-Pues mucho gusto, mi nombre es Rómulo García- le dijo extendiéndole la mano.
Ella por educación se la extendió también, aunque la sensación cuando tocó esta no fue muy agradable.-Sabía que eran dos las Valverde pero lo que no me imaginaba era que fuera una joven tan hermosa usted.-Muchas gracias señor-dijo por mera cortesía.-Bueno, no les robo más tiempo, que disfruten el almuerzo y espero encontrarnos nuevamente.Volvió hacer una reverencia y se alejó de la mesa en la que estaban sentados los tres.-Supongo que no es lo que más vale y brilla del pueblo por las caras que tienen ambos ¿verdad?- dijo Ale en cuanto el hombre se alejó lo suficiente.-Es un tipo con dinero más no con prestigio- exclamó Rafael.-Es el dueño del salón de juegos donde Gerónimo viene casi todos los días- le explicó su hermana.-Eso es lo de menos-intervino Rafael- el problema radica en que muchos comentan que eso no es más que una tapadera, que su dinero realmente viene del opio- dijo Rafael bajando la voz.-¿Y pudiera ser eso cierto?- quizo saber Ale.-Si, pudiera ser, yo juraría que si, solo que no tengo pruebas de ello- le respondió Rafael.El resto de la tarde fue muy agradable, terminaron de almorzar y dieron una vuelta por el pueblo, Ale saludó a algunas personas que conocía de antes de irse a Europea y después volvieron a agarrar el coche rumbo a casa.-Reitero lo que te dije antes, me cae bien Rafael, creo que vas a ser feliz con él- le dijo a su hermana sonriéndole.-Ojalá y tú también encuentres a alguien que te haga feliz.-Gerónimo se va a encargar de eso por mi-le dijo en todo de burla a su hermana- prometió buscarme un gallardo caballero de brillante armadura.-Fer no pudo aguantar más la risa con las ocurrencias de su hermana.Así llegaron a la hacienda, entre risas y cuentos principalmente de Ale que a pesar de ser la más chiquita de las dos, por una diferencia solo de dos años, siempre, desde pequeña fue la más alocada.***El inframundo, ese era el nombre del salón de juegos al que iba Gerónimo casi todas las noches, el dueño no era otro que Rómulo, al cual por cierto le debía bastante.-Buenas noches Gerónimo, ¿qué tal la suerte hoy?- le preguntó Rómulo acercándose a la mesa donde jugaban a las cartas-pues no me puedo quejar, hoy la noche me está sonriendo.-Pues que bien, me alegro mucho por ti- hizo un pausa y le sonrió- y por mi, cuando termines con tu racha quiero hablar contigo así que pasa por la oficina.Siguió su trayecto por todo el salón de juegos, siempre estaba lleno, no solo por el juego, sino porque en una sala apartada de la vista pública se podía conseguir compañía femenina y opio, claro, eso era caro y para público muy selecto.Tenía mujeres preciosas trabajando para él y las mas cotizadas eran las mestizas.-Puedo pasar-preguntó Gerónimo antes de entrar a la oficina de Rómulo.-Entra, ponte cómodo.No era la primera vez que Gerónimo entraba a esa oficina pero siempre se impresionaba, olía a alcohol, opio y sexo, y esta vez no era la excepción, había una linda mestiza tocándole a Rómulo su masculinidad.-Entregué todas mis ganancias de hoy, saldé buena parte de la deuda-le dijo a Rómulo mientras que no podia despegar los ojos de la hermosa mujer.-Tranquilo hombre tranquilo, si no te llamé para eso- le comentó sonriéndole-vete, pero no le alejes mucho- le ordenó a la muchacha.-¿Hermosa verdad?- volvió hablar con Gerónimo.-Mucho.-Es nueva, solo la he probado yo, ni te imaginas lo rico que gime cuando le das duro.-Uff mejor ni me cuentes.-¿Quieres probarla?- le dijo dándole una calada a su cigarro.-De querer quiero, pero no puedo ahora mismo, todavía no pago completa la última deuda.-Rómulo sonrió y llamó a la muchacha.-Mi amigo necesita atención- solo eso le dijo.La muchacha le sonrió, sabía perfectamente lo que tenía que hacer. Se arrodilló delante de Gerónimo le abrió su pantalón y empezó a succionarle su flácido pene.Gerónimo estaba en el séptimo cielo, la muchacha hacía aquello de maravillas, así duró unos minutos.-Para- le ordenó Rómulo- vete, espera en tu cuarto.-Rómulo, amigo, dime cuanto vale, yo te pago pero no me puedo quedar así- le dijo desesperado. Gerónimo.-Para que veas que soy un tipo de ley y además tu amigo, te voy a dar toda la noche de cortesía- dijo recostándose al respaldar de su asiento- solo necesito una información.-Lo que tú quieras.- Alejandra Valverde, quiero saber de ella.-Es mi hijastra, la más chiquita, estaba estudiando en un internado en Europa pero ya terminó, tiene 18 años y es la chiquilla más insoportable que hay sobre la faz de la tierra.Rómulo rió con malicia.-Por ahora me conformo con esos datos, pronto voy hacer una fiesta en mi casa, ya sabes, para la alta alcurnia, cuando te avise quiero que la lleves , a la otra también claro para disimular, pero la que no puede faltar es esa, la más chiquita, ¿estamos claros?-Si, si como tú digas.-Ahora puedes subir a los cuartos, ella está en el número cuatro, puedes follártela toda la noche y por todos lados., no te voy a cobrar por eso.Gerónimo salió corriendo en dirección a los cuartos, sabían donde quedaban porque sus deudas no solo eran de juego, las mujeres también sumaban una parte.-Viejo imbécil, voy hacer que me debas hasta los calzones, entonces es ahí cuando Las Marías será mía, incluida la más chiquita de ellas- habló en voz alta y se sonrió.***-Buenos días- saludó Ale a los demás en los campos, se había levantado tempranito, desayunó y salió a ver como estaban las cosas.-Buenos días, niña Ale, ¿como amaneció hoy?-le respondió Paco.-Bien, gracias por preguntar Paco, ¿como va todo?-Va bien niña, estamos produciendo cada día un poquito más y hemos ganado bastante clientes que compran la leche y el queso.-Que bueno, me alegra escuchar eso ¿y Diego, cuando es que llega?-Ya pronto niña, fin de semana o principio de la otra, ya está en tiempo de regresar- le comentó Paco.Ale estuvo casi toda la tarde en los campos, ordeñó una que otra vaca, inspeccionó la producción de queso y después se fue a correr un rato con Diablo, era toda una amazonas, montaba muy bien desde niña, al estilo de los hombres, de hecho, siempre usaba pantalones cuando iba al campo y solo se ponía una saya sencilla encima de ellos, camisa de hombre, sombrero y botas completaban su ajuar, era una combinación un tanto inusual para una mujer, pero a ella no le importaba, solo quería sentirse cómoda mientras estaba en el campo.-Buenas tardes- saludó a su hermana al entrar a la casa.-Buenas tardes, te fuiste temprano hoy.-Si, quería aprovechar la mañana- se sentó en el sofá para descansar un poco, la mañana había sido movida- y Gerónimo ¿ya apareció?-Si, al rato de tú haberte ido- le contó Fer sentándose al lado suyo y con mucho misterio- creo que pasó toda la noche en El inframundo.-¡Ay Fernanda! no seas dramática.-Es que así es como se llama el salón de juegos- dijo Fer riéndose.-Buenas tardes.-Solo de mencionar el nombre apareció el diablo- dijo Ale bajito a su hermana.-Este fin de semana y esto es para las dos, tenemos un compromiso ineludible, Rómulo, que además de ser uno de los hombres más acaudalados del pueblo es mi amigo va a dar una fiesta en su casa y estamos todos invitados- dijo con aires de importancia-Así que vayan sacando sus mejores vestidos desde ahora- Dicho esto salió para afuera de la casa.-¿Y esto a que viene?- le preguntó Ale a su hermana.-Para congraciarse con los acaudalados del pueblo, Rómulo hace fiestas a cada rato, mucha gente no lo soporta pero le ríe la gracia porque tiene mucho dinero y cada día posee más negocios en el pueblo, así que es mejor tenerlo de amigo y no de enemigo, al menos así piensa la gente por aquí- le explicó Fer.-Ese Rómulo por lo que veo es todo un personaje- Ale se quedó pensativa por unos segundos- Fer, vigila que Gerónimo no esté por ahí.-Ale, por Dios ¿qué vas hacer?-Quiero revisar los libros, los de la hacienda. ¡Dale!, ve a la puerta- le dijo bajito.Ale se levantó y fue rumbo a la oficina donde toda la vida guardaron toda la documentación de la hacienda y los libros donde se hacían las anotaciones de la economía.Empezó a ojear y a leer todo lo que encontraba, los números eran un desastre, Gerónimo debía mucho dinero, más de lo que ella se imaginaba, por eso la hacienda no mejoraba a un paso más rápido, porque él lo dilapidaba todo.-¡¿QUÉ HACES EN MI OFICINA?!-dijo Gerónimo dando un portazo.-Por eso no querías que los vieras ¿eh? Porque sabes que conozco de esto y me voy a dar cuenta que lo que tienes es un desastre y que le debes a medio pueblo-Le dijo en altavoz. -¡SAL DE AHÍ!- le gritó arrebatándole de las manos los documentos- ¡No eres más que un estorbo, en todo te metes, todo lo revisas, todo lo quieres saber!, ¡ME TIENES ARTO!-No me importa cuanto grites, sabes que tengo la razón- le dijo ella enfrentándolo.-¿Y qué vas hacer?- le sonrió irónicamente- ¿ me vas a denunciar? ¿Vas a ir a la policía y le vas a decir que Gerónimo de la Oz se gasta su dinero en lo que le da su puta gana? -Ojalá pudiera-le dijo Ale con todo el odio del mundo- pero en esta sociedad echa por ustedes y para ustedes los hombres, nosotras las mujeres solo somos buenas para darles desendencia.Gerónimo se echó a reír- algunas, porque tú ni para eso vas a servir, pobre marido que te toque, ni se la vas a parar con ese estilo de machorra que siempre tienes, ahora fuera de aquí, ¡fuera!-No va
Fueron todo el camino de vuelta en silencio, Ale no podía pensar en otra cosa que no fuera el hecho de que había pasado de no quererse casar al tenerse que casar, la vida era así de impredecible, de loca, de irónica.-¿Y ahora que haremos? -Le preguntó Fer a su hermana ya encerradas en su cuarto.-Cuando Rafael nos traiga la copia del testamento lo ponemos donde estaba el original, eso es lo primero, no podemos darnos el lujo que el viejo sospeche nada y mañana vamos a ver al abogado que él nos recomendó en el otro pueblo.-Si, ponemos de excusa que vamos a comprarnos unos chales nuevos para la fiesta. -Dijo Fer -Buena excusa esa.-Ale, pero a partir de mañana todo el peso recaerá sobre tus hombros hermana, solo tú podrás salvar esto.-Lo sé, -dijo Ale poniéndose de pie- lo sé y lo más difícil es que no va a depender solamente de mi, tengo que casarme, pero ¿con quien? ***La mañana siguiente llegó y ambas estaban listas para salir.-¿Porqué necesitan más dinero?- les preguntó Gerón
El camino de vuelta a casa fue tranquilo, Rafael siguió para su casa, Fer le dijo que no había necesidad de que fuera a la hacienda para luego volver a regresar al pueblo, así que se fueron ellas dos junto a Gerónimo, que como hoy Rómulo no abrió el salón pues no le quedaba más remedio que regresar a casa. Cuando llegaron a la casa ya era bien tarde, mima Juliana les había dejado unas velas encendidas para que no encontraran todo a oscuras, Gerónimo fue directamente a encerrarse en su cuarto sin decir ni media palabra.—Ale—dijo bajito Fer—Rafael nos trajo la copia.—Si, me imaginé que eso era lo que te dió, ahora tenemos que esperar a mañana a que Gerónimo se vaya, guárdala bien en tu cuarto.Se despidieron ambas hermanas y cada quien agarró para su cuarto.Ale después de haberse quitado aquella tortura llamada corsé, se lavó un poco, se puso su camisón y se metió en su cama, no podia conciliar el sueño, solo daba vueltas y vueltas, no le gustó como la trató y mucho menos como la mi
—¡Lo quiero todo perfecto, no quiero ni el más mínimo error!— gritó Gerónimo en plena sala para que todos lo escucharan.—¿Se puede saber qué está pasando aquí?— preguntó Ale horrorizada con todo lo que estaba viendo, aquella casa parecía un campo de batalla, gente por doquier cambiando y limpiándolo todo.—Hoy por la noche tenemos una cena muy importante, viene gente del pueblo y quiero que todo esté impecable.—¿Y qué estamos celebrando? —La resurrección de santa Juana, la llegada del padre Obdulio, la rotación de la tierra, ¡lo que se me venga en gana a mi! ¿Acaso tengo que tener una justificación para dar una cena? Alejandra levantó sus hombros en señal que nada le importaba— solo quería saber, ¡ah! Un detalle, es nuestra casa, nuestra—le sonrió irónicamente y salió rumbo a su cuarto.—¡Procura ponerte algo decente y femenino!— le gritó Gerónimo—no sé que le ve Rómulo, si es más insípida que col hervida— habló solamente para él.—¡Vamos, arriba, no quiero a nadie detenido!—le gr
Fernanda rápidamente se paró de la cama donde estaba sentada y le pasó el pestillo a la puerta al escuchar el grito que dio Gerónimo desde la sala.—¡Estás loca, pero loca de atar! ¿ cómo se te ocurrió decir eso? Gerónimo te va a matar.—Alejandra Valverde, escúchame bien lo que te voy a decir—gritó Gerónimo desde afuera del cuarto—mañana viene un médico a revisarte, si es mentira lo que dijiste y espero por tu propio bien que así sea, ¡te vas a casar inmediatamente!, pero, si es verdad te vas a ir de esta casa.—¿Ya ves lo que causó tu arranque de ira?— le comentó Fer bajito a su hermana— y ahora, ¿que va a pasar mañana cuando el médico compruebe que es mentira?—No me voy a casar con ese hombre, me cueste lo que me cueste— dijo decidida Ale.Fernanda se puso ambas manos en la cara— eres tan pero tan testaruda que a veces no te das cuenta que vas en contra de ti misma. No te estoy diciendo que te cases con ese… señor, solo que no tenias que haber salido con esa respuesta, necesitabas
Un amasijo de piernas brazos y gemidos era lo único que se veía a la orilla del río.—¿Estás segura que esto es lo que quieres? —le preguntó él antes de entrar en su cuerpo.—Ahora mismo no hay otra cosa que desee más— le contestó sinceramente.Él poco a poco fue entrando, no quería lastimarla, aunque no tenia la total certeza se imaginaba que era su primera vez.Ella se contrajo un poco y apretó su cuerpo contra el de él. —¿Estás bien? — quizo saber él antes de continuar.—Si, solo… fue una pequeña molestia.—Trata de no contraerte, para que te duela menos.Diego empezó a moverse poquito a poco, Ale enredó sus piernas en él, ya no le dolía, todo lo contrario, estaba empezando a disfrutarlo.—Eso, ah… ya te siento más relajada. ¿Te gusta? dime si te gusta.—Mucho, mucho ¡ahh!Diego empezó a moverse más fuerte, más rápido, lo estaba disfrutando mucho, era un encuentro mágico, maravilloso, nunca antes se habían visto, pero sin embargo tenían una química increíble.Alejandra sintió unos
—No, no, no puede ser que el médico haya dicho eso, eso es mentira, ¡es mentira!— gritaba una y otra vez Ale sin control.—¡YA BASTA!, no soporto una rabieta más, si sigues así te voy a internar en un loquero— sentenció Gerónimo.—¿Le pagaste verdad?, claro— sonreía como una demente— claro que le pagaste, no puedes perder el negocio que tienes entre manos ¿verdad? —Alejandra, voy a tratar de tener un último ápice de paciencia contigo— dijo Gerónimo conteniéndose— yo no contraté a ese médico, ni tan siquiera lo conozco, es de otro pueblo, Rómulo fue el que lo mandó, gracias a el teatro que armaste ayer no quizo confiar en mi, así que es imposible que yo le haya pagado nada.—Y yo te digo que es imposible que ese hombre, porque ya no confío que sea médico haya dicho que todavía sigo siendo virgen porque no lo soy— dijo con plena convicción.—Sal de mi presencia ¡sal!—le señaló la puerta con la mano— sinceramente a mi no me importa lo que seas, eso es problema de Rómulo que va a ser tu
Diego se quedó mudo, él había oído hasta el cansancio ese nombre, sabia que era la más chiquita de las hermanas, sabia que vivía en Europa y también sabia que iba a volver pero lo que no sabía, lo que nunca ni por asomo se imaginó era que iba a terminar siendo el hombre que la convirtiera en mujer.—¿Porqué me engañaste?—Yo no te engañé.—Me dijiste que vivías cerca— le dijo él.—La casa está cerca del rio— se defendió ella.—Que te llamabas María—siguió él —Ese es mi primer nombre— volvió a contra atacar ella.—Entonces eso significa que fuiste sincera en todo ¿verdad?—le sonrió irónicamente —Absolutamente en todo— dijo de manera altanera.—Entonces puedo pensar que cada gemido que salió de esa boca fue verdad ¿cierto? Se le acercó peligrosamente.Alejandra se puso colorada, no sabía que responder. Eso había sido un golpe bajo. —¿Sabias quien era yo?— preguntó él curioso.—La verdad si, te vi hablando con Gerónimo.—¿Porqué yo?— le susurró casi pegándole sus labios a los de ella.