Episodio 3

—Date prisa, amigo, porque el tiempo se te está acabando.

—Ya se me ocurrirá una idea, pero te aseguro que voy a recuperarla.

Recosté mi cabeza y por alguna extraña razón al cerrar los ojos podía ver el rostro de Angelina, era hermosa, muy hermosa, pensé y al poner mis manos en mi bolsillo sentí el papel en que había dejado su nota.

Entonces sonreí, sonreí con una idea que se me ocurrió, la buscaría, la buscaría y no solo con la intención de pagarle sus servicios, y ayuda, la contrataría para poner celosa a Mía.

—Ya tengo un plan para recuperar a Mía —esbocé sonriente.

—Vaya que rápido que has pensado amigo, ¿de qué se trata?

—Angelina, encuentra a Angelina, sí, por supuesto que sí, ángel será mi solución, ella me ayudará a recuperar a Mía.

—¡Que! Pero de qué estás hablando, Isaac, ahora sí creo que te volviste loco.

—Ya lo sabrás…

Arturo negó con la cabeza y en menos de lo que pensaba habíamos llegado a mi Penthouse.

—Iré a ducharme, contrata a todo el que sea necesario, necesito encontrarla, ella es mi última carta para recuperar a la mujer que amo.

—Hombre, pero porque a esa ramer… A Angelina, es decir, hay muchas mujeres, hermosas, preparadas y de clase con las que puedes conseguir ese objetivo, y créeme sin pagar una corona.

—No me importa el dinero, la quiero a ella, es especial, es diferente, no importa cuánto me cueste, la necesito a ella.

—Estás loco, verdaderamente loco, porque pagar tanto por una rame… Por ella cuando tienes mejores opciones.

—Te lo dije, es especial, es diferente, y tengo seguridad de que con ella lograré mi objetivo, Mía volverá conmigo. Tú solo encuéntrala —ordené antes de retirarme.

La espalda me ardió un poco con el agua, era solo un buen recuerdo más de esa ardiente mujer a la que debía encontrar, y aquello quedaría en el pasado.

Pensaba en Mía mientras me duchaba, mi plan daría resultados, estaba dispuesto a pagar lo que fuese necesario.

—Estoy listo, ¿tienes alguna novedad Arturo?

—No, aún no, vamos al estudio, ya pedí unas maquillistas para que solucionen ese lío de tu ojo, ya avisé a tu familia que estás bien.

—Bien, vamos…

Habíamos llegado al estudio, me maquillaron lo mejor posible los golpes, di una breve explicación de mi desaparición, mientras respondía las preguntas de los reporteros, imaginaba a ángel mirándome en la televisión.

Terminé esa rueda de prensa y debí reunirme con unos promotores interesados en mi trabajo, Arturo seguía insistiendo en que debía desayunar. Y como siempre podía atender cualquier cosa, menos los consejos de mi amigo y manager, de mi familia.

—Mía, tiene razón, cuando te concentras en el trabajo, no hay quien te detenga, nada parece tener importancia —protestó Arturo mientras salíamos de esa reunión con dirección a otra.

—¿Tienes novedades de ángel? —pregunté ignorando su comentario.

—Aunque creo que ya encontraste en quien fijar tu atención, estoy sorprendido, y no, no tengo información aun de la mujer, por cierto, ¿por qué ángel, no se llamaba Angelina?

—Se llama Angelina, y ángel es el diminutivo que le adapté por obvias razones.

—¿A qué llamas obvias razones? De ángel no tiene nada, es una… tú lo sabes bien, ¿Vas a decir que te encaprichaste con una ramera?

—No digas estupideces Arturo, ya te pedí, pero ahora te exijo que no vuelvas a llamarla ramera.

—Ok, ok, tienes razón, es tu problema, eres tú quien decide con quién se mete, te ofrezco mujeres de verdad, sanas y de clase, pero prefieres a esa. No tiene sentido.

—Amigo, te agradezco tu preocupación, pero yo decido en donde meter mi pene, tú solo dedícate a encontrarla.

—¿Qué pasará con Mía? Porque sinceramente tu interés en esa mujer parece más que solo querer su ayuda para recuperarla.

—Tú sabes que amo a Mía, que llevo meses tratando de recuperarla, ángel me interesa con un propósito, su ayuda es mi único interés.

—¿Y quién te garantiza que ella aceptará? No creo que quiera formar parte de este mundo, donde quiera o no se verá expuesta públicamente al estar a tu lado, ¿Cómo pretendes ocultar su realidad, su procedencia?

—Amigo, tú solo encuéntrala y déjame el resto a mí, ¿Qué sigue en la agenda?.

—Tienes una reunión, después un ensayo y debemos ir a revisar los equipos que pedimos, ¿Isaac no crees que estás exagerando? Déjame encontrar una mujer que cumpla tus expectativas.

Le sonreí, no me interesaba ninguna mujer diferente a Angelina, ella era especial, diferente, ignoré lo que decía y subí al auto, los hombres de seguridad nos custodiaban, cerré los ojos y recosté mi cabeza.

—¿Qué tal va el avance con la nueva canción, ya encontraste la melodía, Isaac?

—Tengo algunas, pero ninguna que me parezca perfecta, esta noche seguro adelanto algo y no te preocupes, la tendré lista antes del concierto.

—¿Cuál es el problema? Las melodías que escuché la última vez, estaban agradables.

—Lo sé, pero no quiero que sean agradables, quiero que sean perfectas.

—Ok, ok amigo, espero que lo logres, nunca nos has decepcionado y sé que esa canción no será la excepción.

—¡Así será! —Dije sin cambiar mi posición.

Habíamos llegado, la reunión con un empresario que deseaba contratar mis servicios para un gran evento, discutimos las condiciones y lo necesario, cambié lo que no me parecía, ellos aceptaron, como último punto les ofrecí una nueva canción, la debutaría en ese concierto.

—¿Estás loco Isaac? El concierto es en dos meses, no tienes una canción para esa fecha, aún no tienes la del próximo concierto y has prometido a esa gente el lanzamiento de una nueva.

Sonreí al ver el rostro de Arturo, él tenía razón, me tomaba al menos 6 meses componer una canción con sus respectivas melodías, las cuales me gustaban que fueran perfectas, pero me sentía diferente, feliz y capaz de poder componer no solo una canción que sería un éxito, también de tener más melodías perfectas.

—Iremos al estudio y después a revisar los nuevos equipos —dije y me subí al auto.

Llamé a mi madre, estaba molesta, pero se le pasaría, mi hermano había sabido mantenerla tranquila, vi las intenciones de Arturo de seguir hablando del tema, y fue lo que hizo inmediatamente dejé la llamada.

—¿Qué fue lo que te dio esa mujer? Isaac, tú no sueles tomar decisiones a la ligera, si incumples tendremos muchos problemas legales, estás poniendo en riesgo tu carrera.

—No te preocupes, te sorprenderé con esa canción y melodía.

—Sorprendido, ya me tienes, te dejaré en el estudio, iré a revisar los equipos y a reunirme con unos promotores, no hagas más tonterías Isaac.

—¡Tú mandas, jefe! —dije sarcástico y salí del auto seguido por dos guardaespaldas—. Espera… Avísame si tienes novedades de Angelina.

—Por supuesto, te avisaré en cuanto sepa algo de la mujer más importante en tu vida.

Negué con la cabeza ante su respuesta sarcástica, llegué al estudio, me senté y empecé a trabajar en el sonido y acordes.

Aquel día se me estaba yendo y a diferencia de otros noté que Mía no había sido mi prioridad, en cuanto me di cuenta de ello le escribí, me disculpé por las flores, no demostré el habitual interés del cual la hacía poseedora, era importante para que fuera creíble al momento de presentar a Ángel como mi nueva conquista.

Había terminado en el estudio y avisé a Arturo que iría a casa, no dudé en preguntar por Angelina, no habían dado con ella, eso no disminuyó mi fe en mis planes.

Una vez en la soledad de mi Penthouse me bebí un trago, hice un poco de ejercicios, me duché y hablé con mi hermano.

Entré a mi estudio en casa, pasé los dedos con suavidad por mi piano, pensé en ella, con los recuerdos de Angelina en mi mente logré la perfección en la melodía que no había podido encontrar hasta ese momento.

Haber recordado el modo en que la había hecho mi mujer, sin dudas había sido una gran inspiración. Intenté trabajar en la nueva canción, para ello decidí pensar en Mía, pero nada se me ocurrió, solo me llenaba de molestia al recordar que se casaría con otro.

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