Nos dirigimos a revisar que todo estuviera bien con los equipos, con el personal, el sonido y en especial el piano, nos gustaba hacer eso directamente, nos ahorrábamos tiempo.Nos quedamos con los patrocinadores, disfrutando de las otras actividades, había pasado alrededor de media hora, miraba mi teléfono por minutos, quería que ella estuviera ahí, en primera fila, cuando comenzara mi presentación. Sonreí con amplitud al verlas llegar, ella se apoyaba de la mano de Stella, se veía hermosa, pero su vestido no era el negro que había dicho usaría, aun así se veía más preciosa con el blanco que vestía.No pude esperar a que llegara ante mí, me dirigía a ella, Stella saludó de nuevo y retrocedió dos pasos, ella se sujetó a mi brazo y nos acercamos, la presenté con quienes no lo había hecho antes.—Tengo entendido que es la inspiración, que es el amuleto de nuestra aclamada estrella —dijo el patrocinador y lo interrumpí para aclarar que ella era más que eso—. Siendo ese el caso, puede uste
—¿A dónde carajos nos llevan estas vías, hay algún atajo? —inquiri más preocupado que asustado, no conocía el lugar, no tenía muchas oportunidades, sin embargo seguí intentando ,con lo poco que podía observar de las oscuras carreteras.—Son muy poco transitadas, íbamos a mi finca, no comprendo lo que está pasando —respondió el hombre con voz débil.—Supongo que debe tener un infiltrado en su seguridad, debe ser un intento de secuestro, caray no creo que salgamos librados de esto, si hay un cómplice es seguro que en su finca o al lugar que vamos, estén esperando, ¿tienen recepción?Ambos respondieron que no al unísono, me preguntaba por la suerte de Lucien, Stella y el resto, ellos habían salido primero, pero no había señales, empecé a temer lo peor.—Es mi esposo, a mi esposo le está dando un ataque, mi esposo, no cariño, no te mueras, no me dejes.El desespero con que la mujer le pedía a su esposo no dejarla, me hizo recordar a mi familia, quería conocer a mis hijos, aquellas palabra
Ingresó un doctor interrumpiendo lo que era hasta el momento el día más feliz y emotivo de mi vida, no había sentimiento, canción, ni melodía que pudiera describir lo que estaba sintiendo en ese momento.—Sé que son una familia pudiente y lo han demostrado, aun así, es nuestro deber velar por el bienestar de nuestros pacientes, así estos actúen inconscientemente, y argumenten sea bajo su responsabilidad, ambos deben descansar, señorita, le recordamos que debe tener cuidado, podría abrirse los puntos, y usted joven, cuanto más se cuide, más pronto podrá recuperarse y estar con su familia.Estuvimos de acuerdo con el doctor, dejaron a los trillizos en sus cunas, ella me dio un beso de piquito antes de volver a su camilla.Stella dijo que ella y Arturo se quedarían, que se turnarían esos días al igual que la seguridad, los demás irían a casa, había estado 10 horas dormido, bajo la anestesia, nos habían dejado solos, ella empezó a contarme como había sido el parto, no había sentido más qu
La había estado llamando, pero no respondió, Edson me respondió, dijo que estaban bien, ella estaba de verdad molesta, me había llevado tiempo dejar todo listo. Al regresar a casa ella ya había llegado, mi madre y Stella, habían ido conmigo, fui hasta la habitación, donde estaba ella, en compañía de los trillizos.—¿Qué sucede, por qué no me respondías? Si es por lo de la graduación ya lo hablamos, no puedo estar contigo esta vez, no puedes ponerte así.—¿Así cómo? Isaac es algo importante, pensé, creí, yo de verdad deseaba contar contigo, con mi familia, con el padre de mis hijos, no tengo ánimos, no iré.—¿Qué? No, no puedes perderte este día, Angelina, por favor, amor, mírame, no dejes que mi ausencia arruine tus planes.Comencé a explicarle, no quería que se perdiera su graduación, ni arruinar mi sorpresa, me costó, pero logré convencerla.—Mi madre y Stella están aquí, te ayudarán con los trillizos. Por favor ponte hermosa, faltan dos horas.—Está bien Isaac, supongo que esta ve
Mientras me ponía el traje, me miraba al espejo, me encontraba bastante nervioso, ese día finalmente la convertí en mi esposa.Había pasado 8 meses desde que le había propuesto matrimonio a mi ángel. Sin dudas habían sido meses de retos, momentos y vivencias increíbles.El aprendizaje con nuestros hijos, estaban creciendo, eran hermosos, la relación con mi madre había mejorado considerablemente, su ayuda nos sería mucho, estaba tan enamorado de nuestros trillizos.Su relación con Angelina era bastante buena, ver lo buenas amigas en que se habían convertido, sin dudas me llenaba de felicidad, no solo había encontrado a la mujer de mi vida, hecho realidad mi deseo de ser padre, sino que tenía todo lo que deseaba, a mis seres queridos juntos, exito y la solvencia económica para dar a mi familia lo que merecían.—¿Qué tanto piensas hombre? —preguntó Arturo quién era el padrino.—No mucho, solo me siento un poco nervioso, ya sabes, verla en ese vestido blanco, en lo hermosa que seguramente
Empecé a deshacerme de su blusa, ella sonrió al igual que yo al ver sus pechos libres. Dejó caer sobre ellos unas gotas de vino y me pegué a ellos como nuestros hijos solían hacerlo antes de que ella dejara de amamantarlos.Me retiré la ropa y me senté. Sonrió y cerré mis piernas, ella subió sobre mi regazo. La pasión con la que habíamos hecho el amor, nos había dejado agotados, ella seguía sentada sobre mí con su rostro descansando en mi hombro. De ese modo me levanté, la cubrí con mi camisa y nos dirigimos a la habitación allí la deposité delicadamente en la cama ella se acomodó y me asomé a ver a los trillizos, estaban bien, descansando.Volví, me metí a la cama —dejé un beso sobre su silueta y me acosté.En la mañana al despertar su torso estaba sobre mí, al ver su anillo en la mano que descansaba sobre mi pecho sonreí.—Mi esposa —murmuró y ella se despertó.—Si, esposo, hola, ¿que hora es?—7:40 de la mañana ángel.Ella se sentó y se estiró con flojera, me senté y besé su mejill
Me sentía realmente abrumado, terminó el concierto y lo único que deseaba era salir corriendo del lugar, escapar de tanta algarabía.Arturo, mi manager y amigo me sonreía, seguro estaba pensando en invitarme a una de sus fiestas privadas que solía hacer en su lujoso Penthouse.Le devolví la sonrisa mientras pensaba en como escapar del lugar sin ser perseguido por los fans y mi equipo de seguridad.—Mi amigo, mi gran amigo, como todos los anteriores, ha sido un concierto magnífico, mira cuanta gente —dijo Arturo señalando al lugar—. Ven, vamos, voy a presentarte un par de nenas.Sonreí y asentí recibiendo el trago que me ofrecía Arturo. Me alejé y empecé a mirar a mi alrededor, muchas personas se acercaban, bien fuera por un autógrafo o para estrechar mi mano.A mis 27 años me había convertido en el compositor y pianista más famoso del país, especialmente después del escándalo por la ruptura con mi ex prometida, desde entonces no volví a ser el mismo, a pesar de mi fama mundial.Sus ra
—Señor, pero usted debe regresar, no creo que sea conveniente que lo vean conmigo.La miré, acaricié su rostro y la besé de nuevo, la tumbé en la cama y empecé a besar su cuerpo, entre en ella y sus gestos me hacían sentir un placer incomparable.Me miraba y mordía sus labios, por un momento llegué a pensar que fingía, después de todo ese era su trabajo.Comprendí que no cuando sujetó con fuerza las sábanas de la pequeña, pero resistente cama, gimió mi nombre, en un ahogado jadeo, sentí su humedad y me maravillé entonces de sentirme en ella.Terminé en ella y me dejé caer en su vientre, sin salir de su cálida humedad.—Tengo que irme, señor —repitió cuando finalmente pudo hablar.—No, no esta noche, esta noche, eres mía Ángel —dije y la rodeé con mis brazos.Me tumbé al otro lado y le pedí recostarse en mi pecho, ella parecía nerviosa, rocé sus brazos con mis dedos y su piel se erizó, sonreí al ver su pronta reacción al querer huir.Desperté y mis brazos buscaban aquella ardiente muje