Sin dejar de pensar en las palabras que le había dicho su padre esa mañana, Víctor se sentó en su lugar, él no era igual que él simplemente que nunca pensó que su padre fuera capaz de tanto.Y si ahora lo pensaba un poco más, su padre siempre fue un monstruo, nunca fue la persona que él debía de admirar o por quien debía de sentir un poco siquiera de respeto, él había hecho cosas muy malas en su juventud y una de ellas había sido comprar a una pequeña de nombre Amelia, hacerla trabajar en aquellos lugares, ¡claro!, después de haber sido él quien disfrutara de una pequeña.Su padre era un monstruo. Pero por otro lado sabía que todo lo que él había logrado, había sido por él, ahora era como estar entre la espada y la pared. No sabía lo que debía de hacer, no sabía si debía de alertar a esa mujer que le había robado la atención o simplemente, dejarlo ser pero claro, él no metería ni un solo dedo en aquellos planes.A Amelia siempre la había visto como una mujer fuerte, una mujer capaz, a
De vuelta en aquel lugar, imponente edificio que lo resguardaba y que lo hacía ser el más poderoso pero no siendo suficiente para él, Alejandro no podía quitarse de la cabeza las palabras del doctor, las palabras Santiago y mucho menos lo que le había dicho Amelia, es que estaba pisando una realidad muy diferente.Ahora se daba cuenta que Natalia estaba esperando un hijo de él, nunca se lo esperó, nunca espero que una mujer fuera capaz de entregar tanto amor a un hombre como él que solo estaba lleno de odio, pero estaba sucediendo, Natalia estaba completamente enamorada de él.Lo que era cierto es que en su vida nunca había imaginado que algo como eso podía pasar, estaba harto de pensar que la felicidad se podía alcanzar, había pasado tanto tiempo y no había logrado hacer lo que él siempre quiso con Santiago, ni siquiera la misma Amelia porque Amelia se había enamorado de Santiago también, solo quedaba un solo paso para dar y que Santiago se arrepintiera de todo.Él l nunca lo iba a o
Cuando escuchó la puerta abrir no dudó un segundo más se levantó con ese aire de grandeza que solo era de él. El momento que él había estado esperando había llegado junto con la presencia de aquella mujer. —La verdad es que pensé que nunca ibas a llegar, Amelia, dime ¿te divertías mucho con Víctor? —preguntó Santiago al momento de saber que Amelia podía estar con ese hombre. Ella solo tenía que aceptarlo de una vez por todas. Él estaba tan enamorado de ella como ella lo estaba de él. ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me esperas? — ¿No te lo he dicho ya?—Es por Víctor, ¿verdad? —Es por él y por cualquier otro hombre, Amelia. Esto no es un juego, el matrimonio no es un juego.—Hasta que por fin coincidimos en algo, Santiago.—No entiendo de qué hablas.—Tienes toda la razón, el matrimonio no es un juego o el casamiento no solo es una boda a la que invitamos a la gente para celebrar nuestra felicidad, una felicidad que puede ser momentánea, ¿no lo crees?En ese momento Santiago pareció preo
Limpiando sus lágrimas, subió hasta la habitación donde Natalia debería de estar, no quería que ella la viera de esa manera quería simplemente darle lo mejor de ella, lo que no le había dado en tanto tiempo. Era cierto que a Natalia no le habían quitado las vendas de los ojos pero eso no implicaba que no pudiera sentir y ella, ya podía saber qué era eso de lo que hablaba la gente que se quedaba ciega. Sus sentidos, el escuchar, el sentido del gusto simplemente el sentido del sentir, se agudizaba.Sin ver a su amiga ya podía saber que era ella, que su energía era más pesada que otras veces, no solo eso había escuchado parte de lo que Amelia había discutido con Santiago.—Natalia, ¿cómo estás? Lo siento tanto, tuve que hacer muchas cosas, andaba para allá y para acá, fui al hospital, tuve que ir a la empresa, en fin...—Tranquila —dijo Natalia al momento que Amelia se aceleraba por hablar —. Tranquila, Amelia. Lo importante es que estás aquí.Amelia sintió que esas palabras le devolvían
Habiendo hablado con el señor Rey un buen rato sobre todo lo que harían para que Santiago por fin se quitara del lugar que según Alejandro le pertenecía a él, solo risas se podían escuchar en ese lugar en el que ya habían compartido más de dos horas y en el que habían bebido por ese mismo tiempo.El señor Rey no podía sentirse más feliz y tranquilo la verdad es que haber encontrado a Alejandro en su camino era a lo mejor que le había pasado justamente en ese momento.—Y bien, ¿cómo es que vamos a empezar todo esto? —preguntó Alejandro queriendo ya saber cómo daría los primeros golpes para encontrar su camino en contra de su medio hermano.El señor Rey solo supo reír un poco. —Por favor no comas ansias, todo esto va a llevar un poco de tiempo si es que en verdad quieres ver a tu medio hermano sufrir un poco de todo lo que te ha hecho.— ¡Por supuesto que quiero verlo sufrir, quiero que se dé cuenta de todo lo que me hizo, quiero que se dé cuenta que así como las cosas buenas llegan tam
TRES MESES DESPUÉSTres meses se habían ido de la manera más rápida para algunos mientras para otros había sido el mismísimo infierno, habían pasado tantas cosas en tan solo tres meses, se podía hablar de la vida de cada uno como si se tratara de una película o de un libro que se estaba escribiendo tal como lo estaba haciendo Bárbara.¿Qué había pasado con Natalia y con Amelia en esos tres meses? No más que decir que parecían muy felices con la llegada de aquel bebé, ni Alejandro volvió a llamar a Natalia, ni ella volvió a buscarlo, ya sabía que él era un hombre libre y que a pesar de haber dicho que algún día iba a estar orgulloso de tener un heredero, ya se daba cuenta Natalia que ese heredero no contaba si venía del vientre de una persona como ella, una persona que tuvo una vida como mujer fácil en un pasado. Amelia había dejado esa vida, la vida donde ella quería ser la más famosa, la que más dinero tuviera, la que más poder tuviera en sus manos pero muy muy tarde se había dado cu
En el estacionamiento ya estaba Santiago abriendo las puertas de su auto para poder ir a toda prisa detrás de la persona que no la había dejado en paz en esos tres meses, no era porque le molestara sentir eso sino le molestaba saberla tan lejos lo estaba matando de la misma manera que ella había llegado para sanar todas sus heridas en el momento en que se declaró completamente enamorado de ella sabiendo que ya estaba casado con Asunción.Pero, ¿qué había de la vida alrededor toda esa gente que bárbara mencionó como los lectores de la historia que había tenido tanto éxito en los últimos tres meses, que había de todos ellos que tan pronto como se lanzó el episodio de ese libro, empezaban a crear teorías, empezaban a crear similitudes entre una historia y la otra? ¿cuál historia? La misma que Facundo había lanzado.Era culpa de un libro que todo eso estuviera pasando, mismos lectores fieles a la historia que se preocupaban por el final, mismos que habiendo leído tanto, habiendo leído las
Amelia no podía seguir esperando en ese lugar, el calor era insoportable, la gente caminaba de un lado a otro, todo era un caos y ya no podía quedarse en ese lugar, no podía esperar más por Víctor ni por nadie, así que importándole poco, tomó las llaves del auto, el celular y su bolsa, y cerrándolo se decidió por una sola cosa. Ella tenía que llegar así sea caminando, tenía que llegar a la empresa de su ex esposo pero aquel pensamiento no le iba a durar por siempre ya que solo fue cuestión de un minuto para que ella se dedicara a cerrar las puertas de su auto, cuando de pronto una de las personas que pasaba ahí que era parte de la manifestación, se dio cuenta de su presencia, ella era la mujer que buscaba.Viéndola un poco más de cerca, había cambiado pero seguía siendo la misma. ella era Amelia. Así que siendo de esa manera, llamó a sus compañeros más cercanos.— ¡Hey, hey, hey ustedes! —gritaron dos hombres.Ella volteó, dándoles la completa mirada. No sabía Amelia qué era eso o que