Ale miró con el mismo odio de toda la vida a Gerónimo, ¿Cómo su madre había podido casarse con un tipo así? La verdad que no se lo explicaba. Su madre fue una buena mujer, dulce, incapaz de maltratar a nadie y mucho menos a mina Juliana.
-Esta negra, como tú le llamas tiene más valor que tú y a partir de hoy, comerá con nosotras todos los días- dijo indignada Ale.-Vaya-dijo aplaudiendo- habló la defensora de los pordioseros y menesterosos- dijo con el hablar tropeloso clásico de un borracho- Rafael, deberías llevártela a trabajar contigo, tiene madera de abogada.Rafael era abogado de profesión, al igual que su padre y abuelo, el cual fundó un bufete en el pueblo que había pasado de generación en generación y ahora era él quien lo mantenía abierto.Juliana se fue a levantar de la mesa y Ale se lo impidió- ni se te ocurra moverte- le advirtió con dureza.-¿Saben una cosa?- dijo tambaleándose- quédense con su negra, yo me voy a mi cuarto, ya este lugar está infectado.Caminó en dirección contraria al comedor donde se encontraban los cuartos.-No hay un día que ese… hombre -dijo Fer conteniéndose- no haga escándalos.-No debiste dejarme sentada aquí- le dijo mima Juliana a Ale.-Hoy y todos los días te sentarás aquí con nosotras porque este es tu lugar, si a él no le gusta pues que se largue. -comentó decidida Ale.Estuvieron un rato más en la mesa hasta que Rafael anunció que se iba, Fer lo acompañó a la puerta para despedirse de él y luego entró.-¿Que te parece?-le preguntó a su hermana.-La verdad es que me agradó mucho, es inteligente y no tiene pensamientos retrógrados, creo que deberías casarte lo antes posible con él, ya has esperado mucho.-Es que quería que estuvieras aquí conmigo, no tenemos a nadie más que a nosotras mismas- le dijo Fer a su hermana agarrándole la mano- pero ya que estás aquí pues empezaré a planificarla- sonrió al mencionarlo.-Y ahora yo voy a la cocina porque quiero ver si queda un poco de dulce de piña ese que hizo mima Juliana y ya sabes que a mi me encanta- comentó Ale poniéndose de pie.Caminó rumbo a la cocina y cuando entró vio a una muchacha joven trabajando ahí.-Buenas tardes.-Buenas tardes señorita, ¿que hace usted por aquí? ¿Desea algo?-A mi me encanta estar en la cocina por eso no te preocupes, vine a buscar dulce de piña.-Siéntese, yo le sirvo.-No hace falta, yo misma lo hago, solo dime donde está.-Ya sabía yo que ibas a venir a buscar mas dulce-dijo Juliana entrando a la cocina.-Mima, es que ese dulce te queda que se me agua la boca de solo pensar en eso.-Ah, ella es Fátima, llegó hace unos meses nada más-dijo Juliana refiriéndose a la muchacha que estaba en la cocina.-Mucho gusto Fátima, mi nombre es Alejandra, pero todos me dicen Ale.-Mucho gusto señorita Ale.-Bueno y ahora dónde está ese dulce-dijo con plato en mano.—Siéntate que yo te sirvo.-Mima yo lo hago- protestó Ale.-¡Que no!, que en mi cocina mando yo.Ale le hizo caso a mima Juliana porque discutir con ella era una misión imposible y ella lo sabía, así que se sentó a esperar por su dulce y cuando lo tuvo entre sus manos lo devoró.-Umm, delicioso, no me canso de comerlo.-Eres golosa para el dulce desde pequeña-le dijo mima Juliana retirándole el plato.-Mejor me voy de aquí porque sino voy a seguir comiendo, dijo y se levantó- manda a alguien por favor a que me lleven agua caliente a mi tina, quiero darme un baño.Le dio un beso a Juliana y salió de la cocina.-Ven, necesitamos hablar, le dijo Gerónimo al verla pasar por la sala, ya se la había bajado la borrachera.-No voy a tolerar que trates así a mima Juliana, si es eso de lo que quieres hablar-le dijo ella muy firme.-Me importa un bledo esa negra, si quieres sentarla en la mesa, bien, si quieres que duerma contigo en tu cuarto, bien también , yo quiero hablarte de otra cosa.-¿De qué?- dijo sentándose cerca de él.-Verás, ya conociste al prometido de tu hermana y sabes que pronto se casarán, así que voy a buscarte marido a ti, ya es hora que tú te cases también.Ale se quedó de piedra, ni en el sueño más loco hubiera pensado que Gerónimo le iba a decir eso.-¡¿Pero que tú te crees?!, ¿que somos una de las vacas que hay en el establo que las vendes a tu antojo?-Alejandra, no me colmes la paciencia, eres una mujer de 18 años, acabas de terminar la escuela, tienes más estudios que cualquier muchacha de la zona, así que te voy a buscar un marido para que te cases si o si.Le dijo Gerónimo con aire de autoridad.-Quieres salir de mi ¿verdad? Para hacer lo que se te venga en gana con la hacienda, pero créeme que estas muy pero muy equivocado si crees que eso va a pasar, no voy a casarme con el primero que se te antoje a ti.-Tengo autoridad legal sobre ti, si es que te estás olvidando de ese detalle.-Es que no soy yo, son ellos los que no van a querer casarse conmigo-dicho esto se sonrió dio media vuelta y salió de la sala.-¡NO VAS A MANIPULARME, ME OISTE! TE CASAS PORQUE LO DIGO YO Y SE ACABÓ- gritó Gerónimo a todo pulmón.Ale entró a su cuarto azotando la puerta, estaba que los diablos se la llevaban.-¡Si piensas que voy a doblegarme y hacer tu voluntad estas muy equivocado, no regresé para eso!-Qué pasa?- preguntó Fer entrando al cuarto de su hermana- los gritos de Gerónimo se escuchan aquí.-Ese… viejo que piensa que va a conseguir salir de mi así tan fácil.-¿Pero que quiere hacer, mandarte nuevamente a Europa?-No, eso ya no puede, peor, quiere casarme.-Pero.. ¡¿con quien?!-dijo Fer horrorizada.-¿Con quien? , no sé- comentó moviendo sus manos- con el primero que nada más se lo insinúe, estoy completamente convencida que no le va a importar si tiene o no tiene beneficios económicos, a él lo que le interesa es salir de mi.Siguió caminando de lado a lado en el cuarto.-Pero si piensa que lo va a lograr está muy equivocado, él todavía no conoce de hasta dónde es capaz de llegar María Alejandra Valverde.La tarde cayó y Ale no salió más del cuarto, se dió un baño en su tina y se comió una bobería que mima Juliana le llevó, al día siguiente quería levantarse temprano para salir a reunirse con Paco, uno de los pocos esclavos que quedaban de años ahí, Gerónimo, tenía la mala costumbre de pagar sus deudas de juego muchas veces con esclavos, así también muchas veces se las pagaban a él, por eso la mayoría eran nuevos.Buenos días Paco- dijo Ale montada todavía en su hermoso Diablo.-¡Niña Ale! Ya había escuchado el comentario que estaba por llegar.-Llegué ayer-se bajó de Diablo y se le acercó- pero la verdad es que ni mi hermana ni mima Juliana me dieron respiro, venga, deme un abrazo.-Cuéntame, como andan las cosas por aquí-dijo después de soltarlo.-Bueno niña, la verdad que desde que el nuevo capataz, Diego está aquí, hemos mejorado bastante, en todo sentido, tanto nosotros como las cosas en la hacienda.-Eso me dijo mi hermana, pero bueno como ella no sabe mucho de esto pensé que estaba exagerando.-No, es bueno el muchacho, tanto en lo personal como haciendo su trabajo.Ale estuvo hablando un rato con él, le presentó a los nuevos que eran bastantes y después ella cabalgó de vuelta a la casa.-Ale-le dijo su hermana, te estaba esperando, quiero que me acompañes al pueblo, voy a comprar unas telas para empezar hacer ropa para la boda-le dijo Fer muy entusiasmada- y después aprovechamos y le decimos a Rafael que nos lleve a almorzar.Ale se lavó un poco, se cambió de ropa y salieron rumbo al pueblo en un coche acompañada con dos esclavos. Fueron a varias tiendas, Fer compró telas, cintas y cuanta cosa vio, cuando terminaron fueron directo al bufete de Rafael.-Buenas tardes muchachas, ¿listas para almorzar?-Listas-respondieron las dos a coro.Salieron del bufete y entraron a un restaurante justo en frente, algo sencillo pero muy acogedor.-Aquí cocinan rico, te va a gustar- le dijo Fer a la hermana.Estaban entretenidos decidiendo que comer cuando un caballero cuarentón se les acercó.-Buenas tardes Rafael.-Buenas tardes-le respondió este un poco seco.-Señorita Valverde- la saludó haciendo una pequeña reverencia con el sombrero.-Buenas tardes- dijo Fer.-¿Y la hermosa señorita es…?-Alejandra Valverde-dijo ella mirándolo fijo.-Pues mucho gusto, mi nombre es Rómulo García- le dijo extendiéndole la mano. Ella por educación se la extendió también, aunque la sensación cuando tocó esta no fue muy agradable.-Sabía que eran dos las Valverde pero lo que no me imaginaba era que fuera una joven tan hermosa usted.-Muchas gracias señor-dijo por mera cortesía.-Bueno, no les robo más tiempo, que disfruten el almuerzo y espero encontrarnos nuevamente.Volvió hacer una reverencia y se alejó de la mesa en la que estaban sentados los tres.-Supongo que no es lo que más vale y brilla del pueblo por las caras que tienen ambos ¿verdad?- dijo Ale en cuanto el hombre se alejó lo suficiente.-Es un tipo con dinero más no con prestigio- exclamó Rafael.-Es el dueño del salón de juegos donde Gerónimo viene casi todos los días- le explicó su hermana.-Eso es lo de menos-intervino Rafael- el problema radica en que muchos comentan que eso no es más que una tapadera, que su dinero realmente viene del opio- dijo Rafael bajando la vo
-Por eso no querías que los vieras ¿eh? Porque sabes que conozco de esto y me voy a dar cuenta que lo que tienes es un desastre y que le debes a medio pueblo-Le dijo en altavoz. -¡SAL DE AHÍ!- le gritó arrebatándole de las manos los documentos- ¡No eres más que un estorbo, en todo te metes, todo lo revisas, todo lo quieres saber!, ¡ME TIENES ARTO!-No me importa cuanto grites, sabes que tengo la razón- le dijo ella enfrentándolo.-¿Y qué vas hacer?- le sonrió irónicamente- ¿ me vas a denunciar? ¿Vas a ir a la policía y le vas a decir que Gerónimo de la Oz se gasta su dinero en lo que le da su puta gana? -Ojalá pudiera-le dijo Ale con todo el odio del mundo- pero en esta sociedad echa por ustedes y para ustedes los hombres, nosotras las mujeres solo somos buenas para darles desendencia.Gerónimo se echó a reír- algunas, porque tú ni para eso vas a servir, pobre marido que te toque, ni se la vas a parar con ese estilo de machorra que siempre tienes, ahora fuera de aquí, ¡fuera!-No va
Fueron todo el camino de vuelta en silencio, Ale no podía pensar en otra cosa que no fuera el hecho de que había pasado de no quererse casar al tenerse que casar, la vida era así de impredecible, de loca, de irónica.-¿Y ahora que haremos? -Le preguntó Fer a su hermana ya encerradas en su cuarto.-Cuando Rafael nos traiga la copia del testamento lo ponemos donde estaba el original, eso es lo primero, no podemos darnos el lujo que el viejo sospeche nada y mañana vamos a ver al abogado que él nos recomendó en el otro pueblo.-Si, ponemos de excusa que vamos a comprarnos unos chales nuevos para la fiesta. -Dijo Fer -Buena excusa esa.-Ale, pero a partir de mañana todo el peso recaerá sobre tus hombros hermana, solo tú podrás salvar esto.-Lo sé, -dijo Ale poniéndose de pie- lo sé y lo más difícil es que no va a depender solamente de mi, tengo que casarme, pero ¿con quien? ***La mañana siguiente llegó y ambas estaban listas para salir.-¿Porqué necesitan más dinero?- les preguntó Gerón
El camino de vuelta a casa fue tranquilo, Rafael siguió para su casa, Fer le dijo que no había necesidad de que fuera a la hacienda para luego volver a regresar al pueblo, así que se fueron ellas dos junto a Gerónimo, que como hoy Rómulo no abrió el salón pues no le quedaba más remedio que regresar a casa. Cuando llegaron a la casa ya era bien tarde, mima Juliana les había dejado unas velas encendidas para que no encontraran todo a oscuras, Gerónimo fue directamente a encerrarse en su cuarto sin decir ni media palabra.—Ale—dijo bajito Fer—Rafael nos trajo la copia.—Si, me imaginé que eso era lo que te dió, ahora tenemos que esperar a mañana a que Gerónimo se vaya, guárdala bien en tu cuarto.Se despidieron ambas hermanas y cada quien agarró para su cuarto.Ale después de haberse quitado aquella tortura llamada corsé, se lavó un poco, se puso su camisón y se metió en su cama, no podia conciliar el sueño, solo daba vueltas y vueltas, no le gustó como la trató y mucho menos como la mi
—¡Lo quiero todo perfecto, no quiero ni el más mínimo error!— gritó Gerónimo en plena sala para que todos lo escucharan.—¿Se puede saber qué está pasando aquí?— preguntó Ale horrorizada con todo lo que estaba viendo, aquella casa parecía un campo de batalla, gente por doquier cambiando y limpiándolo todo.—Hoy por la noche tenemos una cena muy importante, viene gente del pueblo y quiero que todo esté impecable.—¿Y qué estamos celebrando? —La resurrección de santa Juana, la llegada del padre Obdulio, la rotación de la tierra, ¡lo que se me venga en gana a mi! ¿Acaso tengo que tener una justificación para dar una cena? Alejandra levantó sus hombros en señal que nada le importaba— solo quería saber, ¡ah! Un detalle, es nuestra casa, nuestra—le sonrió irónicamente y salió rumbo a su cuarto.—¡Procura ponerte algo decente y femenino!— le gritó Gerónimo—no sé que le ve Rómulo, si es más insípida que col hervida— habló solamente para él.—¡Vamos, arriba, no quiero a nadie detenido!—le gr
Fernanda rápidamente se paró de la cama donde estaba sentada y le pasó el pestillo a la puerta al escuchar el grito que dio Gerónimo desde la sala.—¡Estás loca, pero loca de atar! ¿ cómo se te ocurrió decir eso? Gerónimo te va a matar.—Alejandra Valverde, escúchame bien lo que te voy a decir—gritó Gerónimo desde afuera del cuarto—mañana viene un médico a revisarte, si es mentira lo que dijiste y espero por tu propio bien que así sea, ¡te vas a casar inmediatamente!, pero, si es verdad te vas a ir de esta casa.—¿Ya ves lo que causó tu arranque de ira?— le comentó Fer bajito a su hermana— y ahora, ¿que va a pasar mañana cuando el médico compruebe que es mentira?—No me voy a casar con ese hombre, me cueste lo que me cueste— dijo decidida Ale.Fernanda se puso ambas manos en la cara— eres tan pero tan testaruda que a veces no te das cuenta que vas en contra de ti misma. No te estoy diciendo que te cases con ese… señor, solo que no tenias que haber salido con esa respuesta, necesitabas
Un amasijo de piernas brazos y gemidos era lo único que se veía a la orilla del río.—¿Estás segura que esto es lo que quieres? —le preguntó él antes de entrar en su cuerpo.—Ahora mismo no hay otra cosa que desee más— le contestó sinceramente.Él poco a poco fue entrando, no quería lastimarla, aunque no tenia la total certeza se imaginaba que era su primera vez.Ella se contrajo un poco y apretó su cuerpo contra el de él. —¿Estás bien? — quizo saber él antes de continuar.—Si, solo… fue una pequeña molestia.—Trata de no contraerte, para que te duela menos.Diego empezó a moverse poquito a poco, Ale enredó sus piernas en él, ya no le dolía, todo lo contrario, estaba empezando a disfrutarlo.—Eso, ah… ya te siento más relajada. ¿Te gusta? dime si te gusta.—Mucho, mucho ¡ahh!Diego empezó a moverse más fuerte, más rápido, lo estaba disfrutando mucho, era un encuentro mágico, maravilloso, nunca antes se habían visto, pero sin embargo tenían una química increíble.Alejandra sintió unos
—No, no, no puede ser que el médico haya dicho eso, eso es mentira, ¡es mentira!— gritaba una y otra vez Ale sin control.—¡YA BASTA!, no soporto una rabieta más, si sigues así te voy a internar en un loquero— sentenció Gerónimo.—¿Le pagaste verdad?, claro— sonreía como una demente— claro que le pagaste, no puedes perder el negocio que tienes entre manos ¿verdad? —Alejandra, voy a tratar de tener un último ápice de paciencia contigo— dijo Gerónimo conteniéndose— yo no contraté a ese médico, ni tan siquiera lo conozco, es de otro pueblo, Rómulo fue el que lo mandó, gracias a el teatro que armaste ayer no quizo confiar en mi, así que es imposible que yo le haya pagado nada.—Y yo te digo que es imposible que ese hombre, porque ya no confío que sea médico haya dicho que todavía sigo siendo virgen porque no lo soy— dijo con plena convicción.—Sal de mi presencia ¡sal!—le señaló la puerta con la mano— sinceramente a mi no me importa lo que seas, eso es problema de Rómulo que va a ser tu