CAPÍTULO 38 AMOR Y VENGANZA

Zahar…

Demoramos al menos dos horas cuando los paramédicos me revisaron completamente. Pusieron una venda elástica en mi tobillo y me dieron analgésicos.

—Traté de tener reposo al menos por un día, mejorará…

Víctor no se despegó de mí, y no pude contactar a Kereem hasta ahora. Además, era su completa culpa.

Después de todo el desastre, dejé que Víctor me dejara en el edificio de la suite, y si no fuera por mi intensa retención de que no subiera, el hombre me hubiese alzado hasta la cama.

Sin embargo, varios de sus hombres me acompañaron hasta la suite, y no fue hasta que entré ayudada por ellos, cuando me dejé caer en el sillón.

Repasé la emboscada y noté en la Tablet los puntos ciegos. Las indicaciones y arreglos que Asad dejó, además de una nota.

“En unas semanas, estaremos entrando en una situación complicada en Riad”

Solté el aire. Iba a ser un completo desastre, y odiaba quedarme aquí.

Me pregunté si Kereem ya había soltado la noticia de su divorcio, o había planificado algo más.
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