¡Muchas gracias por leer la historia!
Aria Cuando salgo de la oficina, todavía me tiemblan las piernas y tengo el sabor del señor Elwood en mis labios y su olor en toda mi piel. Este encuentro ha sido uno de los más calientes y apasionados que hemos tenido y me confunde como nunca, al grado de que me planteo si irme es lo mejor que puedo hacer. ¿Cómo voy a soportar no sentir sus besos y caricias? ¿Cómo voy a sobrevivir sin su mirada y sin el control que ejerce sobre mí? A su manera, el señor Elwood me cuida también y se preocupa por lo que me pasa, por lo que hago y con quién lo hago.Esos pensamientos acerca de cancelar mi viaje se ven evaporados cuando comienzo a revisar los documentos. El irme o no irme ya no depende enteramente de mí, sino de mis hijos, que van a comenzar a notarse en cualquier momento, en el menos pensado. La gestación no es incipiente, va para delante y con buen pronóstico, de modo que no van a tardar en hacerse notar antes que un embarazo normal. De hecho, ya lo están comenzando a hacer, pues sient
Alec Mi madre parlotea y parlotea sobre cosas de la boda que sinceramente a mí no me interesan para nada y a las que no les presto la mayor atención. Estoy furioso y con una profunda frustración que no puedo explicar del todo. No es la primera vez que tengo que suspender un almuerzo con Aria, pero esta vez sentí que ella se quedó muy triste, que tenía algo que decirme. Yo también deseo decirle muchas cosas, pero no puedo hacerlo. Quisiera decirle que ya mandé a despedir a ese sujeto asqueroso y que tendré que pagar una alta cantidad por despido injustificado, aunque para mí tenga toda la justificación del mundo, ya que él se metió con lo que más me importa. Sí, Aria Mills es lo que más me importa. Me cuesta mucho reconocerlo incluso ante mí mismo, pero ya no puedo tapar el sol con un dedo. Rompí mis reglas por ella, me vuelvo loco de pensar en que cruce palabras con un sujeto con el que apenas tuvo una cita para conocerse. Todavía me carcome la idea de que se hayan besado, que pasar
Aria Llegar a mi casa nunca ha sido doloroso, solo hoy. Ya no me queda esperanza alguna, solo fui a confirmar lo que tantas veces él me ha dicho: no me ama y jamás perdería a Natasha por tener algo conmigo. Me siento decepcionada de mí misma por no comprenderlo, estoy furiosa con mi corazón por seguir amándolo y más molesta estoy conmigo misma por seguir escribiendo el informe desde mi computadora porque no quiero que le haga falta. Mi hermano ha intentado persuadirme para que lo deje y no malgaste mis últimas horas aquí pensando en él, aunque eso es imposible. No puedo dejar de pensar en él con o sin trabajar. —Te traje un pan, está recién hecho —me dice Stacy entrando en mi habitación. —Gracias, cielo —le respondo enternecida, pero sin dejar de escribir. Ya no tengo los documentos a la mano, pero no los necesito para afinar detalles. Este informe va a ayudarle mucho al señor Elwood. —Tienes que comerlo —insiste Stacy—. No almorzaste.—Necesito terminar esto. —No, no tienes.
AlecMi madre parece quedarse conforme y tranquila después de la promesa que le hago. Tal vez no deje de pensar que Aria es mi amante, pero al menos le demostré que Natasha es lo más importante en mi vida. Lo es, ella tiene que serlo, aunque sienta todo por mi asistente.Al entrar al departamento, veo que la mesa ya está servida. Natasha está de pie junto a la mesa; luce muy bien, totalmente perfecta, con su atuendo impecable. No puedo evitar compararla con Aria y su desperfecta ropa y peinado, con lo cual vino para cuidarme.¿Por qué me agrada tanto ese desperfecto cuando jamás me ha gustado que algo esté fuera de su sitio? ¿Acaso el amor cambia los gustos? ¿Por qué quiero borrar de un golpe la apariencia pulcra y prolija de Natasha? No lo entiendo, no lo entiendo para nada.—Bienvenido, amor —me dice muy contenta—. Pusimos la mesa para ti. Bueno, nos ayudó la empleada, pero como sea. ¿Te gusta? Es una idea de cómo quiero la mesa en nuestra boda.Me acerco al comedor y examino la deco
Aria Durante las últimas horas me dedico a revisar que no me olvide de nada de lo que debo llevar, también a descartar algunas cosas, pues siempre he tenido la tendencia a llevar cosas de más cuando voy a viajar. Aquello siempre me ha salvado de diversos problemas e inconvenientes que surgen durante cualquier viaje. Sin embargo, esta vez llevar cosas de más puede ser mi perdición. Jackson analiza mi habitación y mi clóset, con una mano en la mejilla.—Aria, sé que te va a sonar a una locura, pero creo que no deberías llevarte un solo estilo de ropa. —¿Qué?—Lo que quiero decir es que no sé cómo es que funciona la mente de tu jefe, pero si es una persona quisquillosa y deductiva, podría querer pasar a ver si estás allí y revisar. Que dejes cosas para un solo clima podría hacerlo sospechar sobre cualquier destino al que pienses ir. Miro a Jackson, estupefacta. Es demasiado fan de las películas de detectives. —Creo que mi jefe sí es una persona analítica, pero dudo que llegue a tanto
Jackson Dejar ir a Aria es una de las cosas más horribles que he tenido que hacer en mi jodida vida. Quiero ser muy fuerte, pero lo cierto es que siento que fallé como hermano mayor, que rompí la promesa que les hice a mis padres en ese triste funeral sin cuerpos o tumbas a las cuales llorar. —Jackson, hiciste lo que pudiste —me trata de consolar mi osita cuando vamos a sentarnos en la sala—. No podías hacer otra cosa. —Debí cuidarla más —digo sin poder controlar las lágrimas y sin poder alzar el rostro o enderezarme. Stacy acaricia mi espalda. Debería decirle que no lo haga porque no lo merezco, pero nunca he sido capaz de rechazar su amor, menos cuando lo necesito. —No, no digas eso, osito —me dice con tristeza—. Eres el mejor hermano, y vas a ser el mejor padre de todo este mundo.—Espero que la volvamos a ver —sollozo—. Mi hermanita. —Claro que lo harás —me asegura. Esta vez sí la miro.—¿En serio? Si tú dices eso, entonces te voy a creer. —¿Quieres que te lo diga en la cama
AlecUna cosa que he descubierto gracias a que mi aparato reproductor no funciona con Natasha, es que ella es soberanamente aburrida y superficial. O, si es interesante, no lo saca a relucir conmigo y se comporta como una novia desvalida y que requiere cada instante de mi atención. Mi único descanso es la ducha, pero ella se las arregla para llegar a la puerta y hablar sobre sus próximos proyectos y sobre la boda, la cual es posible, como le dije a Aria, que sea en junio.No veo la hora de tener aquel patrimonio en mis manos y controlarlo para hacer de él algo inimaginable, pero al mismo tiempo no quiero que llegue ese día. Casarme con Natasha es algo que quiero mucho menos con el tiempo y cuanto más me involucro con Aria, a quien no pude atenderle la llamada que me hizo porque Natasha me quitó el celular para que la masturbara. Fue muy desagradable, pero tuve que hacerlo, ni siquiera pude imaginar a Aria para poder excitarme. Lo único que quería era que se corriera y lo hizo tras diez
AlecNo nos toma demasiado tiempo el llegar a la residencia de la abuela, la cual está decorada desde la entrada con muchas guirnaldas que delinean el camino, el cual desemboca en una rotonda, en medio de la cual hay una fuente de mármol que está allí desde la construcción de la mansión, o sea, dos siglos atrás. Esa es la única parte de la casa que jamás ha sido cambiada, solo se le da el debido mantenimiento.—Julia es tan espléndida —dice Natasha—. Tiene un buen gusto.—Sí, lo tiene —asiento—. Aunque me parece un poco... ostentoso para lo que vamos a hacer.—¿Qué?Natasha me mira como si me hubiera vuelto loco. Y no hay dudas, eso es lo que me está pasando. Mi mente no deja de rebobinar esa grabación de Aria y tampoco deja de preguntarse qué quería decir con eso.Van a ser una completa tortura estas malditas horas.—¿Ostentoso? —pregunta incrédula—. Para ti nunca nada es suficiente, ¿y me dices que esto es ostentoso? ¿No te parece importante la ocasión? Vamos a anunciar nuestro compr