—¿Lo ha hecho? Pues felicitaciones, querida, muy pronto serás parte de la familia Steinberg, la unión de nuestras familias asegurará que en este país siga existiendo gente de clase —exclama Fernando dándole un fraterno abrazo a su futura nuera que lo acepta con suma satisfacción.—Sé que a Alicia le hubiera encantado poder estar presente en este evento, viendo que uno de sus mayores deseos se volvía realidad, no puedo dejar de pensar que el destino ha sido injusto en llevarse a una persona tan valiosa como ella —se lamenta Carolina con una mirada lagrimosa puesta en el imponente mausoleo que el viudo le ha comprado en el cementerio.—Sé que sí, Alicia fue una esposa maravillosa, una mujer talentosa e inteligente que supo cargar con la responsabilidad de llevar este apellido con elegancia. Usualmente los Steinberg son sepultados en nuestro mausoleo familiar en la mansión, o al menos desde que mi bisabuelo la construyo, creí que de esa manera los que quedábamos aquí podríamos ser insp
Ariel se sienta en un banco de madera frente a los lagos de Palermo luego de haber corrido algunas vueltas, con el cuerpo sudoroso y acalorado bebe de la botella de agua que acaba de comprar sintiendo una oleada de alivio ante el líquido frío que le recorre la garganta. Una vez que termina de beber se mantiene con los ojos cerrados deseando poder seguir sintiendo ese alivio, anhelando que esa paz que ha sentido al correr lo siguiese en la vida, sobre todo ante lo que tiene por delante.—No es tan malo… —susurra el empresario que desde que le pidió matrimonio a Carolina ha estado intentando convencerse que ella podría llegar a ser una buena esposa, es bella, inteligente, competitiva, y han compartido mucho juntos, por lo que una vida juntos no podría llegar a der tan mala.Aunque al recordar que en ese lugar fue en donde le dijo a Julieta que no podría estar a su lado siente una presión en el pecho, porque si bien luego pudo pasar la noche más maravillosa de su vida en sus brazos. El
—¿Cómo estás, cariño? —pregunta Héctor llegando al café en donde su clienta la está esperando saludándola con un beso en la frente.—Estoy bien, siento molestarte, sé que estás ocupado, pero solo tú puedes ayudarme —se disculpa Julieta haciendo señas al mesero para que se acerque a servirles.—Estoy a tu servicio, no solo porque me pagas, sino porque me preocupo por ti. Solo dime qué necesitas, y veré lo que puedo hacer por ti —plantea el agente ordenando un café negro sin azúcar con dos magdalenas.—Lo sé, por eso he acudido a ti, quiero un trabajo fuera de MarchetMax y Jaguer —revela la modelo pidiendo solo un cappuccino.—¿Quieres quedar fuera de una de las mayores empresas de publicidad del país y de la marca de moda emergente que se está dirigiendo directo a las mejores pasarelas del mundo? —cuestiona Héctor con el ceño fruncido al no encontrarle sentido a la petición que ha recibido.—Sí, necesito tomar distancia, no importa si son trabajo de menos relevancia, o si es solo
Las puertas del ascensor del exclusivo Hotel Be Hollywood se abren al llegar al quinto piso del hotel, revelando a una apasionada pareja besándose con ardiente deseo, un espectáculo que por suerte para ellos no tiene ningún espectador inesperado. Aunque si lo tuviesen probablemente no se percatarían.—Puede que sea el momento de continuar en la habitación, ¿No crees? —murmura la atractiva pelirroja al sentir la mano de su acompañante intentando pasar por debajo de su vestido verde esmeralda.—Sí, tienes razón, es solo que no pude evitar dejarme llevar, todo en ti me… enciende… de una manera que ni te imaginas —comenta el galán de cabello grisáceo que se obliga a hacer un esfuerzo casi sobrehumano para resistir el deseo de desvestir a esa bella mujer allí mismo.—Supongo que eso significa que tendremos una noche muy divertida —murmura la mujer con una sonrisa juguetona en los labios, la cual parece lograr excitar aún más a su compañero.Al entrar en la lujosa habitación el hombre inte
En el rebosante de vida Kika’s Club, un apuesto hombre de cabello corto oscuro y facciones marcadas se dirige hacia la barra en donde un viejo amigo lo ha citado para ofrecerle un trabajo prometedor. Pasar entre la gente de la pista del baile es todo un reto, sobre todo ante algunas manos femeninas que tratan de convencerlo de quedarse, a las cuales rechaza con una sonrisa cortés ya que lo único que le importa es el trabajo.—¿Te has metido en problemas de nuevo? —pregunta el hombre sentándose en la barra al lado de su amigo, que incluso con el look informal sigue pareciendo un abogado.—Yo no, Joel, pero uno de los idiotas a los que represento sí. Seguramente al igual que cada persona en este país ya has visto las fotos comprometedoras del Senador Reyes —murmura el hombre joven de cabello negro peinado hacia atrás.—¿Así que tienes que lidiar con eso, Ramiro? Creo que más que un Detective lo que necesitas es a alguien que haga milagros —comenta Joel con voz burlona pidiendo una cerve
Lydia inhala el relajante aroma del café que una joven mesera le deja junto a un par de medialunas, con un movimiento de cabeza agradece por el servicio sin quitar la mirada de su laptop. Tal y como esperaba, la carrera del Senador se hunde rápidamente, no solo ante las fotografías que ella ha publicado en su sitio web: Exponiendoinfieles.com, sino también ante las pruebas que un sinnúmero de amantes se atreven a publicar, siempre bajo anonimato claramente por temor a las represalias. —¡Ese hombre es un verdadero cerdo! —exclama disgustada la mesera al ver por arriba la publicación en la pantalla.—Sí, y pensar que ya muchos lo veían como el próximo Presidente —murmura la seductora meneando la cabeza con decepción.—Somos tan fáciles de engañar, resulta algo bastante desalentador —suspira la muchacha frunciendo los labios antes de acudir al llamado de otro cliente.La pelirroja sonríe complacida ante el efecto que su trabajo ha provocado, solo es cuestión de tiempo para que el nombr
—Por favor, hazme feliz y dime que lograste conseguirme lo que te pedí —murmura Lydia rodeando con sus brazos el cuello de una policía sentada frente a su escritorio en la Comisaría.—¿Alguna vez te he decepcionado, querida? —cuestiona la mujer de cabello castaño atado en una pulcra coleta con una sonrisa divertida en los labios.—Ni una sola vez, Emma. No miento cuando te digo que te debo la vida —declara la dándole un beso en la mejilla y posando la mirada en la caja de archivos debajo del escritorio.—Usualmente no suelo preguntar qué es lo que piensas hacer, ya que a esta altura considero que cuanto menos sepa mejor para mí. Pero sé que esto es un tema sensible, y no se me ocurre ni una sola razón por la que quieras arriesgarte solo para echarle un ojo a esto —pregunta Emma arrugando la frente como cada vez que intenta entender a su amiga, algo que hasta el momento no ha logrado.—Solo… quiero saber qué es lo que creen saber sobre lo que sucedió esa noche… eso es todo… —murmura L
Tomando una copa de champagne de la bandeja plateada de un atento mesero, Lydia se acerca a un cuadro que retrata a unos antiguos pescadores echando las redes al mar. Le parece ver en el rostro de esos hombres una mezcla de esfuerzo y temor al estar a merced de las impredecibles aguas. Una sensación que le resulta muy familiar, ya que ha sido quizás la más habitual en estos últimos años.—Uno no puede evitar admirarse de la belleza que los artistas han plasmado con estas obras. Aunque al ver a una mujer tan bella, no puedo más que declarar que el mejor artista es sin duda Dios, solo él sería capaz de crear algo tan perfecto —declara un elegante hombre de cabello blanco parándose al lado de la mujer que ha captado su atención desde que la vio llegar a la muestra.—Pues a usted se le puede reconocer que es un artista con las palabras, ya que no creo merecer ese halago, y mucho menos poder compararme con lo que estos artistas han logrado hacer —replica Lydia con una sonrisa juguetona en