Capítulo 28
Aradne se adentró en el bosque. Llegó frente a un viejo roble y se desplomó, cayendo de rodillas. Comenzó a sollozar desconsoladamente, como si un diluvio desbordara ríos. Se abrazó el estómago con fuerza, intentando apaciguar las punzadas agudas que sentía en su vientre, mientras las primeras gotas de lluvia empezaban a caer del cielo. Cada gota que tocaba su piel era un recordatorio de que el lobo del que se había enamorado ahora era un extraño en su vida.

—¿Por qué, Gedeón? ¿Por qué me utilizaste, ignoraste y despreciaste? Diosa Selena, después de compartir mi cama por las noches, ahora está con ella. Me siento traicionada, usada —soltó un grito desgarrador—. ¿Ese lobo terminó siendo como mi padre? Solo buscaba poder, y nunca le importé.

De repente, un torrente de agua comenzó a caer del cielo. Aradne se recostó contra el árbol, empapándose mientras el frío empezaba a colarse por su cuerpo. Sin embargo, no le importaba morir de hipotermia; solo quería desvanecerse, ya no le importab
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo