Raven
Bajando la cabeza, aguantando y aguantando, solo por un gesto de buena voluntad, solo por la esperanza de agradarle a la mujer que llamaba madre.Siempre me quedaba a cargo de Verena, en realidad es menor que yo por solo unos meses, tampoco es que sea tan pequeña, sin embargo, se dañaba una hebra de sus cabellos y los castigos llovían sobre mí.Yo era la hermana mayor y debía cuidarla y no dejar que le sucediera nada.Para eso sí era una hermana, pero cuando llegaban los juguetes, los dulces, los cosméticos, los vestidos y ropas, todo lo mejor siempre era para ella.Yo tomaba incluso los juguetes y las ropas que desechaba o no le servían.Nunca me pareció injusto, en mi corazón, siempre supe que era la adoptada, la falsa y ella, era la verdadera hija y estaba agradecida, con lo poco que me pudiesen dar.Haciendo hasta lo imposible para que no me rechazaran, para encajar en su familia, en esta manada, que en el fondo, nunca me ha aceptado en realidad, sin embargo, no tengo a donde más correr.Soy como una rata atrapada en esta madriguera.*****Al otro día, casi hui de la casa.Me levanté muy temprano porque no quería encontrarme de nuevo con la cara de decepción de mi madre y los ojos llorosos de mi hermana, poniendo remordimientos en mi cabeza y la responsabilidad de salvarla.Vagué un poco por el bosque y después de mucho pensarlo, decidí hablar por última vez con el Alfa, volverle a suplicar y rogarle, pero no me volvería a entregar a él.No lo haría, ni aunque muriese mil veces.Si se la llevaban, ya no podía hacer nada, no sé qué acciones tomaría madre en mi contra, pero nada sería peor que volver a pasar por lo que pasé ayer en ese cuarto y en esa cama.Pero al llegar a las inmediaciones de la casa del Alfa, una algarabía de la manada reunida, llamó mi atención ¿qué estaba sucediendo?Entonces los vi. Verena abrazando al Alfa Sirus, delante de todos y llamándolo mate y compañero.Los demás a su alrededor la llamaban Luna y felicitaban al Alfa por su buena suerte al encontrar a su pareja destinada. Él, amoroso, abrazaba el pequeño cuerpo de Verena.Juro, que algo se rompió en mi interior y caminé como en automático hasta donde estaban ellos.La gente alrededor me miraba raro, pero se apartaba mientras yo, solo tenía esa imagen de hipócrita felicidad en mis ojos.— Verena ¿qué está sucediendo?, ¿por qué…por qué abrazas al Alfa? – le pregunté, aunque ya tenía la respuesta en mi corazón.— ¿Acaso no es obvio? Somos compañeros destinados. Mi loba salió antes de tiempo y nos reconocimos— ¿No te alegras por mí, hermana? – me preguntó sonriente y parecía tan pura a los ojos de todos, pero yo podía verlo, podía ver toda la burla en el fondo de sus ojos chocolates.— Ni siquiera tienes 18 años, ¿cómo puedes estar segura?— Es algo poco frecuente, pero estaba muy estresada y mi loba se adelantó por unas semanas y salió justo cuando me encontré aquí al Alfa en la mañana, ¿qué sucede Raven, tal parece que no te alegras por mi felicidad?— ¿Te molesta que haya encontrado a mi pareja destinada antes que tú? – me pregunta inocente y dolida y ya escucho los murmullos a mi alrededor.— Madre, ¿cómo vas a permitir esto? Hace a penas ayer estábamos rogándole al Alfa para que no se llevara a Verena y ahora, resulta que son parejas y lo va a aceptar, ¿así como así?— Sin una disculpa, ni nada – miré a mi madre a un lado, con incredulidad.Ella sabía todo lo que yo había hecho, todo lo entregué, y fue ¿para nada?Claro que quería que no se llevaran a Verena, lo había hecho todo por ella, pero pensar en que todos pasaban por encima de mi sufrimiento, de mi sacrificio, sin compasión, como si nada, hacía que mi alma terminara de partirse.Yo perdí mi virginidad y a mi pareja por salvarla a ella, ¿a alguien le importaban mis sentimientos?— No entiendo tu pregunta. Es obvio que si son mates, deben permanecer juntos. Tu hermana se convertirá en la Luna de la manada.— Deberías estar muy feliz por ella y ya ven aquí a mi lado, deja de ser siempre el centro— la última frase me la dijo entre dientes, bajando la voz, pero yo no procesaba nada.— Entonces, ¿serás la pareja de un hombre, que sin importarle las súplicas tuyas y de tu familia, te iba a vender como una esclava?— Ayer, llorábamos rogándole de rodillas y él no tenía nada de compasión y hoy, ¿lo abrazas y le llamas amor? – volví a mirar a mi hermana y entonces, lo miré a él, a sus ojos negros.A esa cara que me perseguiría en mis peores pesadillas.Tenía una risa burlona en su boca y parecía, que todo lo podía leer en su rostro.“Esta es la familia por la que tanto me suplicabas. Fuiste mi mujerzuela y para nada”Eso es lo decía su rostro chantajista y eso era lo que yo era, en lo que me había convertido por esta mujer, que ahora lo abrazaba y lo llamaba cariño.— ¿Ya está feliz, Alfa? ¿Ya tuvo todo lo que deseaba? – le dije con furia, sin poderme callar más, con la rabia recorriendo por todo mi cuerpo.— ¡Raven, deja de hacer una escena y ven a mi lado! – la voz fuerte de mi madre, fue quien respondió por él.Apreté mis puños, encajándome las uñas y como siempre, bajé mi cabeza.Todos a mi alrededor pensaban que solo estaba celosa de Verena, de su buena suerte.Nadie se compadecería de la huérfana, así que decidí dejar de hacer un espectáculo, ya de por sí, yo misma me sentía una payasa, una estúpida y tonta.Exponerme, solo me traería más rechazo y dolor, no quería que nadie se enterara de mi vergüenza, pero mi querida hermana, no iba a dejar pasar la oportunidad tan fácil.— Raven, hermana, no tienes que ponerte así, yo sé…sé que te gustaba el Alfa, pero no siempre ser tan fácil con los hombres funciona… — me dijo con timidez, cuando pase cerca de ella, como si lo hiciera en voz baja, pero todos lo escucharon.Los murmullos y las especulaciones se hicieron más evidentes.Era más que obvio que estaba diciendo que yo me acosté con el Alfa para beneficio mío, sacando mi peor secreto a relucir, frente a casi toda la manada.— Tú, ¿cómo te atreves a decir eso, de entre todas las personas? – me detuve y la miré, a penas, manteniendo la poca calma que había conseguido reunir.Mis manos temblaban de la rabia y la impotencia.— Raven, no quería decirlo delante de todos para no avergonzarte, pero la verdad, el hecho de que te hayas metido en la cama del Alfa solo para quedarte en la manada, para que no te escogieran en la selección, ahora que sé que él es mi pareja, me duele demasiado…— Yo pensé que al menos te sentirías mal, con cargo de conciencia por ese acto tan descarado, pero en vez de eso, ¿vienes y me atacas? Pensé…pensé que serías más agradecida con mi familia…Ofensas como “descarada” “mujerzuela” “no debimos dejarla entrar en la manada” “es una vergüenza” “put4” “una malagradecida” comenzaron a sonar con fuerza en la multitud, nadie se tomaba el trabajo de disimular sus insultos en mi cara.Todo sacaron, lo que habían guardado en realidad en sus corazones, estos años.— Te perdono tu desliz, porque yo sí te consideraba como una hermana, pero por favor, te pido que no te acerques más a seducir a mi pareja— su rostro falso mostraba preocupación.— Madre te ha criado bien todos estos años, pero bueno, parece que hay cosas que vienen de la sangre.— ¡Verena, eres una desgraciada, la única malagradecida aquí eres tú!— ¡Este hombre, que ahora es tu querido mate, no es más que un asqueroso violador, que me acosó, aprovechándose de mi desesperación por ti, porque yo sí te consideraba de verdad una hermana y terminé en el lodo solo para salvarte! ¡Tú lo sabías, al igual que madre, y, aun así, me enviaban a suplicarle todos los días!— ¡¿Cómo cambias todo a tu conveniencia de esta manera?! ¡Lo hice porque a ti era la que te iban a dar como esclava! ¡Tu querido mate te iba a entregar a otro hombre, para que te abusaran y solo te quería salvar!— ¿Ahora resulta que es mi culpa que fueras una cualquiera? De verdad Raven, qué vergüenza, mi padre estará revolviéndose en la tumba del arrepentimiento por salvarte - me dio el golpe final, sabiendo lo mucho que me dolería haberle fallado a mi padre adoptivo.— ¡¿Cómo te atreves a decirme eso a mí?! ¡¡¿cómo te atreves?!! – le grité como loca, ida de mis casillas, sin poder aguantar una injusticia más y le salté encima.Le salté encima a destrozarla.Dicen que cuando una persona noble y buena, se vuelve rebelde, es peor que uno que siempre está peleando.“Líbrame de las aguas mansas, que de las bravas me libro yo”Llegué a un punto en el que no me importaba nada, mi corazón no aguantaba una humillación más.La agarré del cabello y la golpeé con todo el resentimiento de mi alma, la arrastré por el suelo sin contemplación, me senté encima de ella y comencé a abofetearla.Por todas las veces que me pegaron por su culpa, que me acusó injustamente, todo lo que me quitó solo porque sí, con maldad y yo, siempre dándole lo mejor de mí, dando todo por esta familia, en la que solo he sido un estorbo desde el inicio.Mis garras salieron y destrozaron su cara.Solo veía rojo en mis ojos y a pesar de los gritos en mis oídos, no me detuve, hasta que fuertes manos me apartaron y aprisionaron, varios hombres de la manada me sujetaron y me hicieron arrodillarme, inmovilizándome.Aun así, luchaba por soltarme, como poseída por la venganza y la furia.Una fuerte bofetada cayó en mi cara, tan fuerte que me partió el labio y casi me desmayo por el mareo.— ¿Cómo te atreves a difamar contra tu Alfa y a golpear a tu Luna? – la voz del Alfa resonó cruel y dura, haciéndonos estremecer a todos de miedo, porque eso somos, solo simples animales que sucumben al poder y la jerarquía.— Te acogimos en esta manada, evitando que fueras una pícara, una exiliada, ¿y así nos pagas? – levanté mi cara para mirarlo y ya un ojo se estaba inflamando con rapidez.— No eres mejor que el Rey Alfa, ¡eres solo un tirano!— ¡Escuchen todos, esta vez fui yo, una huérfana sin importancia, pero mañana, cuando su querido Alfa se encapriche, en una de sus hijas, ya verán cuantos métodos tiene para obligar a una inocente mujer!Grité a la multitud, pero como siempre, no sé para qué esperaba otra reacción.— ¡No compares a nuestras hijas contigo, prostituta, mujer fácil! – gritó una de las mujeres presentes y eso desató el caos.— ¡Fuera de nuestra manada, malagradecida que muerdes la mano que te dio de comer!— ¡Fuiste tú quien sedujo a nuestro Alfa! ¡Malvada sin corazón, arrojando a su propia hermana a la selección!Mis oídos casi no podían creer lo que escuchaban, como todos tergiversaban los hechos, como defendían ahora a su Luna, cuando ayer estaban felices de que fuera ella y no sus hijas, las que fueran de tributo.Algo me golpeó de repente en la cabeza y al mirar al suelo, vi una zanahoria.Una de las señoras la había sacado de su cesta, solo para atacarme.Eso le dio la idea a los demás y comenzaron a llover todo tipo de verduras, huevos, y cuanta cosa tuviesen a mano.Yo de rodillas, sometida y humillada, escuchando además sus insultos y soportando los golpes.Cuando se acabaron las verduras, comenzaron a llover las piedras.Los guardias a mi lado ni se inmutaron y solo dejaron que me apedrearan como una verdadera prostituta.Una de las piedras me dio en la sien, y la sangre caliente rodó más por mi rostro ya hinchado y deformado.Fue lo último que supe, antes de caer en la inconsciencia.RavenCuando volví a abrir mis ojos, en apenas una pequeña rendija, que me dejaba la inflamación, percibí, que me habían arrojado a una de las celdas.Húmeda y asfixiante, pequeña, donde apenas algo de heno me separaba del frío suelo de piedra.Estaba perdida, no sabía que iba a ser ahora de mi vida. Pero pronto, las respuestas a mis preguntas llegaron más temprano que tarde.— ¿Ya estás consciente? - la voz que menos quería escuchar en estos momentos, volvía a hablarme por fuera de los barrotes, el Alfa de la manada.Levanté mi rostro y lo miré con odio y rencor.— Si hubieses tenido esa actitud antes, no serías una presa tan fácil, ¿quién se iba a imaginar que la huerfanita, ocultaba ese mal genio? – sonreía con sarcasmo.— Este era el espíritu que deberías haber tenido en mi cama y no el de frígida agonizante que me mostraste.— Eres un cerdo— escupí apretando los dientes.— A mí me hablas bien, estúpida, que solo porque te di un poco de favoritismo, no te confundas, ¡yo soy tu Al
RavenNo me devolvió el acuerdo a romper el vínculo y si una de las partes no quiere, no se puede disolver así tan fácil, no sin más poderes involucrados o que muera uno de los dos.La oscuridad lo envolvió y la distancia se hizo mayor.Me alejé de ahí y nunca entendí, porque no rompió su odioso compromiso conmigo, por qué, si le estaba dando lo que tanto quería, para que se emparejara con otra loba.“No me importa que no lo hayas aceptado, en mi corazón, ya sea que sobreviva o no, tú nunca serás mi mate, no quiero ensuciar tus ojos con mi presencia, nunca más” fue mi último mensaje, antes de alejarme, en camino a las tierras del Rey Alfa.*****Llevábamos días de camino, a penas nos daban de comer o beber.Nos sacaban pocas veces al día, como animales, a hacer nuestras necesidades fuera del camino, si no tenías que hacerlo en la misma jaula.Cualquier protesta o demora y llovían los latigazos.Era una larga fila de carretas con jaulas y a medida que pasábamos por más y más manadas, l
RavenUna luz cegadora hizo que abriera a la fuerza mis párpados. ¿Dónde estaba?¿Este es el llamado más allá que dicen los humanos?No sabía, pero solo parecía un inmenso bosque, extrañamente un poco espeluznante.Me miré hacia abajo, a donde deberían estar mis heridas sangrantes, pero solo había piel sana en mi vientre y la conexión con mi loba tampoco estaba, solo una sensación rara en mi interior.Algo no estaba bien, pero nada podía hacer, salvo buscar una salida y eso hice. Caminé y caminé sin rumbo entre árboles y bosque interminable.— ¿Raven? – de repente una voz femenina salida de la nada detuvo mis pasos.Al girarme, me encontré con el rostro asombrado y horrorizado de una mujer.— ¿Me conoce? ¿Dónde estamos? – me atreví a preguntarle a pesar de mi miedo a lo desconocido.— No, no, no puede ser pequeña, tú… estás muriendo – afirmó de nada más mirarme, con preocupación evidente.No supe que decir a eso, la verdad, todo esto me parecía demasiado irreal.— Raven, yo soy…soy t
Raven«¿Cómo está la esclava herida en el vientre? ¿Podrá salvarse?»«He hecho lo que he podido, ahora solo queda que la Diosa se apiade de ella y pueda sobrevivir y si lo hace, es muy difícil que pueda concebir en el futuro, su matriz quedó destrozada»«Pobre, tan joven y bonita, muy difícil encontrar pareja si no puede tener cachorros»«Creo que eso es lo de menos ahora, si sobrevive…será un milagro…»Las voces iban y venían, el dolor nunca se iba, escuchaba retazos de conversaciones, por lo que fueron días, semanas o meses, no sé.Pero mis ganas de vivir y no morir, fueron más fuertes que todo. Mis ansias de venganza, me mantuvieron en este mundo.“Raven” escuché finalmente un día, la voz preocupada de mi loba. “Sena, tranquila, estoy bien, estamos viva” calmé todo su dolor y desesperación. Si yo moría, ella también lo haría.— Agua… por favor… — los párpados me pesaban toneladas y sentía la garganta como desollada con una lija.— ¿Hay alguien…? - murmuré.— ¿Estás despierta?, ¡Ha
Raven— ¡Jefa, venga acá! - la llamó, mirándome seriamente.— Yo no…no lo robé…eso, no estaba cuando yo fui a buscar jabón…— pero mi voz se fue haciendo más pequeña al recordar que había dejado sola la cesta de ropa, cuando me alejé un momento.Con los ojos abiertos de incredulidad miré a las chicas a mi lado, sobre todo a la verdadera ladrona, pero solo apartaron sus ojos y se hicieron las desentendidas.Una vez más había caído en la trampa diseñada por otros. El chivo expiatorio, sería yo.— ¿Acabas de llegar y ya te atreviste a hacer esto? Escuché que nuestro Alfa te salvó, ¡¿cómo puedes ser tan malagradecida?! - me escupió en la cara con furia y sus ojos cambiando de color por lo cerca que estaba su loba.Sena en mi interior gruñía intentando defenderse, pero como siempre, era la más indefensa de la manada.— Señora, yo no lo robé, salí un momento a buscar jabón y cuando regresé eso estaba en mi cesta.— Huélalo y verá que no es mi olor el que está ahí— a pesar de la presión sobre
Cedrick— ¿Te aseguraste de que las lobas liberadas no supieran nada de nosotros? - le pregunté a mi Beta mientras caminábamos por las calles de mi manada.— Todo se hizo, según ordenó, Alfa— Esa pequeña, la que estaba malherida, ¿sobrevivió? – de repente esos ojos, como miel derretida, aparecieron en mi memoria por alguna razón.— Sí, le di a escoger y decidió quedarse en el área de lavandería como esclava – me respondió y justo estábamos pasando cerca de ese sitio remoto y lejos del centro próspero de la manada.— Ya que estamos aquí, hagamos inspección— por alguna razón absurda me desvié y entré a este sitio lleno de mujeres que casi nunca había pisado.Mi segundo solo me seguía, mientras todas bajaban la cabeza a mi paso. Eso les exigía, total obediencia y control de sus vidas, para eso era el Alfa.Por supuesto, el olor a lujuria y deseo me bombardeó por todos lados, odiaba estar rodeado de lobas.Tantos olores mezclados solo me irritaban y ni hablar de mi lobo, Eamon, aborrecí
RavenYa estaba harta de desmayarme, esa era una maldit4 costumbre que tenía que eliminar.Me encontraba acostada boca abajo y mi espalda ardía y dolía a morir.“Raven, ese Alfa increíble, ¡nos salvó!” Sena me dijo y aunque lo intentó disimular, algo de admiración se escapó de su expresión.“Sena, no te emociones, ese Alfa es peligroso para nuestro corazón”“Bueno, solo dije que era increíble y además no puede negar que también babeaste al verlo, ¡incluso te le arrojaste encima!”, me puso los ojos en blanco bufando.“Me desmayé” carraspeé disimulando.“Claro, esa mentira se la haces a otra ¡Yo soy tu loba interior, recuerdas! ¡Te desmayaste después, cuando te llevaban las lobas, descarada!”, me pilló sin poderlo negar.“Sena, necesitamos acercarnos a él, creo, tengo el presentimiento de que es el Alfa que necesitamos para sacar nuestro poder”“Yo también lo creo, es una muy buena opción, su lobo es gruñón y mandón, pero no me molestaría nada tenerlo sobre mí, mientras me hace el delic
Raven Miré en pánico a todos lados, pero no vi, ni sentí a nadie. Era como si la presencia de hace unos segundos se hubiese desvanecido.Si alguien estaba espiándome, entonces vio mi poder. Un sentimiento de urgencia se prendió en mi pecho, aterrorizada de terminar, antes incluso de empezar.En esta etapa, cada vez que forzaba a salir mi poder, me quedaba muy débil, ¡tenía que escapar ahora de este bosque!Sena tomó el control y sus patas casi volaban sobre la hierba, a máxima velocidad, de regreso a las habitaciones de las esclavas, alertas al entorno por si alguien nos emboscaba.Ya casi podía sentir el olor de las personas de la manada, estaba casi a salvo…casi.Un enorme lobo blanco salió de la nada en medio de las penumbras del bosque y corrió persiguiendo a mi loba, para luego flanquearla y obligarla a detenerse.“Es el Alfa” me susurró asustada y temblorosa, aunque no quisiera, el imponente tamaño de este lobo hacía el doble de mi pobre Sena.“¿Qué haces vagando por la noche