Nahomy va con lentitud, aguanta el paso y espera que el CEO se vaya, entonces se devuelve enseguida a donde está el sargento policial.
–¡Ey! Sargento –le dice con carita respetuosa–. Como no hiciste nada por mí, lo más correcto es que me devuelvas mis dos billetitos.
–Pues yo no tengo nada tuyo, pero si tú quieres –le dice, acercándosele insinuante.
Se aleja, para evitar más problemas. Se voltea y lo ve con los billetes en la mano. Le dio rabia y caminó apresurada hasta ellos y lo agarró por el cuello, el otro la apunta con su pistola.
–Dile a tu pareja que no me apunte con su m****a, si no quieres que te deje sin respiración aquí mismo, con un solo golpecito en el cuello, ahora devuélveme mis 2 de 5 y ya olvidamos esta confusión –argumentó.
Él policía le devuelve los billetes, lo dejó caer y le dio espalda. Pero oye, algo que viene silbando en el aire, se agacha y una enorme piedra pasa rosándole el coco de la cabeza y va a dar exactamente en el vidrio de la patrulla. Se oye a alguien maldiciendo.
–¡Castigo divino! –exclamó.
Camino a la parada, Nahomy ve que hay un movimiento de gente gritando, a su lado pasan los hombres de gris y detrás los de blanco. Ve al otro lado de la calle y ve al CEO, tirado en la acera. Cruza rápidamente y le acerca su rostro. El CEO tiene magulladuras y golpes en su cara, no puede levantarse, la mira en su desvarío. Ella lo levantó y se lo montó en el hombro para después llevarlo dentro de su auto. Tomó el volante y se lo lleva.
“¡Pobre CEO!”–Piensa al dejarlo en el hospital.
Es domingo ya entrada la noche. Marco Polioni aún no concilia el sueño. Está pensando en todo lo sucedido el fin de semana, en especial los de aquella mañana. Decide salir a dar una vuelta. Sus guardaespaldas están todos en posiciones estratégicas, hay 4 flamantes camionetas negras, cada una con unos 15 uniformados de gris. En el lujoso auto sólo está con él… Nahomy, su guardaespaldas personal. Marco se vuelve y ella le sonríe. Marco se derrite y vive para sí ese momento:
“Es realmente bonita la condenada. ¡Hay Dios! Ya me hizo los hoyuelos a cada lado de su cara. Ahora me hace pestaña engreída. Meto el freno precipitadamente, estaba distraído, mirándola y no me había dado cuenta del semáforo en rojo. No, no, no puede ser, se le ha soltado su cola alta con el vaivén del frenazo. Sacude su melena y siento que mis piernas son gelatinas. Se me acerca sigilosa… Creo que me va a besar. Pero en ese instante, un hombre con pasa montañas negra mete su mano por la ventanilla del auto y me toma del cuello, eso era lo que ella venía a evitar. El semáforo cambia a verde, yo le meto full chola al auto. El hombre se queda colgado de mí y va cual bandera en antena de auto. Nahomy se sube sobre mí a horcajadas, y comienza a forcejear con el hombre, yo muevo mi cabeza por los lados de ella para poder ver el camino donde voy, pero se me hace imposible.
Ella se da cuenta y me guía mientras golpea fuertemente la cara del hombre que va colgado a mi cuello.
–Señor Marco, a la izquierda. Señor Marco, a la derecha –sigo en zig zag–. Señor Marco, vuelva a la izquierda.
Por fin da un tercer golpe con su codo a la nariz del desgraciado y entonces se oye un golpe seco en el pavimento, ella saca la cabeza y grita:
–¡Maldito! ¡No te vuelvas a acercar a mi señor Marco! –Seguimos en carrera, veo de lado y lado y no hay ninguna de las camionetas de mis guardaespaldas, me orillo a esperarlas.
Respiro profundo. Nahomy sigue sobre mí. Esta con la cabeza fuera de la ventanilla. Mete su cabeza y queda justo a centímetros de mi cara. Mi respiración es agitada, la de ella también. Me mira con esos ojos tan negros y tan expresivos. Enseguida mis ojos se mueven a su abultada camisa. Debajo de la corbata se le ha abierto tras el forcejeo y a través de la abertura veo que se asoman provocativamente sus hermosos senos, vuelvo a su cara y se está mordiendo el labio inferior mientras ve mi boca provocativamente. Se mueve para bajarse y me roza la ya protuberante cremallera, no aguanto más y la detengo, meto mis dedos por su abundante cabellera, la atraigo a mí.
–Señor Marco, ¿Qué quiere hacer? –me pregunta con cara traviesa.
–Lo que siente, lo que usted también quiere hacer –le digo moviéndome al ritmo de ella.
–Pero señor Marco, eso no debe ser…
–Pero los dos queremos –le digo en un murmullo.
–¿Usted quiere qué, señor Marco? –me pregunta inclinando su cara a la mía.
–Esto –. La atraigo a mí y le doy un ardiente beso de lengua. La exploro, la saboreo, salgo de su boca y al mirar esos ojazos negros, está extasiada, su mirada dilatada y sus labios rojos de deseo. Le abro la camisa y tomo uno de sus redondos senos, mi mano cubre hasta un poco mas de sus rosadas aureolas, sus pezones se endurecen. Masajeo presionándolos y la atraigo más a mí. Tira su cabeza atrás y me excito al ver su boca medio abierta gemir por mis caricias. Termino de abrir su camisa y mis manos se apoderan de los dos senos mientras mi lengua comienza a lamer con desespero sus pezones y a engullirlos y chuparlos deliciosamente.
–Señor Marco ¿Qué cree que hace? No soy su juguete –me dice, pero mete su dedo en la boca y lo roza sensualmente son su lengua.
Se empieza a mover sobre mí, se levanta un poco y mete su mano para bajar mi cremallera, mi miembro esta duro y enorme con ella arriba y sus movimientos. Me hago dueño de su cintura y abro el cierre de su pantalón, no puedo más quiero penetrarla, pero tiene el maldito pantalón puesto, sigo tratando de bajarlo pero es tan diminuta su cintura que no logro sacarlo por sus caderas. Ella sigue moviéndose sobre mi y empieza a jadear, meto mi mano por su trasero y me encuentro con unos duros y prominentes glúteos que me excitan más al tocarlos y apretarlos entre mis manos.
–No puedo sacar este pantalón –le digo bajito– se ríe. Mi mano sigue por su diminuta braga y esta tan húmeda, bramo. Ella se apodera de mis labios nuevamente mientras acaricia mi miembro sin cesar, bramo de nuevo, grito y abro los ojos para encontrar sus ojos nuevamente, busco su mirada, su rostro… Pero lo único que logro ver es… la oscuridad de mi cuarto”.
–¡Mierda! ¡No puedo sacar a esa mujer de mi cabeza! –piensa en voz alta. Se mete a la ducha para quitarse el estado febril en que despertó.
Capítulo 5“En busca de mi mucama”Mientras saca de su closets la ropa a ponerse, tiene una risa pícara en su rostro. Recuerda el sueño tan estimulante que acaba de tener. “¿Será así de fogosa la pequeña mucama?”–piensa. Sacude su cabeza y sus cabellos alborotados se adhieren a sus mejillas. Se mira al espejo y levanta una ceja mientras se dice a sí mismo:–¿Será que le gusto a la pequeña mucama?Él se sabe apuesto, por eso es un engreído y un seductor, sólo que es demasiado selectivo para con las mujeres. Su personalidad es, para muchos, desconocida. Es pragmático, sabe lo que quiere y va a por ello hasta que lo alcanza. Y ahora mismo tiene algo en mente…Golpea sus mejillas un par de veces frente al espejo, poniendo su costoso perfume.
Capítulo 6“Acepto su propuesta”Nahomy esta tirada en el piso con un pequeño carrito jugando, ella delante haciendo los ruidos de carro con su boca mientras Luciano, quien tiene apenas 3 añitos va detrás riendo. De repente oye que gritan su nombre desde la reja principal del viejo chalet.Marco la ve:“Ahí viene, la pequeña mucama, su cuerpo viene hacía mi tras una franelita y un short, sin más nada debajo. A través de esas viejas telas se dejan entrever unos grandes, redondos y muy firmes senos. Me concentro para verle a la cara, cuando lo consigo veo su bonito rostro pegarse a la reja. Me mira extrañada. Remata con una voz grave y cálida:–Señor Marco, ¿Qué hace aquí?”Marco carraspea. Sale de sus pensamientos y e
Capítulo 7“Reunión familiar”Marco llegó a la sede principal de Mundo Polioni, mientras se dirigía a su oficina su secretaría lo seguía dándole la agenda, al terminar le agradeció y se encerró en su oficina. Levantó el auricular y la secretaria le dijo:–Voy enseguida señor Polioni…De inmediato entró.– 1- Llama al tío Dante y dile que lo quiero aquí arriba en presidencia en 5 minutos. 2- Pásame un listado de las mejores empresas de seguridad que hay en el país. 3- Cómprame una bolsa de chucherías, chupetes, chicles y de esas cositas y me las mandas a envolver. 4-Quiero un café con chocolate urgente y 5 ya la primera debería estar lista, la chica salió en carrera, a la brevedad le llam&oa
Capítulo 8“Persona non grata”Esa Mañana Marco llamó a Dante temprano para que le enviara a cinco hombres nuevos, que le urgían. Cuando los hombres llegaron los dejó esperando afuera una media hora. Después llamó a la secretaria y le dijo que fuera a su oficina. Le dio cinco papelitos doblados y le dijo que cada uno tomara uno y después se colocaran en ese orden en la puerta de su oficina.Salió a los 20 minutos y mandó pasar al primero.El hombre entró y siguió de largo sentándose frente al escritorio de Marco.Marco se quedó en la puerta y sonriendo le dijo:–Tú, ¿de veras quieres ser mi guardaespaldas?–Sí, para eso vine –le contestó el hombre.–Pu
Capítulo 9“Discusión”Nahomy controló su carácter por Marco, para no darle un mal rato.–Tía Galia, creo que ayer cuando hablamos, quedo bien claro que mis decisiones no se cuestionan, y no necesitan ser aprobadas. Eso ya pasó. Ya no soy un niño. Ya tomé posesión de la casa y de mi fortuna y como tal, las decisiones las tomo yo, para mi casa y para mi vida. –Pero, es que tú llegas y quieres estar incluyendo a esta mujer en la familia y no es así Marco. Mucho más grave, meterla a dormir prácticamente contigo.Nahomy seguía en silencio con Luciano dormido en sus brazos.–Yo la quiero en el cuarto contiguo a mi habitación es para protegerme, es para eso que está aquí, debe estar cerca de mí –justif
Capítulo 10“CEO, no debemos”Después que la tía salió del cuarto, Marco le entregó los paquetes a Nahomy.–Le traje este celular y esta table, son de la empresa. Debe tenerlos todo el tiempo consigo. Allí tiene mi localizador y yo tengo el tuyo.–Está bien, gracias–Y me gustaría empezar ahora mismo con los entrenamientos. ¿Puede?–Está bien. Me cambio y voy al Gimnasio.Pasaron al gimnasio. Ellos dos se dedicaron a entrenar.–Vamos señor Marco, debe ser más rápido con las piernas –le decía ella.Nahomy camina un poco a su alrededor y vuelve a intentar atacarlo con su pie a la cara. Marco se agacha y su pié queda suspendido en el aire.–Ah, muy bien. &
Capítulo 11“Labial rojo”Marco no oía nada. Pero ella se marchó a la casa.Él quedó tirado en el piso con el sabor de ella en sus labios y en su piel.Después de ducharse bajó a cenar.Los tíos, ni Galia lo acompañaron a cenar esa noche. Al preguntar a Paolina le dijo que Galia se sentía mal y los otros estaban fuera de la casa.Marco subió a su cuarto y se pegó a la puerta que lo comunicaba con la Guardaespaldas. Aún estaba prensado y se quedó con el deseo en la boca y en la piel.Nahomy bajó a cenar más temprano, pero lo hizo en la cocina. La niñera ya le estaba dando la cena a Luciano. Ella se lo sentó en las piernas y se la terminó de dar ella. Recordó lo que pasó cuando regresó
Capítulo 12“Yo soy su trabajo”Nahomy sacó su celular y colocó en el buscador: Marco Polioni novia y allí mismo aparecieron dos rostros el de Marissa y el de Florencia Caruso. Se decía que Caruso era la causante del rompimiento entre Marco y Marissa.Un joven apuesto y elegante se acercó a Nahomy y le dijo algo. Ella se sonrojó un poco y sonrió, Marco, en ese momento, hablaba con los invitados y con Florencia prendada a su brazo. Sin embargo la miraba de soslayo. Se dio cuenta de que el joven la merodeaba y le lanzaba miradas continuas, enseguida apretó la mandíbula al ver que se ruborizó por algo que él le dijo, mostrando una leve sonrisa, enseguida volvió a su postura normal y se encontró con los ojos grises de Marco fijos en ella.Se le acercó para decirle:–No s