¡Muchas gracias por leer hasta aquí! Hoy sólo éste capítulo pero mañana si comenzamos una vez más con los maratones! ¡Estamos a la mitad de la historia! Y mucho más cerca del final. ¿Ustedes qué creen? ¿Estará Ryan muerto o no? ¿Qué es lo que ocurre? ¿Por qué salen más y más preguntas y nada de respuestas? ¿Cómo saldra Clara de todo esto? ¡No se pierdan los capitulos siguientes! Un gran abrazo a todos ustedes
—¡Apresúrense! ¡Reanínmelo! ¡Lo perdemos! Es lo que escucha lejanamente, como si estuviera demasiado lejos y no tuviera la oportunidad de unir la mente con el entendimiento, pero era consciente de todas esas voces a su alrededor. El alrededor lo veía negro, como si no entendiera en realidad de lo que pasaba. Una experiencia indescriptible, tal cual volase en un espacio vacío. —¡Otra descarga! ¡Rápido! —ordena otra voz—. ¡Perdemos al presidente! ¡Otra reanimación!—Pulso debajo de lo requerido, otra descarga —se le une otra tono de voz más aguda—. ¡Ahora, rápido!Su cuerpo se alza con la descarga eléctrica y siente el cuerpo rígido, sin nada de fuerzas, sólo como un saco pesado que no termina por unir toda la razón necesaria para abrir los ojos. No cree que esté vivo, sino en el limbo donde una vez observa su vida pasar delante de sus ojos. —¡Tiene pulso! —escucha de pronto.Un valeroso respirar toma cuando al instante hacia sus pulmones corren una ráfaga de viento. —¡Lo tenemos! ¡
El grito de Virginia en vez de generarle lástima le incrementa el odio. Pero Clara está lo bastante petrificada en su sitio que no le da ni tiempo de reaccionar. El estado de shock que la azota de repente aleja todo lo que acababa de suceder con Virginia, y ni siquiera eso es capaz de quitar de su mente lo que acaba de oír.Cae al suelo mientras Jasmine corre para alcanzarla. El jadeo constante de Virginia aumenta con cada segundo que pasa y niega con la cabeza hacia el oficial.—¿¡Qué está diciendo?! —grita Virginia cuando se acerca hacia él—. ¿¡Qué está diciendo…?!—El presidente Ryan McGrey falleció a causa del desangramiento causada por la bala en el pecho. Nada pudieron hacer los enfermeros y se le pide que vaya de inmediato con el cuerpo de seguridad para seguir el protocolo.—¡Mi esposo! No, no, no —repite Virginia en estado de negación, tomándose el cabello—. ¡Mi esposo no está muerto! ¡Él sigue vivo! ¡Él no está muerto! ¡Imposible! —se jacta de decir Virginia señalando al o
Se quita la lágrima con rapidez y vuelve a mantener la vista al frente mientras observa todo lo que ocurre.Las presas se ríen, juegan cartas, caminan alrededor del patio o comen lo que las otras mujeres dejaron en las bandejas.Su mirada capta algo en particular que la hace mantener la mirada más de un segundo. No sabe si ya ha visto a esa mujer pero como no la reconoce aparta su atención.Sólo tiene en mente lo que necesita hacer, armar un plan, volver de nuevo con más fuerzas y demostrar en la corte que es inocente y que Virginia no es más que una mentirosa y una…canalla.Suspira cerrando los ojos.Debe mantener la cabeza fría si quiere que por una vez en su vida todo salga bien…Pero ¿Cómo puede mantenerse cuerda si no tiene a Liam…? Si ahora tiene que vivir con el pensamiento de que Ryan ya no está…Se lleva una mano hacia la frente y mira hacia abajo. Todo se volvió en su contra. Absolutamente todo. No sabe dónde está Martin y ni siquiera puede ver a Ronalda y exigirle una resp
—¿Sarah…? Mientras trata de controlar el estrago causado todavía por el agua en su cuerpo Clara se endereza para mirar a ésta nueva mujer desconocida.Nunca en la vida la ha visto y tampoco la reconoce. Lo que le sorprende a Clara es lo acaba de decir: Salvatore. Tiene que tomarse unos segundos para analizar todo lo que está pasando.—Entiendo que no me reconozcas —la nueva mujer llamaba Sarah se toma de las manos encima de la mesa metalica—, ya te dije que la última vez que te vi eras sólo una pequeña niña. Y desde entonces no te volví a ver más nunca-—Necesitas explicarte mejor porque no entiendo nada—Clara se lleva el cabello húmedo hacia atrás y hace un gesto de confusión sin estar del todo convencida de que lo que está mujer está diciendo es real. ¿Cómo sabría siquiera su nombre?—. ¿De qué estás hablando? Mis padres nunca me dijeron que tenían una tía con ese nombre. ¿Cómo se qué me estás diciendo la verdad?Sarah sonríe un poco.—Sí, lo suponía. No creas que estoy aquí para
No es que esperaba algo como eso pero Clara tiene bastante en mente como para que de repente le digan que el bendito juicio ha llegado y tiene fecha. Su mente está colapsada de tanta información, de tanta desgracia, y de confusión por lo que sucede a su alrededor pero aún así se queda de pie y con los ojos abiertos. Supone que todavía faltan varias cosas para comprobar que todo seguiría su rumbo y Clara observa a Sarah algo impactada.—Tranquila, todo estará bien —le dice Sarah cuando observa su reacción—, nos preparemos para esto y mira lo que has pasado, Clara, esto lo vencerás y lo superarás. Saldrás bien de esto y yo estaré ahí para apoyarte. Estoy con Jasmine, pero le hice prometer que no dirá nada de que yo vine a verte y tampoco de que yo existo.—¿Por qué? ¿Qué quieres ocultar? —Clara mueve su cabeza en negación—. ¿Por qué no me dices la verdad de una vez?—Porque necesito que te concentres ahora y te quiero con la mente fría y no quiero que nadie te impida seguir con esto.—
Cuando Sarah le mostró las imagenes de Grace en las grabaciones del edificio por un instante creyó que había visto mal, pero no era así. Su hermana había entrado a su oficina disfrazada y había tomado la memoria. Le comentó a Sarah todo lo que había pasado desde que regresó de la muerte hace tan sólo unas semanas: el incendio de su casa, la desaparición de su amigo Carl, toda la evidencia pérdida que recopiló por años, los hombres que la persiguieron con Liam, los rumores inventados que ahora el país cree, la última vez que vio a Naia y a Liam y como también uno de aquellos hombres le dijeron que conocía a su jefe. Se lo contó con lujo y detalle sin dejar nada atrás y ahora con la verdad de Grace al menos podía pensar en algo obvio: una Salvatore traicionando a otra Salvatore. En manos equivocadas esa memoria no serviría de nada, y para ese entonces creía que ya ni siquiera existía. —Todo es un complot para arruinarte —le había dicho Sarah cuando repasó una y otra vez el testimonio
El mundo es un caos, todo colapsa, nada vuelve a ser lo mismo y cree que jamás lo será.Docenas de hombres armados rodean al hombre que sigue caminando hacia al frente con total indiferencia del alrededor. No parece caminar con rapidez sino con lentitud. Los sonidos de los flashes de las cámaras en la corte son evitados por los policías que ordenan marcharse sacándolos a la fuerza. No sólo se trata de la gente de afuera sino la propia gente dentro de la corte. Expresiones congeladas en su sitio, asombrados, anonadados, casi al borde del desentendimiento porque simplemente no pueden creer lo que sucede.La noticia corre como agua en el río y los noticieros son un caos por completo, los periodistas a las afueras de la corte no se moverán de ese lugar sino tiene otra toma del presidente renaciendo y apareciendo como nuevo.La secretaría enloquece y las cámaras del congreso ya son puestas al tanto por todo lo que sucede ahora mismo en el país.La sucesión de Remington queda descartada p
—¡Eso no puede ser posible! Es lo primero que se escucha a Antonella cuando el juez dicta su decisión a todos. —No, no —Virginia repite confundida y de una vez sus ojos reflejan la oscuridad de su rabia—. Esa mujer es una criminal. ¡¿Qué hay de mis hijos?! ¡Esa mujer secuestró a mis hijos y se lo quedaba ella!—¡Orden! —el juez dicta otra vez—, la audiencia terminó y esta sección también. Buenas tardes a todos —dentro de poco el juez es escoltado lejos del lugar por los oficiales. Clara necesita unos momentos para ponerse a pensar en lo que está ocurriendo, ahora casi sin poder controlarlo, porque no hace sino mantener el estado de shock de todo esto. Pero cuando ve que el juez está a punto de marcharse aún esposada sale hacia él.—¡Mi hijo! —le hace saber al juez deteniéndolo—. ¡Mi hijo! ¡Necesito ver a mi hijo! Señor, ésta mujer está mintiendo acerca de mi hijo. No es su hijo, es mi hijo, yo soy su madre y esa mujer miente. ¡Se lo ruego por favor! El juez se quita los lentes par