Las carcajadas de Nuriel interrumpieron el relato.— No sé con qué seres pudiste encontrarte, pero estoy seguro de que no fueron demonios, es imposible. — dijo el fénix aun sonriendo de forma burlesca.— Puede que tengas razón, pero ellos se presentaron de esa forma, Fegor, es el joven que estaba en esa estancia o establo donde Asher torturaba a los de nuestra especie y, luego en el bosque se le unió una tal Belbú, ella era una mujer joven y se presentó como su hermana, aunque eran diferentes, como quien comparase a Ukara y a mí. — concluyo Tahiel, pues Ukara era peliblanco, de tez tan blanca como un copo de nieve, mientras el lobo era moreno, de cabello castaño y un poco largo, entonces la sonrisa de Nuriel se desvaneció.— Eso es… imposible. — murmuro con rostro preocupado y fue cuando llevo sus ojos a Ukara. — ¿Tú también te encontraste con ellos?— No. — respondió el brujo. — Si bien al igual que Tahiel era un hombre y una mujer los que se presentaron ante mí, y me reclamaron el e
Kalila no perdió tiempo y apenas la puerta se cerró tras Ikigaí, la joven se marchó a su cuarto, estaba agotada, pero más que eso, su cabeza martillaba.— Quizás y nuestro padre puede unirse a nuestra madre y a esos tres seres. — el comentario de Kiriko resonando solo en su mente la hizo detener a mitad de su cuarto.— ¿Estas loca? — pregunto casi incrédula, si no fuera porque comenzaba a sentir las emociones de Kiriko, sin quererlo o desearlo, se estaban fusionando.— No, pero escuchaste a Tahiel, Asher si ama a Chloe…— No, detente, no crees falsos escenarios en tu mente, lo que Asher hizo…— ¿Qué? ¿Qué hizo de malo? ¿casarse con Chloe? ¿embarazarla? Dime Humana, ¿Qué hizo de malo Asher, ahora que sabes que no fue él quien la golpeo hasta casi matarla? — la cazadora no lo podía evitar, pudiese ser que no viviera con Asher, que casi no lo conociera, pero era su padre y ante sus ojos era su dios.— Le mintió Kiriko, Asher la engaño, le oculto lo que era y a lo que se dedicaba, nuestro
Ukara ingreso en el cuarto de Kalila, sus ojos vagaron por el lugar, pues era la primera vez que estaba en ese cuarto, mientras la humana se sentó con las piernas cruzadas sobre la gran cama y le hizo una seña al brujo para que la acompañara.— Tu cama sí que es grande. — fue lo primero que el brujo dijo.— Supongo que Ikigaí la hizo de este tamaño por Nuriel. — rebatió de forma distraída y los ojos de Ukara centellaron.— No creo que el fénix necesite una cama para hacerte suya, ya nos dio una idea de que puede tomarte en cualquier lugar. — las mejillas de Kalila enrojecieron, mientras Kiriko susurraba en su mente que el brujo estaba celoso.— Creo que nunca le pedí a Nuriel que se disculpara con ustedes por hacer eso. — murmuro de pronto acalorada, pues solo ahora tenía pequeños destellos de lo que había sido el primer encuentro entre el fénix y ella.— Creo que debería pedirte disculpas a ti, por exponerte de esa forma. — Kalila fijo sus ojos en el brujo y de pronto el olor a pimie
Kalila no comprendía lo que esa alucinación o transportación significaba, pero sin lugar a duda era algo importante, que debía hablar con Ikigaí, o eso pensaba, después de todo, fue él quien la rescato la primera vez que estuvo en un sitio como ese. Pero grande fue su sorpresa cuando al abrir los ojos no se encontró solo con Ukara a su lado, en su cuarto también estaba Tahiel y Declan, este último estaba sentado a su lado, tomando su mano en lo que rápidamente Kalila comprendió que le estaba tomando el pulso, si, nada mejor que un vampiro para ello.— ¿Qué? ¿Qué hacen aquí? — pregunto con voz temblorosa a causa de la vergüenza, mientras cubría aún más su pecho, comprobando que alguien, que esperaba fuera Ukara, la había cubierto con una sábana.— ¿Qué hacemos aquí? — pregunto con molestia Tahiel y un poco de incredulidad.— ¿Qué te hizo este idiota? — consulto Declan con los ojos rojos y fijos en ella, pero Kalila estaba segura de que el vampiro queria golpear a Ukara.— No tengo porq
Kalila trataba de recordar algun rostro, algo que le indicara que todo lo que había visto solo era un recuerdo fugaz de su reciente muerte, pero algo dentro de ella le decía que no era el caso.— ¿En verdad, solo te sentaras a beber café luego de follar con Ukara? — la voz molesta de Declan la saco de sus cavilaciones.— ¿Disculpa? — la pregunta de Kalila, salió incluso antes que Ukara dejara salir su enfado. — ¿Quién te crees que eres para reclamar algo? — podía simular ser valiente, pero la verdad era que todos olían su vergüenza y eso tranquilizo a Declan.— No te estoy reclamando. — se obligó a decir el vampiro, porque veía los ojos celestes de Kalila y la respiración se le escapaba, era hermosa, con ojos celestes, con ojos cafés, malditamente toda ella era hermosa. — Solo temía que Kiriko te obligara a … — ¿follar con Ukara? En verdad diría eso, cuando bien sabía que la cazadora y el lobo habían estado juntos y sin embargo guardo silencio, ¿Qué era lo que lo enfadaba? Lo sabía, D
Kalila dejo de prestar atención a su entorno en el momento que Kiriko le mostro donde y que había estado haciendo, las imágenes que se mostraban en su mente la sorprendieron, pero más que eso, lo que más llamo su atención fue el conocimiento que poseía aquella vieja alma que había vivido mucho más que una vida, se podria decir que Kalila tenía un gran conocimiento gracias a Kiriko y solo ahora que aceptaba ese lado suyo, este se mostraba ante ella.— Odio cuando hacen eso. — la voz de Declan y su frustración la hizo regresar a la ahora, pequeña sala y es que cuando todos estaban allí, sí que se veía pequeña, aunque era una gran cabaña.— No es algo que podamos controlar. — refuto Tahiel. — Tu no sabes lo que es existir con alguien dentro de tu cabeza hablando o mostrando algo, es… desesperante, creo que así se deben sentir los humanos que enloquecen. — solo entonces Kalila comprendió que la frustración del vampiro se debía a su desconexión momentánea del entorno en el que se encontrab
Kalila:Tenía toda su atención, y eso me gustaba, sus ojos sobre mí y el brillo con el que me veían, la atención a cada una de mis palabras, nos hacen sentir importantes, no solo a mí, Kiriko también compartía mi euforia.— ¿El lugar donde Ikigaí te encontró? — la voz profunda de Gabriel eriza mi piel, es una reacción involuntaria de mi cuerpo a su presencia, tan cálido, tan pasional, Nuriel suda seducción, y yo me humedezco los labios sin poder evitarlo, tratando de controlar el deseo que me recorre.— Por los dioses. — el murmullo de Ikigaí provoca que muerda mi lengua, sé que siente mi deseo, al igual que todos aquí, eso debería preocuparme, ¿Qué pensaran de mí? Aunque según Kiriko, eso no debería perturbarme, ya que ellos estan tan excitados como yo, lo sé por las durezas que se notan entre sus piernas.— Sí, eso, los dioses, yo los vi. — llamo la atención a lo que es realmente importante.— Ceo que todos podemos ver a los dioses Lila. — Ukara y su inocencia tan parecida a la mía,
Kiriko:No mentiré, no tengo porque hacerlo, odio que me traten como niña pequeña, por más que Nuriel me lleve milenios de ventaja.— Fénix. — es lo primero que sale de mi boca, cuando Kalila me cede el control y por supuesto que Nuriel me mira, al igual que los demás.— Cazadora. — dice para que prosiga, y aunque últimamente he tomado el nombre de cazadora como insulto, sé que este fénix solo está regresando mi forma de llamarlo, ¿será nuestro juego? Espero que sí.— A no ser que estemos follando y yo brincando sobre ti, no me gusta que me tomen como niña que no sabe sentarse sola. — sus ojos centellan, el calor de su cuerpo incrementa tanto que hasta me siento un poco sofocada.— ¿Es una invitación? — consulta el muy coqueto, aunque la dureza que pincha mi trasero me deja en claro que me habla muy en serio.—Podria…— ¿No tenía salgo importante que decirnos? — el gruñido de mi lobo me hace sonreír.— Sí, cierto… — giró a ver a Tahiel y puedo jurar que de la forma en la que me ve, sa