VINCENTDejamos de besarnos profundamente y se separa para girarse.— ¿Así?— me pregunta con esa voz para pollas que sabe que me enloquece.— Pega tus piernas princesita – ordeno ronco en su oído mientras hundo mi nariz en su cabello rojo húmedo y olfateo profundamente su dulce olor.Mis caninos salen sin control a la vez que mordisqueo su hombro, la lamo y beso el lateral de su cuello.Mi mano va delante a toquetear y apretar sus grandes senos que me encantan, a pellizcar uno de sus rozados pezones que muero por meterme en la boca y chupar.Gime y empina las duras nalgas estimulando mi miembro.Esta hermosa mujer está hecha para pecar por cada centímetro de su lujurioso cuerpo.Agarro mi polla que late furiosa con venas a punto de reventar y la cuelo entre la suave piel de sus muslos pegados.— Mmm… joder qué rico… sshhh…Me recibe la resbalosa humedad de su tierno coño que destila todo su deseo y facilita la fricción entre nuestros genitales.No puedo evitar menear mis caderas en un
AMBERClavo las uñas en su fuerte espalda y lo abrazo.— Vincent… Mmm – gimo descontroladamente mientras la necesidad crece en mi interior.— Amber, no aguanto más nena, abre bien las piernas, te juro que dolerá solo un momento, mírame, mírame mi vida – susurra contra mis labios y siento su enorme polla palpitar en mi entrada.De repente tengo algo de miedo al dolor y me tenso, es tan grande, ¿siquiera cabrá eso dentro de mí?— Relájate pequeña, serás mía mi Alfa, al fin serás completa… mente … Sshhh aahhh… mía, joder nena, me matas Mmm Amber – gime tenso y excitado, a la vez que siento la invasión de su caliente eje, perforando, avanzando poco a poco.Las caderas de Vincent se mueven con suavidad, suda a raudales y aprieta los dientes, gruñendo contra mi cuello.Se nota cuando se está conteniendo.— Mmm – gimo de incomodidad, abro más las piernas para acomodarlo, siento como todo se expande en mi interior para recibir la virilidad de mi Beta.— Amber te amo … Mmm… te amo mi hembra… m
UNOS MESES DESPUÉS…NARRADORA— ¿En serio? Nunca se me hubiese ocurrido combinar esos dos hechizos, de verdad eres un genio – Aaron elogió a Aidan sin poderlo evitar.Ya no tenía nada más que enseñarle a este discípulo suyo de magia y el maestro, se convirtió en el alumno.— No me asombra, él no es un hombre al que se le ocurren muchas cosas nuevas – “lo cual agradece mi vieja cadera” pensó Dalila con sarcasmo. — Y entonces pequeña hechicera, ¿de lo único que hablan ustedes todo el día es de magia?Le preguntó en voz baja a Isabella, que se puso más roja que un tomate.Habían ido a saludar a sus mayores, a los maestros de hechicería del príncipe en el Santuario, pero esta viejita le hacía cada pregunta capciosa, que la tenía de puntillas sobre un campo minado.— No, no, hablamos de todo, Aidan y yo somos almas gemelas – le dijo saliéndose por la tangente y tomando la taza humeante de la mesita.— Mm así que almas gemelas ¿Cuándo piensan encargar un cachorro? Te puedo explicar cómo es
NARRADORA Estaban en una antecámara, ellos dos solos. — Tú eres la que estás demasiado hermosa y pensar que te van a estar mirando tantos machos, no me gusta. Cedrick le acarició la mejilla a su compañera. Pareciera broma, pero lo decía muy en serio. — Hoy es el día, mi amor, el día que siempre habías soñado – Raven le dijo emocionada — No solo lograste reunir las manadas del Reino, sino que te has convertido en el Rey de Reyes, unificando todos los Continentes descubiertos. — Lo logramos, lo logramos juntos, porque sin mi Centuria, nada de esto hubiese sido posible – Cedrick la abrazó con amor contra su pecho. Bajó su cabeza y olió ese dulce olor que lo enloqueció desde el primer segundo, el aroma a hogar y a felicidad. — El día que más he soñado en mi vida en realidad ya se cumplió hace mucho tiempo – susurró sin dejarla de estrecharla. Raven escuchaba el fuerte latido del corazón de su Alfa — Desde el día que regresaste a mí, que me perdonaste y cuidamos de nuestra fami
Raven Caminé por los pasillos de esta enorme mansión. Mis manos temblorosas y sudadas del nerviosismo. Mi cuerpo, aún cubierto de heridas, sobre todo las del abdomen, que casi se habían llevado mi vida. Iba camino a ver a mi salvador, al hombre que le debo el estar aquí hoy, pero sobre todo, el único hombre que me puede dar mi venganza y redención. Me hacen pasar a una enorme sala y al final, casi como si estuviese en un trono, lo veo sentado, revisando unos papeles sobre un enorme escritorio. Solo en su presencia me siento intimidada, él es un Alfa puro, pero yo, no soy cualquier cosa tampoco, ya no más, así que saco seguridad de mi interior y camino hacia el Alfa Walker. — Me dijeron que pedías una audiencia conmigo, que era muy importante— me dice con su profunda voz sin levantar la vista de lo que revisa. — Yo, tengo una propuesta que hacerle— suelto después de tragar y mi loba me está dando ánimos, a pesar de que la presión del Alfa, la mantiene en sumisión. — ¿Qué propu
Raven1 MES ANTES…Las lágrimas caían de mis ojos sin poderlo evitar, los nudillos blancos de tanto apretar el borde la sábana, tapando mi maltrecho cuerpo, mientras la vergüenza y el asco a mí misma, me invadían.— No sigas llorando como si te hubiese violado a la fuerza, que tú viniste por tus propios pies a meterte en mi cama. — Ya deja esa actitud de mártir, que me tienes un poco harto – lo escucho con su cínica voz, mientras se está poniendo la ropa al pie de la cama y me mira con esos ojos tan odiosos y despreciables. — Entonces… mi hermana… prometiste dejarla libre…— le digo suplicante limpiándome las lágrimas, que siguen cayendo y el nudo en mi garganta casi no me deja hablar.— Ya veremos después eso – me responde como si nada, cuando ya me había prometido que no la entregaría como ofrenda, si yo cedía finalmente a su acoso.— Después no, Alfa, me prometió que la sacaría de la selección, si yo…si yo, me entregaba a usted… ¿cómo puede faltar ahora a su palabra? – comienzo a
Raven — No. Lo hice por mi hermana— respondí cerrando los ojos en agonía. Dije que no, porque no fue una violación de la manera convencional, pero de cierta forma sí me obligó, me orilló a hacerlo, porque, aunque yo sola caminé hacia esa habitación, le había rogado muchas veces que no escogiera a Verena, me postré de rodillas y le supliqué. Ella ni siquiera había cumplido los 18 años, era hasta menor de edad, mi madre moriría de su enfermedad en el corazón. Incluso, en un momento de desesperación, me ofrecí para ser el tributo yo misma, aunque eso significaba una vida de esclavitud, peor que morir, sin embargo, él solo me miró con burla y me hizo esa horrible propuesta. Me dijo que para ser la put4 del Rey Alfa como su tributo, mejor era la suya. Ese siempre había sido su objetivo, desde el primer momento en que puso sus ojos obsesivos y asquerosos sobre mí. Solo se aprovechó de mi desesperación. — ¡Podías haber esperado a que yo regresara, habríamos buscado una solución, le h
Raven Bajando la cabeza, aguantando y aguantando, solo por un gesto de buena voluntad, solo por la esperanza de agradarle a la mujer que llamaba madre. Siempre me quedaba a cargo de Verena, en realidad es menor que yo por solo unos meses, tampoco es que sea tan pequeña, sin embargo, se dañaba una hebra de sus cabellos y los castigos llovían sobre mí. Yo era la hermana mayor y debía cuidarla y no dejar que le sucediera nada. Para eso sí era una hermana, pero cuando llegaban los juguetes, los dulces, los cosméticos, los vestidos y ropas, todo lo mejor siempre era para ella. Yo tomaba incluso los juguetes y las ropas que desechaba o no le servían. Nunca me pareció injusto, en mi corazón, siempre supe que era la adoptada, la falsa y ella, era la verdadera hija y estaba agradecida, con lo poco que me pudiesen dar. Haciendo hasta lo imposible para que no me rechazaran, para encajar en su familia, en esta manada, que en el fondo, nunca me ha aceptado en realidad, sin embargo, no tengo