Moira era una persona que normalmente escuchaba a sus instintos. Confiaba muchísimo en su intuición, pero esta vez, incluso aunque sentía que estaba siendo observada y hasta perseguida, no sentía ninguna sensación de peligro real y nunca podía ver nada por más que mirara a todas direcciones.Además… era extraño. Aparte de sentir esa sensación de ser observada desde la mañana, también sentía algo… extraño. Alguna clase de sentimiento expectante, anhelante. Y no era nada malo, más bien confuso.—Mami. —Cuando llegaron a casa y Amanda empezó a hacer la cena, Zoe se subió a su regazo y posó sus manitos en sus mejillas—. ¿Trite?Ella rio tiernamente, alejándola con cariño y haciendo que se sentara en su regazo.—No estoy triste, amor. Solo… pensativa.—¿Penchativa?—Sí. Tengo muchas cosas en mi mente.—¿Cómo qué?—Es complicado… —Para empezar, ni siquiera había podido sacarse de la cabeza a Zack y ahora tenía que lidiar con esa extraña sensación—. Pero no estoy triste. No te preocupes. —Be
Ya llevaban cuatro días en Florida y Lutxi y sus amigos habían podido trazar los turnos y patrones de Moira y su hija menor, pero aun así Lutxi seguía indecisa respecto a cuándo enfrentar a su madre.Sin embargo, de alguna forma, se había encontrado con Zoe una vez más en su tercer día en Florida…Dejó a Henry y Chary vigilando a su madre y fue a dar un paseo para tal vez juntar valor para enfrentarla o tal vez dejar de sentir una opresión en el pecho con solo verla. Y entonces vio a su hermana a lo lejos, y ella la vio también.Pudo haber huido, pero su enorme sonrisa radiante se lo impidió y en su lugar esperó mientras ella corría (bastante rápido para su edad) hasta alcanzarla.—¡Cheñorita! —la saludó alegremente—. ¡Hola!—Hola, pulga. —Miró nerviosamente al chico que cuidaba de ella acercándose—. Deberías dejar de huir de tu niñero, ya sabes. Creerá que soy una secuestradora. —Rio. —¡Pero no ered! —Rio de forma adorable—. ¡¿No quiered jugar, cheñorita?!—No —contestó tajantemente
Moira no entendía muy bien qué era lo que estaba pasando.Había visto a la amiga de la que su hija tanto le habló y… sintió algo inexplicable, como si… como si conociera a la chica…Ella parecía conocerla, y cuando Moira dijo no conocerla estalló en llanto, por lo que ahora estaba abrazándola, sin entender qué era lo que estaba pasando allí.Pero era tan solo una niña, en realidad, así que la consoló amorosamente. —Tranquila… No llores, pequeña. Por favor, tranquila. —Le dolía mucho escucharla llorar de ese modo.Zoe se acercó a ellas a paso lento, con rostro sumamente preocupado, pero viéndose como si no quisiera interrumpir, aunque con claras ganas de preguntar como toda niña curiosa.Se sentó en la banca junto a ellas y se quedó en silencio hasta que la chica finalmente se apartó y les dio la espalda de inmediato, secando sus lágrimas con las manos.Moira sacó un pañuelo y se lo dio, sin decir nada.—Gracias… —Se secó el rostro aun dándoles la espalda—. Y… lamento eso. Sé que debe
Después de seguir hablando por un momento, Zoe bajó del segundo piso, gritando que estaba aburrida.—¡Tía Amanda! —Al ver a la otra mujer adulta, corrió a darle un abrazo.—¿Le han dicho la verdad? —preguntó Amanda con nerviosismo mientras abrazaba a la pequeña.—¿La verdad de qué? —La niñita miró alegremente a su mamá.Moira miró a Lutxi, que tragó saliva.—Dile… Si quieres. —Cruzó los brazos y les dio la espalda.Moira sonrió suavemente, tomando en brazos a su hijita menor y sentándola en su regazo.—Zoe, mami tiene una gran noticia para ti. —Acarició su rostro tiernamente—. Tu amiga Lutxi… Realmente es tu hermana. —Zoe ladeó la cabeza, sin entender—. Es mi hija también, igual que tú, es tu hermana mayor. —Sonrió de forma radiante.—¿Ed tu hija también? —Se quedó con la boca abierta—. ¡¿Ed mi hermana mayor?! —Miró a Lutxi, que tomó aire y se giró para sonreírle un tanto incómoda—. Wow… ¡Genial! —Sonrió emocionada—. ¡¿Y dónde etaba anted, hermana?!Lutxi pestañeó, sorprendida porque
El día de compras se hizo bastante largo para todos, pero igual disfrutaron de la salida, en especial Moira, que disfrutaba mucho convivir con su hija y con esos jóvenes que ya consideraba como sus sobrinos. —¡¿Podemos comprar esta bebida?! —Teddy señaló emocionado una botella con un líquido azul burbujeante—. ¡Se ve deliciosa!—Es producto para limpieza, cabeza hueca. —Lutxi le dio un coscorrón y lo empujó lejos de allí—. Ja, me sorprende que hayas sobrevivido a tu infancia.—¡Yo quiero probar todos estos nuevos ingredientes! ¡Mi padre siempre dice que probar cosas nuevas es lo mejor! —Ricky estaba comprando vegetales y condimentos raros a dos manos.Miranda y Ray estaban más preocupados por ver un concierto de rock en los televisores de una tienda de electrodomésticos que por comprar ingredientes.Chary era la única que realmente estaba comprando ingredientes para preparar comidas que sabía hacer, ya que Moira estaba muy ocupada abrazando a Lutxi todo el tiempo. Henry estaba detrás
Después de hablar con su hija por llamada, Zack no quedó del todo convencido por sus excusas.Para ser honesto, su hija era muy buena saliéndose con la suya, y él era muy malo evitando sus travesuras o inclusive castigándola al descubrirla, pero después de años criando solo a esa niña ya sabía identificar más o menos bien cuando le estaba mintiendo, aunque con cierto margen de duda ya que ella era de verdad muy lista. Al entrar en la pre-adolescencia, Lutxi se volvió rebelde, como muchos jóvenes de su edad, de hecho. Zack también tuvo su etapa de rebelde y de volver locos a Brandon y Lilliana, y también tuvo sus trucos para salirse con la suya y escapar de castigos por hacer “travesuras” de adolescente.Aunque sus travesuras muchas veces tuvieron que ver con colarse a empresas grandes y usar sus súper computadoras para comprobar sus cálculos científicos, una vez casi lo arrestan por eso y solo se salvó por ser menor de edad y porque su padre era amigo del gobernador de ese momento,
Zack se encontraba en su sala de estar con Hillary sentada en el sillón junto al sofá donde él estaba y Luke y Sirius sentados en el sofá frente a él, con rostros muy sorprendidos después de que Zack les contara el verdadero paradero de sus hijos en Florida y con nada más ni nada menos que Moira. Ellos parecieron muy sorprendidos, lo cual descartó de inmediato la posibilidad de que pudieran saber algo del tema y por lo tanto ayudarlo a entender bien qué estaba pasando para que su hija quisiera quedarse con una madre que se atrevió a abandonarla.—Veo que ustedes no lo saben. —Bufó—. Entonces tampoco lo deben de saber Clark ni Tadeo y Jenny, así que los dejaré fuera de esto por el momento. No es como que tenga ganas de dar más explicaciones. —Se relajó en su asiento, aunque en su rostro se notaba que seguía tenso.Ya era lo suficientemente difícil haber descubierto esto, no estaba de humor para librar con más padres histéricos. Él mismo se estaba sintiendo histérico. —No puedo creerl
Después del gran banquete, Moira y Amanda no tuvieron que limpiar nada porque aparentemente al amigo de su hija Ray le daban ataques de pánico ver suciedad así que una vez todos se retiraron de la mesa empezó a juntar todo él mismo a gran velocidad, comenzando a lavar también muy rápidamente.—¿Está bien dejarle todo el trabajo? —Moira se sentía un poco mal por el adolescente, incluso aunque parecía disfrutar de limpiarlo todo. —Seh, a él le gustan ese tipo de cosas. —Lutxi le restó importancia al asunto, sacudiendo una mano—. Estaba pensando que podíamos ir al aeropuerto hoy, ya que tienes el día libre. Yo misma puedo pagar los boletos para ciudad Lion de todos nosotros. —Le enseñó su tarjeta de crédito—. Papá me dio mucho dinero aquí, literalmente no me cuesta nada. —No estoy segura de si me gusta la idea de que tu padre te haya dado una tarjeta siendo tú tan joven. —Cruzó los brazos, con ojos entrecerrados. Tendría que empezar a leer libros de cómo criar adecuadamente a una adol