Últimamente mis noches no han sido las mejores, ahora quería ver a Joel y saber que estaba bien.

Llegué 20 minutos antes al colegio, lo busqué y no lo encontré, sus amigos no daban razón de él tampoco, su celular estaba apagado.

Pensé en saltarme las clases para ir a su casa a buscarlo, pero no acababa de salir de un lío y ya estaba esperando meterme en otro; así que mejor iría después de clases.

A primera hora, citaron a una reunión general en el auditorio del colegio, donde el tema de conversación sería el bochornoso escándalo de los últimos días que me tenían a mi en ojo del huracán.

Muchos de mis compañeros me miraban con recelo, otros con curiosidad, pero definitivamente ya no era la gordita invisible.

Lleno el lugar, la madre superiora inició su discurso, directo y al grano, creo que su intención fue sentar un precedente para futuros casos que pudieran presentarse.

—Estudiantes y maestros, los hemos reunido aquí, para aclarar un par de situaciones que han venido ocurriendo duran