En algún lugar de Estados Unidos.
—Sí perra tócate para nosotros— gruñó el hombre mientras embestía con fuerza a la mujer.
—¡Ah... Ah...! Más... así... más duro... ah... sí...— gritaba la mujer a los dos hombres que la penetraban sin piedad.
La habitación era amplia y muy elegante, una cama Kingsize de sábanas blancas y azul marino que le daban un hermoso contraste, sobre ella estaba el trio desfogándose de placer, al cada lado una mesa de noche con lámparas que permitían una tenue luz en el lugar, una amplia ventana con cortinas blancas en tul y unas más pesadas en azul marino que caían del techo como cascada.
—Oh perra así... ¿Quieres que terminemos dentro putita?— decía el hombre mientras miraba a su compañero.
—Sí... sí... ¡Ah... ah... sí!— gritaba la mujer cuando los dos hombres empujaban su hombría dentro de ella y eyaculaban en su interior.
Los tres amantes terminaron su faena tendidos en la cama calmando sus re
Rebecca.Me removí en la cama y desperté abriendo poco a poco mis ojos, sentí en mi torso los fuertes brazos de Arturo, su respiración en mi cuello y sus piernas aprisionándome a su cuerpo. Sonreí un poco al recordar sus besos y caricias por todo mi cuerpo, me sentía amada y deseada.Con mucho cuidado traté de levantarme para no interrumpir su sueño, pero fue en vano, su mano en mi cintura apretó más su agarre.—Mmm nena aún es temprano. Quedémonos un rato más en la cama— pidió mordiendo el lóbulo de mi oreja, haciéndome erizar por completo mi piel.—No podemos... debe... debemos, Oh Arturo, mmm— dije entre gemidos ahogados por las caricias y besos húmedos que Arturo infligía sobre mi piel. —la empresa, señor presidente—Un remolino de sensaciones me estaba h
North Miami Beach.—Bien señor Alek, todo está listo. Esta misma tarde hacemos el cambio del material en la bodega——Me parece perfecto Edward. Ya el personal del muelle está enterado de todo ¿cierto?——Todos, nada puede salir mal. El contenedor fue vaciado y cambiado en su totalidad. Quiero ver la cara de sorpresa que se va a llevar nuestro querido Arturo—.Las carcajadas de burla se escuchaban por toda la sala de la casa de Alek Volkov. Él y Edward habían planeado llevar hasta Londres una carga de droga dentro de las cajas que contenían el material estructural del centro comercial que la empresa Franco & D’ Lucca estaba realizando en Bristol. Pero para colmo eso no era todo.El material que la constructora había comprado de forma legal en una fábrica de acero y estructuras metálicas en Miami, STEEL BAR COMPANY, fue cambiada
Rebecca.—Te dije que no te salvarías de la follada que te voy a dar mi fierecilla. No tientes al tigre sino sabes cómo contenerlo— dijo arrancándome la braga y se hundió en mí de una sola estocada.—¡Ahh! amor...— gemí por sus fuertes embestidas. —Tu artuconda me partirá en dos, ¡Ahh! ——¡Por Dios nena! Tu boquita. Esa boquita sucia que me voy a follar a mi antojo, además tú te lo buscaste— dijo Arturo introduciendo con fuerza su duro y grueso miembro, hice una mueca de dolor al sentir la rudeza de la intromisión.Estaba tan deseosa, tan caliente y excitada que la humedad facilitaba la entrada de su verga y el malestar era reemplazado por las oleadas de placer que me hacía sentir.Tomó una de mis piernas y la llevó a su hombro haciendo la penetración más profunda
Arturo.Llegué a la empresa como de costumbre a atender los asuntos del día. Amber estaba haciendo el trabajo de Rebecca, así que comenté que iba acontratar a otra persona para que le ayudara. Pero se negó. Dijo que no era necesario ya que Rebecca había dejado muchas cosas organizadas y adelantadas, así que por unos días ella iba a poder con todo.No le di mucha importancia al asunto a sí que me dediqué a revisar los contratos pendientes y los que ya estaban en ejecución.—Arturo, qué bueno tenerte de nuevo con nosotros. ¿Cómo sigue tu esposa?— preguntó Bruno apenas ingresó a la oficina con un periódico y una revista de farándula en la mano. Pero le resté importancia.—Hola amigo. Ella se encuentra bien. Está más tranquila, ya ha resuelto bastante con Patrick. Creo que pronto tendremos n
1/2 Edward. Me encontraba en la biblioteca de mi departamento en Miami, con algunos de los hombres de Alek organizando un nuevo movimiento para nuestro queridísimo Arturo, cuando una noticia en la televisión me hizo dejar todo de lado y prestar atención a lo que decía el periodista. “...Así es queridos amigos, estas fotografías nos llegaron hace uno momentos de una fuente muy confiable en donde podemos ver a la bellísima y no muy conocida Rebecca Griffin, asistente y prometida del millonario y nuevo presidente de la constructora FRANCO & D’ LUCCA CONSTRUCTORES, detenida y llevada esposada a la inspección del centro de Londres. Pero recordemos un poquito. En días pasados se celebró en el lujosísimo hotel Mandarin Oriental Hyde Park una fiesta de gala dando la bienvenida al nuevo presidente de la constructora el guapísimo heredero Arturo Franco. En dicha fiesta su padre, el señor Maximiliano Franco, anunció ante todos e
2/2 —“Buenos días, señores pasajeros les habla el capitán, por favor, permanezcan sentados, y con el cinturón de seguridad abrochado hasta que el avión haya parado completamente los motores y la señal luminosa de cinturones se apague...“— la voz del piloto hizo que saliera de mis pensamientos. Me acomodé en mi lugar y me abroché el cinturón. Revisé mi reloj y me di cuenta de que habían pasado ya 9 horas. En verdad no las sentí. Bajamos del avión y nos dirigimos hacia el auto que esperaba por nosotros para llevarnos a uno de los hoteles de Alek. Llegaría a descansar un poco y después haría las averiguaciones necesarias para saber que tanto había hablado Rebecca. —Toma asiento Luke. Cuéntame que sabes del caso de Rebecca Griffin— pregunté al hombre frente a mí. Luke es uno de los oficiales que trabajan para Alek. El hombre ha comprado varios oficiales y uno que otro con autoridad para cuando los necesite. Uno de e
Dos semanas después...Rebecca contemplaba el firmamento a través de la ventana de la habitación. Nunca imaginó encontrarse en la situación en que estaba. Enamorada pero también preocupada. Sentía miedo, un mal presentimiento se instaló en su corazón, la audiencia en la inspección de Policía había sido aplazada por petición de Patrick, pero ahora estaba encerrada en ese departamento, no podía salir pues la policía, la prensa y todos los medios estaban sobre ella. Arturo y el señor Maximiliano se encargaban de mantener todo en reserva, pero los medios eran insistentes.Una mañana después de que Arturo salió del departamento llegó el abogado Patrick y conversaron toda la tarde.—Rebecca buenas tardes— saludó el abogado.—Señor Patrick, adelante, pase. Siéntese por favor&md
Un enamorado Arturo no cabía de la felicidad al saber la noticia de su futuro heredero. Se sentó junto a ella en la cama tomando su mano y dando besos en sus nudillos, la miraba aún con incertidumbre de que eso que tanto había anhelado estuviera pasándole a él. Se tomó un momento para salir de la habitación y así hablar con su padre por teléfono, él más que nadie debía saber lo que estaba sucediendo. Su padre era el principal culpable de su felicidad.Rebecca y Martha reían de las ocurrencias de Bruno. Ese sujeto era una caja de ocurrencias. Sobre todo, si era para hacerle bromas a Arturo y ridiculizarlo de vez en cuando.Arturo regresó a la habitación después de comunicarse con su padre y se ubicó junto a su esposa. Dejó un beso en su coronilla y le sonrió junto con un guiño.—¿Esta todo bien?— pre