Fueron todo el camino de vuelta en silencio, Ale no podía pensar en otra cosa que no fuera el hecho de que había pasado de no quererse casar al tenerse que casar, la vida era así de impredecible, de loca, de irónica.
-¿Y ahora que haremos? -Le preguntó Fer a su hermana ya encerradas en su cuarto.-Cuando Rafael nos traiga la copia del testamento lo ponemos donde estaba el original, eso es lo primero, no podemos darnos el lujo que el viejo sospeche nada y mañana vamos a ver al abogado que él nos recomendó en el otro pueblo.-Si, ponemos de excusa que vamos a comprarnos unos chales nuevos para la fiesta. -Dijo Fer-Buena excusa esa.-Ale, pero a partir de mañana todo el peso recaerá sobre tus hombros hermana, solo tú podrás salvar esto.-Lo sé, -dijo Ale poniéndose de pie- lo sé y lo más difícil es que no va a depender solamente de mi, tengo que casarme, pero ¿con quien?***La mañana siguiente llegó y ambas estaban listas para salir.-¿Porqué necesitan más dinero?- les preguntó Gerónimo sentado en la mesa desayunando.-Porque no tenemos ropa adecuada para el baile del domingo, ahora- dijo Ale- si quieres que vaya vestida de machorra no hay problema- puso cara de quien no le importa nada.-Eres peor que una garrapata en el culo de una vaca- dijo Gerónimo conteniendo su ira- está bien, les daré más dinero, no quiero que después digan por ahí que andamos de pobres.-Gerónimo les dio una buena cifra y salieron las dos contentas de la casa.-Si supiera que está pagándose su propio entierro no anduviera tan dadivoso-dijo Fer riéndose.El trayecto hacia el otro pueblo era más largo, José como siempre fue el que las llevó. Encontraron el bufete sin contratiempo alguno, entraron, le dijeron al señor lo que necesitaban y quien las había recomendado, el señor ya mayor y muy amable las atendió de mil amores y después de casi una hora sentadas ahi, papeles van papeles vienen, lograron su cometido. Le pagaron al señor sus honorarios y salieron ambas, documento en mano rumbo a una tienda.-Que opinas ¿te gusta este?- le preguntó Fer a su hermana enseñándole un chal de encaje azul cielo.-Si, si- con cara de quien no le da mucha importancia al asunto.-Alejandra, ¿podrías disimular por lo menos que te importa?-¡Pero si te acabo de decir que está bonito!-Si, ajá, engáñame que me gusta- le dijo Fer - solo estoy tratando de que vayas a la fiesta muy bonita, recuerda que necesitas encontrar marido- le dijo esto último bajito.Ale la miró seria y se echó a reír- ¿en la fiesta de los nariz respingadas? ¿ En serio Fernanda?-Pero quizás no todos sean iguales, a lo mejor va y encuentras al amor de tu vida- le dice Fer toda entusiasmada.Alejandra la miró asombrada- deja de leer novelitas rosas por favor y acaba de comprar eso mismo, ya este lugar me está dando alergia.Fernanda compró el chal azul y otras cosas para el pelo de ella y de su hermana, se montaron en el carruaje y fueron directamente al bufete de Rafael.-Buenas tardes muchachas- dijo Rafael sonriéndoles a ambas- ¿resolvieron algo?-Si, mira- le dió Alejandra el documento que acababan de hacerle.-Perfecto- dijo Rafael ojeando lo que tenia en sus manos- perfecto, a partir de ahora eres la dueña absoluta de la hacienda Las Marías.-Es un peso muy grande el que tengo ahora mismo sobre mis hombros.-Lo sé cuñada, pero créeme que es la única forma de lograr quitarle el poder de las manos a Gerónimo- le dijo sinceramente Rafael.-Pues nada, si hay que hacerlo se hace- sentenció Ale- cuñado del alma ¿ por casualidad no tienes por ahí algún tio viejo, gordo y enfermo a dos suspiros de un infarto dispuesto a casarse conmigo?Rafael la miró y tuvo que echarse a reír sin control- eres demasiado ocurrente cuñada.Fueron juntos a comer, como ya era costumbre cada vez que iban al pueblo y de ahi de vuelta a la casa, respecto a la copia del testamento Rafael quedó en llevárselas el domingo cuando fuera a recogerlas.El sábado fue un día tranquilo, Ale hizo su rutina diaria, salió al campo temprano y ayudó en lo que pudo mientras Fer se quedó en casa ayudando a mima Juliana, a ella no le gustaba el campo, era una mujer más bien hogareña, de las típicas de esa época, había salido a su mamá, todo lo contrario de Ale que era el vivo retrato de su padre, sobre todo en el carácter.-¿¡Pero en serio tengo que ponerme eso!?-Alejandra, llevamos dos horas hablando de lo mismo- dijo su hermana poniéndose los dedos en el tabique y cerrando los ojos.Era ya domingo y se estaban vistiendo para la famosa fiesta pero a Ale no le gustaba usar corsé y su hermana estaba encaprichada en que tenía que usarlo.-Pero es que a mi no me gusta, me ahoga, me…comprime los pensamientos, no me deja pensar-dijo Ale gesticulando dramáticamente.-Te aprieta las tetas, no el cerebro, deja ya el drama que ahorita Gerónimo nos empieza a gritar.-¡¿Se puede saber a que hora las marquesas piensan terminar?!- gritó Gerónimo desde afuera.-Te lo dije- le dijo bajito Fer- ¡ya vamos!- le gritó a Gerónimo.-Ya llegó tu novio, así que ¡apúrense!- volvió a gritar Gerónimo y se sintieron sus pasos alejándose.Se acabaron de arreglar y salieron las dos muy emperifolladas. Fernanda llevaba un vestido amarillo pálido con detalles en rosado y un chal rosado eso combinado con collar y aretes de perlas y Alejandra un vestido blanco con detalles en azul y el chal en azul cielo que habían comprado anteriormente he igual que su hermana collar y aretes de perlas.-Hermosas las dos, valió la pena la espera- le dijo Rafael mientras besaba la mano de su novia.Gerónimo puso los ojos en blanco.-Amor, te traje las muestras de las invitaciones de la boda para que escojas la que te guste más- le dijo abriéndole los ojos.-¡Ahh!, si perfecto, las guardaré en mi cuarto y cuando regrese les hecho un vistazo.Apresuradamente fue a su cuarto a dejar las supuestas invitaciones.- Ahora si- dijo de vuelta en la sala- ya podemos irnos.-¡Al fin!-comentó Gerónimo.Al rededor de media hora después ya estaban entrando en la casa en cuestión.—Buenas noches, bienvenidos a mi humilde casa—los recibió en la puerta Rómulo.—Señorita Valverde, está usted esplendorosa esta noche—le dijo a Ale besando su mano con bastante esmero.—Gracias señor Garcia.—¡Oh, no! Por favor, me haría usted un hombre muy feliz si me tratara por mi nombre, yo sé que solo nos hemos visto dos veces contando esta, pero espero que sean las dos primeras de muchas otras— dijo sonriéndole.—Tiene usted una hermosa casa señor Garcia, felicidades, iré a sentarme para disfrutar de la música, permiso—le dijo Ale y echó a andar cambiándole completamente el rumbo de la conversación.—Eres cerrera, ¿verdad?— se dijo a si mismo murmurando y mirándola a lo lejos— eso solo hace aumentar mi interés por ti.La casa de Rómulo era muy grande una de las más grandes del pueblo definitivamente, la sala era inmensa llena de candelabros por doquier, estaba toda la crema ahí reunida, como le había dicho Fer, gente hipócrita que solo les reían las gracias por ser prácticamente el dueño del pueblo, la música era amena, un trío de cuerdas, y mucha, muchísima comida.—¿Qué le parece la velada señorita Alejandra? —volvió a insistir Rómulo.—Agradable, no le voy a mentir, al menos la música es buena, me gusta Mozart.—¿Le gusta?—quizo saber este.—Si, mucho.—Me alegro, a mi también me gusta, ya ve—sonrió—acabamos de descubrir que tenemos cosas en común.Ale solo lo miró y no fue capaz de responderle.—¿Sabe?—siguió insistiendo este— es usted una mujer especial.—¿Y eso porqué?—Porque tiene el refinamiento europeo y la rudeza de nuestros campos— la miró descaradamente— la mayoría de los que están ahora mismo aquí no saben distinguir al violín de la viola, así que ni hablar del autor de la pieza. Pero usted si lo supo.—No es nada extraordinario saberlo, es un compositor muy escuchado en Europa y estuve allá tres años, la mayoría de las personas que están aquí ahora mismo no han ido ni a la capital del país, la comparación es desigual— le respondió ella tajantemente.—¿Siempre tiene usted una respuesta para todo señorita Valverde?—Trato señor Garcia, trato.La noche se fue rápido al menos la música era buena, no se podía decir lo mismo de la compañía, Rómulo la estuvo acechando toda la noche, una y otra vez trataba de escapársele pero era en vano, terminaba encontrándola, no le caía bien aquel hombre, además de lo que le contó Rafael el primer día que lo vió estaba su instinto que nunca le fallaba. Era un hombre que era mejor tenerlo lejos y al parecer todo indicaba que se estaba encaprichando con ella.El camino de vuelta a casa fue tranquilo, Rafael siguió para su casa, Fer le dijo que no había necesidad de que fuera a la hacienda para luego volver a regresar al pueblo, así que se fueron ellas dos junto a Gerónimo, que como hoy Rómulo no abrió el salón pues no le quedaba más remedio que regresar a casa. Cuando llegaron a la casa ya era bien tarde, mima Juliana les había dejado unas velas encendidas para que no encontraran todo a oscuras, Gerónimo fue directamente a encerrarse en su cuarto sin decir ni media palabra.—Ale—dijo bajito Fer—Rafael nos trajo la copia.—Si, me imaginé que eso era lo que te dió, ahora tenemos que esperar a mañana a que Gerónimo se vaya, guárdala bien en tu cuarto.Se despidieron ambas hermanas y cada quien agarró para su cuarto.Ale después de haberse quitado aquella tortura llamada corsé, se lavó un poco, se puso su camisón y se metió en su cama, no podia conciliar el sueño, solo daba vueltas y vueltas, no le gustó como la trató y mucho menos como la mi
—¡Lo quiero todo perfecto, no quiero ni el más mínimo error!— gritó Gerónimo en plena sala para que todos lo escucharan.—¿Se puede saber qué está pasando aquí?— preguntó Ale horrorizada con todo lo que estaba viendo, aquella casa parecía un campo de batalla, gente por doquier cambiando y limpiándolo todo.—Hoy por la noche tenemos una cena muy importante, viene gente del pueblo y quiero que todo esté impecable.—¿Y qué estamos celebrando? —La resurrección de santa Juana, la llegada del padre Obdulio, la rotación de la tierra, ¡lo que se me venga en gana a mi! ¿Acaso tengo que tener una justificación para dar una cena? Alejandra levantó sus hombros en señal que nada le importaba— solo quería saber, ¡ah! Un detalle, es nuestra casa, nuestra—le sonrió irónicamente y salió rumbo a su cuarto.—¡Procura ponerte algo decente y femenino!— le gritó Gerónimo—no sé que le ve Rómulo, si es más insípida que col hervida— habló solamente para él.—¡Vamos, arriba, no quiero a nadie detenido!—le gr
Fernanda rápidamente se paró de la cama donde estaba sentada y le pasó el pestillo a la puerta al escuchar el grito que dio Gerónimo desde la sala.—¡Estás loca, pero loca de atar! ¿ cómo se te ocurrió decir eso? Gerónimo te va a matar.—Alejandra Valverde, escúchame bien lo que te voy a decir—gritó Gerónimo desde afuera del cuarto—mañana viene un médico a revisarte, si es mentira lo que dijiste y espero por tu propio bien que así sea, ¡te vas a casar inmediatamente!, pero, si es verdad te vas a ir de esta casa.—¿Ya ves lo que causó tu arranque de ira?— le comentó Fer bajito a su hermana— y ahora, ¿que va a pasar mañana cuando el médico compruebe que es mentira?—No me voy a casar con ese hombre, me cueste lo que me cueste— dijo decidida Ale.Fernanda se puso ambas manos en la cara— eres tan pero tan testaruda que a veces no te das cuenta que vas en contra de ti misma. No te estoy diciendo que te cases con ese… señor, solo que no tenias que haber salido con esa respuesta, necesitabas
Un amasijo de piernas brazos y gemidos era lo único que se veía a la orilla del río.—¿Estás segura que esto es lo que quieres? —le preguntó él antes de entrar en su cuerpo.—Ahora mismo no hay otra cosa que desee más— le contestó sinceramente.Él poco a poco fue entrando, no quería lastimarla, aunque no tenia la total certeza se imaginaba que era su primera vez.Ella se contrajo un poco y apretó su cuerpo contra el de él. —¿Estás bien? — quizo saber él antes de continuar.—Si, solo… fue una pequeña molestia.—Trata de no contraerte, para que te duela menos.Diego empezó a moverse poquito a poco, Ale enredó sus piernas en él, ya no le dolía, todo lo contrario, estaba empezando a disfrutarlo.—Eso, ah… ya te siento más relajada. ¿Te gusta? dime si te gusta.—Mucho, mucho ¡ahh!Diego empezó a moverse más fuerte, más rápido, lo estaba disfrutando mucho, era un encuentro mágico, maravilloso, nunca antes se habían visto, pero sin embargo tenían una química increíble.Alejandra sintió unos
—No, no, no puede ser que el médico haya dicho eso, eso es mentira, ¡es mentira!— gritaba una y otra vez Ale sin control.—¡YA BASTA!, no soporto una rabieta más, si sigues así te voy a internar en un loquero— sentenció Gerónimo.—¿Le pagaste verdad?, claro— sonreía como una demente— claro que le pagaste, no puedes perder el negocio que tienes entre manos ¿verdad? —Alejandra, voy a tratar de tener un último ápice de paciencia contigo— dijo Gerónimo conteniéndose— yo no contraté a ese médico, ni tan siquiera lo conozco, es de otro pueblo, Rómulo fue el que lo mandó, gracias a el teatro que armaste ayer no quizo confiar en mi, así que es imposible que yo le haya pagado nada.—Y yo te digo que es imposible que ese hombre, porque ya no confío que sea médico haya dicho que todavía sigo siendo virgen porque no lo soy— dijo con plena convicción.—Sal de mi presencia ¡sal!—le señaló la puerta con la mano— sinceramente a mi no me importa lo que seas, eso es problema de Rómulo que va a ser tu
Diego se quedó mudo, él había oído hasta el cansancio ese nombre, sabia que era la más chiquita de las hermanas, sabia que vivía en Europa y también sabia que iba a volver pero lo que no sabía, lo que nunca ni por asomo se imaginó era que iba a terminar siendo el hombre que la convirtiera en mujer.—¿Porqué me engañaste?—Yo no te engañé.—Me dijiste que vivías cerca— le dijo él.—La casa está cerca del rio— se defendió ella.—Que te llamabas María—siguió él —Ese es mi primer nombre— volvió a contra atacar ella.—Entonces eso significa que fuiste sincera en todo ¿verdad?—le sonrió irónicamente —Absolutamente en todo— dijo de manera altanera.—Entonces puedo pensar que cada gemido que salió de esa boca fue verdad ¿cierto? Se le acercó peligrosamente.Alejandra se puso colorada, no sabía que responder. Eso había sido un golpe bajo. —¿Sabias quien era yo?— preguntó él curioso.—La verdad si, te vi hablando con Gerónimo.—¿Porqué yo?— le susurró casi pegándole sus labios a los de ella.
—Mi amigo querido— muy risueño entró Gerónimo a la oficina de Rómulo.—No te lo dije, que era solo una rabieta de niña mimada ¿eh?Se sentó delante de Rómulo— ¿cuándo nos honras con tu visita?Rómulo no hacía más que mirarlo, estaba serio, él si sabía toda la verdad, pero no podía hablar, se había encaprichado con la hacienda y con Ale, con las dos por igual, así que era mejor dejar las cosas de ese tamaño.—Mañana, mañana mismo voy hacerle la primera visita a mi novia- sonrió maliciosamente— pero no le digas nada, quiero darle una sorpresa.—Está bien, como tú digas. Para mi es mejor, no tengo que estar incomodándome con ella—dijo Gerónimo poniendo mala cara— no sé que le ves, es tan prepotente.—Quizás es eso mismo—le respondió Rómulo—estoy cansado de las mujeres fáciles, de las que por unos centavos te abren las piernas, quiero la que me diga no y fue ella la que me lo dijo, así que la quiero a ella— dijo con una convicción arrolladora.-Ya le advertí que en una semana el compromis
Diego esa noche no regresó a la hacienda, no quería estar cerca de Alejandra, esa mujer lo sacaba de sus casillas, lo alteraba, pero también lo excitaba, esa noche que pasaron juntos a la orilla del rio estaba tallada en su cabeza , no podía negarse a si mismo que había disfrutado muchísimo ese encuentro, no era la misma sensación que sentía al estar con Fátima, la verdad es que Fátima era una mujer hermosa, que además sabia como complacer a un hombre en la cama, pero era una mujer muy fácil he interesada, por una chuchería la podías tener acostada en tu cama el día entero, en cambio Alejandra era toda una guerrera y si, se le había entregado pero por motivos diferentes a los que lo hacía Fátima con todas sus conquistas.Salió rumbo a la hacienda al amanecer, tenia cosas que hacer allá desde temprano, además no quería enfrentarse a la inquisidora que solía ser su tía cuando se lo proponía, ya bastante tenía con su propia conciencia que lo estaba torturando a más no poder.Ale tampoco