Ha quedado completamente muda, todavía la conmoción la supera y siente que una sola cosa la hará volver a la realidad.Clara coloca sus ojos en Julieta, todavía pérdidos. No deja de llorar, ni de balbucear, ni siquiera puede dejar de sentir todo eso que batalla dentro de su mente. Decepción, ilusión. Y una vez vuelve a mirar a Julieta, suelta otro sollozo.—Necesito…que cuides a Liam sólo un momento —retrocede, con la vista desorientada e incapaz de volver a la realidad donde estaba cuerda—, yo no puedo quedarme aquí…Julieta tampoco es capaz de negarselo y oculta sus labios con sus dedos al mirar a Clara de ésta forma, conmocionada.—Yo necesito —vuelve a sentir ahogada—, yo necesito verla.Julieta se acerca para darle un abrazo. Un abrazo que quiebra por completo a Clara.—Necesitas ver a tu hija —Julieta murmura, y una lágrima cae en su mejilla—, Clara, Dios…te manda esta oportunidad —y cuando vuelven a verse, Julieta sonríe con felicidad—, de ver a tu hija…Clara pestañea, todavía
Cegada por la rabia los tacones de Clara resuenan por el pasillo mientras saca las flores del jarrón y sigue la voz que continúa llamando a la niña. El rastro de lágrimas sigue en sus mejillas pero ahora no siente sino ese ardor en las manos debido a todo el tiempo que ha pasado lejos de su hija. Es que sólo pensarlo las arcadas son por la rabia y está lo bastante cegada por el enojo que no medirá sus actos. —¡Virginia! Clara sostiene con fuerza el jarrón sobre su mano. Enrojecida y vuelta loca se acerca con paso rápido hacia la sala donde sabe que la encontrará. Cuando su presencia aparece en la sala, tal cual un depredador listo para abalanzarse sobre su presa, sus ojos inyectados de sangre observan a la única mujer en el salón, quien deja su cartera en la silla y la mira al principio con sorpresa. —¿Qué haces en mi casa…? Y antes de que Virginia termine su frase lo único que recibe como respuesta es el fuerte golpe que Clara le propicia con el jarrón. Su rostro se gira debido
Nunca antes en su vida había sentido tanta plenitud como en esos momentos. Su único sueño desde que se enteró que estaba embarazada había sido tener a sus bebés y marcharse de la ciudad para siempre, e incluso creyó que podía dejar a un lado todo su deseo de venganza. No quiere pensar en el pasado.Quiere vivir su presente, su hermoso presente, y desear con todas sus fuerzas mantener esto para el futuro. Clara carga a sus hijos llena de gozo, una vez más, y no se da cuenta quienes los están mirando. Su atención yace en sus hijos. Para su sorpresa, Liam no está molesto o haciendo preguntas acerca de la niña que carga su madre, y tampoco Naia parece estar realmente interesada en preguntar porque ese niño otra vez está en los brazos de Clara al igual que ella. Ambos mellizos abrazan a su madre con fuerza y echando risas, capaces de hacerla reír también.Sólo necesita algo para que ésta felicidad sea para siempre.Ryan.Se jura a sí misma que en cuánto vuelva Ryan de su viaje se lo conta
Escuchar su apellido es lo último que quiere oir.—No iré con esas personas —Clara deniega de una vez—, me quedaré con mis hijos y esperaré a Ryan.—Es lo que debes hacer, sobrina, lo sé, y creeme que estoy de acuerdo contigo —Sarah se ve frustrada cuando pasa una mano por su cabello—, pero esto nos beneficia a ambas, creeme. No sé si puedas esperar a saber la clase de gente que son los Salvatore, y me he preparado mucho para que éste día llegara.Clara y Julieta se miran entre sí.—¿De qué hablas, tía? ¿Acaso lo que me estabas a punto de decirme se trata de la reunión con los Salvatore?—Lo es, sobrina —Sarah responde—, y no puede tardar más, quizás, no éste día. Mañana iremos a esa reunión porque esa gente quiere, no sé, hablar con nosotras. Supongo que el testamento de papá y es mejor así porque nos facilitan las cosas —se acerca a Clara y besa su frente—, descansa, pequeña. Al igual que tus hermosos hijos, ¿de acuerdo? tengo una reunión en línea así que cualquier cosa estaré arrib
Y sin pensarlo, hay otra sonrisa en el rostro de Ryan. ¿Acaso están juntas las dos mujeres más importantes en su vida? Naia, su hermosa hija, y Clara, la única mujer que ha amado. Pues lo están. Y no sabía que necesitaba oírlas juntas para que su vida estuviera completa. Lo dejaría todo ahora para ir junto a ellas y el mundo dejaría de existir. Lo único que necesita para respirar es a ellas dos. Tan sólo eso.—¿Por qué me dices eso cuando estoy tan lejos de ti…? Ryan siente tanta ansiedad luego de oírla: esa mujer lo vuelve loco.Clara sólo sonríe.—Perdóname, no pude evitarlo —ella susurra contra el télefono—, fue inevitable porque —se detiene despacio—. ¿Vuelve, sí? —Haré todo lo posible para volver junto a ti, mi cielo…—Ryan alza la mano. Ya en este punto no le queda tiempo—, realmente estoy curioso por saber la razón por la cual estás junto a Naia y es mejor que sea así. Estoy muriendome estando aquí. Sólo quiero verlas juntas para siempre…a mi lado…no me interesa más nada.La
Aunque ha insistido una y otra vez para que Sarah le diga la verdad, su tía se niega y le repite.—Hay que tenerlos de frente.Así que no insiste más porque han llegado al edificio donde están las oficinas de la compañía de los Salvatore. Antes de conocer incluso a Ryan su trabajo era la administración de los artículos por demanda por todo el país y en los distintos locales a nivel nacional. Un trabajo bastante laborioso, pero incluso así, no tenía acciones en la empresa. Algo que no le gusta recordar en realidad. Cuando estacionan toma a sus mellizos y se coloca los lentes negros. Sus tacones de punta fina resuenan conforme avanza hacia recepción y ni Liam ni Naia sueltan su mano mientras siguen caminando. Clara no le presta atención a los murmullos que ahora están aumentando poco a poco con cada paso que da hacia el frente, y supone que a estas alturas incluso estaría normal que la vetaran de la compañía, pero la presencia de Clara Salvatore en la compañía no hace más que destila
Jasmine se tapa la boca con horror. Grace tiene que sentarse de golpe mientras se queda muda. Ariel y Azalea se miran entre sí llenas de pánico y Lucas se sostiene con las manos en la mesa.Y Clara no puede mirar a su tía porque su mundo vuelve a detenerse. Esto no puede ser verdad. Esto no puede estar pasando y mucho menos debe ser algo que pueda entender.—¿De qué estás hablando? —Clara la toma de los hombros—. ¿¡De qué estás hablando, tía?!—¡De la verdad! —grita Sarah y vuelve a ver a Frederick—. ¿¡O creíste que lo ocultarías para siempre?! ¡También eres cómplice de todo lo que hizo tu marido, Salomé! Clara es la única hija de mi hermano, ¡Ese que ustedes asesinaron para quedarse con la herencia de mi padre! Aprovecharon que yo no estaba en el país e hicieron todo lo posible para que mi padre firmara. Me enteré de todo —Sarah observa a todos los Salvatore y Salomé no puede verla porque incluso siente que le está dando un ataque al corazón—, ese abogado al que contraron, lo busqu
Y sale corriendo una vez más el salón y toma a Liam entre sus brazos.—¿Dónde está Naia, mi amor? ¿Dónde está tú hermana?—Se fueron por allí —Liam señala el lugar de las habitación.Sarah observa con confusión pero Clara tiene que buscar a Naia. ¡Apenas sucedió en un parpadeo porque no le había quitado la mirada de encima!—Tenlo, tía. Voy a ver qué sucede —y Sarah toma al pequeño en sus brazos.—Clara —menciona Sarah con severidad, por supuesto desconfiada por lo que ocurre.—Ya regreso —Clara se quita la gabardina y sale corriendo hacia las habitaciones—. ¡Emily! —grita con fuerza mientras sube los escalones—. ¡Naia! Observa las habitaciones pero no encuentra nada.—Demonios —comienza a hiperventilar por la preocupación y sigue sin oír nada—. ¡Naia! Y entra a la habitación de Liam, sólo para encontrarse con la vista de las cortinas abiertas que se mueven de manera espantosa gracias al viento. Se acerca con rapidez a cerrarlas. Y gira hacia todas partes para encontrar a su hija.