Capítulo 42Vicente estaba desesperado, su lobo Ares le geitaba estaba furioso por lo que había sucedido.—¡No puedes perder a la loba! —gruño enojado mientras veía a su Alfa destruido —¿Que debo hacer? Ella me aborrece, no quiere saber nada de míVicente tenía una botella en su mano, bebía sin control mientras lágrimas caían de sus ojos, el lobo solo quería el final que el mismo destruyó.—Obligala ¿Desde cuándo el Alfa de Platino debe pedir permiso para obtener lo que quiere?Vicente estaba dispuesto a declarar la guerra a Larios si esto le regresaba a la loba que amaba.Llamo a su Beta de un grito desesperado, mientras bebía sin control, el alcohol era su enemigo.—Mañana en la mañana iremos a la manada de Larios, el debe entregarme a mi Luna.El Beta le pidió calma, en este momento Platino no tenía la fortaleza de ser parte de una guerra, de romper los tratados de paz por una loba.—Entiendalo, esto puede llevar a la extinción de nuestra manada —suplicaba la voz de la razón del B
Capítulo 43Dos años después Matthew despierta como cada mañana mirando la ventana de su habitación, los rayos del sol entraban por su ventana lastimando su rostro.A su lado, Cecilia, en una cama separada pero a su lado como Luna.El día que su mundo tambaleó fue cuando escucho a Larios decir aquellas palabras, en su cabeza se repetía una y otra vez esa escena.—¡¿Que hizo?! —fue su grito agarrando los brazos de Larios con fuerza Este solo les pidió entender su decisión tanto a él como Vicente, aunque esté había tomado aún peor aquella noticia.—Ve con tu padre —escucho el reclamo de Cecilia que gruñía enojada mientras el pequeño llegaba a su lado para pedir amor.Un niño regordete de una sonrisa tierna se acercó y le dio un abrazo a su padre, el rostro de Mathew cambio, aquella amargura que lo acompañaba desde ese día desapareció.El pequeño era su razón de ser, gateaba y empezaba a dar sus primeros pasos, Jake era su mayor ilusión.Cuando el cachorro nació, se prometió cuidar de
Capítulo 44 Amelia había huido buscando un suspiro de paz en medio del huracán que se había vuelto su existencia. Con el corazón hecho trizas, tomó la decisión más desgarradora de su vida: alejarse del lobo que amaba. No por cobardía, sino por amor. Porque si algo temía más que perderlo, era verlo perderse a sí mismo por culpa de su historia rota.Casarse con Mike había sido una decisión precipitada, nacida de la presión, de las amenazas de Vicente, de los silencios de Matthew. Era su única salida, su única forma de recobrar el aliento. Y así, con la ayuda de Larios, escapo con las manos temblando y el alma partida, pero con un hijo en su vientre que merecía algo mejor.Mike, quien en otros tiempos había sido su rival en la manada, se convirtió en su cómplice. Ya no había rencores, solo una extraña complicidad tejida entre heridas y resignaciones. Él se transformó en un padre excepcional para el pequeño que nació en una noche en la que incluso la luna pareció brillar con más fuerza.
Capítulo 1En el mercado de esclavas Omegas, en medio del calor y el sudor, las jaulas con las lobas más diversas, se preparan para ser elegidas por un nuevo dueño.Entre el sonido chillante de las cadenas, los rostros sin esperanza, con paso firme, un lobo de cabello castaño, una mirada tan fría como el hielo y un par de cejas pobladas, se acerca con la fuerza que emana un huracán.El Alfa Mathew Russo, camina en medio del tétrico paisaje, ojeando a un grupo de lobas encerradas en jaulas puestas a la disposición de los compradores.Ante su presencia, que impone fuerza los demás compradores se apartan agachando la cabeza, incapaces de retar al poderoso lobo.Con su mirada fría y calculadora, observa las jaulas, buscando a su próxima propiedad.Se detiene frente a una de ellas al escuchar un gruñido, gira y se encuentra con la mirada firme de una loba que parece desafiarlo con un par de ojos verdes como esmeraldas.La loba de cabello negro como el azabache, enmarañado y sucio, lo mir
Capítulo 2Amelia abrió los ojos, sintió el aire espeso a su alrededor, su pecho subía y bajaba con respiraciones entrecortadas, su cuerpo temblaba nervioso ante la mirada imponente y curiosa del Alfa.—Yo... —su voz no podía continuar con la oración.Matthew sonrie, a pesar de la suciedad, y el evidente cansancio, la belleza de la loba era innegable, era una diosa salvaje, una belleza indomable que resaltaba en las curvas de su cuerpo.El lobo se agacha, Amelia retrocede un par de pasos y el le da la toalla.Ella se cubre de inmediato, mientras suspira nerviosa intentando cubrirse rápidamente mientras sus mejillas se sonrojan por la vergüenza.—¿Es así como piensas ganar tu libertad? —Matthew arquea la ceja, con un tono de desdén en su garganta —La respuesta es No preciosa.Amelia abre los ojos y le da una fuerte cachetada en la mejilla al lobo, este gruñe enojado.—Usted me lo dijo, jamás mezclaria su semilla conmigo, yo lo confirmo, nunca me acostaria con un lobo como usted por mi
Capítulo 3Amelia observa el cielo de la manada, sus tonos dorados y cálidos, le recordaban su propio pasado, Phillippe la arrastraba sin piedad por el suelo, su mano gruesa aferrada a su cabello como si fuera un trozo de cuerda.—Eres una rebelde —gruñoLa arroja contra un árbol, el golpe hace que los pulmones de Amelia se queden sin aire, y la corteza del roble, rasguñe su piel, Antes de poder reaccionar, amarrar un par de duras y gruesas cuerdas en sus muñecas con brutalidad.—Puedes arrepentirte ahora —susurra Phillippe, inclinándose, su aliento cargado de whisky golpea en el rostro de la loba.Amelia levanta su cabeza, su mirada es un fuego desafiante, que con un preciso cálculo le escupe en la cara.—Prefiero que el hierro toque mi piel antes que sus asquerosas manos.El mentón de Phillippe se tensa, su mirada llena de furia, destilando el odio del rechazo, se limpia el rostro.—¡Calienta el hierro!El metal se sumerge en las llamas, Amelia cierra los ojos para no ver el reflejo
Capitulo 4Amelia está helada, su mirada está perdida en aquel libro de letras doradas y caligrafía cursiva, su rostro blanco y sus manos temblorosas.—¿Estás bien? —pregunta Mathew, preocupado por la reacción de la loba.Amelia apenas puede responder en medio de titubeos—Solo debo tomar un poco de aire —escapa hacia el jardín.Apenas puede recuperar el aliento, se prometió ser fuerte, no volver a llorar por la traición, por lo que le arrebataron, Pero el recuerdo de su madre agonizando en sus brazos, le quema el alma como el hierro con el que querían marcar su piel.Aprieta los puños, lastimando la palma de sus manos con sus uñas, Necesita justicia o cumplir su promesa de venganza.El galopeo de unos caballos, avisa de la llegada de un visitante, un carruaje la saca de sus pensamientos, seca sus lágrimas las que considera un símbolo de debilidad.Cuando Sergio, el Alfa de la manada Bluemoon, viejo amigo de Matthew desciende, Amelia avanza para atenderle y presentarse.Matthew que l
Capitulo 5Después de la triste noticia de la muerte de Sergio, la manada celebra la protección que la diosa Luna le ha dado a su Alfa, se consideran bendecidos por su mano.Pero Matthew no lo siente así, algo le dice que no fue casualidad, que Amelia fue la encargada de su protección divina.Las preguntas lo envuelven en un acertijo que no sabe descifrar, camina de lado a lado en la pequeña habitación de Amelia mientras la observa dormir, paso todo el día cuidandola, atormentado por la culpa.Cuando la débil loba abre los ojos, ve al Alfa sentado a los pies de su cama, con una mirada que parece penetrar su alma.—¿Que sucede? —pregunta con la voz áspera.El no responde nada, le sirve un vaso de agua que le acerca sosteniendo su cabeza para ayudarle a beber, una manera peculiar de pedir disculpas.—Estoy bien, no debería preocuparse por mi, su castigo fue cumplido —murmura Amelia apartando la mirada.Matthew aprieta el mentón —¿Por qué sabías del ataque? —Sus ojos se clavan en La lo