Isobel, es mi nombre, hermoso ¿No?, tengo 19 años y vivo con mi hermano menor Beni, mi madre murió dando a luz a Beni y mi padre murió en un accidente, mi vida es un desastre si así lo podría llamar, ya hace unos 4 años que mis padres ya no están con nosotros y lo único que me hace feliz cada día es estar con mi hermano, se puede decir que nuestra unión es fuerte, o eso se ve, poco a poco he notado que esa unión por alguna razón se desestabilizaba, no era algo agradable a decir verdad, hay muchos secretos por descubrir y no será fácil, pero tampoco difícil.
Me encuentro en la cafetería con mis dos mejores amigas, Bonnie y Lisa, son como hermanas para mí, siempre estuvieron en las buenas y en las malas, sus padres nos ayudaron mucho a mi hermano y a mí cuando nuestros abuelos fallecieron, por suerte nos dejaron su herencia, una gran casa de dos pisos y mucho dinero, no sé de donde mis abuelos sacaron tanto dinero, pero gracias a eso mi hermano y yo sobrevivimos, debo aclarar que no sabía cómo manejar algo así, por eso le pedí ayuda a los padres de mis mejores amigas, ellos no se negaron, con ese dinero que nuestros abuelos nos dejaron pagamos el instituto y otras cosas más, la plática era muy entretenida, una chica se nos acercó, era bajita, cuerpo no tan voluptuoso, cabello castaño, bronceada, ojos color avellana.
— ¿Oye, tú eres la hermana de Beni?—Habla la chica como puede mientras me señala.
Se nota que corrió.
—Sí, ¿por qué?—respondí mientras arqueó una ceja, acomodé un mechón de mi cabello, girándome tan solo un poco.
—Bairon le ha golpeado—Dice tratando de tranquilizar su respiración.
Al escuchar lo que dijo me levanto rápidamente de mi asiento, haciendo mis manos puños.
— ¿Perdón qué?, ¿Dónde está mi hermano?—Hable un tanto alterada.
Cuando lo encuentre lo voy a matar con mis propias manos, nadie se mete con mi hermanito menor, odio que se metan con él, mi respiración se hizo agitada de un momento a otro, era algo fácil ponerme así.
—Ahorita está con la enfermera, pero solo le partió la nariz— Ella frunce su ceño.
Por el enojo que hay en ella, puedo jurar que mi hermano le gusta, puedo decir que quizás harían bonita pareja, aleje esos pensamientos, no espere más y salí corriendo a buscar a Bairon, el enojo me segó y no me importo nada, cada vez que alguien golpea a mi hermano o se atreve a molestarlo acaba muy mal, sé que se puede defender solo, pero es lo único que me queda y no pienso tolerar que un estúpido lo golpee como si él fuera un saco de boxeo, mi enojo cada vez aumentaba más a conforme pasaban los segundos y aún no lo encontraba, mi paciencia es muy corta, mis amigas me seguían a toda prisa, mire a mi alrededor y lo visualice en una esquina parado hablando con los demás idiotas de su grupo, dispuesta en acercarme más a donde estaba para darle un buen puñetazo, fui detenida, solté un bufido.
—Isobel qué vas a hacer? Detente, por favor —Oigo que dice mi amiga Lisa y me agarró el brazo, me di la vuelta.
—Que me detengan no es una buena opción, se metió con mi hermano y el que se meta con él se mete conmigo. Lo sabes muy bien, Lisa, así que es mejor que me sueltes, no la quiero agarrar contigo —espetó muy enojada.
—Isobel, tus ojos cambiaron de color...— Escuche el murmullo de Lisa.
—Lo sé, pasa cuando estoy muy enojada, pero no me interesa, así que, Lisa, no te lo volveré a repetir, suéltame —digo mirando su mano que aún estaba puesta en mi brazo.
—Creo que es mejor que la sueltes Lisa, cuando esté calmada hablamos con ella...—murmura Bonnie.
Lisa me suelta el brazo, aprovecho para darme la vuelta y seguir mi camino hacia donde se encontraba el idiota de Bairon, a paso rápido me acerco a él, sin pensarlo dos veces, lo hago girar y sin más le doy un fuerte puñetazo en la cara haciendo que caiga al suelo, aprovechando que está en el suelo, lo tomo del cuello muy fuerte, pegándolo fuertemente hacia una pared cercana que había en el sitio y lo suelto, este cayó al suelo agarrando su cuello para toser.
—La próxima vez que te metas con mi hermano, te mandaré al hospital, si acaso no te rompí ningún hueso —le advertí dándole una mala mirada.
Las chicas me tomaron de los brazos y me sacaron de ahí, me hicieron caminar rápidamente hacia no sé dónde, aún seguía enojada con lo que paso, debo decir que cuando estoy enojada mis ojos cambian de color, y debo confesar que no sé por qué cambian, pero ya me acostumbre, varios minutos caminando llegamos a unos de los salones, que al parecer estaba vacío, me hicieron entrar, di un suave suspiro.
—Se puede saber qué es lo que acabas de hacer —habla mi amiga Bonnie mientras cierra la puerta.
—No lo sé chicas, cuando me enojo demasiado no tengo control sobre mí —Me gire para mirarlas.
— ¿Desde hace cuánto estás así?—Esta vez hablo Lisa.
—No lo sé, creo que es la primera vez que siento mucho odio hacia alguien, y eso de los ojos... No sé, chicas, solo quiero ver a mi hermano, luego tendremos tiempo para hablar de todo esto —suspire para después arreglar mi cabello, que creo que estaba desalineado.
—Está bien, vamos a verlo —Mire a Bonnie abrir la puerta.
Nos dirigimos hacia la enfermería de la preparatoria y note que todos me estaban mirando con miedo y las chicas me hicieron caminar rápido, vaya ahora me tendrán miedo, varios minutos caminando hasta que llegamos a la enfermería, Lisa y Bonnie se despidieron de mí y me di la vuelta para entrar lo más rápido que pude, mi hermano estaba sentado en la camilla y tenía un pañuelo en las manos manchado de sangre, el olor me mareó un poco, cosa que ignore y me acerque a él.
— ¿Beni, hermano, estás bien? —Le digo y agarró su rostro con cuidado de no lastimarlo.
—Si Isobel, estoy bien, no te preocupes por mí—Respondió mientras me quitaba las manos de su rostro.
— ¿Estás jugando Beni?, casi mato a Bairon por lo que te hizo—Hable un tanto alterada mientras camino de un lado a otro, bufé algo bajo negando levemente.
—Si lo sé, ya me lo han contado... Te quiero mucho y sé que te preocupas mucho por mí, pero me sé defender, me haces pasar vergüenza. ¿Por qué crees que me molestan a cada segundo? —Lo miré con mi ceño fruncido, mirando cómo limpia su nariz mientras me miraba de reojo.
Abrí mi boca un poco, reí sin gracia, escuché bien o, ¿este ser me está diciendo que para él soy una vergüenza? Después de que casi mató a un imbécil por haberlo golpeado, viene y me dice esto, pero qué lindo, pellizqué el puente de mi nariz.
—Luego de que casi mato a ese por lo que te hizo, ¿Dices que soy una vergüenza para ti?—Ya estaba enojada y dolida a la vez, él soltó un suspiro.
—No te ofendas... Pero sí—Me miro con una mueca en sus labios.
¿Que no me ofenda?, joder que casi mato a un imbécil por él y hace esto, me doy la vuelta y tomo un frasco de medicina, lo aprieto tanto que se rompe en mi mano, estoy que lo mato, el olor a sangre me marea nuevamente, si sigo aquí me voy a vómito, será mejor irme, dispuesta a salir del lugar, me doy media vuelta agarrando un pañuelo para limpiar mi mano y caminar tirando lo que tenía en manos al suelo.
—Espera ¡Isobel! —Lo oí hablar.
Lo ignoré y rápidamente salí de ese lugar. Si seguía estando ahí, esta vez lo iba a golpear yo, lo quiero y mucho, pero él a veces es tan él y me molesta demasiado, es como mamá, es terco, y su terquedad hará que en cualquier momento pierda mi poca paciencia, y eso no es bueno...
Seguí caminando a paso rápido, noté que todos me miraron con nerviosismo, sin darme cuenta me tropecé con alguien, cuando lo vi mi corazón se aceleró muchísimo, como cuando corres un maratón, bueno así mismo se me aceleró el corazón, mis manos comenzaron a sudar, ese chico es con el que sueño siempre, pensé que era solo mi imaginación, pero hoy comprendo de que no lo era, es igual como aparece siempre, sus ojos son de un color azul cristalino, su cabello es de color castaño, su piel es pálida y se nota que tiene un cuerpo muy bien trabajado, es muy lindo en persona, pero no lo conozco, nunca antes lo había visto y no sé por qué razón sueño con él, alcé un poco mi vista.—Perdona, no te vi, es que estaba muy distraída —dije rápidamente sonriendo leve, sintiendo su penetrante mirada.—Tranquila, no pasa nada —respondió mi pequeña sonrisa y asintió levemente.Bajé un poco mi vista, ¡Dios! Su sonrisa es realmente encantadora, hace que me derrita ante él, pero tengo que mantener la calma an
El sonido de mi celular hace que me despierte. Suelto un suspiro y estiro mi mano para agarrar el aparato, veo que es un mensaje de Lisa, me siento en la cama dándome cuenta de que estaba arropada. ¿En qué momento me arropé? No le di importancia a eso, abrí el mensaje, ponía: [Vengan a mi casa, mis padres me dijeron que los invitara a cenar], qué amables, le respondí: [Déjame decirle a Beni], después de responderle solté el teléfono, quite las sabanas y me puse mis pantuflas de conejito, siempre las dejo cerca de la cama, camine hasta el baño primero para hacer mis necesidades y luego cepillarme los dientes, luego de hacer todo eso, Salí de mi habitación y fui directo a la de mi hermano, toque tres veces, a la tercera él abrió, asomo su cabeza y me miró, estaba adormilado.—Vine a decirte que te prepares que hoy cenaremos en casa de los Collins—le informo.—Qué flojera—hizo una mueca cerrando la puerta en mi cara.Pero qué niño más maleducado, contrólate Isobel, ignora eso y arréglate,
Ya ni sé cuántas horas llevamos en esta ambulancia, Beni está conectado en una máquina, odio esas cosas, me traen recuerdos de cuando mamá estaba conectada a esos aparatos, su vida dependía de eso, pero sentí la necesidad de dejarla ir, no podía dejar que sufriera, así que decidí que la desconectaran, es algo duro ver a la persona que amas conectado en una de esas máquinas. El sonido de la máquina suena a cada segundo que pasa, indicando que está estable, eso me calma mucho, aún no me explico que paso hace unas horas, ese hombre saliendo de la nada, sus ojos de color rojo carmesí, sus colmillos que se veían afilados, esa velocidad que ningún humano tiene y esa manera de no sentir dolor es algo que no me explico, no quiero creer que los vampiros existen, es algo ilógico, vampiros en el mundo, y si existieran, ¿Por qué justo ahora aparece uno?, ¿Por qué no aparecieron hace algunos años?, sigo sin entender, quisiera convencerme a mí misma de que esto es solo una pesadilla y que pronto des
Caricias en mi cabello hacen que me relaje más, me remuevo en mi lugar, las caricias se detienen y abro mis ojos poco a poco, alce mi vista y mire hacia todos lados y miro que Beni me está mirándome con una sonrisa, sonrió al verlo despierto y con felicidad lo abrace, él ríe y yo lo apachurro más, me alivia que estuviese despierto, eso quiere decir que nos podemos ir tranquilos.—Me asfixias, hermana —reí bajo al escucharlo para luego separarme.—Pensé que no despertarías, me preocupé mucho—. Sentí mis ojos cristalizarse mientras lo miraba, formé una pequeña sonrisa dando caricias en su mano.—Tranquila, mírame, ya desperté —dice con una sonrisa. Reí bajo nuevamente, limpiando un poco mis mejillas.Los truenos se escuchan de una manera fuerte, la lluvia cae sin parar y se mezcla con el fuerte viento que hace, suena un trueno más fuerte y mi hermano se remueve inquieto en su lugar mientras mira hacia la ventana, se mueve una y otra vez, gire mi vista hacia la ventana, pero no hay nada,
Caminamos un poco por el lugar, el sigue sin decir ni una sola palabra, ¿No que quería hablar conmigo?, se ve que está sumergido en sus pensamientos, caminamos sin parar, me abrazo a mí misma ya que el frió que está haciendo es brutal, debo aclarar que no tengo la manta puesta, ni me acuerdo donde la puse, freno mi paso al ver que el oficial lo hizo, camina hasta donde está una chica detrás del mostrador, ¿En qué momento llegamos a la cafetería?, el habla con la chica y yo visualizo una mesa vacía, camino hacia ella y me siento, cruzo mis brazos encima de la mesa, suelto un suspiro largo, las ganas de estornudar se hacen presente, mierda no tengo el pañuelo, antes de estornudar uso mi brazo, limpio mi nariz donde mismo, alzo mi vista hacia el frente y el oficial deja la bandeja que traía en la mesa y luego se sienta, me extiende una taza de chocolate cali
Debo admitir que no logre dormir bien, no sé si fue porque Lisa duerme malísimo o es porque no deje de pensar en aquella pequeña pesadilla que me pareció muy real, creo que fue por las dos cosas, me encuentro en el instituto, en la cafetería para ser exacta, estoy con Lisa y Bonnie, debo decir que Bonnie no sabe nada sobre lo que ha pasado y no pienso comentárselo, y no es porque no sabe guardar secretos, porque si sabe pero no quiero que se preocupe, ya basta y me sobra que Lisa sabe y también que el oficial Royket es el tío de Bonnie, ¿Cómo lo sé?, bueno hace unos minutos ella estaba diciendo que su tío Royket le salió un caso muy importante y se ha cual caso se refiere, debo decir que sí, me sorprendí mucho porque no sabía que él era su tío solo espero que por eso ella no se entere y le pedí a Lisa no decirle nada, la
—Bonnie, tienes que correr a primera base, no a tercera base—Habló el profesor por segunda vez, esta irritado, lo sé, yo estoy cubriendo en segunda base del equipo contrario, mi amiga hace lo que el profesor le dice y se devuelve a primera base pero ya es tarde porque le hicieron el toque indicando que está fuera—mejor siéntate en la banca Bonnie—Suspiro el profesor mirándola con una mueca, ella corre hasta la banca y se sienta, me huele a que no será elegida—Scott es tu turno de patear—Indica y Scott se posiciona para patear, Sabrina que es la pitcher se prepara para hacer el lanzamiento, fija la pelota en un ángulo exacto para después lanzar por debajo la pelota, Scott al ver llegar la pelota la patea con la derecha y esta sube, comienza a correr.—¡Es tuya Isobel!—Dice Sabrina y yo corro hacia atrás hasta alcanzar la pelota agarrando est&
—Beni, ¿Quieres por favor bajarle a la música?—Hable abriendo su puerta, me cruzo de brazos mirándolo, desde que llegamos se metió a su cuarto a escuchar música a todo volumen, este me da una mirada rápida para después devolver su vista a la computadora.—Si claro—Dice y sigue jugando en su computadora, este chico si sabe cómo sacarme de mis casillas, camine hasta el equipo y lo apago, este me mira rápidamente.—Oye, oye ¿Qué haces?—Frunció su ceño levantándose.— ¿Tu qué crees?—Enarque una ceja para mirarlo cruzándome de brazos.—Isobel no puedes entrar a mi cuarto sin mi permiso—Revolotee mis