—No, no hablarás en serio, mira, le pedí a uno de los hombres hacerse pasar por un cliente, la tiene en el estudio, ¿Isaac puedes ir a verificar que se trate de ella?
—Si, si hablo en serio y lo sabes, iré de inmediato, ¿le indicaste a ese tipo que no la tocara?—No te pongas celoso, nadie tocará a tu rame… A tu Angelina, claro, además de la decena de hombres que debe atender a diario.—No digas idioteces, Arturo, cuentas con menos 100 coronas, gracias, iré ahora mismo al estudio, y por cierto, no debiste mencionarle nada a mi madre, no vuelvas a mencionar nada, ni a ella ni a nadie, mis planes deben salir perfectos y ya les he dicho que salgo con alguien.—Estás loco, muy loco mi amigo, pero eres el jefe, como ordenes, solo ten presente que tu madre no es tonta.Dejé la llamada, me puse algo cómodo y como si no pudiera esperar una hora prudente, entré a la habitación de mi hermano por las llaves de su auto.—¿A dónde vas Isaac? —preguntó somnoliento—. ¿Vas a ver de nuevo a la mujer misteriosa?—¡Así es! Regreso en un par de horas —respondí emocionado.Lucien siguió haciéndome preguntas que ignoré, y salí con cuidado de no despertar a mamá, pero con rapidez, abordé su auto y conduje con una felicidad que no comprendía. El solo hecho de pensar que la había encontrado, me hizo titubear algunas letras para la canción, era muy fácil cuando pensaba en ella.Desesperado porque no podía excederme con la velocidad, si no quería ser detenido por las autoridades y quedar en medio de un escándalo, conduje a la velocidad prudente, pero con muchas ansias de llegar al estudio.A llegar ahí saludé con la cabeza a uno de los hombres de seguridad, entre y marqué el número del piso correspondiente en el ascensor, me frotaba las manos de la emoción, el solo imaginar volver a verla, me ponía nervioso y no lo entendía.Atribuí mis nervios a pensar en que rechazara mi propuesta, cuando finalmente había llegado al estudio suspiré y abrí la puerta con entusiasmo.No había ninguna mujer y sin saludar a los hombres presentes, pregunté dónde se encontraba, me dijeron que había entrado al baño, sonreí y murmuré su nombre “Ángel”.Empecé a caminar de un lado a otro a la espera de que la mujer saliera del baño.—¿A que hora es que llega aquel hombre? —escuché una voz decir y me giré, quedando así completamente decepcionado, al ver a la mujer y comprender que no se trataba de Angelina.Quedé decepcionado y sorprendido, me pregunté quién había sido el idiota que había confundido a mi Ángel con aquella mujer, ciertamente era una mujer simpática, pero no se comparaba en nada con Ángel.La mujer se acercó y con poca educación me preguntó para qué la necesitaba, ni siquiera me reconocía, asumió que era un empresario en busca de servicio, le hice preguntas con respecto a Angelina y dijo no conocer a nadie que se llamara Angelina en aquellas calles.Me costaba creer que no la hubiera encontrado, yo sabía perfectamente a qué se dedicaba y no era que me negara a aceptarlo, porque bien que sabía la diferencia entre una ramera y una acompañante y no me importaba en realidad a que se dedicara, la necesitaba a ella.La mujer argumentó que no la conocía, que ella llevaba alrededor de 3 años en aquellas calles, que las conocía a todas, que no había ninguna Angelina, ni en su nombre, ni con su descripción, pensé entonces que posiblemente me había mentido, que no se llamaba así, la mujer decía que incluso con su descripción no era una mujer de esas calles.Me sentí confundido, se la describí varias veces y volví a insistir con la pregunta, hasta que la mujer pareció cansarse de no tener una respuesta, y de mi insistencia, me preguntó de nuevo para qué la necesitaba, que la estaba haciendo perder el tiempo y clientes.Saqué 3000 coronas y las pagué a la mujer, ordené a los hombres llevarnos al lugar de trabajo de la mujer, iría con ellos para verificar por mi propia cuenta de que Angelina no estuviera en el lugar, antes me disfracé, pedí a uno de los hombres de seguridad uno de sus uniformes para pasar desapercibido.Después de dos horas de caminar cabizbajo por el lugar tratando de no ser identificado, y sin obtener ninguna respuesta ni pista que me indicara Ángel trabajaba en aquellas calles, me sentía abrumado y decepcionado.«¿En dónde estás Ángel? ¿Por qué no apareces? Dame una señal, te necesito»Había buscado un poco más en compañía de los hombres, tres horas de búsqueda que habían terminado en una completa decepción, pero no estaba dispuesto a darme por vencido, la buscaría un poco más antes de asumir mi derrota.Regresé al estudio para cambiarme y poder regresar en el auto de mi hermano a casa, quería hacerlo antes de que el tráfico aumentara y que pudieran reconocerme, y terminar en un bochornoso momento, de todos modos los hombres decidieron custodiarme hasta la casa.Esa mañana en casa de mi familia tuve que evadir a toda costa el hablar de Angelina y dar una explicación de por qué había salido tan temprano, después regresé a casa, así comenzó una rutina en donde todo parecía y para atrás.Habían pasado los días y me mantenía en pésimo estado de ánimo al no saber nada de Angelina, al creer que mis planes no resultarían, que perdería a Mía, Arturo se había ofrecido ayudarme haciendo un casting para que se lesionara una mujer, que cumpliera mi objetivo, pero no me interesaba ninguna otra que no fuera Angelina, por lo que decliné sus estrategias, consejos e ideas.No había importado cuánto le hubiera buscado, cuánto Arturo hubiera movido sus influencias, cuánto hubiera ido aquellas calles y contratado un investigador privado, nada había resultado y aquello me había borrado la felicidad que en aquellos días logré tener, no solo había perdido la esperanza sino también la motivación, la inspiración que necesitaba para poder componer aquella canción que había prometido, mis melodías eran pésimas, no lograba ninguna perfecta.Había pasado todo ese tiempo fingiéndole a mi familia, y mintiéndoles, diciendo que en cualquier momento les presentaría a la mujer hermosa de la cual les había hablado, aunque había perdido las esperanzas, tenía la opción de seleccionar una de esas tantas mujeres que Arturo solía presentarme, pero que no llamaban mi atención en lo absoluto, como si la suerte me acompañara, el matrimonio de Mía fue pospuesto para dos meses más adelante.Era un viernes, 6 de la tarde y el concierto había comenzado, Arturo se había encargado de que todo luciera a la perfección como siempre, y en efecto y gracias a que logré tener la melodía perfecta para mi canción antes de perder las esperanzas en encontrar a Angelina todo había salido perfecto, el público, los promotores y todos aquellos presentes habían amado la canción y la presentación.Mientras desde una esquina miraba a mi madre parlotear con sus amistades, Arturo presumir de lo bueno que había sido el concierto, a mi hermano en una aparente discusión con su esposa, yo sostenía un trago en mi mano preguntándome si Angelina había visto mi concierto.—Hola Isaac, gran concierto —saludó Mía.—Hola Mía, gracias, ¿Cómo estás?—Bien, Isaac, me preguntaba si estás disponible para la fecha de mi boda, mi prometido y yo queremos contratar tus servicios.La miré asombrado, me preguntaba por qué seguía tratando de recuperarla, no parecía importarle en lo más mínimo que aún la amara, ella era la razón por la que buscaba a Angelina, o eso era lo que intentaba creer, a ese punto había tenido pensamientos de que era personal.—Pregúntale a Arturo, él es quien maneja mi agenda —dije con disgusto, dejé mi copa y me retiré.Ella intentó detenerme, pero hice caso omiso, me acerqué a Arturo y le dije que me iría a casa, insistió en que me quedara, preguntó si era que me iba a escapar de nuevo, y le dije que no, que no me sentía de buen ánimo, que le preguntara a Mía cuál era la razón, le pedí despedirme de mi familia. Salí antes de que Arturo lograra insistir.—¿A dónde vamos, señor? —preguntó Edson.—A casa y sin guardaespaldas, por favor.Edson le pidió al equipo de seguridad quedarse, sabía que eso molestaría a mi familia y manager, pero no tenía intenciones de llamar la atención.Íbamos camino a casa y decidí pedirle a Edson que se desviará el trayecto para buscar a Angelina en aquellas calles por una última vez.—¿Trajo usted el uniforme extra que le pedí? —pregunté.Edson asintió y me pasó el uniforme, me cambié pareciendo así un chofer, habíamos ido aquellas calles y revisamos y no encontramos Angelina, volvimos al auto y en el trayecto observé un bar, le pedí a Edson detenerse en ese lugar, necesitaba un trago y no quería hacerlo en la soledad de mi casa.—Señor, pero no es un lugar seguro para usted…—No le pregunté si es o no seguro, le ordené detenerse Edson, usted me acompañará y nada de esto a Arturo o a mi familia.—Como ordené señor…Habíamos entrado al lugar y después de un par de minutos allí, me aburrí y pretendía marcharme, me tropecé con alguien mientras intentaba salir.—Lo siento, señorita —dije y me agaché a recoger su cartera.—Hola, señor, ¿me está usted siguiendo?Esbocé una amplia sonrisa al reconocer su voz, al ver a la mujer frente a m
—No vuelvas a decirlo —dije en voz alta—. Lo siento, es un tema que me molesta, bien, seré sincero contigo Ángel, quiero que finjas ser mi nueva conquista porque quiero recuperar a Mía.Me miró sorprendida, hizo un gesto de sorpresa bastante extraño.—Mi nombre es Angelina y si puede ordenar que detengan el auto se lo agradezco —dijo con evidente molestia.Ordené a Edson detenerse y salir del auto, ella insistió en que la dejara salir, me negué argumentando que le pagaría lo que fuera necesario.—Piénsalo bien Ángel, yo me haré cargo de todo, tú solo debes estar a mi lado, aparecer a mi lado y fingirte enamorada, no es gran cosa, además te librarás de tus clientes locos, te pagaré muy bien, lo prometo.—Mi nombre es Angelina, y su propuesta no me interesa, señor.—¿Por qué no? Ángel, ni siquiera sabes cuanto estoy dispuesto a pagarte.—Tiene razón, soy una tonta, no sé por qué pensé que era especial, no veo por qué no pueda aceptar, será solo un cliente más, después de todo no tengo q
—No digas tonterías, amo a Mía, mi único Objetivo es recuperarla, ¿Arturo lo entiendes ahora? Ángel es tan hermosa, tan única y diferente que Mía se sentirá celosa de inmediato.—No será la única que estará celosa.—¿Qué quieres decir, Arturo?—Nada, amigo, me iré, estaré pendiente a conocer al Ángel en mejores atuendos, me pondré en contacto con el zalamero de Harry, hará arder las redes, le pediré difundir un rumor de tu nueva conquista.—Me parece buena idea —dije y se despidió con una risa burlona mientras echaba ojos al interior.Negué con la cabeza, bebí agua de la botella y miré también al interior, suspiré e ingresé.—Hola Ingrid, ¿sabe usted dónde está la señorita Angelina?—La señorita está en la cocina, señor.Agradecí y me dirigí a la cocina.—Hola Ángel, ¿Qué haces ahí?—Lo siento, señor, la señorita no me permitió prepararle el desayuno.—Está bien, si ella lo prefirió de ese modo está bien, Anita.—¿Tú no desayunas? —preguntó y me alegró que me tuteara.—No, no suelo de
Además, era el lugar favorito de Mía, la manera en que la asesora nos miraba me daba la impresión de que la noticia llegaría a oídos de Mía antes de lo que imaginaba.—Señor, disculpe… Señor, no nos queda en la talla que indicó —interrumpió la asesora.—Lo siento, era necesario —susurré en sus labios.Sus ojos cerrados me tentaron a besarla de nuevo y no me detuve ignorando la presencia de la asesora.—Creo que ya no es necesario, señor. Usaré este vestido, ¿a dónde iremos ahora?—¿Tienes planes? —cuestioné con la intención de hacerla parte de mi rutina esa tarde.—No, no tengo planes, por suerte no tengo clases este mes, y no tenía ningún cliente para hoy.—Y no los tendrás por mucho tiempo. Es decir, no mientras trabajes para mí.—No tienes que decirlo Isaac.—Ángel, quiero que tengas claro que tu vida cambiará mucho y me disculpo por eso, este medio no es muy sano, pero valdrá la pena, te pagaré muy bien y yo, yo podre recuperarla.—Ah, sí, no te preocupes, no tengo problemas, no m
—Lo sé, no tienes que explicarlo Isaac, esto es una locura, pero de algún modo debe ser lindo que alguien luche por ti, aunque no sea la manera correcta.—¿Tienes un mejor plan que sugerirme Ángel?—Hablar con ella, ser honesto al respecto, expresar tus sentimientos, o tal vez aceptar que no funcionó y fijar tu interés en alguien más.Me molestó lo que sugirió, ya lo había intentado todo; sin embargo, nos quedamos mirando sin decir nada.—Ya he intentado más de lo que crees, amo a Mía, esta es la manera correcta, Ángel, solo necesito que se dé cuenta de sus sentimientos, esto despertará sus celos y sabrá que aún me ama, nos daremos una oportunidad, tú obtendrás el dinero y yo, yo a la mujer que amo.—De acuerdo, yo estoy lista, Isaac, me dijiste que solo Arturo sabe la verdad, supongo debo fingir delante del resto, ¿estás seguro de que no hay más excepciones?—No, no las hay, debemos fingir estar enamorados, para esto las demostraciones de cariño, contacto físico y trato especial, ser
—No digas idioteces, Isaac no engaño a mi esposa, es solo que… Tengo algunos gustos, Nedin no se atreve y tengo que buscar estos servicios, ¿pero tú? ¿Isaac que te traes con esa mujer?—Me gusta, tenemos una relación, la conocí por un fan, tuvimos química y bien, estamos viendo que surge, antes de que digas algo, no me importa que sea una acompañante fetichista.—Creo que alguien sí le va a importar —dijo y me señaló con sus ojos.Caminé con prisa al ver a mi madre parada frente a Ángel.—Hola madre, ¿Cómo estás? Ella es Angelina, ¿ya se han presentado?—Con que esta es la mujer —dijo y empezó a Analizarla de arriba abajo con su mirada.—Si madre, ella es Angelina, mi hermoso Ángel —dije y la besé.Estaba tensa, nerviosa, sujeté su mano y se resguardó en mi brazo.—Hola señora, es un gusto conocerla.—Me gustaría decir lo mismo, pero te mentiría, hijo, debiste avisar que venías y que sumarias a una invitada más, no lo sabía e invité a Mía, viene con su prometido.—¿Qué hiciste que, ma
Saludó y se unió al plan que había surgido de imprevisto para mi madre, nos sentamos, la mesa estaba puesta, no pude evitar mirar a Mía en cada oportunidad.—Disimula, estás dejando a Ángel en ridículo, no mires tanto a Mía, tus planes no están funcionando, Ángel se está esforzando, pero no estás ayudando mucho Isaac —me susurró Arturo.—¡Maldición! No puedo, no está funcionando, me molesta su descaro, no le afecta en nada, no está saliendo como creí.—No, ella no te quiere Isaac, date cuenta, le satisface saber que aún le perteneces, que sigues enamorado de ella, debes de demostrar que no es así o por lo menos finge, Ángel está haciendo su parte, su trabajo, síguele la corriente.Decidí hacerle caso a Arturo, me giré para mirar a Ángel, me sonrió y su sonrisa me calmó, suspiré profundo y sonreí.—Eres hermosa —le dije sin que estuviera fingiendo, acaricié su mejilla y besé su nariz.—¿Y a que te dedicas Angelina? —cuestionó Mía.Pude notar que mi cambio de actitud había llamado su at
Ella no se opuso, pero mi intención de sacarla del lugar fue interrumpida por mi madre, quien desde la distancia gritó mi nombre y nos pidió acércarnos, irnos en ese momento no sería conveniente, lo pensé y supe que sería tomado de mala manera, especialmente por Mía, asumiría que lo hacía por ella, como se lo había demostrado hasta el momento era ella mi prioridad, suspiré y decidí que nos quedaríamos.Nos acercamos con el resto, se reían de algo que no me causó gracia, hablaban de asuntos que no eran de mi interés, que a todos parecían parecerles graciosos e interesantes, incluso a Ángel, la miraba y me sentía molesto. No comprendía por qué me molestaba tanto el que me hubiera confirmado lo de ese tipo, tal vez era porque fingía tan bien que incluso había llegado a creer que le interesaba, aunque me negaba a aceptarlo, al descubrir que no era de ese modo, sentía una irritación que no lograba explicarme.Mi madre propuso jugar algunos juegos, hacer actividades y lo hicimos, intenté ol