En el estacionamiento ya estaba Santiago abriendo las puertas de su auto para poder ir a toda prisa detrás de la persona que no la había dejado en paz en esos tres meses, no era porque le molestara sentir eso sino le molestaba saberla tan lejos lo estaba matando de la misma manera que ella había llegado para sanar todas sus heridas en el momento en que se declaró completamente enamorado de ella sabiendo que ya estaba casado con Asunción.Pero, ¿qué había de la vida alrededor toda esa gente que bárbara mencionó como los lectores de la historia que había tenido tanto éxito en los últimos tres meses, que había de todos ellos que tan pronto como se lanzó el episodio de ese libro, empezaban a crear teorías, empezaban a crear similitudes entre una historia y la otra? ¿cuál historia? La misma que Facundo había lanzado.Era culpa de un libro que todo eso estuviera pasando, mismos lectores fieles a la historia que se preocupaban por el final, mismos que habiendo leído tanto, habiendo leído las
Amelia no podía seguir esperando en ese lugar, el calor era insoportable, la gente caminaba de un lado a otro, todo era un caos y ya no podía quedarse en ese lugar, no podía esperar más por Víctor ni por nadie, así que importándole poco, tomó las llaves del auto, el celular y su bolsa, y cerrándolo se decidió por una sola cosa. Ella tenía que llegar así sea caminando, tenía que llegar a la empresa de su ex esposo pero aquel pensamiento no le iba a durar por siempre ya que solo fue cuestión de un minuto para que ella se dedicara a cerrar las puertas de su auto, cuando de pronto una de las personas que pasaba ahí que era parte de la manifestación, se dio cuenta de su presencia, ella era la mujer que buscaba.Viéndola un poco más de cerca, había cambiado pero seguía siendo la misma. ella era Amelia. Así que siendo de esa manera, llamó a sus compañeros más cercanos.— ¡Hey, hey, hey ustedes! —gritaron dos hombres.Ella volteó, dándoles la completa mirada. No sabía Amelia qué era eso o que
Todo se había vuelto un completo caos, la gente corría de un lugar a otro, la manifestación cada según sea hacía más grande y esta vez Víctor, la misma Amelia y Santiago podían comprender qué era lo que estaba pasando el mundo se había vuelto contra ellos y no iban a parar hasta tener Amelia en sus manos.Por un momento perdieron la noción del tiempo y de los metros que seguían corriendo, su única salvación era llegar a una de las empresas.Lo que no sabía Amelia que hasta ese momento su final iba a llegar, había sido una pérdida de tiempo en el momento en que se despidió de Natalia diciendo que volvería más tarde, había sido una total mentira porque quizá Amelia ya no iba a regresar. Con ese pensamiento en mente y ahora viendo a toda la gente enfrente de la empresa de Santiago y tomando todavía su mano, se da cuenta que no había nada qué hacer, la gente ya estaba ahí y parecía estar a punto de cazarla incluso si estaba de la mano de Santiago Marín.Las lágrimas vinieron a su rostro d
SIETE MESES DESPUÉSSiete meses habían pasado desde el momento en que recordaban Amelia siendo acusada, siete meses habían pasado, las cosas no parecían nada claras para ella, siete meses en los que la vida se estaba lleno de las manos de una mujer como ella, no parecía haber justicia para Amelia al contrario, todo mundo parecía estar en su contra como si de alguna manera se hubieran puesto de acuerdo para hacerle la vida imposible.¿Qué decir de esos 7 meses que habían pasado? Podíamos empezar hablando de todos y cada uno de los que estaban envueltos en esta historia. Natalia, tan pronto como ya se enteró de lo que estaba pasando con su amiga, no dudó en venirse abajo, su mundo ya no era el mismo, ya no estaba Alejandro, no estaba Amelia, no había nadie con ella solo ese bebé que llevaba dentro, siempre dándole largas solo le había logrado ver unas cuantas veces pues la gente siempre decía que ella pronto iba a salir de la cárcel solo para resultar que al final, le iban a extender má
Natalia no estaba completamente sola como se podía pensar en un momento, ella se había convertido en la protegida de Santiago sin que Amalia lo supiera por la simple razón de que Santiago sabía que en el momento que supiera que Natalia estaba en su poder, ella iba a empezar a pensar cosas que no debía como que, con Natalia quería retener el amor de Amelia, que no la dejaría ir porque tenía a Natalia, que Amelia le debía algo por el simple hecho de estar con Natalia en su lugar, por supuesto no era nada de eso, todo lo que quería Santiago y sabiendo cuánto Amelia quería a Natalia, fue por la razón que decidió protegerla, invitarla a estar en su casa. Al final Natalia, no había mucho que pudiera hacer por sí sola.A pesar de que el tiempo pasaba, intentaba acostumbrarse a su nueva vida, a la nueva vida que iba a traer al mundo, saber que las cosas ya no iban a ser iguales y que ella no iba a ser una madre como todas las demás, simplemente iba a ser una madre que pudiera escuchar, que pu
Cuando Natalia bajó el celular no supo qué hacer, se estaba acostumbrando a no ver, se había acostumbrado ya a su habitación, sabía dónde estaba cada cosa pero de pronto, todo eso se perdió en esa llamada tan repentina de Alejandro, esa manera de suplicarle que saliera de ahí, ¿qué era todo eso? incluso sabía que Amelia estaba en el reclusorio porque nunca llamó no Simplemente no quería creer que él era el culpable de todo eso, suspirando una vez más y queriendo confiar en Alejandro por primera vez después de tanto tiempo, después de haberla abandonado cuando más lo necesitaba, fue hasta su armario y sacó la pañalera que Santiago anteriormente dijo que había preparado y que había dejado ahí en caso de que en cualquier momento ella fuera a dar a luz.No le importaba nada de ella simplemente su hijo, tomó la pañalera a paso lento y a la vez, queriendo ser lo más veloz salió de la habitación para terminar bajando las escaleras de la gran casa de Santiago. En una de las mansiones má
Llantas que derrapaban contra el pavimento, el parar de un auto que lo hacía en cuestión de segundos, la velocidad alta se había perdido justamente en ese frenar, y todo lo que Natalia podía escuchar es que el auto que se paraba cerca de ella, venía a toda velocidad.De pronto, las puertas del mismo se escucharon y después, lo que para ella era su milagro de vida.—Natalia, Natalia. Me da gusto que estés aquí —escuchó ella mientras su corazón palpitaba mil por hora. —. Vámonos, tenemos que irnos.Y de pronto, todo lo que Natalia pudo sentir fue como la mano de Alejandro tomó la pañalera de su hombro y después, a ella del brazo.Esa era la primera vez que él la veía ciega, después de todo lo que había pasado. Para ese momento, Alejandro no había tenido el valor de ir hasta ella y verla como tal, no después de que ella hubiera entregado su vida por él para que él pudiera vivirla pero no de la manera en que lo estaba haciendo, y que era por la razón que le pedía Alejandro que se
Todo de lo que se podía hablar en ese momento era de la habilidad que tenía Alejandro para ayudar a la mujer que llevaba en su vientre al bebé que para ella fue producto de un amor y para él, el producto de una aventura que no debía de terminar de esa manera.Alejandro se encontraba muy nervioso, en ese lugar sin ningún tipo de ayuda o algo que hiciera más fácil el proceso, Natalia estaba dando a luz a su hijo. Una sonrisa se hizo en su rostro cuando Alejandro comenzó a ver el surgimiento de la vida como tal. De las entrañas de Natalia nacía aquel ser que no tenía la culpa de nada, que no era quien para haber nacido en un momento tan difícil como ese. El final estaba llegando para todos ellos.—Ya nació, Natalia, ya nació, ya nació —dijo finalmente Alejandro mientras mantenía en sus brazos a su bebé, cubierto con su mismo saco.Natalia sonrió. Incluso si sus ojos habían perdido completamente la luz, cualquiera que la viera e ese momento diría que la luz había regresado a ella.—Mi hij