Justiciero por mi amor
Justiciero por mi amor
Por: Lady Ban
Prólogo «Ayudalo»

—Tienes que ayudarlo, papá, no puedes dejar que Benjamín se quede encerrado. —mi padre me contempla con decepción y arrogancia.

—Lo último que haría en esta vida sería ayudar a ese delincuente, a ese rebelde miserable. —me causa tanto dolor el cómo se refiere a él.

—Por favor, te lo suplico papá, ayúdalo, hazlo por mí.

—Por ti puedo hacer cualquier cosa, pero liberarlo de lo que le corresponde por animal, jamás. Para mí es mucho mejor si se queda encerrado por el resto de su vida en una prisión, debes comprender que ese muchacho no es más que una desgracia en tu vida. ¿Qué tenías en la cabeza el día en que tomaste la decisión de formar un noviazgo con él?. Siempre has tenido que ser diferente y sentir lástima por los de la clase baja. No voy a ayudarlo, lo que voy es hacer que se pudra en prisión. —me sostengo del saco de mi padre y lo observo a los ojos mientras lloro de desesperación, no puedo dejar que mi Benjamín sea encerrado cuando mi familia puede ayudarlo.

—Si lo ayudas… te doy mi palabra que me alejaré para siempre de él, papá. —mi propuesta captó con absoluta rapidez su atención, analizaba mis palabras con cautela y conveniencia, alejarme de Benjamín, podría hacerlo aceptar y ayudarlo a librarse de la prisión.

—¿Lo harías? ¿Serías capaz de dejarlo, todo para que salga en libertad?

—Sí. —respondo sin titubear, haría todo lo que fuera por el amor de mi vida.

—Debo asegurarme que se cumpla tu palabra, hija, y para que se cumpla vas a tener que romperle el corazón, hacerlo sentir como lo que es, miserable, un bastardo que fue recogido de la basura y que su lugar siempre será ese. Quiero ver cómo ese muchacho se quiebra de dolor y desee no volver a verte jamás. Una vez que salga en libertad lo mandaré muy lejos de ti, y ni tú ni él se podrán negar. Es mi condición, si estás dispuesta a romperle el corazón entonces vamos a verlo, si no es así nos largamos y lo dejamos aquí solo, como debe ser. —¿Romperle el corazón a Benjamín?, Eso está fuera de mi alcance, aparte de que Ben no creerá ni una palabra mía, pero si no lo hago mi padre se va a encargar de agregarle más tragedia a Ben, añadirá a su expediente incluso cosas que no ha hecho con tal de mantenerlo encerrado durante años, y yo no puedo dejarlo solo, no podría dejar a Ben a la suerte de mi papá.

Asiento a su petición y nos guían en dirección donde Benjamín se encuentra encerrado, una vez que estoy allí, él desde el suelo dónde está sentado me contempla sonriente, verme significa para Ben un rayo de luz, de esperanza y de vida, lo triste de todo, es que su rayo será quien le cause dolor.

—Has ido demasiado lejos. —le digo y mi voz se quiebra.

—Es posible, pero él se propasó contigo —se levanta del suelo y se acerca a la reja para verme mejor—. Te dije que no iba a permitir que nadie te lastimara, Hope, eres lo que más amo en el mundo y siempre cuidaré de ti. —y soy la única que lo entiende, que lo comprende con claridad.

—Pero no debiste hacerlo de esa forma. Mandaste a ese chico al hospital, está grave, Ben, muy grave por tu culpa. —entrecierra sus ojos y niega con una sonrisa burlona.

—¿Qué sucede contigo, mi amor?

—Que ya no quiero seguir a tu lado. No tienes control de tus impulsos, y sabes que nunca he estado de acuerdo con tu forma de solucionar los problemas, aparte de seguro estabas drogado y por eso actuaste así. ¿Hasta dónde serías capaz de llegar por no poder controlarte, Benjamín? —Ben retrocede ante el asombro de escucharme, atacarlo. Me parte el alma decirle todo esto, pero no hay opciones.

—¿Esto lo dices porque en realidad es lo que piensas, o porque tu padre te envió?.

—Lo digo porque estoy cansada de lo mismo, Ben, de tus impulsos. No puedo estar con un chico que solo me causa problemas, que me atrasa en la meta. Lo siento Ben, pero no puedo seguir a tu lado. Eres… un mal ejemplo en mi vida y no podré tener un buen futuro contigo. —Ben hizo puños sus manos, esperé que su reacción fuera clavar golpes en la pared y me equivoqué, solo me contempla con odio.

—Tienes mucha razón. Vete, Hope, vete y no vuelvas más. —Ben vuelve a sentarse en el suelo y lleva un palillo a su boca para morderlo y mantener la calma de no explotar.

—Ben…

—¡Lárgate de una vez, Hope, lárgate de mi vista y no vuelvas jamás en la vida a buscar ni a cruzarte en mi camino! ¡Creí que eras diferente al resto de las chicas, pero resultaste ser igual, incluso peor que ellas, nunca debí doblegar mi corazón ante ti, nunca debí demostrar mis mayores debilidades y mis sentimientos frente a ti! Me decepcionas, me llenas de desilusiones!. Te consideré muy diferente. —Ben cubre su rostro y llora. En mi caso solo retrocedo y salgo de allí corriendo con el corazón vuelto trizas por ese cruel acto.

Mi padre reposa su mano en mi hombro y palmea suave como si eso hará alguna diferencia, lo odio y lo culpo a él de que Ben y yo no podamos amarnos en libertad.

—Lo hiciste bien, hija, no te sientas culpable de su dolor, todo en la vida tiene un sacrificio, mi princesa. Sacrificas el amor por la libertad del joven. —volteo a verlo.

—Te odio, papá, te odio por lo que me has hecho hacer. —ni siquiera le importa el hecho de que lo odie.

—Fue tu decisión aceptar, ahora asume la realidad de tu vida, tu relación con Benjamín ha llegado a su fin. Espero mantengas tu palabra hasta el final de tus días, mi pequeña, y recuerda siempre, él nunca será un buen hombre para ti.

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