Logan
Tengo muchos años en el extranjero, y estoy por regresar al país de mi madre para hacerme cargo de todas las empresas de la familia que por años mi padre ha mantenido en alto. Mi padre dice que ya es tiempo de que tome el control de todo en especial de un Resort en Cancún.
Para ser sincero no sé qué tenga de especial ese lugar que no hay día que no me lo mencione, el piensa que no me doy cuenta de sus constantes insinuaciones.
Ya me estoy cansando con sus amenazas y los chantajes de mi madre Uno «porque no regreso y la otra porque no la hago abuela todavía»
Ninguno de los dos logra entender que ya tengo mi vida hecha en Italia, en donde estoy a punto de comprometerme con una flamante chica de buena familia y no pienso cambiar mis planes.
No creo en el amor ni nada de eso que tanto adoran las mujeres mexicanas, solo basta con ver como mi madre se pone cuando mira sus novelas por las noches y como mi padre termina pagando los platos rotos por un personaje de la televisión que nunca existirá más que en la pantalla.
Tengo mis razones por las cuales no quiero regresar a México, justamente están por cumplirse seis años desde que me fui para nunca más volver. Si estoy por regresar es porque se llevaran a cabo los cambios del consejo de directivos de alguna de las empresas y porque el famoso Resort está en una etapa crucial de remodelación para su crecimiento.
He estado estudiando un poco sobre la vida del Temptation Cancún Resort y me encuentro sumamente sorprendido, no pensé que mi padre hiciera algo tan exclusivo, empezaba a comprender su insistencia de hacerme cargo.
Justamente estoy buscando algo similar para Italia, necesito algo que de vida las veinticuatro horas del día a la Playa del Conejo (Spiaggia dei Coniglio, en italiano) ahora que encabeza el listado del primer premio anual a la mejor playa del mundo, en base a millones de opiniones de turistas de todos los continentes.
La playa está ubicada en la isla de Lampedusa, unos 200 kilómetros al sur de Sicilia. Afortunadamente se encuentra como una reserva virgen de la naturaleza a la que solo puedes acceder por barcos, también es uno de los pocos lugares del Mediterráneo donde puedes ver a las tortugas marinas caguama poner sus huevos.
Al igual que Cancún la Playa del Conejo, cuenta con su impresionante agua turquesa y arena blanca, por lo que el concepto del resort será respetado en un 95%.
Cuando por fin termino de leer el informe que me ha llegado, más seguro estoy de construir algo similar en Italia. Sé que mi padre no me la pondrá nada fácil para darme la concesión, pero no descansare hasta no escuchar un sí de su parte, así tenga que viajar constantemente a verlo; empezando por este viaje que se acerca.
—Señor, el joven Víctor Mancini ha llegado.
—Déjalo pasar Laura, y puedes retirarte a tu hora de almuerzo. En unos momentos más saldré, no regresare hasta mañana; si se presenta alguna emergencia ya sabes dónde localizarme.
—Gracias señor Gotti.
—Logan. Cuando me dirás solo mi nombre, los señores Gotti son mi abuelo y mi padre. Nos conocemos hace cinco años y no he logrado que cambies de opinión, tal vez deba traerte a mi madre para que te enseñe un poco de seguridad.
—Lo siento señor Logan, tratare de aprenderlo; pero por favor no traiga a su madre. Cada vez que viene pone a todos de cabeza, no estamos acostumbrados a tanta familiaridad como ella.
Cuelgo el teléfono sin parar de reír, mi madre es una persona muy alegre que le gusta ir por toda la oficina averiguando la vida de mis empleados, esa mujer se sabe hasta el nombre de la persona que se encarga de la limpieza en días festivos y eso que no viene muy seguido.
A diferencia de los mexicanos que no les cuesta nada hacer amigos, los italianos son un poco más reservados por no decir mucho. A mi madre no le para la boca cuando viene, y sus risas se escuchan por todo el edifico; es muy notable cuando ella está de visita con mi padre por estos lugares.
— ¿No me digas que vendrá tú madre de nuevo? —fue lo primero que me dijo mi amigo cuando llego a la oficina, al parecer no todos los italianos son educados como pensaba.
—Buenas tardes para ti también Víctor, y no. Mi madre no vendrá por estos rumbos, está muy entretenida con los cambios que están haciendo en el resort de Cancún.
—Entonces tendremos que ir para allá por lo menos una semana, no me puedo perder ese espectáculo por nada del mundo. Amo a tu madre cuando se pone de intensa y más cuando las cosas no se hacen a como ella desea, hace mucho que no me divierto tanto.
—Mi madre no es tú payaso personal, mejor no la busques porque la vas encontrar y ni yo querido amigo podré salvarte cuando caigas en sus garras. Por eso vivo a kilómetros de ella.
—Tienes razón, es muy peligrosa. Desde la última vez que vino le metió en la cabeza a mia mamma que para cuando sería mi boda y los nietos. A partir de ahí no hay mes que no me hagan esa pregunta en casa, veces tengo que salir corriendo antes de que se arme un pleito por la vida que llevo.
—Si es que se le puede llamar vida, tú ya no tienes remedio alguno. Pobre de la chica que decida casarse contigo vivirá engañada el resto de sus años.
—Mira quien lo dice. De seguro eres el más fiel de los hombres, el hecho que andes con mi hermana no quiera decir que no le pongas los cuernos de vez en cuando en las fiestas que salimos.
—Tú hermana y yo solo somos amigos, ella sabe que no creo en el matrimonio ni en nada de esas cosas que tanto romantizan. Sigo sin verle la importancia de casarse por amor, si al final del día firman un contrato donde cada quien se compromete a cumplir con una parte de algo.
—Espero que eso se lo tengas muy claro a mi hermana, de ser posible en letras negras y en mayúsculas para que nunca lo olvide. No me gustaría verla sufrir por un tipo como tú, sigo sin estar de acuerdo en lo que mi padre y tú proponen.
—Solo es un negocio, nada que nos pueda afectar si estamos claros desde el principio. Ella no está enamorada de mí y viceversa, yo la dejo estudiar lo que ella quiere y que siga con su vida de compras y fiestas; siempre y cuando no intervenga en mis negocios ni me exija nada más de lo que le corresponde.
—Eres un maldito imbécil sin sentimiento, a veces creo que tú eres el hijo de mi padre y no yo. Ustedes dos son iguales, no les interesa dañar a las personas mientras logren sus objetivos.
—Se llama honestidad y sentido común para simplificar las cosas, de esa forma nos evitaremos todos los problemas del mundo. Ella será libre después de tres años, y se ira con más dinero del que llegara al matrimonio.
—Dinero, dinero y dinero. Es lo único en lo que piensas desde que regresamos de esas vacaciones en México, algún día espero conocer la verdad de tú cambio tan radical amigo.
—Solo son negociaciones justas para ambas partes, en donde cada uno dará lo que tiene y obtendrá un mayor beneficio. Al parecer el que no aprendió nada nuevo en la universidad fuiste tú.
Este era un tema de nunca acabar con Víctor, actuando siempre como el defensor de las causas perdidas. Siempre me ha preguntado qué paso esa noche que me hizo cambiar tanto, si le digo lo que sucedió es capaz de ir a buscar a esa chica y hacer que me case con ella por quitarle su virginidad.
Como él siempre dice “pienso que nacimos en lugares opuestos a nuestra forma de ser”, por nada del mundo pienso buscarla y tampoco me interesa saber lo que sucedió con ella.
Al parecer tenía todo fríamente calculado, pensó que entregándose a mí aquella noche y de esa manera lograría algo importante en su vida. Pero se topó con la persona equivocada.
Será mejor que salga de esta oficina, antes de empezarme a volver loco tan solo de recordar mi pasado. Tome mis cosas y nos dirigimos al elevador, cuando pase por el lugar que ocupa mi secretaria; la veo guardando unas carpetas y respondiendo unas llamadas de última hora.
A pesar de ser muy joven es una persona muy responsable en todo lo que hace, le hago señas para que ya no me pase llamadas hasta mañana y me despido de lejos.
En el elevador Víctor y yo conversamos sobre unos negocios que tenemos pendiente, le propuse que me acompañará a México la semana que viene, si algo me pasa sé que él estará a mi lado como en los viejos tiempos y no me dejara caer.
Además si quiero que mi padre me dé la concesión del Resort, mi amigo es el adecuado para ello. Nunca le para la boca si de ideas nuevas se trata, a veces le busco el botón para apagarlo y haga un poco de silencio. Creo que es el único italiano que se comporta de esa forma.
CeciliaHoy mi pequeña cumple cinco años y yo estaba encerrada en la oficina del hotel donde trabajaba como loca, en unos días llegaría la nueva comitiva que se hará cargo de las remodelaciones que se tiene programadas, además de que por fin conoceremos al hijo del dueño del resort.Para mi mala suerte la chica que le tocaba cubrir la guardia por la tarde en el puesto de recepción no se presentaría a laborar, y no encontraba quien cubriera su turno; todos estaban ocupados.Cuando eso sucedía y si estaba libre me encargada personalmente de ocupar sus puestos «a nadie le cae mal unos pesitos de más, mucho menos cuando vives prácticamente al día como era mi caso» no me daba pena hacer ninguna de las funciones que se pudieran presentar en el resort, mientras hubiera trabajo yo me encontraba feliz y agradecida.Lo único que lamentaba era que justamente hoy no estaría con ella, para celebrarla como se merecía o por lo menos comprarle un pastel de chocolate para que compartiéramos en el depa
Cecilia— ¿Ya viste la que nos espera? —cuestione con el ánimo por los suelos, mientras miraba a los jóvenes que seguían bajando su equipaje de las camionetas transportadoras.—Si querida. Lograste comer algo o tengo que jalarte las orejas como siempre Cecilia.—Quisiera darte una respuesta positiva, pero no me alcanzo el tiempo. Me entretuve con los cambios que tendremos a partir de la próxima semana. Con la llegada del hijo del señor Juan, siento que mi vida se está reduciendo a nada.—Entonces ve al comedor y consíguete algo antes de que empecemos, no quiero que te me desmayes en medio de la jornada; porque soy capaz y te dejo ahí tirada hasta que terminemos.— Gracias, no esperaba menos de ti. Como siempre tan atento y divino con todos.—Te estoy aprendiendo bien jefecita.No cabe duda que solo me llenaba de amigos locos, aquí tenía un claro ejemplo de ello. Estaba por tomarle la palabra para irme a comer algo ligero, pero mis planes se vieron arruinados por una hermosa clienta qu
CeciliaHabía pasado una semana de muchas presiones en el trabajo, y las que estaban por llegar. Tantos cambios nos tenían los nervios de punta a todo el equipo; pude apreciar la cara de tristeza del señor Juan cuando empezamos con la reunión y su hijo no más no se dignó en aparecer por ahí.Por lo que me conto después es un empresario importante en Italia y tuvo unas complicaciones que no le permitieron llegar a tiempo, se integraría con nosotros en unos días más.Mientras teníamos que hacernos cargo de la parte que le correspondía al señorito irresponsable.— ¿Lista para irnos Cecilia?—Más que lista, ya quiero llegar a mi casa para ver a mi pequeño retoño. Siento que la he dejado muy descuidada estos días; agradezco a mi vecina que se ocupa de llevarla y traerla a la escuela.—Complicado tú caso amiga, me imagino que mañana la dejaras con ella todo el día.— ¿Mañana? Pues normal, ira a sus clases y a la salida se quedara en su casa mientras llego.—Cecilia, ¿Sabes en que día vives?
CeciliaSi les dije que detesto al hijo de mi jefe, y eso que todavía no tengo el disgusto de conocerlo. El único día que tengo para descansar a él se le ocurre llegar como Pedro por su casa cambiando todo el esquema en el que hemos venido trabajando durante estas semanas.Afortunadamente los chicos no se dejaron amedrentar con sus palabras y llamaron al señor Juan Gotti, era el único que podía poner el orden en estos momentos. Yo estaba muy agotada y mis ánimos andaban por los suelos después de la conversación que tuve con la señora Anastasia respecto al padre de mi hija.Apague el celular para que dejaran de molestarme un poco, necesitaba por lo menos un día para mí y mi pequeña que estaba pasando un mal momento. Mañana en cuanto llegará le explicaría al señor Gotti lo que estaba pasando; es una persona muy comprensiva y cuando toco el tema de mi hija se le ilumina la mirada.Habla con Ivana como si fuera su abuelo y juntos son un caso perdido, tengo que intervenir para que pare de
Logan El lunes llego tan pronto que no tuve tiempo de salir del hotel para ir a visitar a mi madre, todo esto de los cambios me estaba llevando al extremo. La dichosa encargada del proyecto tuvo la terrible osadía de apagar el celular para que no la molestáramos en su día de descanso.Sin duda alguna esperaba con ansias tenerla enfrente para correrla a como se merecía, nadie me ignoraba de esa forma. Por menos de eso muchas empresas en Italia fracasaron en media hora, me había ganado la reputación de ser el malo de la historia que me daba igual si era cierto o no todo lo que se decía.Cerca de las ocho de la mañana ya me encontraba listo para hacer de las mías una vez más. Lo primero que haré será ir a la oficina de mi padre para pedirle que llame a su flamante empleada, de esta manera no se negara a llegar con el jefe a como le había dicho a la recepcionista ayer.Después la enfrentaría con todo para que aceptara que su plan establecido no era el adecuado para el proyecto, que justa
Logan Salí hecho una fiera de esa oficina para buscar a mi padre y poner las cosas en claro, esa mujer de seguro era su amante y se estaba comportando como la dueña de todo el resort; hasta aquí llegaría su juego. Nadie iba ensuciar el apellido Gotti. Afortunadamente no tuve que caminar mucho para dar con él, pero tuve que abandonar la idea al ver la cara de mi madre a su lado. No quería arruinar el perfecto matrimonio hasta no estar seguro de la situación. —Tengo el hijo más malagradecido del mundo, en lugar de ir a ver a su madre se interna en este resort para no verme como si le debiera algo. —Hola madre, que gusto verte. He tenido mucho trabajo es por eso que no he ido a visitarte. — ¿Trabajo? Si desde que llegaste lo único que has hecho es cuestionarme hijo, sobre algo que ni siquiera te he puesto atención. — ¡Padre! ¿Cómo te atreves a decirme eso? He estado trabajando en el proyecto que tú perfecta gerente ha dejado tirado este fin de semana, te recuerdo que ayer se dio el
CeciliaNecesito salir corriendo de este lugar, ¿Cómo es que Víctor está aquí? Esas no son las mejores noticias que puedan darme por ahora, sobre todo porque mi adorado retoño está conmigo en la oficina.Ven cuando les digo que Diosito se ensaña conmigo, está bien que le de las batallas más fuertes a sus mejores guerreras pero esto ya es too much, casi me ahogo cuando lo vi parado frente a mi tan reluciente como hace años.— ¿Pasa algo mami? Te noto muy preocupada.—Nada cariño, solo me altere un poquito con los gritos del señor que vino. Dame unos minutitos y te aseguro que se me pasara pequeña.—Ok, espero que sea por eso y no por la hermosa voz de ese señor. Como dice mi tío Manuel “voz moja bragas” que…— ¡IVANA! Cuantas veces tengo que decirte que no repitas todas los cosas que dice tú tío Manuel, no eres un lorito que va por la calle hablando nada más sin sentido.Santa Virgen de la Macarena, uno corre y la otra acelera; voy ajustar cuentas con Manuel para que deje de enseñarle
Cecilia Me quede anonadada por no decir con cara de pendeja «Conste que lo dijiste tú solita, yo esta vez no abrí la boca», ese hombre me estaba diciendo que se llamaba Víctor Mancini y que ayer era un enigma para él. No… no… no, me niego a creer esto, mire para todos lados como si buscara para ver donde estaban las cámaras ocultas de la trasmisión en vivo de la broma. De seguro era una broma que me había preparado el desgraciado ese tan luego salió de mi oficina, juro por Dios que lo mato, lo mato; está muy equivocado si piensa que puede venir después de muchos años a jugarme bromitas de ese tipo, la chiquilla tonta que se entregó a él por amor está enterrada mil metros bajo tierra y no pienso revivirla porque yo misma la amarro y la tiro al mar para que se lo coman los tiburones. Su cara me decía que estaba disfrutando el momento, ver mi cara que de seguro era todo un poema por culpa de sus palabras que me calaron en lo más profundo. — ¡Tú no eres Víctor Mancini! — ¿Qué dices?