UN AÑO ANTES
Una noche más el público me esperaba. Peinaba mi cabello lentamente mientras pensaba en todo y a la vez en nada. Estaba lista, ya solo faltaba escuchar mi llamado. La Adalia negra, ese era el nombre que usaba todas las noches, ese era el nombre con el que bailaba y ese era el nombre por el que los hombres apostaban grandes cantidades de dinero.
De un momento a otro, Natalia me sacó de mis pensamientos al entrar por la puerta del pequeño camerino improvisado que nos habían dado a las bailarinas.
—Ya te toca bailar –dijo ella comenzando a maquillarse. Después de mí, seguiría ella.
—Ya voy –. Tomé el antifaz y salí un poco fastidiada.
Había veces en que sentía mi vida aburrirme. Cada fin de semana, cada noche. ¿Hasta cuándo mi vida iba a cambiar?
Pasados unos minutos me anunciaron para el gran debut de la noche. Los chiflidos de los hombres, los gritos, las cantidades de billetes que lanzaban. Eso era lo que me hacía ser quien era en este lugar tan pequeño pero siendo un mundo adentro.
Fue entonces como comencé a bailar como cada noche lo hacía. Llovían silbidos y palabras de las cuales dependes cuando estás bailando. Esa noche fue diferente, siempre estuve acostumbrada a las miradas lascivas pero entre ellas había una muy distinta, que más allá de todo, parecía hacerme ver como un trofeo frente a sus ojos.Mi corazón dictaba que nada comenzaba bien al ver esos ojos verdes. Terminó el baile y bajé a pedir un trago como ya era costumbre. Miré al hombre por última vez y fue entonces cuando me di cuenta que camina hacia donde yo estaba. Paró a mi lado y pidió un trago de igual manera.—Bailas muy bien –dijo con esa sonrisa con la que cualquier chica caería rendida a sus pies.
—Gracias –dije tomando un trago. Nunca voltee a verlo, siempre fijé mi mirada en el frente.
El rió y de un solo sorbo acabó con su bebida. –Hermosa, bailarina y... sin corazón. Eres perfecta.
Esas dos últimas palabras me hicieron caer rendida, colocando así un rubí más a mi corazón. Lo miré al escucharlo decir eso y mil pensamientos comenzaron a golpear mi cabeza. – ¿Lo cree?
—Lo afirmo –contestó a esa pregunta. Me miraba una y otra vez. — Me gustaría que habláramos en un lugar más... apropiado – Esas palabras hicieron que pensara en que quería algo más.
— ¿De cuánto estamos hablando esta noche? –Pregunté sin más rodeos ya que estos son hombres solo pueden querer esto. El volvió a reír.
— No, no hablo de eso. Puede que está sea la oportunidad de tu vida o no sé cómo quieras tomarla. Las chicas tal vez piensan que por trabajar en este lugar están condenadas a nunca alcanzar sus sueños. ¿Cuáles son los tuyos? Espera, seguro lo sé, mostrarle al mundo lo bella que eres. Esa perfección tuya no debería ser gastada en un lugar como este, ¿o sí? Quiero que hablemos de una mejor oferta.
Pienso un poco las cosas y entonces me decido por contestar. – Ok, está bien. Será en la habitación para los visitantes del lugar. ¿De acuerdo?
Él sólo asintió sonriendo. Fue entonces cómo decidí caminar hacia a la habitación haciendo que él me siguiera. Algo en mí no estaba bien al tener cerca a este hombre. Algo bueno quizá estaba por pasar.
Mi corazón latía muy fuerte, era extraño pero tenía miedo. ¿Qué hacer con lo que siento? Siempre he tenido miedo y siempre lo oculto.
Tomé valor, ahogue ese presentimiento y continué mi camino.
— ¿Y bien? –Preguntó enfrentándolo tan pronto como cierro la puerta detrás de mí.
Él sonrió nuevamente, toco su labio inferior y comenzó. – Eres perfecta, eres la combinación perfecta para todo esto. Mira, hermosa, todas pero todas tienen sueños y tú no eres la excepción, lo puedo ver en tus ojos. Vamos, puedes confiar en mí y decirme que es lo que has dibujado en tu mente. –Sus palabras me hacen pensar en mis dos grandes sueños y aunque quiera decirle qué deseo, evado su pregunta
—Tal vez la pregunta es, ¿qué quiere usted de mí?
Una vez más él sonrió tontamente a esa pregunta. Se acercó a mí y mira mis labios como si buscara besarlos.
—Enamora a un hombre –. Me intenta besar pero me aparto al escuchar esas palabras. ¿De qué se trataba este juego?
—No entiendo.
Él era tan coqueto que sus ojos verdes destellaron el encanto cuando no acepté ese beso.
—No eres tonta, princesa, solo analízalo un poco. Te explico, tú enamoras a un hombre, sacas lo que yo quiero de él y tú tendrás el mundo a tus pies.
Me volteo dándole la espalda y comienzo a pensar en esas palabras. ¿Qué tipo de propuesta era esa? Tiene que ser un juego, esto no es una película donde aparece un genio y hace realidad los sueños de la gente, esta es la realidad.
— ¿Por qué estás en este lugar, ah? —Volvió a preguntar. — Tu belleza debería estar fuera de aquí, fuera de todo peligro, buscando lo mejor, no esperando a que el mejor postor de una noche pague por pasar la noche contigo. Acaso, ¿tu familia te echó al olvido? ¿Se olvidaron que dentro de la perfección existe la mujer más poderosa del mundo? –Esas palabras hicieron salir algunas lágrimas en mi interior, recuerdo tantas cosas y entre mi infierno veo a mi familia escogiendo entre ella y mi hermana. ¿Qué paso con ella? Mi subconsciente dice que la busque y que acabe con esos seres que tanto daño me hicieron aunque otra cosa diga lo contrario.
Aguanto las lágrimas y digo. – ¿De qué se trata el plan? –Una sonrisa de victoria salió de los labios de aquel hombre.
—Pero creo no nos presentamos, ¿o sí? Me llamo Alejandro, soy un gran empresario y vine a este lugar a buscar justamente una mujer como tú. Dime antes de que pasemos a cualquier tema, ¿qué quieres tener? Todo tiene un precio, ¿cuál es el tuyo?
—Ser modelo, siempre fue ese mi sueño, de lo demás me encargo yo.
—Está bien, bella. Tendrás eso y más a cambio de la vida destrozada del hombre más estúpido de este mundo. Enamóralo y después arranca su corazón y entrégamelo.
— ¿Eso es todo? –Reí burlonamente.
— ¿Te parece chistoso? Espero eso sea siempre, espero que con esa mirada burlona lo mires cuando acabes con él. Un trato muy justo, ¿no crees?
—Será como quieras, Alejandro –sonrió coqueta y él no duda en acercarse a mí dispuesto a besarme una vez más. – No tan rápido –, pongo un dedo en sus labios.
Se aleja dignamente. – Entonces... ¿trato? –Extiende su mano.
—Trato –. Estrechamos nuestras manos cerrando el trato.
— ¡Oh! Pero por supuesto, se me olvidaba, ese hombre está casado.
—Más interesante el juego se vuelve. ¿Qué tengo que hace con ella?
—Quitarla de tu camino.
—Hecho, ¿cómo?
—Ya hablaremos de eso.
—Solo una advertencia, querida –dice al momento que separamos nuestras manos. – ¡No te enamores! ¡Queda prohibido enamorarte!
— ¿Con quién crees que hablas? –Río nuevamente de manera burlona, es entonces cuando camino por el camerino hasta sentarme frente al tocador para retocar mi maquillaje.
—El amor no existe, bella. Pronto nos veremos para comenzar con el plan. –Finalmente Alejandro camina a la puerta, gira el portillo y es cuando me decido por hablar.
— ¿Quién es él? ¿Por qué lo quieres destruir?
Se gira un poco para mirarme y de manera fría, me dice. –Eso no te importa, querida Dalia Negra. –Salió del camerino.
No pude soportar reír ante lo que acababa de pasar. Ahora resultaba que la suerte estaba de lado de las bailarinas y prostitutas.
CAPÍTULO UNO: EL DÍA MÁS FELIZ DE MI VIDA Sentado en la cama de su habitación, contemplando aquel amanecer que llegaba sin traer vida consigo, Santiago Marín tomó la foto del buró a lado de su cama. Sabía perfectamente que todo estaba por cambiar, sabía perfectamente que de ahora en adelante nada sería lo mismo. Estaba justamente a una hora de cambiar su vida. Una sonrisa se dibujó en su rostro al pasar con sus dedos la foto de su esposa. Se veía realmente sonriente, se veía feliz, tan feliz como él ya no pudo verla en los últimos días. El mismo que había jurado hacerla feliz era el mismo que la había hecho tan desgraciada los últimos días sin saber que ella estaba viviendo sus últimos días. Asunción fue el nombre de su esposa, jamás iba a poder olvidar su sonrisa, esa bella sonrisa en su rostro por cada vez que la miraba. Y ahora su vida estaba cambiando porque si de algo estaba seguro era que iba a llegar hasta el mismo infierno con tal de arrastrar con él a la persona que mat
CAPÍTULO DOS: ¿CUÁNTO TIEMPO PARA QUE ESTO SUCEDIERA?DOS MESES DESPUÉS AMELIA ¿Qué era aquel sentimiento al que todos llamaban amor? ¿Qué era aquel sentimiento que decía, regía en los corazones de las personas? Un invento de la sociedad para justificar la razón por la que se casaban cuando lo que realmente les hacía casarse era aquel sentimiento de soledad al que todos le tenían miedo.Dos meses habían pasado desde aquel momento en que mi dedo se vistió con el anillo que Ricardo Marín me había dado haciendo mil y un promesas, promesas que al final no significaban nada.¿Qué había del dolor que las personas dejan cuando se van? ¿Qué había del dolor que Asunción había dejado en el corazón de Santiago? La realidad es que ni él mismo la recordaba. Lo sabía, lo veía en sus ojos por cada vez que él me miraba a mí porque era en mis ojos donde su mirada cambiaba.—Bien, bien, a la izquierda, bien, muéstrame aquellos, necesito más soltura, más pasión, perfecto… ¡Perfecto! —Dijo el fotógrafo
CAPÍTULO TRES: UNA TRAICONERA MÁS Con la mirada perdida en aquella fotografía, la misma sonrisa que él ya no pudo mantener en su rostro ni siquiera ante de morir porque de un momento él fue avisado que ella había fallecido en un terrible accidente automovilístico. ¿Cómo pudieron haber sido sus últimos segundos? ¿En qué fue lo que ella pudo haber pensado antes de morir? ¡Lo seguía amando hasta el final como ella dijo que prometía hacerlo?La verdad era que todo eso ya debería de quedar atrás y ahora enfocarse en el presente y en el futuro, que sería en el futuro donde la haría pagar por todo el daño que le había hecho a su ex esposa.Sentado enfrente de su escritorio, estando en su despacho, Santiago no podía dejar de pensar en aquella mujer con la que estaba casado.A su mente llegó un recuerdo. El recuerdo que más le seguía doliendo en el alma. La policía, los paramédicos, gente desconocida y otras tantas personas estaban ahí. Era difícil meterse en ese campo en el que ocurri
CAPÍTULO CUATRO: EL PASADO REGRESA AMELIA Frente a mí se encontraba el presidente de la compañía de la que una vez me rechazaron. Ahora me daba cuenta que el mundo podía ser tan pequeño, el mundo podía cambiar en tan solo un instante. Los ojos del espectador podrían cambiar de dirección cuando la piedra más brillante y la que siempre brilló, comenzaba a brillar un poco más, cada minuto más.— ¿Si sabes que me puedo meter en graves problemas con la compañía para la que trabajo y que es la misma que maneja mi esposo? —Pregunté levantándome de mi lugar al mismo tiempo que caminaba por la oficina de este hombre.Todo aquí era lujoso, solo bastaba con verlo o con tocar las piezas con las que el lugar había sido adornado.—No te puedes meter en problemas a menos que hayas firmado un contrato con la empresa, ¿firmaste un contrato de exclusividad con ellos?—No, la verdad es que no, la verdad es que creí que con el hecho de que trabaje para mi esposo era suficiente.—Pues la verdad es que n
CAPÍTULO CINCO: UN NUEVO PLAN SIEMPRE Sin poder olvidar lo que había hecho, sin poder perdonarse a sí mismo el más terrible de los dolores y el único que le provocó a la mujer que más lo había amado en la vida, una vez más él estaba frente a ella. Para ese momento ya no le importaba nada del pasado. Ya no había nada en su mundo después del dolor más terrible que se había ocasionado a sí mismo al enamorarse de la hermana de la persona a la que la vida se le había terminado.Frente a él y teniendo un ramo de flores en su mano, la placa de su ex esposa estaba. La querida señora Asunción de Marín eran incontables las personas que la habían querido.—Ha pasado tanto tiempo desde la vez que juré que iba a dar con el asesino, con la persona que ocasionó tanto en la vida de todas las personas que te queremos, porque eso es cierto, te vamos a querer hasta el final, querida Asunción. —Comenzó a hablar Santiago con tanto dolor en el alma. Todo parecía ser una realidad bien fabri
CAPÍTULO SEIS: UN PASADO NO TAN LEJANO Con una sonrisa en el rostro, Bárbara se acercó a Santiago. Él había cambiado mucho, no parecía ser la misma persona de siempre. Después de todo ella podía darse cuenta que la muerte de Asunción verdaderamente le había afectado hasta aquel hombre que se había encargado de ser injusto con el amor que decía tenerle a Asunción.—No tienes que lamentarte más, Santiago, no tienes que esforzarte por darme explicaciones que solo tú entiendes. —Dijo ella sin prisa, aun sosteniendo el ramo de flores blancas entre sus manos.—Usted se ha llevado la peor versión de mí, lo que menos espera es que yo le dé mis explicaciones, yo sigo siendo capaz de todo por Asunción. Incluso si usted no lo cree más pero sucede que…—Es suficiente —pidió ella estando tranquila.Realmente tenía un buen plan que sabía iba a funcionar, no importaba qué. Amelia iba a desear que todo se detuviera en el momento en que su mundo comenzara a caer poco a poco.Lo haría de la manera
CAPÍTULO SEIS: LA HISTORIA DE SU VIDA AMELIA Con un café sobre la mesa, el mismo que llevaba tomando desde hacía dos minutos miraba para todos lados, observando el ir y venir de las personas, observando el nuevo mundo frente a mí, el mundo que nunca creía que podía ser mío.Un suspiro salió de lo más profundo de mí. Esta era la vida que quería no importaba qué, no me importaba incluso si los sentimientos de él habían cambiado, estaba llegando muy alto, iba a llegar más alto sin importar qué, de eso estaba segura.Fue en ese momento en que sonreí cuando vi entrar por la puerta a la persona que estaba esperando. Mi mejor amigo Facundo, el mismo que había conocido desde que comencé a ser una modelo.Con esa ropa colorida, esas facciones en su rostro, la sonrisa y la manera en la que caminaba, no podía tener mejor amigo que él.— ¡Ay, hermosa, más hermosa que… que… que el mismo cielo que se pinta frente a nosotros! —Gritó mi amigo haciendo que todos voltearan a vernos.—Shh, tranquilo,
LA ADHALIA NEGRA Todo comienza con la frialdad, el odio y creer que un cuerpo perfecto junto con un rostro hermoso es lo que en verdad importa en este mundo lleno de frialdad. La sociedad solo sabe criticar los defectos pero jamás se atreven a hablar de las virtudes. Y la única forma de cubrir esos defectos es ser justamente la razón por la que las mujeres te critiquen. Aquel cuerpo perfecto que ellas desean pero que pocas pueden tener. Mi nombre es Amelia y este es el principio de mi historia.Mi vida no ha sido fácil desde mis 13 años. Todo lo que creí que sería una vida llena de lujos y jamás de preocupaciones terminó en el momento en que mis padres fueron los verdaderos verdugos en esta historia. Una niña hermosa que solo soñaba con estudiar para así, llegar a trabajar en el mundo de la fotografía y manejar los negocios de mi padre como nadie, ¿estúpido, no es así? Demasiado creo yo.Mis padres, si es que a esos seres así se les puede llamar, fueron la causa de lo que soy ahora.