34

Angélica apoyó la cabeza en el respaldo del autobús y cerró los ojos tratando de conciliar el sueño.

A su cabeza acudían sin cesar las palabras de Raúl “¿Puedo pedirte algo?”

Se había emocionado ¿para qué negarlo? Esperaba algo que la había parecido predecible. Le había parecido que lo que estaba comenzando a sentir por aquel chico era compartido, pero no, estaba claro que no era cierto.

Aquellas miradas encontradas que la hacían ruborizar, aquel rozarse sin querer que la hacía apartar, como si la piel de él la quemase, no tenían el mismo significado para él que para ella.

“¿Me cedes tu asiento junto a Milita?”

Había sido tan doloroso como debía serlo una puñalada. El nudo en el pecho la había dejado sin respiración durante unos segundos y verle a él, p

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo