Narrador:
El cumpleaños de Ramiro había sido muy intenso para ambos. Él estaba dispuesto a lanzarse con todo para lograr su objetivo con Pandora, mientras ella se iba confundiendo más y más. En todos los años que habían pasado, y sobre todo estos últimos 2 de lejanía total, le dieron a pensar que sus sentimientos para con él se apagaron, pero desde su reencuentro, la situación era cada vez más intensa. No podía dejar de pensar en él.Se habían ido los 3 a casa de Apolo.− Pan, tu dormitorio está intacto, pues los mellizos duermen donde era mi dormitorio y nosotros en el principal.− Gracias, bajaré un bolso que Andrea me preparó, del coche. Voy a dormir que estoy muerta. Los quiero, que descansenPandora se dirigió a su antiguo dormitorio. Pero antes se dio un largo baNarrador:Aquel día lo único que pasó entre ellos fueron los besos que se debía, pero Apolo tuvo que interrumpir o Ramiro perdería su vuelo.Pandora volvió la cuidad y a la actividad normal. Ya habían pasado un par de semanas. Propuestas de hombres de todo tipo no le faltaton, pero pudo aceptar ninguna.Ese día había ido a casa temprano, estaba cansada. Andrea la llamó− Pan, compré algo de comer y voy a tu casa− Estoy cansada, Andrea− No me interesa, voy igualPandora dejó escapar un largo suspiro. Su teléfono sonó otra vez.− Marcos, que lindo, ¿cómo estás?− Hola, Pandora, bien ¿y tú, cariño?− Ahora que hablo contigo mejor –− Perdona que no te llamara antes, pero esto es una locura, n
Pandora: Mi nombre es Pandora Ferrari, ¡sí ya sé!, un poco extraño para la época, pero mi madre, quién es un poco loca, está coladísima por la mitología griega y todas estas porquerías místicas, fíjense que a mi hermano gemelo lo llamó Apolo. Aunque para quedar bien con la familia de mi padre nos castigó con dos nombres bíblicos, a mí María y a mi hermano José, así que somos María Pandora y José Apolo. No combinan en lo absoluto y rozan la ridiculez. Obviamente toda la vida fuimos conocidos como María y José, los hermanos Ferrari, así era más fácil poder sobrellevarlo, sobre todo en nuestra época de la preparatoria. Es que allí los críos son muy crueles. Cuando la estamos cursando creemos que nos llevaremos el mundo por delante, y que lo que pase durante ese período será para el resto de nuestras vidas. Pero créanme que nada que ver. Hoy veo a los “populares” de la época y dan p
Narrador: Ya era muy entrada la noche y Pandora aún se encontraba en la Agencia dando los últimos toques de gracia de un contrato millonario con una prestigiosa marca de refrescos.− Pandora, ¿aún estás aquí? – le preguntó Sofía, su secretaria− Si, Sofí, aún estoy trabajando en el contrato –− Me quedo y te ayudo− No, tesoro, ve a casa. Seguro tu marido ya llegó y te espera ansioso. Ya sabes que soy adicta al trabajo –− Ok, si me necesitas llámame - le dio un beso en la mejilla.Pandora estaba tan absorta metida en el papeleo que ni levantó la cabeza para despedirse de la joven. Su móvil vibró insistentemente, señal de que colgaban y volvían a llamar, lo miró de reojo un par de veces antes de cogerlo para ver quién era. En la pantalla iluminada aparecía el nombre de APOLO. Suspiró, seguro era algo importante, sino no la llamaría y se limitaría solamente a enviarle un mensaje. A regañadientes respondió.- Apolo realmente e
Narrador:Cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue sacudir sus pies y tirar los zapatos para el medio de la sala. Al revisar su celular tenía como 20 llamadas perdidas de su amiga Andrea, hasta que le llegó un mensaje por whatsapp#ANDREA a PANDORA20:15 horasNena, ¿se puede saber dónde mierda te metiste? Me aburrí de llamartePandora tomó el teléfono y la llamó− ¿Dónde te habías metido, Pandora?, me tenías de los nervios− Tranquila, mami, fui a llevar a Carmen hasta su casa− ¿Hasta su casa?− Sí, fíjate que me olvidé lo lejos que era, pero nos divertimos en el viaje.− Bueno mejor así. Escucha, no olvides el bautismo de tus sobrinos− ¿Cómo crees? – dijo revoleando los ojos y casi tentada de la risa&
Narrador:Antes de dormir, Pandora revivió noche anterior llena de pasión con Marcos.Al entrar sintió que la tomaban de un brazo y la ponían contra la pared, obviamente era él que la estaba esperando. Quien juntó los labios con los de la joven y con su lengua se abrió paso, mientras acariciaba todo su cuerpo con las manos− Marcos, deja que me duche, he estado todo el día en la agencia y luego hice un largo viaje al pueblo, estoy transpirada –El pasó su lengua por el cuello de Pandora desde el hombro hasta la oreja.− Mmm… que sabor salado tan exquisito – tenía el brillo malicioso de costumbre− Marcos… - dijo mientras sucumbía a las caricias y besos recibidosLa llevó a la cama y la desvistió son una prisa abrumadora. Le tomó los tobillos y los separó, la oblig&oacu
Pandora:Llegue a casa sumamente perturbada, todavía no sé si para bien o para mal. Fue un día por demás largo, quien iba a decir que un simple bautismo se convertiría en lo que se convirtió. Me divertí por demás, pero me hubiera gustado poder haber hablado más con Ramiro.Cuando sentí su dedo por mi espalda, una parte de mi sabía quién era, pues tenía esa costumbre desde que éramos adolescentes. Pero hacía tantos años que no le veía que ni me acordaba de él, ¿Por qué lo sabía entonces?, pues no tengo idea. Solo sé que el contacto con su piel me estremeció de pies a cabeza. Y verlo tan lindo, su rubio pelo cayéndole graciosamente en su frente y sus siempre intensos ojos caramelo, me volvieron loca. No sé a qué pretende jugar recordando nuestro beso en el viejo
Narrador:La reunión había ido de maravilla y había terminado antes de lo esperado. Pero aún debía quedarse un rato más para ultimar detalles. Estaba por demás feliz, había cerrado un negocio de millones, eso posicionaba a la Agencia en el primer lugar del país, eso significaba prestigio y por ende más dinero. Se fue pasando la hora sin darse cuenta. De pronto entró Sofía casi corriendo a su oficina.− ¡Por Dios Pandora!, ¿conoces al bombón de Ramiro Gancia?Levantó la vista para prestarle atención y pudo ver a través de los cristales de su despacho a Ramiro parado en el gran salón rodeado de gente pidiéndole autógrafos y sacándose fotos.− Si, somos amigos de la infancia. Hoy iré a cenar con él y sus padres –− ¡Ay! Qué env
Narrador:La cena había pasado de lo más amena. Los padres de Ramiro estaban encantados con la visita de Pandora, es que la adoraban. En realidad nunca habían entendido porque se había casado con Valeria y no con ella. Se hacía tarde, Joaquín y Antonia se despidieron y se retiraron a dormir.− Supongo que tendremos que marcharnos – comentó Pandora con algo de tristeza− No, si no quieres, podemos tomarnos un café en el porche y luego vemos que pasa – ella le miró sonriendo− Me encanta la idea, pero solo si me lo dejas preparar a mí –− ¡Por supuesto que sí!, aquí las cosas nunca cambian, así que todo está en el mismo lugar, si lo recuerdas lo encontrarás –− Me acuerdo perfectamente, no he olvidado nada de ésta casa y lo que vivido en ella - le respo