Capítulo 2.

Seguí caminando a paso rápido, noté que todos me miraron con nerviosismo, sin darme cuenta me tropecé con alguien, cuando lo vi mi corazón se aceleró muchísimo, como cuando corres un maratón, bueno así mismo se me aceleró el corazón, mis manos comenzaron a sudar, ese chico es con el que sueño siempre, pensé que era solo mi imaginación, pero hoy comprendo de que no lo era, es igual como aparece siempre, sus ojos son de un color azul cristalino, su cabello es de color castaño, su piel es pálida y se nota que tiene un cuerpo muy bien trabajado, es muy lindo en persona, pero no lo conozco, nunca antes lo había visto y no sé por qué razón sueño con él, alcé un poco mi vista.

—Perdona, no te vi, es que estaba muy distraída —dije rápidamente sonriendo leve, sintiendo su penetrante mirada.

—Tranquila, no pasa nada —respondió mi pequeña sonrisa y asintió levemente.

Bajé un poco mi vista, ¡Dios! Su sonrisa es realmente encantadora, hace que me derrita ante él, pero tengo que mantener la calma antes de que me ponga como una idiota y empiece a tartamudear. Después de esos tontos pensamientos, carraspeé un poco, volviendo alzar mi vista.

—Me pareces algo familiar, ¿Nos hemos visto en otra parte?—dice mientras se me queda mirando fijamente en forma de interrogación.

Si no fuese tan tímida, le dijera "Ay, pues claro, por aparecer en mis sueños, duh", rasque mi cuello.

—Creo que te confundes de persona porque nunca nos hemos visto, pero pensándolo bien... También me pareces algo familiar —volví a Carraspear, riendo con un notable nerviosismo.

—Es algo realmente raro —hizo una mueca, pero luego mostró una sonrisa—. No me he presentado, mi nombre es Scott —habló aún con su sonrisa extendiéndome su mano, la cual acepté gustosa.

—Soy Isobel—Estreché mi mano con la suya haciendo mi sonrisa un poco más amplia.

Me encanta su sonrisa.

— ¿Eres nuevo? Nunca te había visto por aquí—Mire de reojo hacia los lados relamiendo mis labios resecos, noté que asintió un poco.

—Como tal empiezo mañana, mi padre está haciendo los trámites de inscripción —le di una fugaz mirada a sus labios para volver a mirarlo un par de segundos a sus ojos—. Él está con el director, yo decidí darle un vistazo a la instalación—.

—Este instituto es muy grande, si quieres puedo darte un recorrido y enseñarte un poco. —Di un leve asentimiento a sus palabras, mientras movía mi pie.

—Me parece bien—Asintió a lo que sonreí aún más.

Sin más comenzamos a caminar, esta es una muy buena excusa para conocerlo mejor y quizás saber por qué sueño con él, quizás lo haya visto antes, ¿Pero en dónde?, gire mi cabeza para mirarlo.

— ¿Vives solo con tu padre, o con los dos?—Pregunte con mirada realmente curiosa, mire como Él metió sus manos en sus bolsillos delanteros.

—Vivo con mi papá, mi madre falleció hace ya muchos años —giró levemente su cabeza hacia mí y asentí mirando el piso. Creo que no debí preguntar.

—No tenía idea, lo siento mucho—Suspire mirándolo con una pequeña mueca de medio lado.

—Está bien—Alzó un poco sus hombros—¿Y tú vives con tus padres?—

Volví mi vista hacia el piso una vez más, abrazándome a mí misma y acariciando mis brazos. Negué dejando escapar otro suspiro, ahora alzando mi vista hacia el frente, sentía su mirada en mí.

—No, ellos fallecieron hace años, vivo con mi hermano menor —respondí su pregunta aún con la mirada al frente.

—Lo siento —Asentí con lentitud, tomando una gran bocanada de aire. Debo admitir que hablar de mis padres es un tema que me pone realmente sensible, algo en él me daba confianza, y mucha.

—A pesar de que ya han pasado 4 años desde que fallecieron, aun no supero eso, es algo que me marcó mucho—Decidí mirarlo después de haber dicho aquello sintiendo mis ojos cristalizados, aparte mi vista para pasar el dorso de mi mano por mi mejilla y suspirar.

—Entiendo—Susurro audible para mi y solo lo mire de reojo asintiendo otra vez, sin saber ya qué decir.

Los dos nos quedamos en silencio durante varios minutos, le iba enseñando todo el lugar, al parecer le gustó mucho este instituto, al menos tenemos algo en común, él es agradable, su compañía me está empezando a gustar, ojala nos toque en el mismo grupo sería lo máximo, a las chicas les encantará, a medida que caminábamos y le enseñaba cada parte del instituto, la conversación se fue poniendo algo animada, pero al escuchar una voz ajena, hicimos silencio.

—Scott, tenemos que irnos—Al escuchar aquello, ambos nos dimos la vuelta al mismo tiempo, fue entonces que pude visualizar al dueño de esa voz algo gruesa.

Hombre alto, piel pálida como la de Scott, cabello castaño, color de ojos azules, mirada intensa y un buen físico, quizás sea el hermano mayor, de hecho no me menciono nada de eso, su mirada conecta con la mía, me parece muy familiar también, un dolor de cabeza se hizo presente, ¿Y ahora que me pasa?, me agarre la cabeza con ambas manos, joder sí que duele, cerré mis ojos un par de segundos.

— ¿Qué pasa?, ¿Estás bien? —Oí decir a Scott, siento cómo su mano se posa en mi espalda. Vaya, qué mano más fría, un escalofrío me recorrió el cuerpo y mi piel se erizó, abrí mis ojos.

—Sí, creo que sí —Lo miré —solo me entró un dolor de cabeza—. Mire ahora aquel hombre que está parado enfrente de nosotros, el dolor de cabeza aumentó más, cosa en la que hice una notable mueca.

—Te llevo a la enfermería, vamos —vuelve a hablar, Scott.

Negué repetidas veces, para que ir a la enfermería quizás no sea algo del otro mundo.

—No, no es necesario, Scott, mejor será que vaya a mi casa —hablé con suavidad tratando de quitar la mueca de mis labios, él asintió no muy convencido de lo dicho.

—Entonces nos vemos mañana—Me miró preocupado dándole una rápida mirada aquel hombre que se mantenía en silencio mirándonos a ambos con seriedad, asentí.

—Adiós—Dicho esto me giré al lado contrario para comenzar a caminar con algo de rapidez llevando una mano a mi cabeza.

El dolor de cabeza seguía y vaya que me dolía mucho, es buena idea ir a casa, espero Beni ya este allá porque no tengo ganas de buscar a nadie, solo quiero llegar y acostarme en mi cama, este día ha sido algo agotador.

Al llegar al aparcamiento, saque las llaves del auto y apreté el botón, al sonar me dirijo hacia mi auto, abro la puerta del conductor y me subí a este, coloque el carro en marcha y conduje rumbo a casa, ese hombre me da muy mala espina, su voz, siento que ya la he escuchado antes, ¿Pero en dónde?, de tanto pensar mi cabeza duele aún más, sigo conduciendo, quizás era un amigo de mi padre, pero si era uno de sus amigos, ¿Por qué no dijo nada?, se supone que tenía que decir algo ¿Cierto?, ya que varias amistades de él se me han acercado y me han hablado, quizás le dio pena, debo admitir que tiene parecido a Scott, ¿Será su hermano?, tantas preguntas están haciendo que me maree, un pitido se escucha, m****a de donde viene eso, si antes mi cabeza dolía mucho, ahora duele aún más.

Mi vista es borrosa ahora, el mareo cada vez es más fuerte y pierdo fuerzas y mis párpados pesan, trato de mantenerme despierta lo más que puedo, juro que chocaré si sigo así, pero cada vez más me es imposible mantenerme con los ojos bien abiertos, esquivo autos como puedo, definitivamente terminaré chocando, pequeños fragmentos de recuerdos llegan a mi mente, mi padre enseñándome a luchar, aquel hombre sentado hablando conmigo, Scott y yo tomados de las manos mientras caminamos debajo de la lluvia, como es posible que yo tenga esos recuerdos si nunca paso.

El sonido de una corneta me hizo volver a la realidad, tome el volante y lo hice girar rápidamente a la derecha esquivando aquel camión, lo logre, por poco y tenía un accidente del que quizás no sobreviviría, controlo mejor el auto y sigo mi marcha, faltaba poco para llegar, sigo sintiéndome mareada, pero el pitido ya no se escucha más, mi cabeza duele menos, todo lo que acaba de pasar es una locura total.

Horas después de conducir, por fin había llegado a casa, estacione el auto, no sé cuántas horas pasaron, ya que perdí la noción del tiempo, apague el motor y baje del auto, inhale el aire y cerré mis ojos por un par de segundos, pero luego los volví abrir, solté el aire que estaba reteniendo, cerré la puerta del auto y le puse seguro, camine hacia la casa, abrí y me adentre, cerré la puerta detrás de mí, deje todo en el mueble y subí a mi habitación, por el silencio que hay, sé que Beni no está, creo que sigue en el instituto, me deshice de mis zapatos y me acosté en mi cama, mi cuerpo se sintió cansado y mis parpados se me cerraban solitos así que decidí dormirme de una vez, espero que cuando me despierte Beni esté en la casa o lo mataré, solté un suspiro para luego dejarme caer en los brazos de Morfeo.

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