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AriaNo despego la mirada de la ventana en todo el camino, pero no estoy consciente de nada de lo que pasa afuera del auto. No dejo de pensar en mi jefe recibiendo a su novia, negando por milésima vez que estuvo con alguien, o sea, conmigo. No es lógico desear que tenga un arranque de locura y les diga que soy su amante, que lo dejará todo por mí o que siempre estará conmigo aunque se casen, pero lo hago. Me he divertido recreando fantasías en donde él puede sentir el significado de lo que pasó anoche y se da cuenta de que soy lo que él quiere.Por desgracia, no soy lo que él quiere, solo su capricho cuando su novia no puede estar con él. ¿Cómo puedo seguir aceptando eso en mi vida? Tendré hijos, no puedo darles ese pésimo ejemplo. Debo ser una mejor persona, aunque no solo por ellos, sino por mí. No quiero criar a estos niños sintiéndome toda la vida como una amante cualquiera. Tengo que ser una persona respetable, de la que ellos se puedan sentir orgullosos.Ellos no pueden conocer m
AriaDurante el resto del sábado y el domingo no hice otra cosa más que elegir muy bien lo que me llevaría, y ahora estoy aquí, a punto de cerrar mi maleta con todas las cosas que me costó elegir. Tengo tal vez un apego demasiado fuerte con mi ropa, pues algunas cosas las he tomado del clóset de mamá. Ella fingía regañarme cuando tomaba algún suéter o una blusa, pero siempre terminaba acercándose para aconsejarme y hacer ajustes para que me quedase mejor. Ella jamás fue egoísta, siempre nos cuidó con mucho amor a sus «tres tesoros» como ella nos decía.—Tengo que hacerlo, mami —le digo con voz rota a su fotografía, la cual quiero meter en mi maleta junto con otras de la familia.Mi madre era una mujer hermosa, con una melena rizada que heredó a Jackson. Papá tenía el cabello oscuro y ondulado como el mío. Mucho tiempo me quejé de ello, pero ahora que me hace falta, amo mi cabello y quisiera tenerlo todo de él.—Te extraño, te extraño tanto como a papá —sollozo.Mi tembloroso dedo pasa
AlecAria entra en la oficina después de unos cuantos minutos, pues ha acomodado sus cosas sobre el escritorio. Aquella espera me vuelve loco, pero resisto todo lo que puedo. No voy a tardar en hacerle saber cuán molesto estoy por sus equivocaciones recién iniciada la mañana; la mañana del día en que pienso a llevarla a vivir a un lugar aislado de todos.¿Cómo se atrevió a hablar con ese imbécil que alguna vez quiso algo con ella? Esta vez tengo claro que lo voy a despedir, que no voy a pasar ni una sola más. Se le advirtió claramente que ella es intocable, que es mía y que, si quería conservar su empleo, no debía acercarse. Pero rompió las reglas, y a mí no me queda otra opción más que echarlo.Cierro la laptop desde donde la vigilo y la miro fijamente. Me tiene mucho miedo, es más que evidente, pero también la noto diferente. Hay algo que no me está diciendo, y espero que sea algo tan sencillo como que está enamorada de mí y se calla para que no la mande a la m****a. «Nada más lejos
Aria Cuando salgo de la oficina, todavía me tiemblan las piernas y tengo el sabor del señor Elwood en mis labios y su olor en toda mi piel. Este encuentro ha sido uno de los más calientes y apasionados que hemos tenido y me confunde como nunca, al grado de que me planteo si irme es lo mejor que puedo hacer. ¿Cómo voy a soportar no sentir sus besos y caricias? ¿Cómo voy a sobrevivir sin su mirada y sin el control que ejerce sobre mí? A su manera, el señor Elwood me cuida también y se preocupa por lo que me pasa, por lo que hago y con quién lo hago.Esos pensamientos acerca de cancelar mi viaje se ven evaporados cuando comienzo a revisar los documentos. El irme o no irme ya no depende enteramente de mí, sino de mis hijos, que van a comenzar a notarse en cualquier momento, en el menos pensado. La gestación no es incipiente, va para delante y con buen pronóstico, de modo que no van a tardar en hacerse notar antes que un embarazo normal. De hecho, ya lo están comenzando a hacer, pues sient
Alec Mi madre parlotea y parlotea sobre cosas de la boda que sinceramente a mí no me interesan para nada y a las que no les presto la mayor atención. Estoy furioso y con una profunda frustración que no puedo explicar del todo. No es la primera vez que tengo que suspender un almuerzo con Aria, pero esta vez sentí que ella se quedó muy triste, que tenía algo que decirme. Yo también deseo decirle muchas cosas, pero no puedo hacerlo. Quisiera decirle que ya mandé a despedir a ese sujeto asqueroso y que tendré que pagar una alta cantidad por despido injustificado, aunque para mí tenga toda la justificación del mundo, ya que él se metió con lo que más me importa. Sí, Aria Mills es lo que más me importa. Me cuesta mucho reconocerlo incluso ante mí mismo, pero ya no puedo tapar el sol con un dedo. Rompí mis reglas por ella, me vuelvo loco de pensar en que cruce palabras con un sujeto con el que apenas tuvo una cita para conocerse. Todavía me carcome la idea de que se hayan besado, que pasar
Aria Llegar a mi casa nunca ha sido doloroso, solo hoy. Ya no me queda esperanza alguna, solo fui a confirmar lo que tantas veces él me ha dicho: no me ama y jamás perdería a Natasha por tener algo conmigo. Me siento decepcionada de mí misma por no comprenderlo, estoy furiosa con mi corazón por seguir amándolo y más molesta estoy conmigo misma por seguir escribiendo el informe desde mi computadora porque no quiero que le haga falta. Mi hermano ha intentado persuadirme para que lo deje y no malgaste mis últimas horas aquí pensando en él, aunque eso es imposible. No puedo dejar de pensar en él con o sin trabajar. —Te traje un pan, está recién hecho —me dice Stacy entrando en mi habitación. —Gracias, cielo —le respondo enternecida, pero sin dejar de escribir. Ya no tengo los documentos a la mano, pero no los necesito para afinar detalles. Este informe va a ayudarle mucho al señor Elwood. —Tienes que comerlo —insiste Stacy—. No almorzaste.—Necesito terminar esto. —No, no tienes.
AlecMi madre parece quedarse conforme y tranquila después de la promesa que le hago. Tal vez no deje de pensar que Aria es mi amante, pero al menos le demostré que Natasha es lo más importante en mi vida. Lo es, ella tiene que serlo, aunque sienta todo por mi asistente.Al entrar al departamento, veo que la mesa ya está servida. Natasha está de pie junto a la mesa; luce muy bien, totalmente perfecta, con su atuendo impecable. No puedo evitar compararla con Aria y su desperfecta ropa y peinado, con lo cual vino para cuidarme.¿Por qué me agrada tanto ese desperfecto cuando jamás me ha gustado que algo esté fuera de su sitio? ¿Acaso el amor cambia los gustos? ¿Por qué quiero borrar de un golpe la apariencia pulcra y prolija de Natasha? No lo entiendo, no lo entiendo para nada.—Bienvenido, amor —me dice muy contenta—. Pusimos la mesa para ti. Bueno, nos ayudó la empleada, pero como sea. ¿Te gusta? Es una idea de cómo quiero la mesa en nuestra boda.Me acerco al comedor y examino la deco
Aria Durante las últimas horas me dedico a revisar que no me olvide de nada de lo que debo llevar, también a descartar algunas cosas, pues siempre he tenido la tendencia a llevar cosas de más cuando voy a viajar. Aquello siempre me ha salvado de diversos problemas e inconvenientes que surgen durante cualquier viaje. Sin embargo, esta vez llevar cosas de más puede ser mi perdición. Jackson analiza mi habitación y mi clóset, con una mano en la mejilla.—Aria, sé que te va a sonar a una locura, pero creo que no deberías llevarte un solo estilo de ropa. —¿Qué?—Lo que quiero decir es que no sé cómo es que funciona la mente de tu jefe, pero si es una persona quisquillosa y deductiva, podría querer pasar a ver si estás allí y revisar. Que dejes cosas para un solo clima podría hacerlo sospechar sobre cualquier destino al que pienses ir. Miro a Jackson, estupefacta. Es demasiado fan de las películas de detectives. —Creo que mi jefe sí es una persona analítica, pero dudo que llegue a tanto