39

Daniel bajaba los escalones que conducían a los sótanos en los que su padre había acondicionado los calabozos. El olor a humedad y podredumbre le hizo arrugar la nariz asqueado. Las escaleras eran de cemento sin pulir y las paredes parecían sudar.

Al llegar a la mansión, Ibrahim había entrado directo a sentarse en uno de los sillones del amplio salón. Daniel le había mirado incrédulo.

—Tienes la foto en tu móvil.

Daniel había sonreído un poco. Imaginaba a su padre hablando con Ibrahim, diciéndole que fuera él quien se encargara de ir a los calabozos a buscar a aquel hombre. Sí, su padre buscaba la forma de humillarle constantemente. Podía leer en su mente cada situación a la que él temía y le instaba a enfrentarse a ellas.

Daniel levantó las manos mostrando las palmas.

—Está bien —dijo, tratando
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP