No es que esperaba algo como eso pero Clara tiene bastante en mente como para que de repente le digan que el bendito juicio ha llegado y tiene fecha. Su mente está colapsada de tanta información, de tanta desgracia, y de confusión por lo que sucede a su alrededor pero aún así se queda de pie y con los ojos abiertos. Supone que todavía faltan varias cosas para comprobar que todo seguiría su rumbo y Clara observa a Sarah algo impactada.—Tranquila, todo estará bien —le dice Sarah cuando observa su reacción—, nos preparemos para esto y mira lo que has pasado, Clara, esto lo vencerás y lo superarás. Saldrás bien de esto y yo estaré ahí para apoyarte. Estoy con Jasmine, pero le hice prometer que no dirá nada de que yo vine a verte y tampoco de que yo existo.—¿Por qué? ¿Qué quieres ocultar? —Clara mueve su cabeza en negación—. ¿Por qué no me dices la verdad de una vez?—Porque necesito que te concentres ahora y te quiero con la mente fría y no quiero que nadie te impida seguir con esto.—
Cuando Sarah le mostró las imagenes de Grace en las grabaciones del edificio por un instante creyó que había visto mal, pero no era así. Su hermana había entrado a su oficina disfrazada y había tomado la memoria. Le comentó a Sarah todo lo que había pasado desde que regresó de la muerte hace tan sólo unas semanas: el incendio de su casa, la desaparición de su amigo Carl, toda la evidencia pérdida que recopiló por años, los hombres que la persiguieron con Liam, los rumores inventados que ahora el país cree, la última vez que vio a Naia y a Liam y como también uno de aquellos hombres le dijeron que conocía a su jefe. Se lo contó con lujo y detalle sin dejar nada atrás y ahora con la verdad de Grace al menos podía pensar en algo obvio: una Salvatore traicionando a otra Salvatore. En manos equivocadas esa memoria no serviría de nada, y para ese entonces creía que ya ni siquiera existía. —Todo es un complot para arruinarte —le había dicho Sarah cuando repasó una y otra vez el testimonio
El mundo es un caos, todo colapsa, nada vuelve a ser lo mismo y cree que jamás lo será.Docenas de hombres armados rodean al hombre que sigue caminando hacia al frente con total indiferencia del alrededor. No parece caminar con rapidez sino con lentitud. Los sonidos de los flashes de las cámaras en la corte son evitados por los policías que ordenan marcharse sacándolos a la fuerza. No sólo se trata de la gente de afuera sino la propia gente dentro de la corte. Expresiones congeladas en su sitio, asombrados, anonadados, casi al borde del desentendimiento porque simplemente no pueden creer lo que sucede.La noticia corre como agua en el río y los noticieros son un caos por completo, los periodistas a las afueras de la corte no se moverán de ese lugar sino tiene otra toma del presidente renaciendo y apareciendo como nuevo.La secretaría enloquece y las cámaras del congreso ya son puestas al tanto por todo lo que sucede ahora mismo en el país.La sucesión de Remington queda descartada p
—¡Eso no puede ser posible! Es lo primero que se escucha a Antonella cuando el juez dicta su decisión a todos. —No, no —Virginia repite confundida y de una vez sus ojos reflejan la oscuridad de su rabia—. Esa mujer es una criminal. ¡¿Qué hay de mis hijos?! ¡Esa mujer secuestró a mis hijos y se lo quedaba ella!—¡Orden! —el juez dicta otra vez—, la audiencia terminó y esta sección también. Buenas tardes a todos —dentro de poco el juez es escoltado lejos del lugar por los oficiales. Clara necesita unos momentos para ponerse a pensar en lo que está ocurriendo, ahora casi sin poder controlarlo, porque no hace sino mantener el estado de shock de todo esto. Pero cuando ve que el juez está a punto de marcharse aún esposada sale hacia él.—¡Mi hijo! —le hace saber al juez deteniéndolo—. ¡Mi hijo! ¡Necesito ver a mi hijo! Señor, ésta mujer está mintiendo acerca de mi hijo. No es su hijo, es mi hijo, yo soy su madre y esa mujer miente. ¡Se lo ruego por favor! El juez se quita los lentes par
Una de las cosas que más le aterraron a Clara era que éste día llegara.Si se atreve a decirle la verdad todo su mundo cambiará. Cambiará por completo y no tendrá el tiempo para explicarle las razones de nunca decirle la verdad. Será una cobarde porque no dice nada, culpable por causarle quizás la mayor decepción de todas, la peor persona del mundo por no decirle lo que Ryan ahora quiere oír.—Clara, por amor a Dios, dímelo —Ryan la toma por los brazos—, mírame a los ojos y dime la verdad. ¿Liam es mi hijo? Su alma abandona el cuerpo de Clara con cada segundo que pasa. En estos momentos no sabe qué hacer o qué decir. Su voz se atora en su garganta, se le seca la boca y lo más probable es que sea un mártir.—Ryan —comienza Clara—, yo…—No lo es —y su voz queda ensombrecida por Martin, quien quita las manos de Ryan de Clara y lo aparta. No está de todo a gusto tampoco que Ryan empiece a sospechar de esto —, lo que Virginia está haciendo es para jodernos la vida. Liam es mi hijo y de Cla
Se suponía que muchas cosas cambiarían a la hora de volver a Ryan, desde ese primer encuentro en la cámara del congreso y hasta hace apenas unos días en la corte. Todo cambia cuando está con él. Y el recuerdo de su pasado es algo irreal. Cuando había conocido a Ryan era un hombre distante, frío, hablaba casi nada con ella y creía que sólo estaban juntos por beneficio de sus familias, pero con el pasar de los meses, Ryan demostró ser el hombre que siempre soñó: comenzó a amarla. Y también empezó a amarlo. Amarlo con todas sus fuerzas, respirar su propio aire, sentir su propio aroma, hablar con sus propios labios, se habían vuelto uno. La última vez que estuvieron juntos y supone que fue la razón por la que quedó embarazada de los mellizos había sido inesperadamente, en una de sus oficinas con ambos enojados el uno con el otro. No habían pensado en el alrededor porque no existía sino sólo ellos. Y Ryan enojado era una bestia a la hora de hacerle el amor. No le importaba que alguien
El tiempo se había esfumado desde el primer momento que decidieron estar juntos una vez más. Cuantas veces más, porque no había señal de que volverían a hacer personas separadas, sólo un sólo mismo ser.El cuarto se inundó con los gemidos constantes de Clara al ser poseída por Ryan. No podía escucharse otro sonido sino el suyo y también el de él. Sus cuerpos uniéndose, sus labios encontrándose con desespero. Todo se resumía a ese preciso momento.Pero había un mundo afuera que les exigía volver a la realidad, que no se perdieran en el recuerdo y que tampoco olvidaran quién era quién. Cerca del amanecer había parado con su frenesí, y Clara se había apoyado en su pecho desnudo para poder calmar la respiración. No es que hubiese querido olvidar todo lo que habían vívido y mucho menos compartido pero la realidad era otra. Y no le importó continuar pero sólo se quedó dormida en su pecho mientras Ryan la abrazaba con suavidad y la cubría entre sus brazos.~~~~~~~~~~~~~Cuando el reloj da
Estar a merced de Ryan es casi un sueño, pero deben despertar de ese sueño y casi es verídico cuando alguien toca la puerta.Clara se detiene entre los brazos de Ryan se gira. El sonido proviene desde la parte baja. Alguien está pidiendo que se le abra.—Por Dios —Clara se remueve con rapidez entre sus brazos—. Alguien quiere entrar…—Debe ser el desayuno —Ryan suelta un fuerte jadeo de sus labios mientras frunce el ceño.Luego oyen los télefono a su lado y el Walkie Talkie que suena también. Ryan parece enseriar su expresión.—¿Lo ves? Alguien puede vernos —a pesar de su jadeante respiración Clara tiene que salir de Ryan y busca una vez más la sábana para cubrirse—. ¡Te están buscando…! —Calma —habla Ryan despacio mientras también busca cómo cubrirse y toma el aparato para comunicarse. Al terminar de hablar comienza a ponerse el pantalón—, tengo cosas qué hacer el día de hoy así que te llevaré-—No hace falta, no te preocupes. A veces se me olvida que eres el hombre más ocupado de é