Caricias en mi cabello hacen que me relaje más, me remuevo en mi lugar, las caricias se detienen y abro mis ojos poco a poco, alce mi vista y mire hacia todos lados y miro que Beni me está mirándome con una sonrisa, sonrió al verlo despierto y con felicidad lo abrace, él ríe y yo lo apachurro más, me alivia que estuviese despierto, eso quiere decir que nos podemos ir tranquilos.
—Me asfixias, hermana —reí bajo al escucharlo para luego separarme.
—Pensé que no despertarías, me preocupé mucho—. Sentí mis ojos cristalizarse mientras lo miraba, formé una pequeña sonrisa dando caricias en su mano.
—Tranquila, mírame, ya desperté —dice con una sonrisa. Reí bajo nuevamente, limpiando un poco mis mejillas.
Los truenos se escuchan de una manera fuerte, la lluvia cae sin parar y se mezcla con el fuerte viento que hace, suena un trueno más fuerte y mi hermano se remueve inquieto en su lugar mientras mira hacia la ventana, se mueve una y otra vez, gire mi vista hacia la ventana, pero no hay nada, solo se ve como las ramas de los árboles se mueven de una manera fuerte, regreso mi vista hacia mi hermano, él sigue mirando hacia la ventana, su rostro expresa pánico y terror, no sé qué es lo que ve, pero me estoy comenzando a preocupar, puse mis manos por encima de las suyas.
—Beni —lo llamo, pero no me hace caso—, hermano, mírame.
Él parece no escucharme, comienza a sudar y a temblar, esto me está poniendo los nervios de punta. Lo llamó una y otra vez, pero nada. Aleje mi mano para levantarme, pero en ese momento él me detiene.
—No me dejes solo, por favor—su voz salió en un pequeño hilo, sentí el frío de sus manos.
—Claro que no haré eso, pero dime qué pasa, ¿qué es lo que ves?— solté en tono preocupado. Él señala hacia la ventana, su mano tiembla, me giro y vuelvo a mirar, pero no veía nada ni a nadie, en serio esto me preocupa y mucho—Beni no veo nada—le digo, él trata de hablar, pero no puede, ya que sus palabras no salen, me suelto de su agarre—tranquilo solo me asomaré— me voy alejando de él para acercarme a la ventana, caminó unos cuantos pasos hasta llegar a ella, me asomo y no hay nada, solo puedo ver las ramas de los árboles moverse violentamente y la lluvia caer, está cerrada la ventana, me di vuelta y di un respingo en mi lugar al ver a Beni parado justo al frente de mí, se supone que tiene que estar acostado.
— ¿Beni, por qué estás levantado?—pregunté—. Tienes que estar en la cama, ven —al momento que lo iba a agarrar de la mano, él me tomó del cuello de una manera fuerte—. Beni, suéltame —hablé un poco entre dientes debido a la fuerza.
Su agarre se hace más fuerte, ¿Qué le pasa?, trato de zafarme de su agarre, pero me es imposible, esto se está saliendo muy de control, mi oxígeno poco a poco iba disminuyendo y me es imposible respirar—Por favor, hermano—Hable en un susurro, lágrimas se me escapan, parece que está en trance, busco con la mirada algo con que darle, no quiero hacerle daño, pero no me queda de otra, miro que al lado de nosotros a unos escasos centímetros está un florero, no me había percatado de eso, estiro mi mano para poder tomarlo, trato de agarrarlo y por suerte lo logró, sin pensarlo dos veces lo estalle contra su cabeza, él me suelta y cae al suelo, llevo mis manos a mi cuello y comienzo a respirar mejor, cuando me recompongo miro a mi hermano, voy hacia él y me agacho, está sangrando.
—Lo siento, lo siento —Trato de levantarlo para llevarlo a la cama, mis nervios están a flor de piel, la puerta se abre y veo a la misma chica de hace rato, ella mira hacia donde estamos nosotros, suelta lo que tenía en sus manos y corre hacia donde estamos.
— ¿Qué ha pasado?—pregunta preocupada revisando a mi hermano—. ¿Por qué sangra? —. Yo no contestaba no sabía que responderle—ayúdame a levantarlo—dice y la ayudo, lo tomó por los pies y ella con cuidado lo toma por los hombros, contamos hasta tres y luego lo levantamos y lo llevamos hasta la camilla, yo lo suelto para alejarme, no tuve otra opción, era eso o él me asfixiaba, ella lo acomoda y empieza a revisar la herida que tiene en su cabeza, voy retrocediendo poco a poco hasta chocar con la pared, me deslizo hacia abajo hasta llegar al suelo, me abrazo a mis rodillas, mis lágrimas no tardan en salir, mis sollozos se escuchan en la habitación, escondo mi cara en mis rodillas y dejo que más lágrimas resbalen por mis mejillas, no quería hacerlo, ya esto está yendo muy lejos, no sé qué m****a pasa, todo está pasando muy rápido, ahora solo falta que aquel hombre haga su aparición otra vez, esta situación me cansa, y no pienso decir nada o sería riesgoso. Unas manos tibias hacen que suba mi cabeza; era la chica.
— ¿Qué ha pasado?—Repite lo que antes había preguntado en un susurro, yo solo vuelvo a esconder mi rostro en mis rodillas, un sollozo audible se escapó de mis labios —Decidme qué ha pasado—vuelve hablar, yo solo niego repetidas veces—Prometo no decir ni una sola palabra, confiad en mí—suelto un suspiro y levanto mi cabeza para mirarla, ella limpia mis lágrimas—No diré nada, confiad en mí ¿Vale?—Asentí, no me queda de otra que decirle, limpie mi nariz un poco.
—Él había despertado—Acomode mi cabello sorbiendo mi nariz—de la nada se puso raro, miraba mucho a la ventana, los truenos lo inquietaban y comenzó a sudar y a temblar, iba a revisar qué era lo que él veía, él me decía que no lo dejara solo—ella escuchaba atenta—me levante y camine hacia la ventana, pero no había nada, al darme la vuelta él estaba parado y solo me miraba, trate de llevarlo a la camilla, pero él me tomó del cuello fuerte y juro que no quería hacerle daño—mis ojos se cristalizaron nuevamente—tome un florero y se lo pegue con fuerza en la cabeza, te juro que no quería hacerle daño, y-yo nunca podría hacerle algo—Mis lágrimas volvieron a mojar mis mejillas, vuelvo a esconder mi cara en mis rodillas, siento sus brazos rodearme.
—Te he jurado no decir nada—Oigo que dice, alce mi rostro mirándola nuevamente, le doy una sonrisa que parece más una mueca—levántate y estate tranquila ¿Vale?—dice y solo me limito a sentir y levantarme, camino hasta la camilla donde está mi hermano, limpio mi rostro y sorbí mi nariz, la chica me extiende un pañuelo.
—Gracias...
—Lasabi, pero podéis llamarme Abi—Me dio una sonrisa la cual correspondí.
—Isobel—Ella asiente y comienza a revisar a mi hermano, limpia la herida de este, suelto un suspiro y me doy media vuelta para caminar hasta la ventana, doy una rápida mirada hacia mi hermano y vuelvo a mirar hacia adelante, me abrazo a mí misma, ya que en esta habitación hace mucho frío, la lluvia aún no para y parece no querer hacerlo, el viento se mezcla con la lluvia una vez más, pequeñas gotas se deslizaban por la ventana, una silueta de hombre llama mi atención, no quiero pensar que es ese hombre otra vez, lo miro sin apartar mi mirada, está de espalda, pero luego cambia su posición y se coloca hacia adelante, su mirada conecta con la mía, trago en seco, solo puedo ver sus ojos, su mirada es muy penetrante, puedo jurar que traspasa mi alma, el hombre no se mueve ni muchos menos aparta su mirada de la mía, la lluvia cae sobre él, pero no parece importarle, algo dentro de mí me dice que esa mirada ya la he visto antes, pero no sé en dónde.
—Isobel—Oigo que me llaman, apartó la mirada de la ventana y de aquel hombre y miró a la persona, Abi señala a mi hermano, el cual se está removiendo incómodo en su lugar, me aparto rápidamente de la ventana y caminó rápido hasta la camilla, me posiciono a su lado, le agarró la mano sintiendo lo fría que estaba, doy caricias.
—Tranquilo—Susurré mientras le daba caricias a su mano, alzo mi cabeza para mirar a la enfermera, ella solo me dio una sonrisa la cual le devolví, miró nuevamente a mi hermano, note que tenía una curita en donde tenía la herida, espero me perdone después de eso, el sonido de la puerta hizo que mirara hacia ella, la doctora y el oficial Royket entraron a la habitación, tome postura y los mire fijamente, ellos se acercaron a la camilla.
— ¿Todo en orden, Lasabi?—Luego de mirar a mi hermano, alzó su vista hacia la recién nombrada.
—Sí— le responde para luego darle unos papeles.
La doctora mira lo extendido y luego mira a Beni una vez más. Su mirada cae en la parte de la herida que este tiene en su cabeza, le devuelve los papeles a la chica y revisa la zona.
— ¿Por qué tiene una curita?—pregunta, está revisando. Mueve la cabeza de mi hermano con brusquedad hacia la derecha, fruncí mi ceño.
— ¿Puedes ser menos rústica?—Hablé con mi ceño fruncido, esta me mira y vuelve su mirada hacia mi hermano ignorando lo que dije. —Ya me está cayendo muy mal —piensa. Ella quita un poco la curita para luego volver a ponerla, toma postura y mira a Lasabi.
—Cuando revisé, no tenía esa herida. ¿Cómo le sucedió eso?—preguntó cruzándose de brazos. Abi me dio una mirada rápida para después mirar a la doctora, tomó aire.
—Cuando le he revisado nuevamente, tenía esa herida, limpié y luego le puse la curita —le responde muy segura, sin titubear, ella asiente y mira al oficial.
— ¿Dónde están sus padres?—Le pregunta mientras junta sus manos.
¿Acaso esa tonta no ve que estoy justo delante de ella?, él ni siquiera sabe que están muertos, ¿Por qué preguntarle a él?, deje escapar un pequeño bufido.
—Murieron hace muchos años—Le respondió, me quedé sorprendida, pensé que no sabía.
— ¿No hay alguien mayor que esté cuidando de ellos?—Hace otra pregunta con curiosidad. Antes de que él hablara, yo me adelanté.
—No, la única que cuida de Beni soy yo —Me mira— y no hace falta que alguien nos cuide, sé cómo cuidar de ambos, y si tiene más preguntas, no le pregunté al oficial, pregúntame a mí, él no sabe nada de nuestras vidas —Chasqueé mi lengua enojada.
—Si supieras cuidar de tu hermano, él no estuviera aquí —señala la camilla—. Apenas eres una niña—. Me miró enarcando una ceja, y sentí mi enojo aumentar.
— ¿Acaso crees que yo sabía que esto iba a pasar? —Levante la voz—déjame decirte que no soy adivina, y para tu información esta niña a cuidado de Beni 4 años sin ayuda de nadie—Camine hasta posicionarme enfrente de ella—así que no me vengas a decir que no se cuidar de él, porque la que no sabe cuidar de su hermano, eres tú—la señaló—dime, ¿Ya encontraron a Jack?—suelto sin titubear.
Ella me mira asombrada y a la vez molesta, ni yo misma sé quién es Jack, solo lo dije sin pensar, cuando estoy muy enojada digo cosas que hasta a mí me asombran, solo salen por sí solo.
— ¿Cómo sabes tú que mi hermano está desaparecido?—Pregunta retrocediendo, no digo nada, solo me giro y vuelvo a donde estaba hace varios minutos, sujete la mano de mi hermano y hago lo de hace rato, lo miro y me relajo un poco, no levanto mi vista, sigo mirando a mi hermano, escuchó que la puerta se abre de una manera rústica, no me hace falta mirar para saber quién fue, cierran la puerta, pero no de una manera brusca, ganas de arrancarle el cabello no me faltaban, unas manos me tomaron del brazo, deje de mirar a mi hermano y mire a la persona, era Lasabi.
—Dejadme ponerte esto —me enseña una curita—. Ven —Me jala y me sienta donde estaba sentada hace rato, me había olvidado de la herida que tenía en mi frente, en realidad no sentía dolor. Ella limpió un poco esa zona para después colocar la curita. Una vez ya hecho todo, se separa.
—Gracias —Me levanto y me pongo nuevamente al lado de mi hermano.
— ¿Conocéis a Jack?—Oigo que pregunta.
—No.
—Por cómo lo habéis mencionado, parecía que sí —vuelve a hablar, relamí mis labios para alzar mi vista hacia ella.
—Lo dije sin pensar—. Me encogí de hombros restándole importancia para devolver mi vista a mi hermano.
Sigo haciéndole caricias, él ama que yo haga eso, desde niño siempre le gustó que lo hiciera, así puedo tranquilizarlo. Mamá, que también le hacía caricias, sonrió al recordar aquello. Beni aleja su mano y se la pone en su cabeza y hace una mueca de que le duele, abre poco a poco los ojos y yo sonrió.
—Me duele la cabeza —habló para después tratar de sentarse, rápidamente lo detengo.
—Ni se te ocurra sentarte, debes estar acostado, Beni —hago que se acueste, se opone, pero termina obedeciéndome.
— ¿Cómo te sientes?—pregunta Abi dándole una cálida sonrisa.
—Ahora que te veo, mucho mejor —le responde coqueto. Revoloteé mis ojos, este chico no tiene remedio, Abi ríe.
—Definitivamente, te sientes muy bien —habla con una sonrisa dibujada en sus labios—. Regresó en unos minutos —agarra algunas cosas y camina hacia la puerta para irse. Beni solo sonríe, le doy un golpe suave en su abdomen, este ríe, pero después deja de hacerlo y hace una mueca de dolor.
—En serio, mi cabeza duele —se queja.
—Hace unos segundos eso no fue lo que dijiste —le digo para después voltearme, agarrar la silla y ponerla al lado de la camilla, y sentarme en ella.
—Pero ahora sí —revoloteé mis ojos mirando cómo se sienta—. He estado acostado mucho tiempo, así que no me mires así —me apunta con su dedo—. ¿Qué hora es?—pregunta estirándose un poco.
—No lo sé.
—Como que no sabes, ve la hora en tu celular—Hace un ademán negando y bosteza un poco.
—El celular de ambos se quedó en el lugar —Suspiré, él asiente, me acomodo mejor—. Beni, si te hacen preguntas sobre qué pasó en aquel lugar, tú solo dices que no recuerdas nada, no podemos decir la verdad —le informo.
—Está bien —sonrió—. Además de que ese loco sigue por ahí, no pienso decir nada, aparte de eso nos tomarían por locos. —Pasa su mano por su cuello y la detiene, donde está la marca de la mordida que aquel hombre le hizo.
— ¿Te duele?—Pregunte mirándolo con una pequeña mueca.
—No mucho—dice y quita su mano de su cuello—pienso que todo esto es una locura—me mira—nunca me imaginé que un vampiro me mordería—Suelta un suspiro y mira sus manos, me echo hacia adelante y tomó sus manos.
—Lo sé—acarició las mismas—solo espero que salgamos de este lugar, odio los hospitales—Mire hacia todos lados con una mueca, oigo que ríe, lo miró con una sonrisa.
— ¿Te acuerdas cuando te cortaste el dedo y la abuela se alteró y quería llevarte al hospital?—Habla con una sonrisa, reí bajo para asentir—te subiste al techo para que no te llevará—Ríe alto, suena loco pero lo hice.
—La cara de la abuela al verme en el techo fue épica—reímos al unísono
—La extraño mucho—deja de reír poco a poco—a ella, al abuelo, y a nuestros padres—juega con mis dedos—desearía que estuviesen vivos—Veo como una lágrima se desliza por su mejilla, mis ojos se cristalizan, estiro mi mano para limpiar su mejilla.
—Yo también los extraño mucho—alejo mi mano, él me mira, sus ojitos están cristalizados—extraño su manera de cuidarnos—Sonríe y yo igual, una lágrima se desliza por mi mejilla y la quito rápidamente.
—Al menos conociste a papá y disfrutaste de su presencia, yo ni siquiera lo recuerdo, estaba muy pequeño —Relame sus labios con lágrimas en sus mejillas.
—Él te amaba mucho—sonrió—recuerdo aquella vez que te hiciste pipí estando en sus brazos—él ríe conmigo—sus palabras fueron [está marcando territorio] —trato de imitar su voz, pero no me sale y solo hago que mi hermano ría más—uso esa camisa durante días, se había vuelto su favorita—agacha su cabeza mientras ríe—él te amaba como tú no tienes idea, hermano—Me vuelve a mirar y vuelvo a limpiar sus mejillas.
— ¿Dónde está esa camisa?—pregunta sorbiendo su nariz un poco.
—Está guardada en sus cosas—Le digo y él asiente, le doy una sonrisa y con cuidado remuevo su cabello, él sonríe, me gusta verlo sonreír, me hace feliz, sin él mi vida ya no tendría sentido, él es mi razón de vivir, por él soy capaz de dar mi vida para salvar la suya, no me gusta la idea de que alguien le haga daño, toda mi vida me la he pasado protegiéndolo como si fuera mi hijo, cuando mi padre murió mi mundo se derribó, ya no podía seguir, no soportaba la idea de perderle a él también, pero tenía que ser fuerte, tenía a un hermano que proteger, en el funeral de mi padre, me prometí, le prometí a él que cuidaría a Beni como si fuera mi propio hijo y pienso seguir cumpliendo esa promesa hasta el fin de mis días, pase lo que pase siempre estaré para él.
El ruido de la puerta abrirse hizo que volviera a la realidad, ambos miramos hacia esa dirección, tres siluetas muy familiares entraron a la habitación, me levanté al percatarme que eran Lisa y sus padres, ella me miró y corrió hasta donde estaba yo y me abrazó, rápidamente le correspondí el abrazo.
—Me preocupé mucho cuando mi padre dijo que estaban en el hospital porque tuvieron un accidente—. Habló preocupada para luego separarse del abrazo.
—Estamos bien—Le sonreí suavemente para tratar de tranquilizarla.
— ¿A dónde iban tan tarde?—Oigo que dice el señor Collins, confundida lo miro.
—Íbamos camino hacia su casa—frunció su entrecejo en modo de confusión—Lisa me dijo por mensaje que ustedes nos invitaron a cenar—Les hago saber.
—No amiga, ni siquiera te he llamado y mucho menos te dejé mensajes, mira—me enseña su celular y no había rastro de que ella me haya enviado mensajes—cuando encendí mi celular para llamarte note que tenía una llamada perdida tuya—dice y quedó estática—cuando te iba a devolver la llamada salía apagado—
Todos en la habitación quedamos confundidos, no estoy loca sé que ese mensaje llegó a mi celular, todo esto está siendo muy raro, el mensaje, aquel hombre saliendo de la nada, Beni en trance tratando de asfixiarme, hombre que estaba parado afuera en medio de la lluvia, recuerdos que nunca antes había vivido, el nombre del hermano desaparecido de la doctora, esto parece una película y no precisamente de las bonitas.
—Isobel, necesitamos hablar—El oficial Royket hace que salga de mis pensamientos, otra vez en esta noche, me giré para mirarlo, asentí.
—Claro—Asentí y comienzo a caminar hacia la puerta que está abierta, doy un último vistazo a mi hermano para después salir.
Sé que empezará a hacer preguntas y siento que no estoy en mi mejor momento para responder, solo quiero que todo esto acabe de una buena vez. Me frustra no saber qué hacer.
Caminamos un poco por el lugar, el sigue sin decir ni una sola palabra, ¿No que quería hablar conmigo?, se ve que está sumergido en sus pensamientos, caminamos sin parar, me abrazo a mí misma ya que el frió que está haciendo es brutal, debo aclarar que no tengo la manta puesta, ni me acuerdo donde la puse, freno mi paso al ver que el oficial lo hizo, camina hasta donde está una chica detrás del mostrador, ¿En qué momento llegamos a la cafetería?, el habla con la chica y yo visualizo una mesa vacía, camino hacia ella y me siento, cruzo mis brazos encima de la mesa, suelto un suspiro largo, las ganas de estornudar se hacen presente, mierda no tengo el pañuelo, antes de estornudar uso mi brazo, limpio mi nariz donde mismo, alzo mi vista hacia el frente y el oficial deja la bandeja que traía en la mesa y luego se sienta, me extiende una taza de chocolate cali
Debo admitir que no logre dormir bien, no sé si fue porque Lisa duerme malísimo o es porque no deje de pensar en aquella pequeña pesadilla que me pareció muy real, creo que fue por las dos cosas, me encuentro en el instituto, en la cafetería para ser exacta, estoy con Lisa y Bonnie, debo decir que Bonnie no sabe nada sobre lo que ha pasado y no pienso comentárselo, y no es porque no sabe guardar secretos, porque si sabe pero no quiero que se preocupe, ya basta y me sobra que Lisa sabe y también que el oficial Royket es el tío de Bonnie, ¿Cómo lo sé?, bueno hace unos minutos ella estaba diciendo que su tío Royket le salió un caso muy importante y se ha cual caso se refiere, debo decir que sí, me sorprendí mucho porque no sabía que él era su tío solo espero que por eso ella no se entere y le pedí a Lisa no decirle nada, la
—Bonnie, tienes que correr a primera base, no a tercera base—Habló el profesor por segunda vez, esta irritado, lo sé, yo estoy cubriendo en segunda base del equipo contrario, mi amiga hace lo que el profesor le dice y se devuelve a primera base pero ya es tarde porque le hicieron el toque indicando que está fuera—mejor siéntate en la banca Bonnie—Suspiro el profesor mirándola con una mueca, ella corre hasta la banca y se sienta, me huele a que no será elegida—Scott es tu turno de patear—Indica y Scott se posiciona para patear, Sabrina que es la pitcher se prepara para hacer el lanzamiento, fija la pelota en un ángulo exacto para después lanzar por debajo la pelota, Scott al ver llegar la pelota la patea con la derecha y esta sube, comienza a correr.—¡Es tuya Isobel!—Dice Sabrina y yo corro hacia atrás hasta alcanzar la pelota agarrando est&
—Beni, ¿Quieres por favor bajarle a la música?—Hable abriendo su puerta, me cruzo de brazos mirándolo, desde que llegamos se metió a su cuarto a escuchar música a todo volumen, este me da una mirada rápida para después devolver su vista a la computadora.—Si claro—Dice y sigue jugando en su computadora, este chico si sabe cómo sacarme de mis casillas, camine hasta el equipo y lo apago, este me mira rápidamente.—Oye, oye ¿Qué haces?—Frunció su ceño levantándose.— ¿Tu qué crees?—Enarque una ceja para mirarlo cruzándome de brazos.—Isobel no puedes entrar a mi cuarto sin mi permiso—Revolotee mis
Me removí en mi lugar, podía sentir que estaba en una cama, mi muñeca dolía un poco y mi cabeza igual, lleve mi mano a mi cabeza he hice una mueca de dolor, abrí mis ojos poco a poco, pude notar que estaba en mi habitación, miré mi muñeca y tenía una venda, lo supuse, intente levantarme pero mi cabeza dolió mucho y me quede quieta para que se me pasara el dolor, espero Beni este bien, no puedo estar quieta si no compruebo que el este bien, me levanté y mi cabeza seguía doliendo pero trate de ignorar el dolor, quite la sábana que tenía encima y me senté, miré hacia abajo pero no estaban mis zapatos, eso no me importo así que me levante, mi cabeza seguía doliendo a montón, camine hasta la puerta y la abrí, Salí y camine hasta la habitación de mi hermano, iba a tocar pero la puerta se abrió sola,
Niebla, había mucha niebla y sentía mucho frío, vi mejor y supe que era un bosque, era muy de noche, estoy totalmente confundida, esto se parece a la pequeña pesadilla que tuve la otra vez, esa pesadilla que se sentía tan real, el frío volvió a mí, me abrace a mí misma para intentar darme calor, miro a mi alrededor pero solo había niebla, comencé a caminar mientras me abrazaba, no entiendo qué hago yo aquí, quizás no sea una pesadilla y sea otro recuerdo, uno que me da mucho miedo, respire hondo, me quedo quieta al escuchar los mismo pasos, mire pero no había nadie, los pasos se comenzaron a escuchar más fuerte, sin dudarlo comencé a correr sin mirar atrás, corrí esquivando los árboles, la neblina casi no me deja ver por donde corro, caí al suelo al tropezar con algo duro, mi respiración es agitada a base que corrí
—Entonces, Scott—lo miro fastidiada— ¿Lo harás o no?—Hago más presión para que le duela y así pueda tratar de hipnotizarme de una vez, tiene rato callado sin hacer nada y es algo que me está poniendo inquieta, suelta un suspiro y me mira a los ojos, entonces, es ahí cuando comienzo a sentirme mareada, el cansancio llego a mi junto el terrible dolor de cabeza y el pitido, me separo de él y pongo mis manos en mi cabeza y cierro mis ojos, duele a horrores, mis piernas me fallan y caigo al suelo y apoyo mis manos de este, mi corazón se aceleró, mi respiración es agitada y siento como comienzo a sudar frío, mis manos tiemblan, fragmentos de recuerdos vienen sin parar, de una manera rápida, un recuerdo tras otro, siento unas manos frías a mi alrededor, por su perfume sé quién es, me ayuda a levantarme y me hace sentar, frun
Se puede decir que lo que paso, fue una locura, debo admitir que me divertí un poco, después de que entre a la casa me di un baño para después contarle mejor a Henry todo lo que había pasado, quiso detalles y con detalles se lo conté, quedo un poco confundido cuando le dije que hablo de Fariád como si lo conociera, y si lo conocía y era una infiltrada pues ya no tendría que preocuparse, esta donde debe estar, al parecer si conocía a Leinád, solo que cambio mucho y no lo reconocía, incluso se había cambiado el nombre y el apellido, ya que antes su nombre y apellido eran "Dante De Leone", así lo conocí yo, por cuestiones de seguridad tuvo que cambiar de identidad, debo admitir que el nuevo Dante es mejor que el anterior.Me encuentro acostada en una silla plegable, no hay sol ya que las nubes lo tapan pero estoy disfrutando de ver a Beni limpiando la piscina mientras é