Jajajajaja ay, Julia, entraste justo a tiempo. Alguien le tiene que decir a esta muchacha que se debe controlar y poner distancia... ¡Muchas gracias por leer la historia! Si te está gustando no te olvides de comentar, votar y dejar tu reseña.
AriaAlec intenta detenerme, pero al verme asesinarlo con la mirada él se aleja, frustrado.—Tú y yo vamos a terminar esta conversación —me advierte Alec.Yo solo asiento, sin prestar realmente atención a sus palabras. Estoy en shock, sintiendo una mezcla de culpa, enfado conmigo misma y una frustración sexual que es difícil de describir.Estuve a punto de dejarme llevar y tener sexo con Alec.Me acomodo la ropa y camino hacia la puerta sin importarme mucho el que mi maquillaje esté mal. Julia hace una mueca al verme, pero su mirada la siento cómplice, por lo que la dejo pasar con tranquilidad, pues sé que no va a decir nada al respecto.—Estaba hablando con Aria —dice Alec desde el asiento principal del escritorio—. ¿Por qué vienes a interrumpir?—Lo siento —se disculpa Julia, quien va a sentarse en la silla en donde momentos antes Alec estaba dándome sexo oral.El asco que siento por mí misma es enorme, pero decido mantener mis emociones a raya e ignorar el temblor que me recorre el
Aria Después de que Alec da un voto a mi favor, su madre reclama, al igual que otros miembros de la junta, así que decido intervenir.—Pueden ponerme un periodo de prueba —propongo—. Mismo en el que demostraré si estoy o no calificada para el puesto. Créanme, conozco la empresa más que la mayoría de los aquí presentes y sé lo que estoy haciendo. En fin, no solo me voy a quedar en palabras, sino que es mejor demostrarlo con hechos. —Tú no estás calificada para el puesto, niña —me dice Alisson, mirándome con rabia—. ¿Qué te piensas que eres?—Claro que tiene experiencia —dice Ethan. —Tu opinión no cuenta —replica Alisson, lo que enciende mi furia.—¡Le exijo que lo respete! —digo con tanta fiereza que todos se quedan mudos—. A Ethan no le va a hablar así, es un Elwood también, le guste o no. —¿Y así es como quieres que trabaje aquí? —pregunta Alisson a su hijo.Alec me observa intensamente, furioso por la forma en que acabo de defender a ese hermano que no quiere y que se supone que
Alec—Esto pinta demasiado mal —dice Natasha cuando vamos a la oficina—. Ese maldito par luce…—No, no lo digas —la interrumpo—. Ellos solo son una mentira, no están juntos.—¿Cómo lo sabes? —Me mira con ojos entornados.—Solo lo sé.—Eres un asqueroso —dice enojada—. Ya me imagino lo que…—En lugar de imaginar cosas, deberías pensar en preparar el terreno con tus padres para el divorcio —la interrumpo.—Ellos nunca lo van a aceptar. —Suspira—. Se van a encargar de hundir socialmente a la compañía, ¿no te diste cuenta de lo que pasó antes de la boda?—Soy consciente, pero Elwood Company es lo suficientemente sólida como para que nos hagan caer.—También lo era hace dos años.—No, ahora lo es más —replico—. Y ahora podemos justificarnos con ese niño que has perdido. Muchas parejas terminan después de aquello.—No era un niño —dice temblorosa—. No, no, no era un bebé.—Lo era, que al final no fuera bien, es otra cosa —la corrijo—. Y los medios saben ahora, gracias a mi madre, que era un
Aria Lo único que hacemos después de salir de la empresa, es recoger a mi hermano e irnos inmediatamente al pueblo. Julia se quedará algunos días en la ciudad para arreglar algunos asuntos, así que Ethan la ha dejado en su casa. Yo estoy ansiosa por regresar a ver a mis hijos, que de nuevo han tenido que dormir sin mí.—Tarde o temprano tenemos que tomar una decisión con respecto a los trillizos —expongo—. No puedo separarme de ellos durante tantas horas al día. No es justo para ellos. —Eso es verdad —murmura Ethan—. No es viable. Ellos deben estar cerca, en la ciudad. —La casa de Julia no es opción —dice Jackson desde el asiento trasero—. Es el primer lugar a donde seguramente ese idiota irá a buscar, además de nuestra casa. —Voy a comprar un departamento —dice Ethan—. Tiene que estar en un piso alto, de modo que nadie pueda entrar.—Eso sería esconderlos —digo con tristeza—. Sí, sé que ahora mismo los estoy escondiendo, pero al menos en casa tienen el jardín y pueden andar por e
Aria Venir a la plaza con mis niños, me calma mucho los nervios. Alec ya me ha perdonado, o eso es lo que creo, porque no se aparta de mí y no quiere que lo deje ni cuando está dibujando. Permite que sus hermanos y mi sobrina estén sobre mí, pero siempre y cuando no me aleje de su lado. —La vida aquí es un sueño, no me canso de decirlo —dice Stacy cuando Jack, Juliett y Ada se alejan un poco para caminar entre los pájaros que hay en el parque. Incluso Alec ha ido con ellos, aunque no le agraden mucho los animales. Él cuida de que los pájaros no piquen a sus hermanos.—Es posible que nos tengamos que mudar de nuevo. —Suspiro.—Lo sé —dice apesadumbrada—. Ethan le comentaba a Jackson que tenían que buscar un departamento en la ciudad.—Preferiría una casa, una casa con seguridad.—Sí, eso es más plausible —asiente—. No podemos aislar a los niños, no completamente. —Tengo miedo, Stacy —le confieso—. Tengo miedo de lo que va a pasar, de que Alec descubra mi secreto. —¿Por qué no se l
AriaMe quedo paralizada viendo mi prueba de embarazo positiva. Llevo algunos días sospechando sobre esto, pero el confirmarlo me hiela la sangre. Tenía la esperanza de que solo fueran imaginaciones mías y que el retraso menstrual y otros síntomas solo se debieran al continuo estrés al que mi jefe me somete, jefe del que estoy embarazada.La prueba de embarazo se me cae al piso cuando me llevo las dos manos a la boca para reprimir mis gritos. Mis ojos marrones me miran desde el espejo y me transmiten todo el pánico que estoy experimentando. De verdad estoy embarazada de Alec Elwood, que gana millones de dólares cada vez que yo respiro y que casi todas las noches me mete secretamente en su cama. Sé que él me va a culpar por todo cuando lo sepa, a pesar de que fue él quién eligió a la doctora que me dio mis métodos anticonceptivos y a pesar de que él me los da.Mi vista se dirige al piso de nuevo y me pongo en cuclillas para recoger la prueba. Al voltearla, espero que haya sido tan solo
AriaGran parte de la noche la paso llorando desconsolada como cada vez que me sucede cuando veo la realidad de las cosas. Siempre que Natasha viene a verlo, él se olvida de mí. A ella le da sus sonrisas, su amabilidad, todo lo contrario a lo que a mí me da. Conmigo es un hombre exigente, frío y ni siquiera se molesta en decir mi nombre, solo me llama por mi apellido.Claro, en el departamento es otra historia, pero eso no sirve de nada porque no tengo su amor.Me levanto de la cama sintiendo un poco de náuseas, así que me quedo unos minutos de más en ella. Tengo miedo de que estas se hagan más y más intensas conforme las semanas y no pueda disimularlo. Antes de abrir la boca, debo pensar bien en cómo lo haré y cuál es la situación.Me llevo una mano al vientre y dejo escapar un largo suspiro. No puedo dejar que nadie le haga daño a mi bebé.—Buenos días, hermana —me saluda Jackson cuando llego a la cocina y me siento en el comedor redondo que tenemos en medio de ella—. Ten cuidado.M
AriaCuando salgo de esa oficina no soy capaz de mantenerme en mi área de trabajo, sino que tengo que ir al baño a tranquilizarme, pero me es imposible. Las lágrimas salen sin cesar por mis ojos y no puedo hacer nada para que dejen de salir.¿Debería decir que me siento mal e irme? ¿Debo renunciar? La idea de eso último es tan dolorosa como el hecho de que Alec, mi Alec, vaya a casarse. No obstante, no veo otra salida para no sufrir más. No voy a poder tolerar ver como él me hace a un lado por su verdadero amor.Mi celular comienza a sonar cuando llevo más de quince minutos dentro del baño. Es mi jefe, y seguramente me está llamando porque se encuentra furioso de no verme en mi zona de trabajo.Hago acopio de toda mi fortaleza y me limpio el rostro como puedo. Ya no luzco tan impecable como esta mañana, pero no estoy hecha un desastre, así que salgo. El señor Elwood está en medio de la estancia, sin expresión alguna en el rostro, aunque conozco ese brillo en sus ojos y sé que está muy