—Tócate —dijo. Sentí un hormigueo recorrer cada centímetro de mk cuerpo—. Juega con ese pequeño coño, hermosa. Dame el espectáculo que solo una princesa puede ofrecerGemí mientras lentamente dejaba que mis manos se deslizaran por mi cuerpo. No podía dejar de pensar que esto estaba mal, pero ya no podía detenerme, quería esto tanto como Zeke.Mis manos se movieron más abajo, sobre mi vientre y bromeando a través de mis caderas, antes de tomar una respiración profunda y temblorosa, y las empujé hacia abajo.Lo mire. Era demasiado cautivador, demasiado atractivo y demasiado seductor, no podía tener la mejor inspiración.Mis ojos se posaron en su regazo y me mordí el labio, gemí al ver el enorme bulto allí. Estaba muy excitado.Por un momento me sentí orgullosa de mk misma.El éxtasis inundó mi cuerpo cuando mis dedos empujaron sobre mi clítoris, enviando un escalofrío a través de mí. Sentí como mi rostro se sonrojo, tanto por la vergüenza como por el deseo.Sumergí un dedo dentro de mi
Capítulo 7ZekeMis manos agarraron el volante con furia, había pedido que me traerán mi deportivo al castillo. Manejé como un maníaco, apenas capaz de ver la carretera y apenas consciente de que el campo pasaba a mi lado.Todo lo que podía pensar era en el idiota de Magnus y su estúpido accidente.Mi teléfono sonó en la guantera y lo agarre bruscamente. Puse el teléfono en manos libres, y conteste.—¿Si? —Respondí con furia.—Amigo, no vengas —la voz de Magnus inundó el vehículo—. Varya vino, después de todo.Siento como mi pulso estalla en mis venas.Detengo el auto en la orilla y corto la llamada.Magnus Bane es así. Siempre siendo imprudente y jodiendome la vida.Cuándo recibí esa llamada que me hizo tener que excusarme de Evanna y la reina, no podía creer que estaba siendo llevado al hospital porque el idiota había estado masturbándose con crema dental por cinco horas.En cuanto salí del castillo y estuve a punto de subir a mi auto, lo pensé mejor. Tomé el gancho que llevaban lo
Capítulo 8EvannaDesperté sintiéndome como nunca antes me había sentido. No tenía idea de cómo había logrado dormir la noche anterior, pero de alguna manera, lo había hecho.Resulta que mi madre ya había entrado en un coma etílico cuando llegué a su habitación para hablar con ella. Con mi bata de baño envuelta a mí alrededor y mi cara aun brillando con el recuerdo de lo que acababa de hacer, me fui otra vez a mi habitación.El deseo volvió a encenderse en el momento que leí su mensaje. No sabía cómo había obtenido mi número, pero sabía que era él. No respondí yo, lo hicieron mis ganas de tenerlo cerca. Me sorprendí mucho cuando me llamo, pero le conteste.Sentía unas ganas de conocerlo, estaba intrigada por ese hombre oscuro que había despertado tantas cosas en mí.La llamada termino rápido, pero no por que estuviera cansada, como se lo hice ver. No, solo quería poder descargar mis ganas.Sentía su semen pegajoso y caliente entre mis piernas, y no pude evitar frotar mis dedos bañando
—Cuando estés conmigo, no cubras esto —murmuro Zeke en mi oído mientras, con ambas manos rompía mis bragas.—Alguien podría... —gemí cuando él se deslizó entre mis piernas, haciendo que extendiera mis muslos para él—. Alguien podría vernos.—Todo un escándalo —se burló—. Imagínate si alguien pasara por aquí y viera a la inocente princesa de Diera con las piernas abiertas para mí, con su dulce e inocente coño expuesto. Gemí cuando él llevó mis arruinadas bragas a su cara, inhalando profundamente y gruñendo cuando sus ojos se clavaron en los míos. Sus ojos ardían ferozmente mientras los empujaba en su bolsillo.—Mío —gruño.Sus manos se deslizaron por mis muslos otra vez, y esta vez, no había nada que lo detuviera. Sin bragas que le bloqueen el paso. Gemí cuando sus dedos se deslizaron a través de mi humedad, separando mis labios y frotando mi clítoris. Sus labios encontraron mi cuello, y cuando comenzó a chupar, morder y lamer su camino hasta mi clavícula, gemí fuerte. Sus manos enco
Capítulo 9 EvannaEstoy mirando atentamente mi anillo de compromiso. Siento como si tuviera corazones en mis ojos, como si flotara, como si...—Su alteza —la perra de la modista real, me saca de mis pensamientos—. ¿Por qué no eligió un color menos llamativo? —Señala mi vestido—. Esto es muy atrevido para alguien que se va a casar.—¿Pedí tu opinión? —La muchacha me mira mal—. Recuerda que estás aquí porque a mi madre le gustan tus mierdas, pero si fuera por mí, te habría votado hace años.—Lo que usted diga, su alteza —hace una reverencia tensa y se va.Mejor así.No es que yo sea del tipo engreída por mi posición económica, ni nada de eso, es solo que ella se lo merece.Se metió a nuestra casa antes que mi padre muriera y lo sedujo, intento terminar con nuestra familia, y aunque mi madre ni sabe, yo sí, y por eso no la soporto.Observó el vestido que hizo para mí, y realmente no está mal.Mi vestido era rojo. Era estilo corazón con una aventura desde el muslo hasta donde terminaba e
—Buena chica —gruñó él, haciéndome jadear en voz alta.Sentí su mano deslizarse por mi culo desnudo. Una punzada violenta golpeo mi centro subiendo y esparciéndose por todo mi ser. Froto su palma en círculos lentos sobre uno de los cachetes de mis nalgas, haciendo que mi piel picara por más. Mi cuerpo se enfrió cuando alejo su mano de mí, pero rápidamente volvió a encenderse, esta vez más fuerte, cuando de repente la volvió a bajar con un golpe seco. Grite ruidosamente, todo mi cuerpo explotó en fuego cuando el calor de ese azote hacía estragos en mi de manera violenta.—¡¿Me acabas de azotar?! —Le grite, histérica.Encontró mi mirada y sentí como mi mundo se borraba. Esta versión de Zeke Starlit, me encendio, me hizo sentir más sucia, y me gustaba. Pura lujuria y fuego era lo que sus ojos me ofrecían, pude sentir el calor vertiéndose en mí.—Princesas traviesas con una boca sucia son azotadas, nena —gruñó, su mano frotando mi trasero de nuevo, calmándome—. Y has sido una princesa mu
Capítulo 10EvannaMe dolía el cuerpo mientras caminaba junto a Zeke de regreso al salón de mi madre. Sabía que mi cara era como de recién follada o de deseando que me follen, pero no me importaba.Quería que Zeke me hiciera suya, y el deseo aumentaba con cada segundo que pasaba.Caminábamos tomados de la mano todo el camino. Él tenía una sonrisa tonta en su cara y yo solo podía observarlo embelesada.Cuándo llegamos a la puerta, él la abrió, dejándome pasar primero. Este lado de él me gustaba, pero sin dudas amaba su lado dominante y posesivo.Mi madre se encontraba de pie frente a la chimenea. Observaba las llamas con mucha atención.Zeke hizo ademán de hablar, pero lo corte tirando de su chaqueta.—Madre —hable en su lugar.Ella se giró y pude notar que tenía el rímel corrido por las mejillas.—Querida —miro nuestras manos entrelazadas—. Necesito hablar contigo en privado. Ahora.Observó a Zeke con cara de tristeza y de disculpa.—No —me negué, aunque Zeke se había preparado para
Capítulo 11ZekeEsto no podía estar pasando.Lo que había estado imaginando que sucedería, había pasado. No quería mi puto dinero. La quería a ella.¿Qué haría con ese dinero, si no tenía a la mujer de la que estaba malditamente enamorado?Sí, estaba enamorado de Evanna Lynne. Y aunque sonaba como a locura, no lo era. Tuve el tiempo para saber quién era ella y cada parte que vi me gustó y la ame.Cuando su madre dijo lo que su estúpido tío había exigido, me sentí mal, pero cuando Evanna paso de mi por un maldito trono que no valía nada, me sentí como la mierda.Me fui sin esperar nada, pero, cuando estuve solo en mi auto, su mirada llorosa, pero llena de lujuria llegó a mi. Y pensé, en todos los momentos que podríamos pasar. Pensé en ella leyendo un libro en nuestro jardín, con un bonito vestido floreado y su cabello suelto.No podía terminar así, y no lo quería.Giré y decidí seguir a mi corazón. Ya basta de estar metido en el hoyo donde siempre estaba.Fui directo a la dichosa fies