En el centro del Infierno, rodeado por los otros ocho reinos, se erigía una gigantesca torre gris, réplica de la legendaria Torre de Babel. Antigua y desgastada por los años, parecía hecha de hueso, y estaba rodeada por un extenso desierto de polvo gris.
Pero mientras los yermos alrededores de la Torre estaban totalmente deshabitados, en la base de la Torre se establecía un ejército de incontables monstruos como mantícoras (híbridos con cuerpo y cabeza de león, alas de murciélago y cola de escorpión), mushushus (otro híbrido con patas de águila, cuerpo de leopardo, cuernos en la cabeza y lengua bífida) y hombres escorpión (similares a un centauro con el cuerpo del arácnido de la cintura hacia abajo). Habían hoyado en la tierra un agujero en torno a la edificación.
—De todos los reinos, é
Johnny Draco había servido a la mafia italiana desde que tenía edad suficiente para atarse los zapatos solo. Habiendo crecido en un barrio pobre de Nueva York, desde niño asistía a la mafia en pequeñas labores a cambio de algunas monedas, como espiar para ellos o silbar si venían los polizontes. Su padre y su abuelo habían también servido a la mafia aunque en roles pequeños.Cuando tuvo la edad suficiente para ingresar formalmente lo hizo, sirviendo como guardaespaldas y rufián de poca monta. Sin mayores funciones que dar golpizas a deudores o abofetear prostitutas rebeldes. Aún así, su dedicación a la familia Mazzerati a la que servía y su excelente labor lo llevaron a subir meteóricamente la escalinata de la jerarquía, llegando a ser consigliere (capitán) a una edad inusualmente corta; 30 años.Sin duda, de no haber
A Johnny le tomó algo de tiempo asimilar aquella información. Aun incrédulo, pensando que quizás se había vuelto loco por las torturas de Jason y sus compinches.—Deben estar bromeando…La mujer lo abofeteó.—No dañes a este tan apetecible ejemplar, querida Annie —regañó Sejmet.—No mi señora —aseguró. Sejmet hizo un movimiento de sus manos y con ellas destrozó las cadenas de Johnny quien colapsó sobre el suelo.—Toma —le dijo Sejmet lanzándole algo de ropa que Johnny se colocó, aunque las prendas egipcias le mantenían al descubierto el torso.—Tienen que explicarme que está pasando acá —rogó Johnny poniéndose de pie. Sejmet lo miró de reojo. —Por favor —solicitó esta vez rever
Cuando Annie y Johnny reaparecieron lo hicieron en un oscuro y siniestro laboratorio, repleto de botellas burbujeantes y tubos de ensayo.—Bienvenida —dijo una voz siniestra conforme Johnny y Annie salían del letargo en que el hechizo les puso al reaparecer dentro de un círculo rojo en el lugar. —Veo que cumpliste tu parte —aseguró una siniestra figura. Era un anciano siniestro de barba blanca y dedos huesudos como los de un buitre. El demonio vestía como monje y tenía una capucha de la que emergían dos cuernos de cabra. —Así es, Dantalion —contestó Palmer. —Ese era el trato…Dantalion llevó a ambos ante su amo el Señor Chernabog, quien gobernaba uno de los círculos del infierno desde un castillo de arquitectura rusa en medio de una ciudad de casas de madera. Chernabog era un ente monstruoso parecido a
Un furioso Metalo se adentró sin anunciar a la tienda de Mumio, interrumpiendo la felación que recibía Mumio de una joven esclava adolescente.—¡Has ordenado que regrese a Macedonia! —expulsó Metalo tirando un pergamino con sus órdenes sobre el escritorio del cónsul. La joven se había detenido.—¿Yo te dije que te detuvieras? —le preguntó Mumio y la muchacha retomó la labor. Mumio se dirigió a Metalo. —No te necesito acá, ya hiciste tu labor. El Senado me nombró a mí el encargado de tomar Corinto.—Mis hombres vienen endurecidos de la Guerra Macedonia, no será fácil reemplazarlos.—No serán reemplazados —aseguró alcanzando el orgasmo. La esclava se limpió la boca y se levantó colocándose de pie detrás de Mumio quien ahora
Y así llegó Davy Jones hasta las nevadas tierras del dominio de Chernabog. Disparaba sus cañones contra el castillo del Señor y estos contraatacaban con sus propios cañones, flechas y catapultas.Pero El Holandés Volador estaba protegido por magia poderosa y era inmune a los ataques.—¡Desáteme! —pidió Johnny a Dantalion conforme el laboratorio se estremecía por los golpes a la estructura. Pero Dantalion se negó por temor a que escapara. Comenzó a releer los pesados volúmenes de libros mágicos que poseía con la esperanza de poder romper el hechizo protector en El Holandés Volador.—El escudo protector fue hecho por Baphomet —murmuró Dantalion—, solo una cosa puede atravesarlo —leyó pero no pudo concluir la frase.Un nuevo cañonazo provoc&oacut
Mohammed II pronto pudo arrepentirse de su accionar. Pasaron tres años para cuando su imperio se desmoronaba.Estaba en su capital Urgench cuando se enteró que los mongoles habían tomado la ciudad de Otrar donde su gobernador había cometido el insulto de arrestar a la caravana mongola. Tras cinco meses de asedio finalmente los mongoles irrumpieron en la infortunada ciudad, mataron al gobernador que había realizado el insulto derramándole oro fundido por la boca, asesinaron a casi todos los hombres adultos y vendieron el resto de habitantes como esclavos. Poco después caería Bujará; la perla de su imperio. Rodeada por desierto, el ejército mongol logró lo que se creía imposible hasta entonces y atravesó las candentes arenas sin morir, ayudados por expertos guías beduinos reclutados a la fuerza que conocían los pozos y oasis. Aparecieron como fantasmas de la nada
Corría el año 1444 y los jóvenes hermanos Vlad de 13 años y Radu de 7 acompañaron a su padre el voivoda de Valaquia Vlad II el Dragón hasta la corte del sultán otomano Murad.A diferencia de otros predecesores, a menudo obesos y licenciosos, Murad era un genuino guerrero que se había dispuesto a comandar sus tropas en persona, y esto se notaba en su carácter fuerte y autoritario. Negoció con Vlad en su palacio en Edirne obteniendo el respaldo otomano para las aspiraciones del valaco, pero para asegurar la lealtad del noble habría un alto precio que pagar.—Os quedaréis aquí —les dijo Vlad a sus hijos—, obedeced en todo al Sultán y no intentéis escapar u os cegarán.Para ambos chicos la noticia de que ya no verían a sus madres ni a sus hermanos mayores fue angustiosa, pero más para el joven Radu que para
Johnny se encontraba seminconsciente, debilitado por la pérdida de sangre. Una mano tersa y suave le acarició la mejilla.—Johnny… —dijo. Él abrió los ojos.—Estoy soñando otra vez.—No, amor mío —declaró Jackeline—, éste no es un sueño.—Pero… ¿Cómo? ¿Por qué estás en el infierno? Siempre fuiste una buena persona, nunca lastimaste ni a una mosca.—¿No lo has comprendido ya, cariño? —dijo ella y sus ojos se tornaron amarillos como los de un reptil— al igual que tú, nací acá. Mi existencia inició en este lugar. ¿No has comprendido que estamos destinados a estar juntos por siempre?Lilith enfurecida por la pérdida iba a castigar a sus servidores Jack y Fausto tan cruelmente que