La Cita Cincuenta y Siete
Capítulo 5.
Me observe en el espejo de mi habitación por última vez, asegurándome que todo estaba en orden pero mis manos sudaban de puro nerviosismo. Sin embargo, no llegaba a comprender el "por qué" de lo que sentía, no era como si fuera a una cita por primera vez.
Suspire victoriosa en el momento que ya me encontraba esperando al Señor Kim. Había logrado que Alice no me viera ni comenzará con sus preguntas de chismosa.
El señor Kim comenzó a conducir hasta el hotel Seoul Royal; Evans anteriormente se había ofrecido a recogerme, pero yo me negué. No podía arriesgarme a que mi padre pudiera verlo, sabiendo de ante mano que el apellido Ross no era muy bien bienvenida tanto en casa como entre las competencias de las empresas.
(...)
-Buenas noches, Señorita Jamet.- sonreí ante la amistosa bienvenida de siempre. - que gusto verla por aquí. - debido a mi continúa presencia aquí, el trato con el personal del hotel era algo menos formal.
-Buenas noches- sonreí mientras me apoyaba sobre el mármol del escritorio- ¿ya les era raro no verme por aquí?
- Verdaderamente, sí- comentó con gracia mientras acomodada unos papeles- Sin embargo, esta noche nos sentimos muy honrados.
- ¿Y eso a que se le debe?
-Por primera vez,el señor Evans Ross está aquí- dijo con obviedad a la vez que soltaba un suspiro- Y ha reservado toda un área a su nombre. Seguramente debe encontrarse con una mujer. - trate de disimular mi asombro lo mejor posible- Realmente sentiré mucha envidia de quien venga a encontrarse con él.
- Oh... - fue lo único que pude pronunciar. - Eso es bastante extravagante...
-Pero romántico. - sonrío dejando los papeles de lado- Y ¿Está vez quien será su cita? - pregunto.
Antes de que pudiera responderle, aquella voz varonil pronunció mi nombre.
-Señorita Rachael.- me volteó y me encuentro a Evans. Estaba más que elegante y atractivo. Quedé embobada mirándolo hasta que el extendió su mano para tomar la mía. - ¿Como esta? Pasamos a nuestra mesa.
-Claro. Pasemos. - tome su mano y él me entrego una de sus sonrisas encantadoras.
La joven con quien había estado conversando antes, cambio por completo y no estaba para nada feliz por lo que expresaba su rostro.
-Espero que disfruten su cena- dijo secamente para luego darnos una sonrisa falsa.
Caminamos hasta llegar a una zona restringida, donde sólo nos encontrábamos nosotros. Evans acomodo mi silla y me ayudó a sentarme, para luego sentarse el sentarse frente mí. Ambos nos mantuvimos en silencio.
-Está muy callada, Señorita Jamet. - bajo el menú del restaurante. - ¿Hay algo que le moleste?
-Para nada, señor Ross- volví la vista hacia el menú.
-Por favor,dígame Evans. - lo miré y sonreí al recordar lo mismo de la otra noche.- No necesito protocolos.
-Entonces también dígame Rachael, Evans.
Él mesero se acercó a nuestra mesa y ambos ordenamos. El azabache agregó un prestigioso vino tinto para nosotros.
- ¿Por qué no hay nadie aquí? - indague aun viendo que sólo nos encontrábamos nosotros- ¿Por qué reservo este lugar?
-Porque, aunque no lo crea lo que le tengo que decir es sumamente importante.
-Pareciera que estuviera proponiendo matrimonio- bromee y antes de que él pudiera responder los platos llegaron.
Nos dispusimos a comer y caballerosamente sirvió a cada copa un poco de vino. Levanté mi vista hacia mi acompañante, encontrándome que él me miraba fijamente mientras bebía vino.
- ¿De qué "trato" se refirió el otro día?- hable y deje los cubiertos a un lado del plato.
-Ya esperaba su pregunta- sonrío. - Es un trato que nos beneficiará a ambos.
- ¿Ambos?-lo miro directamente a los ojos.- ¿Y cómo sabes lo que me beneficiaría?
La respuesta se hizo esperar hasta que el mesero retiro nuestros platos, dejando solamente nuestras copas de vino.
-Aunque no lo creas, yo se mucho sobre ti- habló con certeza.
- ¿Cómo qué?- lo desafié- Mi nombre, apellido y familia... lo sabe casi todas las personas.
-Yo voy mucho más allá de eso, Rachael. - Aseguró mientras sus ojos marrones brillaban notablemente- ¿Quiere que le diga todo lo que se? - alza una ceja.
-Adelante, por favor.
-Se que su familia no es como aparenta ser. Quien dice ser tu madre no lo es- Y toda aquella seguridad que había en mi desapareció con esas grandes palabras- eres una hija ilegítima, pero lo cubren diciendo que tu madre es Ru Han, la esposa del Señor Jung.
>>Tu padre, quiere que te cases y te vayas lo más antes posible, por la misma razón has asistido a cincuenta y seis citas. Con los cuales siempre te los encuentras en este mismo hotel, le respondes con un simple "te llamaré luego" y no lo terminas haciendo.
>>Uno de tus hobbies favoritos es dibujar y te encanta las flores. - se detuvo y analizó mi apariencia- ¿Quiere que continúe?- sonríe.
Me quedé sorprendida, él sabía prácticamente toda mi vida, hasta la intimidad de mi familia. Nadie sabía que yo era ilegítima y menos de toda la mentira que había creado mi padre, para cubrir su aventura con mi madre biológica.
-Touche... ¿Sorprendida? - me limito a sólo asentir. -Por eso tengo este plan...mi abuelo quiere cumplir su sueño de ver a su nieto felizmente casado con una chica y así permitirá que maneje la empresa.
- ¿Y qué salgo ganando yo en esto? - intervine.
- Serás libre- aseguró llamando más mi atención. - Se que eres prohibida de hacer muchas que te gustan, principalmente del arte. Pero yo no me meteré en tus asuntos. También estar conmigo no es tan malo.
-Tal vez tengas razón...- murmure mientras procesaba absolutamente todo.
-El matrimonio debe durar hasta nueve meses, luego de eso, se terminará cuando tú quieras - lo mire desconcertada- Ya sabes, puedes enamorarte de otro hombre y yo no puedo impedirte hacerlo.
-Está bien. - suspire.
-Entonces... ¿Aceptas el trato? - me extendió su mano.
Lo mire unos segundos y espero no arrepentirme de mi decisión.
-Aceptó- estrechamos las manos.
Debo admitir que este es mi capitulo favorito...
La Cita Cincuenta y SieteCapítulo 6.Salí a correr muy temprano para despejar mi mente ya que la noche anterior había sido muy intensa. Me había dejado llevar por mis emociones de ese momento y por aquellos ojos marrones que me cautivaron, termine aceptando casarme con el hijo de unos de los "enemigos" de mi padre.Finalmente podría irme de casa, pero dejaría mi estudió, el jardín y todos los recuerdos que una vez había tenido con mi madre.Me detuve y me senté en una de las bancas del parque. Tomé mi teléfono y luego de un intenso debate, le envie un mensaje a Evans.
La Cita Cincuenta y Siete. Capitulo 7. Permanecí inmóvil aun sosteniendo el picaporte de la puerta mientras observaba como en sus manos estaba uno de mis dibujos, lo observaba atentamente y en sus ojos apareció un brillo inusual. -Estos dibujos... ¿Son tuyos? - pregunto y esparció sobre el escritorio la variedad de bocetos. -No son específicamente míos- mordí mi labio al darme cuenta a que me había referido al protagonista principal. - Pero si te refieres a quien los hizo... Si fui yo. Asintió seriamente para luego una sonrisa aparecer en su rostro. En estos momentos me sentía como si estuviera por darle un examen oral al peor profesor del secun
La Cita Cincuenta y Siete. Capitulo 8. Me senté sobre la cama mientras observaba todas las prendas que estaban frente mí. A pesar de tener miles de vestidos, faldas, suéter, camisetas, etc.; no había nada que me llamara la atención. Por décima vez suspiré y sentí que golpearon mi puerta, me levanté y fui hasta ella para encontrarme con la ama de llaves y en sus manos había un cubre de color negro. -Señorita Rachael.- la voz de la Señora Sun se notaba bastante agitada, posiblemente por subir las escaleras hacia aquí.- Me dieron esto para usted. -Oh, gracias. - lo tome y observe el cubre en busca de alguna tarjeta o algo parecido.- ¿Quién se lo entrego?
La Cita Cincuenta y Siete Capitulo 9. Llegue a casa y me concentre en hacer el menos ruido posible, empuje la puerta suavemente cerrándola para luego dejar los zapatos en la entrada. Observe la sala y estaba totalmente a oscuras, tome mi celular y active la linterna, comencé a cruzar por la sala para dirigirme hacia mi habitación, pero mis lentos y silencios pasos fueron detenidos por la gruesa y pastosa voz de mi padre. Me gire alumbrándolo con la linterna, encontrándomelo apoyada sobre una de las columnas de la casa con un vaso de vidrio en su mano, y me sorprendió ver que aún seguía despierto siendo que mañana debía ir a su sagrada empresa. -Te lo vuelvo a preguntar y espero una contestación de tu parte, Rachael.- su hablar no era normal, balbuceaba y de forma lenta decía las palabras. - ¿En dónde estabas? -Sali. - me encogí de hombro, tratando de restarle importancia- Simplemente salí a comer a un
La Cita Cincuenta Y Siete. Capitulo 10. Observe el reloj que marcaba las 4 am, aun no había podido conciliar el sueño y mi cuerpo se sentía terriblemente adolorido. Despacio me levanté y decidí ducharme, lave mi cuerpo despacio ya que si me esforzaba un dolor punzante se hacía presente en diferentes partes de mi cuerpo. Me peine y me coloqué frente al espejo, mi cara estaba más deshinchada pero, en consecuencia, quedo un morado hematoma en mi mejilla.Deje caer la toalla que me cubría y me sorprendí al verme. En mi cuerpo había muchas más marcas y mis manos estaban mejor pero no estaban curadas del todo. Suspire y trate de calmar el nudo que había en mi garganta
La Cita Cincuenta Y siete. Gire mi cuerpo hacia otro lado, buscando comodidad en la superficie que estaba acostada y sentí un aroma similar al cuero. Abrí mis ojos, una leve penumbra de luz entraba por el gran ventanal de la sala y un gran silencio reinaba en el departamento. Abrí las puertas vaivén de la cocina pero no había nadie, camine por el gran pasillo abriendo habitaciones a su paso en busca de un cuarto de baño. Sin embargo, la tercera habitación me sorprendió. Las paredes estaban decoradas con una tonalidad lila y en una esquina había una cama de una plaza con un acolchado de princesa, observe dos enormes estanterías que estaban repletas de juguetes y peluches de gran tamaño. Me acerque hasta un pequeño armario blanco y dentro del, encontré varios vestidos
La Cita Cincuenta Y Siete. Capitulo 12. Acuerdo de convivencia. En este documento aclaramos los puntos o normas que se establecerán entre la señorita Jamet Rachael y el Señor Ross Evans. A continuación se nombrará las normas que hasta el momento se han establecido: ▪El matrimonio como mínimo deberá mantenerse hasta cumplir los seis meses de casado. Después del tiempo acordado el contrato puede ser finalizado en el momento que uno de los dos r
La Cita Cincuenta Y Siete.Capitulo 13.Aún apoyada en mis manos recordé la escena en donde Evans y yo nos decíamos te quiero mientras veíamos por la ventana a la grandiosa ciudad de Seúl. Sin embargo no fue ni nada menos que un sueño, un dulce sueño que sólo será un recuerdo.Suspire y decidí recorrer un poco más su departamento. Entre en la habitación a la cual había visto junto a Evans antes de quedarme dormida; entre en ella y increíblemente tenía todo organizado, la decoración era muy preciosa y sofisticada: los colores blanco y gris de su habitación combinaban perfectamente y no quedaba atrás los objetos decorativos que se