Ingresó un doctor interrumpiendo lo que era hasta el momento el día más feliz y emotivo de mi vida, no había sentimiento, canción, ni melodía que pudiera describir lo que estaba sintiendo en ese momento.—Sé que son una familia pudiente y lo han demostrado, aun así, es nuestro deber velar por el bienestar de nuestros pacientes, así estos actúen inconscientemente, y argumenten sea bajo su responsabilidad, ambos deben descansar, señorita, le recordamos que debe tener cuidado, podría abrirse los puntos, y usted joven, cuanto más se cuide, más pronto podrá recuperarse y estar con su familia.Estuvimos de acuerdo con el doctor, dejaron a los trillizos en sus cunas, ella me dio un beso de piquito antes de volver a su camilla.Stella dijo que ella y Arturo se quedarían, que se turnarían esos días al igual que la seguridad, los demás irían a casa, había estado 10 horas dormido, bajo la anestesia, nos habían dejado solos, ella empezó a contarme como había sido el parto, no había sentido más qu
La había estado llamando, pero no respondió, Edson me respondió, dijo que estaban bien, ella estaba de verdad molesta, me había llevado tiempo dejar todo listo. Al regresar a casa ella ya había llegado, mi madre y Stella, habían ido conmigo, fui hasta la habitación, donde estaba ella, en compañía de los trillizos.—¿Qué sucede, por qué no me respondías? Si es por lo de la graduación ya lo hablamos, no puedo estar contigo esta vez, no puedes ponerte así.—¿Así cómo? Isaac es algo importante, pensé, creí, yo de verdad deseaba contar contigo, con mi familia, con el padre de mis hijos, no tengo ánimos, no iré.—¿Qué? No, no puedes perderte este día, Angelina, por favor, amor, mírame, no dejes que mi ausencia arruine tus planes.Comencé a explicarle, no quería que se perdiera su graduación, ni arruinar mi sorpresa, me costó, pero logré convencerla.—Mi madre y Stella están aquí, te ayudarán con los trillizos. Por favor ponte hermosa, faltan dos horas.—Está bien Isaac, supongo que esta ve
Mientras me ponía el traje, me miraba al espejo, me encontraba bastante nervioso, ese día finalmente la convertí en mi esposa.Había pasado 8 meses desde que le había propuesto matrimonio a mi ángel. Sin dudas habían sido meses de retos, momentos y vivencias increíbles.El aprendizaje con nuestros hijos, estaban creciendo, eran hermosos, la relación con mi madre había mejorado considerablemente, su ayuda nos sería mucho, estaba tan enamorado de nuestros trillizos.Su relación con Angelina era bastante buena, ver lo buenas amigas en que se habían convertido, sin dudas me llenaba de felicidad, no solo había encontrado a la mujer de mi vida, hecho realidad mi deseo de ser padre, sino que tenía todo lo que deseaba, a mis seres queridos juntos, exito y la solvencia económica para dar a mi familia lo que merecían.—¿Qué tanto piensas hombre? —preguntó Arturo quién era el padrino.—No mucho, solo me siento un poco nervioso, ya sabes, verla en ese vestido blanco, en lo hermosa que seguramente
Empecé a deshacerme de su blusa, ella sonrió al igual que yo al ver sus pechos libres. Dejó caer sobre ellos unas gotas de vino y me pegué a ellos como nuestros hijos solían hacerlo antes de que ella dejara de amamantarlos.Me retiré la ropa y me senté. Sonrió y cerré mis piernas, ella subió sobre mi regazo. La pasión con la que habíamos hecho el amor, nos había dejado agotados, ella seguía sentada sobre mí con su rostro descansando en mi hombro. De ese modo me levanté, la cubrí con mi camisa y nos dirigimos a la habitación allí la deposité delicadamente en la cama ella se acomodó y me asomé a ver a los trillizos, estaban bien, descansando.Volví, me metí a la cama —dejé un beso sobre su silueta y me acosté.En la mañana al despertar su torso estaba sobre mí, al ver su anillo en la mano que descansaba sobre mi pecho sonreí.—Mi esposa —murmuró y ella se despertó.—Si, esposo, hola, ¿que hora es?—7:40 de la mañana ángel.Ella se sentó y se estiró con flojera, me senté y besé su mejill
Me sentía realmente abrumado, terminó el concierto y lo único que deseaba era salir corriendo del lugar, escapar de tanta algarabía.Arturo, mi manager y amigo me sonreía, seguro estaba pensando en invitarme a una de sus fiestas privadas que solía hacer en su lujoso Penthouse.Le devolví la sonrisa mientras pensaba en como escapar del lugar sin ser perseguido por los fans y mi equipo de seguridad.—Mi amigo, mi gran amigo, como todos los anteriores, ha sido un concierto magnífico, mira cuanta gente —dijo Arturo señalando al lugar—. Ven, vamos, voy a presentarte un par de nenas.Sonreí y asentí recibiendo el trago que me ofrecía Arturo. Me alejé y empecé a mirar a mi alrededor, muchas personas se acercaban, bien fuera por un autógrafo o para estrechar mi mano.A mis 27 años me había convertido en el compositor y pianista más famoso del país, especialmente después del escándalo por la ruptura con mi ex prometida, desde entonces no volví a ser el mismo, a pesar de mi fama mundial.Sus ra
—Señor, pero usted debe regresar, no creo que sea conveniente que lo vean conmigo.La miré, acaricié su rostro y la besé de nuevo, la tumbé en la cama y empecé a besar su cuerpo, entre en ella y sus gestos me hacían sentir un placer incomparable.Me miraba y mordía sus labios, por un momento llegué a pensar que fingía, después de todo ese era su trabajo.Comprendí que no cuando sujetó con fuerza las sábanas de la pequeña, pero resistente cama, gimió mi nombre, en un ahogado jadeo, sentí su humedad y me maravillé entonces de sentirme en ella.Terminé en ella y me dejé caer en su vientre, sin salir de su cálida humedad.—Tengo que irme, señor —repitió cuando finalmente pudo hablar.—No, no esta noche, esta noche, eres mía Ángel —dije y la rodeé con mis brazos.Me tumbé al otro lado y le pedí recostarse en mi pecho, ella parecía nerviosa, rocé sus brazos con mis dedos y su piel se erizó, sonreí al ver su pronta reacción al querer huir.Desperté y mis brazos buscaban aquella ardiente muje
—Date prisa, amigo, porque el tiempo se te está acabando.—Ya se me ocurrirá una idea, pero te aseguro que voy a recuperarla.Recosté mi cabeza y por alguna extraña razón al cerrar los ojos podía ver el rostro de Angelina, era hermosa, muy hermosa, pensé y al poner mis manos en mi bolsillo sentí el papel en que había dejado su nota.Entonces sonreí, sonreí con una idea que se me ocurrió, la buscaría, la buscaría y no solo con la intención de pagarle sus servicios, y ayuda, la contrataría para poner celosa a Mía.—Ya tengo un plan para recuperar a Mía —esbocé sonriente.—Vaya que rápido que has pensado amigo, ¿de qué se trata?—Angelina, encuentra a Angelina, sí, por supuesto que sí, ángel será mi solución, ella me ayudará a recuperar a Mía.—¡Que! Pero de qué estás hablando, Isaac, ahora sí creo que te volviste loco.—Ya lo sabrás…Arturo negó con la cabeza y en menos de lo que pensaba habíamos llegado a mi Penthouse.—Iré a ducharme, contrata a todo el que sea necesario, necesito enc
«Donde estás Angelina, donde estás, te necesito, tú puedes ayudarme, no debería estar pensando en ti, pero te necesito, te necesito ángel»pensé mientras me bebía otro trago.Volví a sentarme en el piano, sin ella en mis pensamientos no logré obtener nada más que melodías que me hicieron sentir inconforme con mis habilidades.Debía descansar, salí de esa habitación y saludé a Ingrid, hablé un poco con ella sobre el clima, preguntó si necesitaba algo y dije que no.—Me retiro entonces señor…—Perfecto, que tenga linda noche, Ingrid.—Gracias, señor, y me alegro de tenerlo de vuelta.—¿Tenerme de vuelta, a qué se refiere Ingrid?—Lo veo diferente, más feliz, hacía meses que no sonreía y mucho menos hablaba con nosotros los empleados más allá de lo laboral, además escuché sus melodías y son perfectas a diferencia de las anteriores, no son tristes.—No exagere Ingrid, vaya a descansar…Por supuesto que debía estar feliz, tenía planes para recuperar a la mujer que amaba y mi fe puesta en el