Cecilia
— ¿Ya viste la que nos espera? —cuestione con el ánimo por los suelos, mientras miraba a los jóvenes que seguían bajando su equipaje de las camionetas transportadoras.
—Si querida. Lograste comer algo o tengo que jalarte las orejas como siempre Cecilia.
—Quisiera darte una respuesta positiva, pero no me alcanzo el tiempo. Me entretuve con los cambios que tendremos a partir de la próxima semana. Con la llegada del hijo del señor Juan, siento que mi vida se está reduciendo a nada.
—Entonces ve al comedor y consíguete algo antes de que empecemos, no quiero que te me desmayes en medio de la jornada; porque soy capaz y te dejo ahí tirada hasta que terminemos.
— Gracias, no esperaba menos de ti. Como siempre tan atento y divino con todos.
—Te estoy aprendiendo bien jefecita.
No cabe duda que solo me llenaba de amigos locos, aquí tenía un claro ejemplo de ello. Estaba por tomarle la palabra para irme a comer algo ligero, pero mis planes se vieron arruinados por una hermosa clienta que estaba solicitando, que digo solicitando, estaba exigiendo casi casi ser tratada como una reina.
En serio no tolero a las personas que se comportan de esa manera, se creen dueñas del mundo tan solo porque pagan por un servicio sin ocuparse en pensar en el resto de las personas.
—Dejaremos la comida para después, llego el momento de desquitar lo que nos pagan.
—No queda de otra, veamos qué fue lo que paso antes de que acaben con Sonia.
Sofía era una señora de 45 años que tenía tiempo laborando en el resort, le costaba un poco el manejo de la computadora pero nunca se quejaba y todos los días realizaba su mejor esfuerzo. Tenía 2 hijos que estudiaban por las mañanas y por las tardes apoyaban en lo que hiciera falta en el resort cuando sus tareas se lo permitían, y su esposo trabajaba en el área de mantenimiento.
— ¿Qué pasa Sofía?
—Buenas tardes señorita Cecilia, le estoy explicando a la joven que su reservación empieza a partir de mañana.
— ¡Vieja estúpida! ¿Acaso no sabes leer? Mi reservación empieza hoy. Yo no sé cómo pueden trabajar personas así en un lugar como este.
Señor dame paciencia que sabes de sobra que no tengo antes de que termine matándola por hocicona. Donde quedo el respeto a las personas mayores.
—Yo me encargo Sonia, puedes continuar con los demás huéspedes.
—Gracias señorita Cecilia.
Di unas pequeñas palmadas en su hombro para que continuara con sus actividades, mientras me hacía cargo de esa chica.
—Me van a dar una solución o piensan seguir hablando toda la tarde.
—Puede acompañarme por favor, mi nombre es Cecilia y con mucho gusto la voy ayudar con su caso; le aseguro que tendremos una solución muy pronto si colaboramos en conjunto.
—Es lo mínimo que me merezco por esta vergüenza que me están haciendo pasar.
—La entiendo señorita, pase por este lado.
Todos los días pido mucha, pero mucha paciencia cuando salgo de mi casa y fortaleza para aguantarme las ganas de golpear a una que otra persona en el trabajo.
Llegamos a la oficina de atención a clientes en donde nos encargamos de casos muy específicos como este, que nos pueda llevar a una mala reputación a través de un mal entendido.
—Me das tu nombre por favor para que busquemos en el sistema tu reservación.
— ¡Ten! No pienso estar repitiendo mi nombre a cada rato, ni las fechas en que tengo la reserva.
—Gracias señorita.
Me extendió una hoja donde estaba alguno de sus datos con los que hice la investigación en el sistema de reservas. Por lo menos no escucharía su odiosa voz en lo que me ponía manos en acción.
Solo a mí me tocan este tipo de casos, por donde le buscara la fecha de reserva de esta chica efectivamente empezaba mañana. Al parecer no era un error de Sonia si no de la chica al momento de enviar el correo con las fechas.
Al principio trate de explicarle con mi mejor cara posible, pero no dejaba que hablara; al parecer le dieron de comer gallo porque desde que llego no ha parado de insultar y de quejarse de todo lo que pasa a su alrededor. Pobre chica no debe de tener una buena vida si se comporta de esa forma.
Manuel se paseaba de un lado a otro por las afuera de la oficina preocupado por el comportamiento de esta chica, que gritaba como si la estuvieran golpeando atrayendo la mirada de todos.
Mi cabeza estaba a punto de estallar del dolor de cabeza que me estaba provocando esta situación. No acepta que fue su error al momento de colocar las fechas, que le vamos hacer; si ella quería hospedarse hoy en el resort entonces le cumpliría su más grande deseo.
«No empieces Cecilia, te pueden correr del trabajo»
«Déjame, es mi momento de triunfar y en grande. Esta perra pagara por mi dolor de cabeza, y por quitarme el tiempo para ir a comer»
«Luego no te quejes cuando te llamen la atención»
Mi subconsciente no estaba de acuerdo con lo que iba hacer, y mi yo normal tampoco pero les aseguro que esa chica se merecía un gran lección de mi parte para que a la próxima aprendiera a revisar bien un correo antes de enviarlo, y que aprenda a tratar mejor a las personas.
— ¡Suficiente señorita! Ya la escuche todo lo que quiso, ahora déjeme decirle lo que vamos hacer a partir de este momento.
—Usted no me hable así, yo soy un huésped de este resort y merezco una adecuada atención y…
—Y la estas teniendo, pero al parecer tú no estás brindando lo mismo así que no tienes derecho a exigir algo que no estas dando. Desde que llegaste a este lugar no has hecho otra cosa más que insultar y maldecir a todo lo que se te dice; ni siquiera me has escuchado con todas las propuestas que te he hecho. Así que tienes de dos sopas, elige porque no tengo más tiempo que perder contigo.
La cara de asombro me dejaba claro que ni siquiera me puso atención cuando le estaba explicando la situación. Pase mis manos por mi cara para respirar un poco antes de estrangularla.
—Según tú cuales son mis dos opciones.
Dale la mula al trigo, seguía con sus poses de diva, espero que las sigas manteniendo cuando te repita lo que acabo de decirte. Junte mis manos frente al escritorio y puse la cara más seria que tenía.
—Va de nuevo, opción uno: Te apegas a las reglas del resort en entrar el día y la hora que te corresponde de acuerdo a tu reservación, dado que el error de las fechas lo cometiste tú al momento de enviar el correo y nosotros solo nos apegamos a lo solicitado. Opción dos: Puedes quedarte a partir de hoy hospedada en el resort, siempre y cuando pagues la tarifa correspondiente, este es el precio para que eso pueda suceder o te quedaras a dormir en la calle hasta mañana que es tu entrada.
Puse una hoja sobre la mesa con las especificaciones de las habitaciones que teníamos disponibles y los precios de cada una de ellas, era algo así como un matate solo. Desde a fuera podía ver a Manuel comerse las uñas, llevábamos más de una hora enfrascadas en esta oficina.
Lástima que no podía sacar el celular para tomarle una foto a la cara que puso en cuanto vio los precios de las habitaciones, admito que altere un poquito los precios «poquito» pero se lo había ganado a pulso.
Quedarse en la calle no era una buena opción para pasar la noche, no le quedo de otra que aceptar mi oferta «huy que oferton señorita» sobre pagar una noche adicional al paquete que ya tiene.
Les aseguro que si ella su hubiera comportado de otra manera, otro gallo le cantara en estos momentos.
Llame a Manuel para indicarle que la señorita había accedido a pagar una tarifa adicional por el día de hoy. Le pase la hoja donde resaltaba con marcador verde, la habitación que había elegido minutos antes.
Nadie mejor que él sabe las políticas del resort, mucho menos se atreve a contradecirme cuando tomo una decisión de ese tipo. Tomo la hoja y abrió los ojos enormemente cuando vio lo que estaba plasmado, intento articular unas palabras pero mi mirada de asesinato le dejaba claro que era mejor que guardara silencio o me desquitaría con él, sin importar que estuviera a cargo de la guardia.
Tome mi celular y salí de la oficina sin despedirme de la chica, ahora era su turno de encargarse de hacer lo propio para que se fuera de una vez del lobby y nos dejara trabajar tranquilos y sin malas vibras.
Retome mi lugar junto a Sonia quien al verme sonrió con pesar y tristeza pensando que había cometido algún error, ya me encargaría más tarde de explicarle que no tenía nada que ver y que siguiera haciendo su trabajo tranquilamente.
CeciliaHabía pasado una semana de muchas presiones en el trabajo, y las que estaban por llegar. Tantos cambios nos tenían los nervios de punta a todo el equipo; pude apreciar la cara de tristeza del señor Juan cuando empezamos con la reunión y su hijo no más no se dignó en aparecer por ahí.Por lo que me conto después es un empresario importante en Italia y tuvo unas complicaciones que no le permitieron llegar a tiempo, se integraría con nosotros en unos días más.Mientras teníamos que hacernos cargo de la parte que le correspondía al señorito irresponsable.— ¿Lista para irnos Cecilia?—Más que lista, ya quiero llegar a mi casa para ver a mi pequeño retoño. Siento que la he dejado muy descuidada estos días; agradezco a mi vecina que se ocupa de llevarla y traerla a la escuela.—Complicado tú caso amiga, me imagino que mañana la dejaras con ella todo el día.— ¿Mañana? Pues normal, ira a sus clases y a la salida se quedara en su casa mientras llego.—Cecilia, ¿Sabes en que día vives?
CeciliaSi les dije que detesto al hijo de mi jefe, y eso que todavía no tengo el disgusto de conocerlo. El único día que tengo para descansar a él se le ocurre llegar como Pedro por su casa cambiando todo el esquema en el que hemos venido trabajando durante estas semanas.Afortunadamente los chicos no se dejaron amedrentar con sus palabras y llamaron al señor Juan Gotti, era el único que podía poner el orden en estos momentos. Yo estaba muy agotada y mis ánimos andaban por los suelos después de la conversación que tuve con la señora Anastasia respecto al padre de mi hija.Apague el celular para que dejaran de molestarme un poco, necesitaba por lo menos un día para mí y mi pequeña que estaba pasando un mal momento. Mañana en cuanto llegará le explicaría al señor Gotti lo que estaba pasando; es una persona muy comprensiva y cuando toco el tema de mi hija se le ilumina la mirada.Habla con Ivana como si fuera su abuelo y juntos son un caso perdido, tengo que intervenir para que pare de
Logan El lunes llego tan pronto que no tuve tiempo de salir del hotel para ir a visitar a mi madre, todo esto de los cambios me estaba llevando al extremo. La dichosa encargada del proyecto tuvo la terrible osadía de apagar el celular para que no la molestáramos en su día de descanso.Sin duda alguna esperaba con ansias tenerla enfrente para correrla a como se merecía, nadie me ignoraba de esa forma. Por menos de eso muchas empresas en Italia fracasaron en media hora, me había ganado la reputación de ser el malo de la historia que me daba igual si era cierto o no todo lo que se decía.Cerca de las ocho de la mañana ya me encontraba listo para hacer de las mías una vez más. Lo primero que haré será ir a la oficina de mi padre para pedirle que llame a su flamante empleada, de esta manera no se negara a llegar con el jefe a como le había dicho a la recepcionista ayer.Después la enfrentaría con todo para que aceptara que su plan establecido no era el adecuado para el proyecto, que justa
Logan Salí hecho una fiera de esa oficina para buscar a mi padre y poner las cosas en claro, esa mujer de seguro era su amante y se estaba comportando como la dueña de todo el resort; hasta aquí llegaría su juego. Nadie iba ensuciar el apellido Gotti. Afortunadamente no tuve que caminar mucho para dar con él, pero tuve que abandonar la idea al ver la cara de mi madre a su lado. No quería arruinar el perfecto matrimonio hasta no estar seguro de la situación. —Tengo el hijo más malagradecido del mundo, en lugar de ir a ver a su madre se interna en este resort para no verme como si le debiera algo. —Hola madre, que gusto verte. He tenido mucho trabajo es por eso que no he ido a visitarte. — ¿Trabajo? Si desde que llegaste lo único que has hecho es cuestionarme hijo, sobre algo que ni siquiera te he puesto atención. — ¡Padre! ¿Cómo te atreves a decirme eso? He estado trabajando en el proyecto que tú perfecta gerente ha dejado tirado este fin de semana, te recuerdo que ayer se dio el
CeciliaNecesito salir corriendo de este lugar, ¿Cómo es que Víctor está aquí? Esas no son las mejores noticias que puedan darme por ahora, sobre todo porque mi adorado retoño está conmigo en la oficina.Ven cuando les digo que Diosito se ensaña conmigo, está bien que le de las batallas más fuertes a sus mejores guerreras pero esto ya es too much, casi me ahogo cuando lo vi parado frente a mi tan reluciente como hace años.— ¿Pasa algo mami? Te noto muy preocupada.—Nada cariño, solo me altere un poquito con los gritos del señor que vino. Dame unos minutitos y te aseguro que se me pasara pequeña.—Ok, espero que sea por eso y no por la hermosa voz de ese señor. Como dice mi tío Manuel “voz moja bragas” que…— ¡IVANA! Cuantas veces tengo que decirte que no repitas todas los cosas que dice tú tío Manuel, no eres un lorito que va por la calle hablando nada más sin sentido.Santa Virgen de la Macarena, uno corre y la otra acelera; voy ajustar cuentas con Manuel para que deje de enseñarle
Cecilia Me quede anonadada por no decir con cara de pendeja «Conste que lo dijiste tú solita, yo esta vez no abrí la boca», ese hombre me estaba diciendo que se llamaba Víctor Mancini y que ayer era un enigma para él. No… no… no, me niego a creer esto, mire para todos lados como si buscara para ver donde estaban las cámaras ocultas de la trasmisión en vivo de la broma. De seguro era una broma que me había preparado el desgraciado ese tan luego salió de mi oficina, juro por Dios que lo mato, lo mato; está muy equivocado si piensa que puede venir después de muchos años a jugarme bromitas de ese tipo, la chiquilla tonta que se entregó a él por amor está enterrada mil metros bajo tierra y no pienso revivirla porque yo misma la amarro y la tiro al mar para que se lo coman los tiburones. Su cara me decía que estaba disfrutando el momento, ver mi cara que de seguro era todo un poema por culpa de sus palabras que me calaron en lo más profundo. — ¡Tú no eres Víctor Mancini! — ¿Qué dices?
Logan Mi padre era una persona muy tranquila que mantenía sus negocios al día y en las mejores manos de sus empleados más fieles, por eso me llamo mucho la atención cuando encontré un proyecto totalmente sin pies ni cabeza; tal vez por eso me insistía mucho que regresara a México para apoyar. Pero ahora estábamos en sus oficinas encerrados para aclarar el asunto de su gerente preferida, por no decir de su protegida y mi madre estaba de acuerdo en ello. —Sigo esperando que me digas ¿De dónde sacaste todas esas cosas que dices? —No te quieras hacer el santo conmigo padre, que no voy a perdonarte lo que le estás haciendo a mi madre, sobre todo que trates de engañarla de esa forma. —Voy a tirarte ya mismo todos esos dientes al grado de que vas usar placas para poder comer. Si alguien te hizo enojar entonces ve y desquítate con esa persona, que manía la tuya de hacerlo con las personas que no tenemos vela en ese entierro. —Entonces me vas explicar porque él proyecto que se inicia hoy
LoganYo no podía tener entre mis filas a una persona como ella, algo me indicaba que a esa chica era mejor tenerla lejos de mí, además todavía faltaba que mis padres me aclararan el hecho de que la protegían a capa y espada.—No sé qué tenga que ver mi amigo en todo esto, estamos hablando de esa chica que los está manipulando y ustedes me salen con otra cosa.—Todo, él tiene que ver todo con esto al igual que tú engendro del demonio.—Soy tú hijo, ¿Cómo puedes hablar de esa forma?—Pues no lo parece, eres más un… un… que coraje. Mejor habla con él Juan, antes de que termine de olvidar que es mi hijo y lo arrastre por todo el resort hasta donde esta e…— ¡Verónica!El grito de mi padre me hizo alarmarme, nunca le había gritado a mi madre de esa forma. Eso quiere decir que los problemas eran más grandes de lo que pensé pero seguía sin comprender que teníamos que ver todos.—Voy hacerles unas preguntas, quiero que me respondan con la verdad jóvenes, no olviden que nada se me escapa y es