TODO PARA MI

La pequeña mujer al percatarse de que esta sola toma el móvil. Eda miró la pantalla de su teléfono durante varios minutos antes de decidirse. Sus dedos temblaban mientras marcaba el número de Lucero, su amiga de toda la vida, la única que podía sacarla de aquel dilema. Cuando escuchó su voz al otro lado, un nudo se formó en su garganta.

—Lucero… —dijo con voz quebrada.

—Eda, ¿estás bien? —La preocupación de su amiga era evidente.

—No lo sé. Creo que necesito hablar con alguien. No puedo más.

—Estoy en camino. Envíame tu ubicación.

Eda colgó y soltó un suspiro largo, como si con él pudiera aliviar parte de la carga que llevaba en el pecho. Miró alrededor de la habitació, Salem estaba alli, un espacio que ahora parecía más frío y vacío que nunca con la ausencia de Christopher.

Quince minutos después, se escuchó el sonido de la puerya, Marta le indica a Lucero que podía pasar; Lucero abrió la puerta con decisión y encontró a Eda sentada en el sofá, con los ojos vidriosos y las manos entr
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