada empresa. -Te lo vuelvo a preguntar y espero una contestación de tu parte, Rachael.- su hablar no era normal, balbuceaba y de forma lenta decía las palabras. - ¿En dónde estabas? -Sali. - me encogí de hombro, tratando de restarle importancia- Simplemente salí a comer a un