Capítulo 2
Evanna
Él noto mi agrado por su masaje que apretó mi culo con más fuerza a través de mi vestido delgado, haciéndome gemir, más fuerte está vez.
—Rezare porque al menos te folle como lo mereces.
Casi me ahogo con la saliva.
—Eso es muy escandaloso e inapropiado de decir —Mi voz salió tan aguda que no la reconocí como mía.
—Es una pregunta valida. Tú eres la que se casa con el tipo que no conoces, creo que por lo menos esperas una buena follada.
—Yo... yo... —no sabía que decir. Por una parte me debatía entre lo cierto de sus palabras y por otra, en el efecto que causaban en mí. De buena gana estaba dejando a un desconocido, no solo poner su mano sobre mi trasero, también lo deje decirme todas estas cosas sucias y altamente inapropiadas para una princesa—. No lo sé.
El semental a mi lado ni se inmuto. Continuo caminando, cruzando el césped hasta la entrada del gran salón donde se llevaría a cabo la cena.
—¿No lo sabes? —Pregunto después de un minuto de silencio.
Nos detuvimos justo al frente de la entrada. No dije nada, solo me quede ahí, viéndolo como se ponía frente a mi visión.
Sin titubeos, tomo mi barbilla entre sus dedos y alzo mi cara, con intensión de que nuestras miradas se encontraran.
Temblé bajo su toque. Esto estaba sobrepasando barreras.
—No sabes lo que quieres, porque no lo has hecho nunca —apretó el agarre en mi barbilla haciendo que girara la cara hacia un lado. Dejo un rastro de aliento cálido que me hizo estremecer.
Trague con fuerza.
—Mmm —ronroneó—. Qué triste.
—¿Qué es lo triste? —Mi voz salió en un susurro muy bajo.
—Que vas a atarte a un hombre y ni siquiera sabes si va a extender ese pequeño coño tuyo y llenarlo como debería ser —Sentí como mi clítoris palpitaba entre mis piernas—. No sabes si va a provocar ese dulce botón de placer con su lengua hasta que te vengas por él, y grites como loca pidiendo que te dé más. Ni siquiera tienes idea de si su polla es gruesa y será capaz de hacer que ese dulce coño disfrute lo que tiene que disfrutar.
Jadeé, mi cabeza nadando mientras esas palabras… palabras que nadie nunca había dicho para mi, se burlaban de mis hormonas.
Sentí un bajón cuando el frío llego a mi cuerpo. Sentí como se alejaba de mí.
—Pero entonces… —paso sus manos por encima de su traje intentando borrar arrugas inexistentes—, no tienes nada con qué compararlo, ¿no es así, majestad?
—¿Qu-qué? —Balbucee.
Él sonrió y se dispuso a abrir las puertas.
—Puedo olerlo en ti, princesa. —No respondí. Trague el nudo que se había formado en mi garganta—. Huelo tu inocencia, tu pureza. Puedo sentir que ningún hombre ha estado entre esos jugosos y provocadores muslos. Nadie jamás te probó.
Mi núcleo se tensó, y pude sentir cuán malditamente mojadas estaban mis bragas, pegadas a mis labios y goteando por mis muslos, era un desastre.
La necesidad de saber si todo eso era cierto me recorría todo el cuerpo. Sacudí mi cabeza, pidiéndome a mí misma mantener la calma. Este desconocido estaba faltándome los respetos.
—No puedes hablarme así —dije con firmeza. Él se detuvo a mitad de camino. Ya había abierto la gran puerta y tenía un pie dentro del salón de banquetes.
—Si puedo. —Sentencio—. Y tú quieres que lo haga.
Y con eso me dejo atrás.
Estuve unos cortos segundos procesando toda la información.
Al dar un paso dentro del salón, lo primero que oí fue el torpe saludo de mi madre.
—¡Oh hola! —Ella rió alegremente, empujando su vaso en la mano de alguien y corriendo hacia mí—. Me dijo Zeke que ya se conocieron.
¿Espera, que?
Mi estómago se hundió, cuando mi madre señalo al gran comedor. Mi desconocido, el que me había visto prácticamente desnuda, el que había hecho que mis bragas se mojaran como nadie nunca lo hizo antes, el que me manoseo el culo sin pudor alguno, ese hombre que me cautivo en la misma medida que me asusto. Él es mi futuro esposo. Mi comprador. Mi dueño.
Capítulo 3Zeke—¿¡Ya lo sabías?! —lo que tenía que ser susurro salió como un gritito de gata en celo.Para mi suerte, las personas en la gran mesa no estaban interesados en nosotros.La chica que me imaginaba como un viejo pervertido, se sentó a mi lado en el gran comedor donde yo ya estaba.Por supuesto que lo sabía. Por supuesto que sabía quién era ella antes de que siquiera ella se percatara de mi presencia. Su madre, honrando sus raíces, hizo que ella cumpliera con las costumbres del reino al no dejarla tener relación alguna con chicos, hasta que tuviera dieciocho años. Yo fui como invitado de un amigo, estaba ahí, en su "baile de cumpleaños", que término siendo una fiesta de presentación, a la que su madre invitó a todos los príncipes, reyes y duques de todos los reinos más cercanos a este.Estuve ahí, entre la multitud, como un depredador viendo su presa.En primera instancia, no sabía que iría en busca de un culo caliente, pero cuando mis ojos se posaron en Evanna, con ese el
Capitulo 3Zeke Y ahora, aquí estaba yo, sentado en la mesa de una reina, haciendo un acuerdo silencioso para casarme con su hija princesa, futura reina.Mis padres jamás lo habrían creído. Mi padre había muerto cuando yo tenía dieciocho años y empezaba mis cursos de refinería petrolera, tuve que tomar el mando inmediatamente. Pero mi madre había fallecido en mi nacimiento, fue un parto difícil, pero fue una guerrera y me trajo al mundo, con algunos problemas renales, pero vivo.No me quejo por la vida que me toco. Sí, crecí sin madre, pero tuve un padre increíble, que me dio educación y amor, que sin importar el camino que tome, él siempre me ofreció lo mejor.La reina Catherine, al principio estuvo renuente ante la idea de darme a su hija en matrimonio, pero como he aprendido a través de los años, no importa de dónde vienes, o si tienes sangre real o no, lo importante es el grosor de tu billetera. Si tu cuenta tiene los ceros suficientes, tienes el mundo a tus pies.Ese fue el caso
Capítulo 4Evanna—Eva, tienes que dejar la terquedad y comenzar a organizar tu boda —escucho lo que dice Ava al otro lado de la pantalla—, mira, yo sé que soy la menos indicada para decirte algo respecto a Zeke, pero me dijiste que es sexy, ya tiene un punto.—Ava, no todo se trata de si es o no sexy —suspiro—, no lo amo, ¿okay? A penas y lo conozco. En cambio tú, estás perdidamente enamorada de Caden, por eso te casas con él, yo lo hago por obligación.Ella niega y suspira dándose por vencida.—Pero tienes que admitir, que lo de la otra noche fue otro nivel de locura. ¿Meterte mano en plena cena? Ni Caden, que siempre está caliente, hace eso —Se ríe histéricamente—. Aparte todas las llamadas que te hace siempre, los regalos, todo. Siempre está pendiente de si estás bien, aunque sabe que aún no lo aceptas. Mi cara inmediatamente se vuelve de un fuerte color rosa.Él, aunque un total desconocido para mí, es un buen chico. Ava tiene razón en parte, es atento y le gusta saber de mí, es
Capítulo 5ZekePor fin.Es el día de la cena.Otra vez.No sé por qué esta vez siento más emoción de cenar con Evanna que la primera vez.Quizás porque la última vez que cenamos, me di cuenta lo que escondía Evanna en su mirada. Esa picardía que solo ella sabía que estaba guardada. Quería dejarla salir. Pero quería ser yo el que la dejara libre.—Corbin —llame a mi asistente—. Ve por el regalo para mi prometida, está en Real Jewels.—Entendido señor.Sale de mi oficina rápidamente.Estoy viendo algunos papeles antes de irme al castillo de Evanna.Su madre me llamo ayer, diciendo que tenía que encontrarme con ellas en el castillo para arreglar todo lo de la fiesta. Sinceramente, yo aceptaría cualquier cosa que Evanna me ofreciera. Si ella me decía que fuera en boxers a la fiesta, iría en boxers.Evanna…He pensado tanto en ella que me salieron callos en la mano.He pensado en lo mojada que estaba en la cena. En cómo se verá con las bragas que envie. También recuerdo como cabalgaba ese
Capítulo 6EvannaAl segundo que la cena se terminó y Zeke tuvo que irse por alguna cosa del trabajo, corrí. Corrí todo el camino de regreso a mi habitación, mi corazón acelerado y mi pulso saltando cada dos latidos.Estaba convencida de que esto no era normal. Solo estuve tres horas, tres putas horas con él. Nunca me había sentido así por un chico. Nunca. Dios mío, ¿Quién diablos es Zeke Starlit que me ponía así de loca? Más importante aún, ¿quién demonios era yo que quería que lo hiciera? Había pasado toda la noche susurrándome cosas y tocando mis rodillas por debajo de la mesa, y yo había estado tan dispuesta a cualquier cosa con él.En un momento dado, entablamos una conversación normal y fue agradable hablar con él, conocerlo y saber un poco más de su vida, como por ejemplo a que se dedicaba.Pero, en cuento la conversación perdió fuerzas su mano traviesa volvió a mi muslo.Al llegar a mis aposentos, cerré de golpe la puerta de mi habitación y me hundí contra ella, mi pulso todaví
—Tócate —dijo. Sentí un hormigueo recorrer cada centímetro de mk cuerpo—. Juega con ese pequeño coño, hermosa. Dame el espectáculo que solo una princesa puede ofrecerGemí mientras lentamente dejaba que mis manos se deslizaran por mi cuerpo. No podía dejar de pensar que esto estaba mal, pero ya no podía detenerme, quería esto tanto como Zeke.Mis manos se movieron más abajo, sobre mi vientre y bromeando a través de mis caderas, antes de tomar una respiración profunda y temblorosa, y las empujé hacia abajo.Lo mire. Era demasiado cautivador, demasiado atractivo y demasiado seductor, no podía tener la mejor inspiración.Mis ojos se posaron en su regazo y me mordí el labio, gemí al ver el enorme bulto allí. Estaba muy excitado.Por un momento me sentí orgullosa de mk misma.El éxtasis inundó mi cuerpo cuando mis dedos empujaron sobre mi clítoris, enviando un escalofrío a través de mí. Sentí como mi rostro se sonrojo, tanto por la vergüenza como por el deseo.Sumergí un dedo dentro de mi
Capítulo 7ZekeMis manos agarraron el volante con furia, había pedido que me traerán mi deportivo al castillo. Manejé como un maníaco, apenas capaz de ver la carretera y apenas consciente de que el campo pasaba a mi lado.Todo lo que podía pensar era en el idiota de Magnus y su estúpido accidente.Mi teléfono sonó en la guantera y lo agarre bruscamente. Puse el teléfono en manos libres, y conteste.—¿Si? —Respondí con furia.—Amigo, no vengas —la voz de Magnus inundó el vehículo—. Varya vino, después de todo.Siento como mi pulso estalla en mis venas.Detengo el auto en la orilla y corto la llamada.Magnus Bane es así. Siempre siendo imprudente y jodiendome la vida.Cuándo recibí esa llamada que me hizo tener que excusarme de Evanna y la reina, no podía creer que estaba siendo llevado al hospital porque el idiota había estado masturbándose con crema dental por cinco horas.En cuanto salí del castillo y estuve a punto de subir a mi auto, lo pensé mejor. Tomé el gancho que llevaban lo
Capítulo 8EvannaDesperté sintiéndome como nunca antes me había sentido. No tenía idea de cómo había logrado dormir la noche anterior, pero de alguna manera, lo había hecho.Resulta que mi madre ya había entrado en un coma etílico cuando llegué a su habitación para hablar con ella. Con mi bata de baño envuelta a mí alrededor y mi cara aun brillando con el recuerdo de lo que acababa de hacer, me fui otra vez a mi habitación.El deseo volvió a encenderse en el momento que leí su mensaje. No sabía cómo había obtenido mi número, pero sabía que era él. No respondí yo, lo hicieron mis ganas de tenerlo cerca. Me sorprendí mucho cuando me llamo, pero le conteste.Sentía unas ganas de conocerlo, estaba intrigada por ese hombre oscuro que había despertado tantas cosas en mí.La llamada termino rápido, pero no por que estuviera cansada, como se lo hice ver. No, solo quería poder descargar mis ganas.Sentía su semen pegajoso y caliente entre mis piernas, y no pude evitar frotar mis dedos bañando