Capítulo 87 “A dormir juntitos”

Todos se marcharon y las personas encargadas quedaron limpiando la casa, Nahomy y Marco como cada noche se fueron a la a habitación de sus hijos para hacerles compañía por un rato.

—Señor Marco, traiga usted los biberones de las niñas y el vaso de leche para Luciano, por favor, yo cambio a las niñas.

Luciano está sentado en el diván del cuarto de las niñas.

—Mämma, päpa, yo creo que ya puedo bajar solo cada noche a la cocina. Ya estoy grande, puedo buscar yo mismo mi vaso de leche.

—Luciano, tu padre, yo y tus hermanas queremos agradecerte todo lo que has hecho por nosotros esta noche, sobre todo por tú hermana.

—Mämma —de sus ojitos comenzaron a salir lágrimas copiosamente—, yo tenía mucho miedo, pensé si ella voltea el cuchillo me va a herir a mí, y no a mi hermana, ni a mí mämma, no me importó mämma, no me importó, me dio tanto miedo que les hiciera algo a alguno de ustedes, eso me hizo tener tanta fuerza que la derribe, fue una cosa que me impulso