Ukara camino solo unos segundos, siguiendo la energía concentrada de brujos que cerca suyo había, hasta que al fin diviso lo que parecía ser un grupo de acampe.— Brujo. — un hombre de clara apariencia oriental lo llamo y a Ukara solo le basto con tenerlo cerca para saber que era un cazador.— ¿Sí? — indago sorprendido que no quisiera atacarlo.— No te había visto con los otros, es más, creo no haberte visto nunca. — Ukara no sabía que hacer o decir, estaba perdido, no era débil, pero con lo referente a pensar rápido, no se le daba bien, además que era un pésimo mentiroso.— Yo…— ¿Sabes que los cazadores tenemos poderes? — dijo casi en un susurro el hombre.— Sí, claro que lo se. — de manera inconsciente Ukara dio un paso atrás, y el cazador dio dos, antes de tomarlo del cuello.— ¿Sabes quién soy? — murmuro a un palmo de distancia de su rostro y haciendo que la espalda del brujo chocara con el tronco de un árbol.— Un cazador. — el cazador lo vio casi con pena, antes de liberarlo.—
Nuriel sentía la desesperación de Kalila como propia y como no hacerlo si era su compañera la que estaba petrificada por el miedo que la recorría. Fue por ello que sin pensarlo dejo salir su poder, casi al completo, como una extensión del mismo sol, abrió sus alas mientras se dejaba ver en el cielo azul, el fuego broto de él, más que haciendo retroceder a la niebla purpura que había en el prado, parecía que la consumía, como si esa niebla fuera algun tipo de gas, entonces, sus ojos siempre agudos, divisaron a los tres descendientes de la luna, los cuales simplemente se materializaron en mitad del prado, dejando en claro que pronto serian consumidos por su gran poder, algo que lo aturdió, de tal forma que solo pudo ver con horror sus figuras, a sabiendas que cuando ellos perecieran, su destino también lo haría, pero nada podía hacer, el fuego ya había sido liberado, pero entonces, un milagro se materializó, una gran pared de agua que pronto se convirtió en hielo, se interpuso en el cam
Kalila caminaba de la mano de su madre, Chloe, conocida como la luna única, ya que era la primer luna que tenía tres compañeros destinados, Vito un vampiro, Dante un brujo y Kek el Alpha, los tres eran primos y descendientes de la luna cambiante Aysel, por lo que eran los lideres del pueblo, uno de los tantos que existía oculto aun a los ojos de los humanos, aunque en sus tierras si había humanos, como Chloe y otros que tenían a sus compañeros destinados allí.— Mami, ¿Por qué no tengo colmillos? — pregunto la niña al tiempo que ingresaban en su hogar, la gran casa del Alpha.— Porque no eres un vampiro.— Mi cabello es negro, eso quiere decir que no soy bruja. — dedujo la pequeña que sabía que todo aquel que tuviera su cabello blanco era un brujo.— Así es. — respondió su madre comprendiendo a lo que venía las preguntas de la niña que estaba a punto de comenzar el kínder. — Ven tomemos un poco de té. — le pidió, pero solo para ganar tiempo, debía ser honesta con la pequeña, no quería
Los días pasaron, al igual que los meses, Kalila creció aprendiendo a no enojarse, mucho menos a pelear sin importar que le dijeran los pequeños del pueblo, y es que aun con 5 años había ocasiones que su olor a pimienta, aroma típico de los cazadores, despertaba el lado salvaje de los habitantes, pero Kalila era solo una niña, ansiosa de tener amigos, en especial un vampiro de 8 años, llamado Declan, la niña lo había visto un par de veces en el pueblo, le gustaba su cabello rubio y sus ojos azules brillantes, se podría decir que la pequeña humana sentía un pequeño enamoramiento por el niño vampiro.Fue una tarde que Chloe la llevo al parque, donde vio a Declan con sus dos amigos, Tahiel un niño lobo un año menor que Declan y Ukara, un brujo de su misma edad, los tres a pesar de ser niños eran hábiles, Tahiel ya se podía transformar en lobo, y era muy grande cuando eso sucedía, no parecía un cachorro, mientras Ukara manejaba el aire, creaba remolinos que Declan esquivaba con gran facil
El cazador tenía todo organizado, había encontrado un hechizo con el cual bloquear las premoniciones de Kek, y lo uso sin pensarlo, dejo al lobo bajo un conjuro que no le permitiría ver el futuro de su hija, ni a corto o largo plazo, podían atacar el pueblo cuando ellos quisieran, sin embargo, esas cuatro palabras de su hija, lo desarmaron por completo, Kalila había dado en el punto débil del cazador, ella misma y su amor, Asher hizo retroceder a su gente y la niña vio con asombro cuantas personas había a su alrededor escondidos entre los árboles, si ella no hubiera encontrado a su padre ese día… muchos hubieran muerto.— ¡Kalila! — Vito fue el primero en llegar a su lado y tomarla en sus brazos, seguido del lobo de Kek, quien había derribado dos árboles en su camino, mientras Dante, se materializaba a su lado gracias a un rayo, su elemento, aun preguntándose, ¿Por qué no había podido retroceder el tiempo? si nadie había sido reclamado, ese era otro poder del brujo a quien lo conocían
Kalila la nombro su madre, la más querida, ese fue el nombre que la luna única Chloe escogió para su primogénita, un nombre que para toda la familia era ideal para la niña, pero que con el tiempo perdería sentido para su portadora.Kalila salió de su casa, como cada día, con una sonrisa, aunque sus padres estaban preocupados, hacia dos días que la joven había cumplido 18 años y no quiso festejarlo, siempre viajaban a las tierras de la luna cambiante Aysel, donde Kalila se divertía con la familia de sus tres padres, pero ese año no tenía ganas de hacerlo, pero la felicidad que no sintió para su cumpleaños, la sentía ahora, lo que casi no la dejo dormir en toda la noche, era el hecho de que era su último día de instituto, el último día de su infierno personal, al fin se iría de vacaciones a las tierras de la luna cambiante, Aysel, y luego a la universidad, en otro pueblo, uno donde no sabían de la existencia de los seres sobre naturales, Kalila al fin estaría solo con humanos, le dolerí
Declan la recorrió de pies a cabeza, había algo en ella que siempre lo inquieto, odiaba sentirse así, su rostro de niña buena era lo que más odiaba este vampiro, pensando que Kalila sería la perdición de todos, que los hijos de la luna aceptaran a una cazadora entre ellos, era inaceptable, más si esta se podía camuflar como una blanca ovejita, sin pensarlo más, arremetió contra ella, sorprendiéndose al distinguir la débil barrera de Kalila, y es que él era un vampiro, no necesito tomar más empuje, solo la penetro, sin compasión, porque eso se le había enseñado, eso llevaba gravado en su genética de guerrero, a los cazadores no se les tiene piedad, y él no la tendría con Kalila, no había placer en su rostro, solo odio, mientras Kalila solo podía llorar, su boca estaba cerrada, era lo que Declan quería, estaba bajo su poder, y aunque podía sentir como algo en su cabeza le ordenaba dejar de llorar no podía, sus lágrimas cayeron, sin descanso, incluso cuando el vampiro salió de ella, para
La noche paso, y los jóvenes esperaron en el bosque, pero su muerte no llego, inclusive tuvieron el valor de presentarse en el velorio de sus padres y Jana, donde encontraron a los lideres y la luna única, se notaban nerviosos, y Chloe aún peor, pero no demostraban más que pesar, como si no supieran lo que le habían hecho a su única hija.— Ustedes fueron los últimos en estar con Jana. — dijo una voz profunda, era Vito, el vampiro que tenía el poder de traspasar cualquier cosa sólida, como si de un fantasma se tratara.— Sí, estábamos… en el bosque y ella salió corriendo…— la voz de Ukara se volvía aguda de a momentos, recordar el rostro dolido de su media alma le dolía incluso más que su muerte.— No quiero revivir tu dolor, solo busco a mi hija. — explico el vampiro.— ¿Qué? — dijo sorprendido Tahiel.— Desapareció anoche, no fue al baile como nos dijo, nos mintió. — los ojos de Vito se tornaron rojos de furia. — Sabemos que es su amiga.— ¿Cómo? — Declan no quería preguntar ¿Cómo s